miércoles, 1 de enero de 2014

CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

La consultoría filosófica es un método para ayudarnos a mejorar en los aspectos cotidianos de nuestra vida. La filosofía, en este aspecto, significa hacer aflorar el potencial propio de cada persona, de forma que ésta consiga realizar los objetivos y las metas de su vida que antes no se sentía capaz.

            La meta de la consultoría filosófica es ayudar a elevar a la persona al máximo de su potencialidad, mantener su capacidad de seguir mejorando y su deseo de superarse. Para alcanzar estas metas es que establecen objetivos precisos a partir de los cuales se trabaja. Tales objetivos  contienen estructuras, procesos, herramientas de trabajo, instrumentos de medición cualitativas para saber dónde estamos y hacia dónde vamos en cada momento.

            La persona busca las opciones que mejor se acomodan a sus necesidades, a sus objetivos y metas finales. Para lograr las metas la persona se tiene que plantear acciones, las cuales tendrá que establecer cómo llevarlas a cabo, seguir sus propios pasos, para así finalmente llegar a la meta propuesta.

            La consultoría y asesoría filosófica se caracteriza porque no da lecciones, lo que hace es escucha muy atentamente lo que cada persona quiere hacer o conseguir. Para ello observa, hace muchas preguntas e interpreta. De esta manera, el consultante establece sus propias conclusiones y los pasos a seguir para alcanzar lo que anhela o necesita.

            La consultoría filosófica puede utilizar el simbolismo, como herramienta de aproximación y porque plantea una semiología de análisis, que nos acerca a la interpretación de nuestro ser. En esta interpretación, lo primero que preguntamos es si de verdad queremos hacer lo que nos planteamos y qué significa eso para nosotros.

            Esto tiene mucho que ver con lo que esperamos de nuestra vida. Puesto que, a veces, hacemos las cosas para escapar, para saborear el arte, para encontrarnos con alguien, para saborear la aventura, porque nos aburrimos, porque tenemos una visión romántica de la vida y necesitamos beber de dicho romanticismo. Pero no tiene que ver con un encuentro real con nuestro propio ser.

            Exploramos las diversas situaciones con nuestra imaginación para abrirnos a todo tipo de experiencias y no sólo a una. Pues siempre cabe la posibilidad de que nos estemos equivocando o no. Pero esta vez, confiamos en nosotros mismos, escuchamos nuestra voz interior, o abrimos unas cuantas puertas más allá de los objetivos que sólo nuestra mente consideraba acertados.

            La consultoría filosófica nos lleva a tomar contacto estrecho con nuestra voz interior, con nuestra fuerza mental, es decir, con nosotros mismos. Este nosotros mismos es la voz interior capaz de acercarnos a lo que somos ante nosotros y ante la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario