martes, 23 de febrero de 2016

NUESTRO PROCESO DE APRENDIZAJE COMO BIEN CULTURAL: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

En nuestro proceso de aprendizaje en tanto acercamiento al mundo debemos favorecer un diálogo reflexivo, en el que cada uno de nosotros debe interactuar desde su dimensión social, psicológica, antropológica, política, cultural. Ya que éstos son nuestros bienes culturales, que permiten nuestra perspectiva cultural productora y el modo más adecuado de  aportar nuestro conocimiento y experiencia.

La idea de abrirnos al mundo persigue un doble objetivo. Por un lado, queremos incorporar y difundir, a la vez, los alcances sociales y culturales que hemos alcanzado en nuestro pensar-hacer. Del otro, intentamos motivar la participación activa de las otras personas en la confección de su historia, al intentar crear un espacio de diálogo, de conocimiento y reflexión. Deseamos intercambiar haceres, pensares con el otro.

De esto modo, cada uno de nosotros nos concebimos como un sujeto-espacio, capaz ayudar a producir o recuperar nuestras identidades a través de la muestra de la diversidad cultural en la que estamos insertos. Abogamos por una cooperación en igualdad para entender nuestros modos culturales, en oposición a la idea de homogeneidad cultural.

En este sentido, podemos describir e interpretar múltiples experiencias, de las que se desprenden las diversas aportaciones que podemos dar en la dimensión comunitaria de nuestro aprendizaje. Así contribuimos a una mejor comprensión de nuestras identidades culturales. La labor se desarrolla a través del diálogo educativo, con el cual ofrecemos un nuevo modo de expresión y de recuperación de nuestros haceres.

Recuperamos espacios que se han deshabitados por diferentes razones; espacios que pueden ser tanto tangibles como intangibles. Al ofrecer estas oportunidades de recuperación trabajamos en nuestra memoria histórica y social, y con ello construimos nuevas identidades que respondan a las circunstancias que van sucediendo en los diferentes contextos que habitamos.

Sin darnos cuenta estamos tras la búsqueda de nuestras identidades y comprensiones de nuestro mundo y del que nos rodea. A esto sumamos, los ámbitos futuros de actuación que nos planteamos, tanto individual como socialmente. Por ello, consideramos que nuestro aprendizaje cotidiano potencia nuestra participación crítica a través del diálogo. Fomentamos nuestra curiosidad y la de los otros; al favorecer la riqueza de la diversidad propiciamos la reflexión crítica en la interpretación de las cosas. En definitiva, construimos diversos significados que animan los diversos elementos de la diversa social y de identidades.

En términos generales, desde los diversos significados que partimos tienen el poder de elaborar una memoria cultural integrante. La recuperación y reinvención de nuestros patrimonios, que nos permite ofrecer a los demás las posibilidades de reencuentros con nuestra historia personal o colectiva. El acercamiento a las oportunidades de recrear el presente, el pasado y nuestro futuro, para mejorar nuestras perspectivas de vida.

Al ser sociedades pluriculturales, debemos ser conscientes las amplías y complejas relaciones que podemos establecer y desarrollar. Esta pluriculturalidad nos plantea más estrategias que son necesarias abordar; para sacar a la luz los conflictos y las soluciones que subyacen en nuestra sociedad, para sacar a la luz los vínculos a situaciones que están dentro de esta variedad cultural.

No vivimos en un mundo homogéneo ni igualitario, de eso somos conscientes. Por tanto, hay diferencias y coincidencias que son necesarias tener en cuenta, porque eso se nutre nuestras relaciones personales, sociales y culturales. Que nos puede excluir, pero también acercar y unir. Por ello, la necesidad de desarrollar diálogos educativos, capaces de abordar entre iguales toda esta multiplicidad en que nos encontramos inmersos.


PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

viernes, 19 de febrero de 2016

LOS ELEMENTOS DE SEMIOLOGÍA EN NUESTRA VIDA DIARIA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

En la semiología, de nuestra vida, el significado es la representación psíquica de cada «cosa» que tenemos delante. Es nuestra imagen psíquica puesta a cualquier cosa. ¿Qué es eso que estoy llamando «cosa»? Es lo que vemos o percibimos a diario. Y a esas cosas que vemos le damos significados, pues se nos presentan como signos. De esta forma estamos, constantemente, en una aplicación funcional de la semiótica.

Las situaciones, en nuestras vidas, están llenas de objetos, imágenes, gestos... y todos éstos son significantes nos dicen algo; que nos ofrecen significados a través de ellos. No tenemos que ser semiólogos para tener entendimiento de los significados que nos dan los significantes. Por ejemplo, la modelo de televisión (ella es un significante) que nos dice del glamour de estar vestida de tal manera (este es el significado). O el vecino (significante) que con su actitud nos hace percibir algo agradable o desagradable (ese es el significado). Nuestro mundo cotidiano está lleno de significantes y de significados.

