sábado, 27 de abril de 2024

ONTOLOGÍA DE LO BELLO


 

La metafísica de lo Bello en Plotino está signada, indudablemente, por la relación entre lo Bello y lo Uno. No obstante, dicha relación es problemática. Ya que la exposición de esta relación se convierte en una odisea, la cual en su conjunto se hace confusa. La dificultad de esta relación no queda resuelta del todo, quedan muchos girones que atar. Si nos atenemos al orden porfiriano de los tratados apreciamos que el periplo en torno a esta cuestión es un peregrinaje impreciso, a través del cual unas veces el filósofo considera lo Bello como lo Uno y otras veces no.

En Enéada I, 6, Plotino señala que se dice correctamente que el bien y lo bello nacen en el alma, por semejarse al ser de dios. Por esta razón, lo bello y las partes de los otros son del ser… A manera de aquel, que en sí mismo es a la vez el bien y lo bello, lo bueno y la belleza[i]. Según el pasaje, en cuestión, el bien y la belleza son análogos o son la misma cosa; aparentemente, son el mismo Uno.

De esta manera, se continúa la tradición clásica de la relación bello-bueno, donde lo divino es simultáneamente belleza y bien. De esta manera, lo bello-bien a de corresponder a la primera hipóstasis, ser parte de ésta. Pues de ella emana la inteligencia divina que posee la belleza como atributo divino; razón por la cual los restantes seres son bellos a partir de esta belleza. Si la belleza pertenece a la primera hipostasis lo abarca todo, nada se encuentre ausente de ella. Es la causa productora superior, cualitativamente, a lo producido.

Más adelante el filósofo agrega que primero se asienta lo bello y luego el bien. No lejos está lo bello de la recta inteligencia. Por lo cual, nuestra alma es bella[ii]. Aparentemente lo bello corresponde a la primera hipóstasis y a nivel de esencia es lo mismo que el bien. Sin embargo, ¿Qué quiere decir primero se asienta lo bello? Acaso quiere decir ¿Qué está antes del bien en el sentido de la procesión y, por tanto, es posterior a éste en el sentido de la emanación?

Si lo bello es equiparable a lo Uno, entonces ésta no es ni género ni categoría. Pues aquel está fuera del género y la categoría, y por ende lo estaría lo bello en sí. Además, lo bello no podría ser género porque su unidad quedaría destruida. Lo bello, parece estar allende de toda determinación, de toda definición y de toda distinción. Por tanto, sería anterior a la esencia. Tendremos que considerar a lo bello como algo supra-categorial; porque, como señala Plotino, la naturaleza de lo anterior —esto es, de lo Uno— engendra todos los seres, pero no se engendra a sí mismo; ni tiene, en efecto, clase o cualidad ni magnitud ni inteligencia ni alma. Tampoco tiene movimiento ni quietud o reposo, ni tiene lugar ni tiempo. Sin embargo, es en sí mismo y de una sola forma, más es libre de toda forma, de todo ser, de todo movimiento y de toda quietud[iii].

Esto quiere decir que no hay forma de definir ni a lo Uno ni a lo bello, tampoco al bien. Porque carecen de género y categoría. Lo Bello en sí carece de cualidad y cantidad, no pertenece a la inteligencia ni al alma, no es ser ni es movimiento ni reposo, ni está en lugar ni en tiempo alguno. Solo se puede decir de él que es simple por sí mismo, ausente de forma y antes de toda forma.

¿Podemos decir que lo bello en sí es supra-bello? En una interpretación externa a la concepción plotiniana, podemos decir que de asumir esta condición convierte a la metafísica de lo bello en una metafísica de lo inenarrable, de lo no-predicable, porque excluye a lo bello de todo discurso de los razonamientos. En primera instancia, esto da como resultado una metafísica negativa, pues el discurso sobre lo bello tendría su fundamento en lo que éste no es. En segundo lugar, de asumirlo nos coloca más en la perspectiva de lo sublime, lo cual a lo interno de la concepción plotiniana no resulta posible.

