sábado, 4 de enero de 2014

LA HERMENÉUTICA DEL SUJETO: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

La hermenéutica del sujeto gira en torno al compromiso de la libertad, de nuestra libertad. Pues ésta es una ontología histórica de nosotros mismos con relación a nuestra realidad, a través de la cual nos constituimos en sujetos de conocimiento, de pasión, de acción.

En la hermenéutica del sujeto, el problema de la libertad presenta una vinculación directa con las relaciones de poderes que atraviesan nuestros saberes y haceres, las cuales se graban en nuestras conciencias. De ahí el trabajo de la interpretación filosófica destinado a re-construir una ontología de nosotros mismos, con relación a los ámbitos de poderes a través de los cuales nos constituimos en sujetos que actuamos sobre nosotros mismos y sobre los otros.

El problema de la hermenéutica del sujeto, y con él el de la libertad, concierne a lo que somos, a lo que hacemos y a cómo nos percibimos en tantos sujetos de acción, de querer, de saber, todo esto tiene que ver con nuestros comportamientos y sentimientos. Una ontología histórica ─porque somos relatos─ de nosotros mismos está ligada íntimamente a la ética, pues a través de ésta nos constituimos en agentes morales.
          
Nuestras razones de ser estriban en tipos de agitación, que conforman y sobre todo modifican nuestro modo pensar y de pensar de los otros. En la hermenéutica del sujeto, el papel de la consultoría filosófica no consiste en decir a los demás lo que hay que hacer. ¿Con qué derecho podría hacer esto? Basta con recordar todas las profecías, promesas, exhortaciones y programas que se han llegado a formular.

El trabajo del consultor filosófico no consiste en modelar la voluntad de los demás. El trabajo estriba en cuestionar ─a través de las interpretaciones que lleva a cabo en terrenos que le son propios─ las evidencias y los postulados, en sacudir los hábitos, las formas de actuar y de pensar, en disipar las familiaridades admitidas, en retomar la medida de las reglas y de las instituciones; y a partir de esta re-problematización ─en la que desarrolla el oficio específico del consultor filosófico─ participamos en la co-formación de una nueva voluntad de reflexión y acción, en la que se abren para el sujeto nuevas posibilidades a desempeñar.

Esta co-formación de una nueva voluntad de reflexión y acción se fundamenta en una nueva ética de la existencia, que será asimismo una estética de la existencia. En este sentido, la consultoría filosófica no plantea al consultante un conjunto de las soluciones ni de alternativas, lo que construye es un diálogo interpretativo sobre los problemas y las problemáticas de lo que a éste atañen.

Por consiguiente, la hermenéutica del sujeto se inscribe en un marco de crítica de lo establecido ─crítica del pensamiento establecido─ pues ésta encuentra su razón de ser en un compromiso por la libertad del individuo, ya que es en lo establecido donde se fragua, a la vez, el sometimiento y el sufrimiento de muchas mujeres y hombres.

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