Podemos decir, por ejemplo, que el vestido negro de lentejuelas (significante) tiene el significado de fiesta de cierto prestigio, en el ámbito social en que éste se da. El significado está mediado por significantes culturales, p. e. el vestido de lentejuelas; y por el uso social que se da al vestido. A esto se llama «isología», por que se concibe como una continuidad o proximidad de identidad entre ambos fenómenos, en virtud de lo cual unimos de forma indisociable al significante y sus significados. En este caso, vestido de lentejuela y fiesta de prestigio. De allí que a mucha gente le moleste ver las disociaciones, ya que percibe que se rompe la isología. 

Lo anterior nos indica que nos movemos en medio de diversos cuerpos de significados, que  coexisten en un mismo ámbito o individuo; que determinan en nosotros un conjunto múltiple de lecturas. Por lo general, de esto no nos damos cuenta, es decir del refinado semiólogo que somos. Leemos, leemos dignificantes y significados.

Todos los significados que construimos son un proceso dinámico de diversas interacciones entre los significantes. Este proceso une y desune al significante y al significado a través de signos. Normalmente hacemos esta distinción en función de un valor clasificatorio, es decir, clasificamos los signos. Ya que la unión de significante y significado no se agota en sí misma, siempre se valida en función de lo que le es adyacente; el contexto socio-cultural. Por otra parte, para dar significados nosotros procedemos por descomposición; pues la significación une significantes, significados y signos multilaterales, aproxima múltiple términos. De aquí la multivocidad de los significados.

Por ello, lo que parece ser el elemento común de un paradigma, puede desaparecer o mutar en otro sitio; en otro paradigma según otra pertinencia dado por términos diferenciales. El vestido de lentejuela puede significar otra cosa que no sea fiesta de prestigio, porque el significante (vestido de lentejuela) se puede dar como otro significante; según el contexto donde aparezca el significante. El traje de luces de los toreros, por su parte, es otro significante y da otros significados.

Como apreciamos ambos vestidos son distintas unidades significantes; cada uno es una unidad significante con significados diversos. El paradigma vestido, en este caso, capta el elemento de luces y como soporte conserva su valor positivo. Aunque el sistema de significados conlleva planos de expresiones, de contenidos y la significación coincide o no con la relación de ambos. Esto en el caso de hacer un paralelo con los dos trajes. Sin embargo, si nos quedamos solo con el traje de lentejuelas inciden en él los términos diferenciales de otro contexto. 
           
        Por ello, el significado siempre va mutando y hay que estar alerta con el significante y su entorno o determinantes externas. Porque lo que puede significar en un contexto, no necesariamente significa los mismo en otro. Hay variantes externas a considerar por su importancia. Un gesto, por ejemplo, tiene múltiples significados en el contexto en que éste se desarrolla.



PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

viernes, 12 de febrero de 2016

TEORÍAS MOTIVACIONALES EN LA ORGANIZACIÓN: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Las organizaciones apuntan a potenciar ciertas actitudes en las personas. Como la capacidad para relacionarse, buena predisposición, actitud reflexiva y de comunicación.  La motivación involucra una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos que deciden con que vigor se actúa y en qué dirección las personas encauzan la energía productiva. En este sentido, la motivación es un término genérico aplicado a una serie de impulsos, deseos, necesidades y anhelos. Al indicar que los administradores motivan a sus subordinados, estamos diciendo que aquellos realizan ciertos procesos con los que buscan satisfacer tales impulsos y deseos, con el fin de que los trabajadores actúen de determinada manera.
El objetivo fundamental de la motivación organizacional es desarrollar las potencialidades de las personas, pues éstas son la base del éxito o fracaso de la organización. Al brindarles la motivación necesaria, ellas incentivarán su crecimiento profesional y personal dentro de la empresa. De este modo, los individuos afianzaran sus actitudes con vista al fin de la empresa.
Douglas McGregor expone «la Teoría X y Teoría Y». Como veremos la Teoría X tiene las siguientes características:
La concepción de los recursos humanos, según la teoría X, se expresa de esta manera: 1) La motivación primordial del trabajador es el incentivo económico (salario). 2) Como la organización controla este incentivo; entonces el trabajador es un agente pasivo que requiere ser administrado, motivado y controlado por ésta. 3) Las emociones humanas son irracionales; por tanto, éstas no deben interferir el propio interés del individuo. 4) Las organizaciones deben planificarse con el objeto de neutralizar y controlar los sentimientos, y las características imprevisibles de los trabajadores. 5) El hombre es por naturaleza perezoso, por lo que debe ser estimulado por incentivos externos. 6) Los intereses individuales, por lo general, son opuestos a los objetivos de la organización; de allí que es necesario un control rígido sobre el trabajador. 7) El hombre por su irracionalidad intrínseca es incapaz de lograr autocontrol y disciplina.
La concepción de la administración de recursos humanos según la Teoría X se manifiesta de la siguiente manera: 1) La administración de RRHH responde por la organización de los elementos productivos de la empresa; esto es: dinero, materiales, equipos y personal. 2) La administración es el proceso de dirigir el esfuerzo de las personas, motivarlas, controlar sus acciones y modificar su comportamiento, con el fin de atender las necesidades de la organización. 3) Se considera que sin la intervención activa de la administración las personas permanecen pasivas, ante las necesidades de la organización y se resisten a cumplirlas. Por consiguiente, los individuos deben ser persuadidos, recompensados, castigados, coaccionados y controlados. Es decir, las actividades de éstos deben ser dirigidas estrictamente.
La Teoría X se fundamenta en que el hombre es: 1) Negligente por naturaleza; por tanto, evita el trabajo o trabaja lo mínimo posible y prefiere ser dirigido. 2) Carece de ambición; por lo que evita tener responsabilidades y prefiere estar libre de obligaciones. 3) Es egocéntrico con respecto a las necesidades de la organización. 4) Es crédulo, no es muy lúcido. Siempre está dispuesto a creer en charlatanes y demagogos. 5) Su naturaleza lo lleva a oponerse a los cambios; ya que ansía la seguridad.
La Teoría Y, por su parte, es una concepción moderna. Ésta supone que el esfuerzo es una actividad humana natural dirigida al trabajo, es capaz de brindar placer y realización a la persona. Además, el compromiso con los objetivos supone una recompensa, por lo cual las personas tienden a buscar responsabilidades.
Según la teoría Y, la tarea principal de un administrador consiste en crear un clima favorable para el crecimiento y el desarrollo de la autonomía, la seguridad en sí mismo y la actualización personal por medio de la confianza, y mediante la reducción de la supervisión al mínimo. La Teoría Y propone una administración participativa y democrática basada en los valores humanos.
Para la Teoría Y, los fundamentos de la motivación organizacional son: 1) El esfuerzo físico o mental en el trabajo es tan natural como jugar o descansar. 2) El hombre no siente que sea desagradable trabajar. 3) De acuerdo con ciertas condiciones controlables, el trabajo puede ser fuente de satisfacción o una fuente de castigo. El primero, se realiza voluntariamente. El segundo, debe evitarse en lo posible. 4) El control externo y las amenazas de castigo NO son los únicos medios para lograr que los individuos se esfuercen para lograr los objetivos de la organización. 5) El hombre debe autodirigirse y autocontrolarse para ponerse al servicio que le son confiados. 6) Confiar objetivos a un empleado es una manera de premiar, lo que está asociada con su alcance efectivo. 7) Las recompensas más relevantes, como la satisfacción de las necesidades del ego o de autorrealización, son productos directos de los esfuerzos dirigidos a conseguir los objetivos de la organización. 8) El hombre aprende a asumir responsabilidades y a aceptarlas. 9) La evasión de la responsabilidad, la falta de ambición, y el énfasis en la seguridad personal son características propias de la experiencia individual. No de la naturaleza humana. 10) La capacidad de desarrollar un alto grado de imaginación e ingenio en la solución de problemas organizacionales se encuentra en la mayoría de las personas. No en una minoría. 11) En la sociedad industrial moderna, el potencial intelectual del hombre sólo se utiliza parcialmente.
Con respecto al hombre, la Teoría Y considera que: 1) Las personas poseen motivación básica, capacidad de desarrollo, estándares adecuados de comportamiento y están capacitadas para asumir plenas responsabilidades. 2) El hombre no es pasivo ni contraviene los objetivos de la organización.