No obstante, si apelamos al discurso de los razonamientos podemos indicar que lo bello es unidad que se corresponde a sí misma, principio y devenir de toda cosa bella, y es eterno. Lo bello es real e idéntico a sí, no es afectado ni por generación ni por corrupción, se encuentra entero en todo lugar, ya que posee una razón que se da en todas partes y en sí misma. Y esto por la necesidad que tenemos de hablar de manera positiva de un elemento y sus atributos.

Por esta razón, lo bello es descrito por el filósofo como el brillo que resplandece de la idea; el cual no se ofrece de la misma manera en todos y se da con posterioridad al ser. En cambio, no es otra cosa que la esencia, pues lo afirmado de la esencia se aplica a lo bello. Aún cabe considerarlo de otro modo: en referencia a la afección (estética) particular que produce en nosotros cuando somos sus contempladores. Este acto es un movimiento que tiende verdaderamente hacia aquél, pero es, en verdad, un movimiento[iv].

Este movimiento es una aisthesis y el mismo corresponde al espectador, esto es, al sujeto que contempla lo bello. No a la bello en sí. Por otra parte, lo bello es posterior al ser, es decir, a lo primero y más antiguo, en sentido cualitativo. En tanto brillo, no es la luz en sí, sino una emanación de la luz. Lo bello, según el pasaje, está determinado por los géneros al ser, la esencia y el movimiento. No es supracategorial como habíamos indicado antes.

Por otra parte, aquel —se refiere a lo Uno— suministra a todos y engendra en sí mismo el propósito, el cual ofrece sin recibir nada en sí mismo; se muestra y permanece en la contemplación de sí mismo y disfruta semejándose a sí mismo. ¿Qué necesidad tiene de lo bello? Porque en sí mismo, el ser en sí (ὂν αὐτὸ) es más bello y elabora al enamorado de lo bello mismo y al productor enamorado[v].

Ninguna necesidad tiene lo Uno de lo bello porque es superior a éste, ya que lo antecede. Es lo que da a lo bello el ser de su belleza. Lo que nos está diciendo el filósofo es que aquel está más allá de lo bello, es más bello que lo bello; de allí que elabore al enamorado y al productor enamorado de lo bello.

A partir de acá se produce la distinción entre lo bello y lo Uno, aparentemente no son análogos. Aquel es suprabello, mientras que lo Bello es bello en sí.

Que lo bello es un comienzo, sí lo es. Pero un comienzo de otra naturaleza. Si lo relacionamos con la estética —entiéndase sensación o afección— del contemplador, que antes ha sido expuesta, lo bello es un comienzo posible en la vía de la procesión o retorno a lo Uno. Como posibilidad de contemplar a aquel. En este sentido, lo bello es un comienzo que tiende hacia aquel. Pues todo comienza y tiende a aquel. Lo bello no es principio y fin de todo, porque quien todavía no lo ha visto —a aquel— lo desea como el bien; sin embargo, al ver el principio, que es causa de lo bello y de lo bueno (καλῶι ἄγασθαί), queda maravillado y se llena de placer[vi]. Este ver no es sensible, se refiere el filósofo a la contemplación mística.

A nivel ontológico estamos muy lejos de lo antropológico, nos hemos remontado al primer principio. Si lo bello fuese semejante a lo Uno, sería unidad absoluta, idéntico a sí mismo, indivisible poseyendo una razón que se abarcaría a sí mismo. ¿Realmente es así? Por lo que hemos mostrado, parece no serlo.

El filósofo indica que lo que está más allá del bien, es origen y principio de lo bello; en sí mismo es primero que el bien y lo bello. Y está más allá de lo bello[vii]. Lo que está más allá del bien es lo Uno; éste es origen de lo bello, el cual es posterior a él. Lo bello aparece como un velo que se antepone a lo Uno y cubre, de alguna manera, al Bien; como algo que está entre la inteligencia y aquel. Debemos entender que esta es una forma de expresarse, la cual le otorgarle categorías a las hipostasis divinas.

Por otra parte, más allá de lo bello mismo se dice de aquella naturaleza que imprime a lo bello fuera de sí mismo; ya que por sus razones lo bello primero (πρῶτον καλόν) asciende a la inteligencia, por cierto, lo bello inteligente se manifiesta en lugar del conocer[viii]. Lo bello inteligible se equipará con la Inteligencia por ser la belleza que compete a ésta. ¿Por qué este cambio?

A nivel de la metafísica plotiniana debemos entender los diversos grados que conforman las hipostasis, y con ellas la ontología que está implícita en las diversas categorías y en los matices del discurso. De ahí la dificultad de comprender la transición de un nivel ontológico al otro, de entender las variantes de la esencia que define lo bello según el nivel en que se desarrolla el discurso.



[i] Cfr. Plotino. Enéada I 6, 6, 19-24.

[ii] Cfr. Enéada I 6, 6, 26-27.

[iii] Cfr. Enn VI 9, 3.

[iv] Cfr. Enn VI 2, 17, p. 118.

[v] Cfr. Enn I 6, 7, 26-30.

[vi] Cfr. Enn I 6, 7, 15-16.

[vii] Cfr. Enn I 6, 9, 37.

[viii] Cfr. Enn I 6, 9, 40.


viernes, 19 de abril de 2024

19 DE ABRIL


 

El 19 de abril siempre es un día difícil de entender como parte del proceso libertario, y es difícil porque ese día, creo que todas las provincias, declararon permanecer junto al rey cabeza de machete de España. Fernando verga creo que se llamaba.

El Bonaparte le había dado el coñazo parejo a este rey y hasta preso creo que lo tenía. Le había dado más que a tambora en temporada de gaita. Los de España estaban reunidos en Cádiz para ver como se repartían esas tierras de España, porque unos estaban con Bonaparte y otros con el mamerto del Rey.

Aquí en Caracas se reunieron también los delegados de las provincias, y entre estira y encoje se decidió apoyar al Rey y no a los franceses. Una verga rara, porque después, en los primeros años de la Guerra de Independencia, Francia apoyaba a los republicanos y hasta nosotros nos quedamos con el remoquete de latinoamericanos que nos habían encajado los franceses.

La vaina era medio jodida porque unos venezolanos estaban a favor del rey y otros a favor de Bonaparte. El compadre Emparan, que no era ningún guevón, apoyaba al francés. Por eso se hizo el pendejo aquel 19 de abril de 1810.

El primo Alexander von Humboldt cuenta en su libro ¨viajes por las regiones equinoséque¨, que cuando él llegó a estar tierras el Emparan era gobernador de Cumaná, y eso había sido al final del siglo 18. Además, el chismoso de Humboldt cuenta que los hermanos de Emparan también eran milicos, uno en la flota inglesa y el otro en la española. Y que por vainas del destino una noche se enfrentaron, sin saberlo, en ese charco que está entre España e Inglaterra y ambos murieron en el enfrentamiento, ya que ambos barcos se fueron a pique al cañonearse mutuamente los hermanos.

Es decir, que el Emparan sabía como se batía el cobre.

¿Por qué los venezolanos no se unieron a los franceses?

¿Por qué prefirieron a los españoles? E ahí la cuestión.

La vaina es que el 19 de abril de 1810 les puso la cabeza caliente a los venezolanos, y desde ese momento se armó el peo de la Guerra de Independencia.


jueves, 18 de abril de 2024


 

A finales de septiembre comencé a ahorrar para comprar un equipo nuevo, porque el pianito ya tiene sus años y los otros dos, como comenté, se tiraron en diciembre tres peos y una plegaria.

No fue fácil, pero tampoco tan arrecho.

En primer lugar, hablé con la Sofita para saber qué equipo tenía y, además, equipos estaban mortadela y ella los revivió. Pero la Sofitasa estaba muy ocupada en sus asuntos y le dije que como estaba muy ocupada iba a buscar unos panas para conseguir el equipo.

Así fue.

Me dije: Voy a buscar a los muchachos allá en la esquina de Alcabala. Al pana Luis y José Luis.

Ahí es peligroso porque el local de los muchachos queda entre La Cita y La Tertulia. Y si a uno le provocan unas frías puede caer en la tentación.

Me acerqué un día, y desde la entrada se veía que todo estaba oscuro.

—A lo mejor es que no han llegado, regreso otro día.

No estaba apurado porque seguía reuniendo la plata. Ya estaba en enero y todavía no tenía lo suficiente como para pedir el equipo.

En febrero regresé a ver si los muchachos estaban trabajando, fui un poco más tarde. Y nada, la vaina se veía oscuro. Por suerte en el negocio de la entrada había una señora y le pregunté:

—-¿Usted sabe si los muchachos están trabajando? Los del local del fondo.

A lo que ella me contestó:

—Ahí no hay nadie, lo que hay es un deposito de un chino.

A vaina, dije para mis adentros.

Tengo que escribirle al pana Luis por la Facebook, para ver si está armando equipos.

Le escribo y el pana, porque pana es pana, me respondió, de una vez, que él no estaba en Venezuela, que ya tiene seis años fuera del país. Pero que me iba a ubicar a José Luis o a otro pana de su absoluta confianza.

A Luis Andrade lo conocí cuando él tenía un local entre Peligro y Miguelacho. Y yo estaba buscando unas memorias para un equipo, que en ese entonces las memorias se parecían a unas arañas. Pasé por el local, hablamos del asunto, le llevé el equipo y las memorias. Pero algo pasó que el equipo no las quiso reconocer.

Cargué de nuevo con el equipo para la casa 8 del callejón San Luis y lo dejé ahí.

Al otro día mientras iba pasando frente al local de Luis, éste me llamó y me dijo:

—Traeme el equipo, que ya sé que pasó.

Le volví a llevar el equipo y esta vez todo fue sobre ruedas.

Desde hacia rato ya Luis estaba platinado. Ese local lo cerró y se mudó para la esquina de Alcabala donde puso un cyber y su taller de reparación y venta de equipos de computación.

Eso hace su rato. Por allá en los noventa.

Lo cierto es que Luis contactó con otro pana y éste me llamó.

Este es el panela Boby, también conocido como el Serafín. Es guerrero el hombre, echao pa´lante.

Hablamos, le dije lo que necesitaba como equipo según los programas y lo que hago. Me hizo un presupuesto y ahí nos tranzamos. Le di una parte para que fuese armando la maquinaría y el chasis, quedándole debiendo unos reales, que se los pagaría en las próximas tres quincenas.

Porque el pobre siempre está jodido, porque siempre vive con una mano adelante y otra atrás.

Le terminé de pagar lo que le debía y le dije que trajera el equipo.

Le revisamos las tripas al equipo y los programas que estaban instalados. Y nos sentamos a conversar largo rato.

Me puse a trasegar la información del pianito al equipo nuevo, 14 años que el pianito guapeo conmigo, el Nigno me sacó las patas del barro con ese pianito. Pero ya ha envejecido tecnológicamente.

Tengo que sacarle la información a los otros dos Lazaros. Que solo me es posible acceder a ellos por el ¨modo seguro de prueba¨. El Serafín me planteó la idea de convertirlos en equipos para almacenar información con lo que ya tienen.

Esa es la idea. Pero ahora viene la etapa de empezar a reunir para comprar un televisor de 32 pulgas para conectarlo al PC.

Ya compré el cable HDMI, por lo menos.

La vaina no ha estado mal. Hacia falta un equipo nuevo, éstos tienen mínime 20 años llevando más que violín prestao.


miércoles, 10 de abril de 2024

EL ARTESANO Y LA ARTESANÍA


El artesano no es un sujeto que se parece a un hippie, que tiene el cabello largo, que calza sandalias de cuero y vende sobre un tapete en algún bulevar de la ciudad.

No.

Un artesano es quien domina una técnica. Es lo que los antiguos helenos llamaban un τεχνικός, porque tenía una τέχνη.

Hasta ahí, la vaina iba bien. Hasta que llegaron los romanos y dijeron imitando a Don Vito Corleone:

—Eso es lo que nosotros llamamos Ars, y de ahora en adelante le decimos arte.

La cagaron.

Porque de ahí en adelante hasta estos días hay un enredo de Dios padre sobre qué vaina es arte y que es artesanía. Pero eso es harina de otro costal.

Volvamos a lo nuestro.

El artesano y la artesanía indudablemente han mutado en el tiempo, me refiero a cómo lo pensamos y concebimos.

Primero, eso que nosotros llamamos artista, tal como lo conocemos en estos días, es algo muy reciente. Apenas del siglo XIX, y se da en la figura del compadre Beethoven. Es él el artista que impone su criterio sobre la obra de arte y pide cuánto deben pagarle por su hacer. Nadie viene a naricearlo. Esa vaina la impuso el compadre. Tal vez por eso se quedó sordo, a lo mejor de alguna pescozada que le dieron.

Porque todo recordamos que el paisano Mozart, con toda su genialidad, no se distinguía en su status del cocinero real. Estaban al mismo nivel, porque ambos eran artesanos.

El artesano con la Revolución Industrial o se convirtió en burgués y en capitalista industrial, claro si tenía capital acumulado; o se convirtió en proletario, esto es, en obrero; si no tenía ningún capital.

Asumamos que la mayoría de los τεχνικός no tenían capital, por los gastos que conlleva estar vivo. Éstos, con la Revolución Industrial, se convirtieron en obreros especializados. Después siguieron los obreros rasos, sin ningún saber técnico.

En ese periodo y posteriormente vez de llamarse artesanos empezaron a llamarse obreros especializados o mano de obra calificada. Acá en Venezuela, el INCE formaba “mano de obra calificada” para las empresas o industrias. En lenguaje heleno, el INCE formaba artesanos.

Lo mismo debe haber ocurrido en todos los países de este mundito miserable.

Ante este desmadre y la aplanadora que traía la Revolución Industrial, por allá en Inglaterra o por ahí cerca William Morris y John Ruskin intentaron salvar algunas prácticas artesanales ornamentales o decorativas, porque a todas las otras prácticas artesanales se la había tragado la Revolución Industrial sin vaselina.

Y estoy convencido de que es por esta vía que a nosotros nos llega la concepción de artesano y artesanía que tenemos hoy en día. Por lo cual, considero que el sujeto artesano del que habla Simón Rodríguez, en sus escritos, es lo que nosotros llamamos “mano de obra calificada” u “obrero especializado”.

En el ámbito de la construcción es fácil ver estas diferencias entre los obreros.

Pero para que el pastel esté más enreverado junto a la artesanía están las manualidades.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

En estos días a la Ítaca laboral se acercó una persona para preguntarme sobre un asunto de la red de venta y me mostró una foto de uno de sus trabajos. Yo le dije que se dirigiera a la parte que correspondía a los artesanos. A lo cual ella me dijo:

—Allá me dijeron que viniera para acá.

Así están las cosas, diría Chivo Negro.

Quien domina una técnica manual es un artesano, si no la domina o es un aprendiz o un mirón. Solo los poetas, y de milagro, en el mundo heleno se salvaban de ser artesanos. Éstos eran productores, esto es, ποιητής.

Platón, en República, al texto los mismos romanos le cambiaron el nombre, el título del diálogo es “Politeía”. Solo una vez usa el término αρχιτεκτων. Que en sentido estricto significa “primer técnico”. Pero no recuerdo si es Derrida o Bachelard, porque estaba leyendo a ambos autores por la misma fecha, hace 20 años atrás, uno de estos autores indicaba que este término era político, porque era el técnico que estaba cerca del Rey, del Faraón. Estaba en la crema. En otras palabras, el αρχιτεκτων era el asesor real.

Por el contrario, el divino Platón para referirse a quien ordena y diseña la polis usa el término οικοσδομως. Que se traduce también por arquitecto, pero según los anteriores autores no tiene la carga política del anterior. En sentido estricto el término se traduciría como: casacasa.

En estos tiempos, artesano es un término ambiguo y como todo lo ambiguo difícil de ubicar y definir con precisión. Lo mismo le pasa a la artesanía. Solo queda recurrir a cierto sentido común y, por los momentos, dejar quieto al que está quieto.