La concepción de la administración de recursos humanos según la Teoría Y considera que: 1) La administración es responsable de la organización de los elementos productivos de la empresa, esto es: dinero, materiales, equipos, personas. Para que la organización alcance sus fines económicos. 2) Las personas no son pasivas por naturaleza ni renuentes a colaborar con las necesidades de la organización. Éstas pueden asumir aquellas actitudes debido a malas experiencias en otras organizaciones. 3) La administración no crea la motivación ni el potencial de desarrollo ni la capacidad de asumir responsabilidades, ni de dirigir el comportamiento para alcanzar los objetivos de la organización. Ya que estas actitudes están presentes en las personas. 4) La administración es responsable de proporcionar las condiciones para que las personas reconozcan y desarrollen por sí mismas sus actitudes. 5) La labor primordial de la administración es crear condiciones organizacionales y métodos de operación mediante los cuales las personas pueden alcanzar sus objetivos individuales con mayor facilidad. Y, por consiguiente, dirigir sus propios esfuerzos hacia los objetivos de la organización.
McGregor recomienda que la administración tenga las siguientes características: 1) Descentralización y delegación: Delegar las decisiones a los niveles inferiores de la organización para permitir que todas las personas se involucren en las actividades de ésta. 2) Ampliación del cargo y mayor significación del trabajo: La reorganización, el rediseño y la ampliación del cargo implican actividades adicionales para las personas; que provocan innovación y estimulan la aceptación de responsabilidad en la base de la organización. 3) Participación y administración consultiva: La participación en las decisiones y la consulta que busca obtener sus opiniones tienen la finalidad de estimular las energías creadores para la consecución de los objetivos de la organización. 4) Autoevaluación del desempeño: Se ha experimentado con éxito que las mismas personas formulen sus propias metas, y se autoevalúen periódicamente su desempeño frente a esos objetivos. El individuo se ve animado a adquirir mayor responsabilidad en la planificación y evaluación de su propia contribución a los objetivos de la organización.
Frederick Herzberg, por su parte, expone la «Teoría de los factores». La investigación de Herzberg consistía en un cuestionario, en el cual se preguntaba a ingenieros y contadores acerca de los factores que producían satisfacción e insatisfacción en su trabajo. Esta investigación logró separar dos tipos de factores. Uno, el ambiente externo; otro, el trabajo del individuo. Entonces, la motivación de las personas, según Herzberg, depende de estos dos factores: los factores de higiene o factores extrínsecos; y los factores de motivación o factores intrínsecos.
Los factores de higiene o extrínsecos, se localizan en el ambiente que rodea al individuo y se refiere a las condiciones en las cuales desempeña su trabajo. Los factores higiénicos no están bajo el control del individuo, puesto que son administrados por la empresa. Implican las condiciones físicas y ambientales de trabajo, el salario, los beneficios sociales, las políticas de la empresa, el tipo de supervisión recibida, el clima de las relaciones entre las directivas y los empleados, los reglamentos internos, las oportunidades existentes...
Estos factores corresponden a la perspectiva ambiental y constituyen los factores que las empresas han utilizado tradicionalmente para lograr la motivación de los empleados. Sin embargo, los factores higiénicos poseen una capacidad muy limitada para influir en el comportamiento de los trabajadores. Son factores de contexto que se sitúan en el ambiente externo que rodea al individuo. Tradicionalmente, estos factores higiénicos eran los únicos que se destacaban en las prácticas de motivación de los empleados, es decir, en las condiciones que los rodean y lo que reciben externamente a cambio de su trabajo.
La expresión «higiene» refleja con exactitud su carácter preventivo y profiláctico, y muestra que sólo se destinan a evitar fuentes de insatisfacción en el ambiente como amenazas potenciales que puedan romper su equilibrio. Cuando son óptimos, los factores higiénicos solo evitan la insatisfacción en los cargos, pero no consiguen elevar la satisfacción. Cuando la elevan no consiguen sostenerla ni mantenerla elevada durante mucho tiempo. Sin embargo, cuando son precarios, los factores higiénicos provocan insatisfacción.
Los factores higiénicos son profilácticos y preventivos. Evitan la insatisfacción pero no logran la satisfacción. Cuando son precarios, producen insatisfacción y se denominan entonces factores de insatisfacción.
Estos factores incluyen: 1) Condiciones de trabajo y comodidad. 2) Políticas de la empresa y la administración. 3) Relaciones con el supervisor. 4) Competencia técnica del supervisor. 5) Salarios. 6) Estabilidad en el cargo. 7) Relaciones con el colega
Los factores de motivación o intrínsecos, por su parte, están relacionados con el contenido del cargo o con la naturaleza de las tareas que el individuo ejecuta. Tienen que ver con las tareas y los deberes relacionados con el cargo en sí; produce un efecto de satisfacción duradera y un aumento de la productividad muy por encima de los niveles normales. Los factores de motivación o motivacionales dependen de la naturaleza de las tareas ejecutadas. Tradicionalmente, las tareas se han definido y distribuido con la única preocupación de atender los principios de eficiencia y economía, sin tener en cuenta los componentes de desafío y oportunidad para la creatividad y la significación psicológica del individuo que la ejecuta.
El efecto de los factores motivacionales sobre el comportamiento es más profundo y estable. Cuando los factores motivacionales son óptimos, provocan satisfacción; cuando son precarios, sólo evitan la insatisfacción. Estos factores están bajo el control del individuo y abarcan los sentimientos de autorrealización, crecimiento individual y reconocimiento profesional. El término motivación encierra sentimientos de realización, de crecimiento, y de reconocimiento profesional, manifiestos en la ejecución de tareas y actividades que constituyen un gran desafío y tiene bastante significación para el trabajo.
Los factores responsables de la satisfacción profesional son totalmente independientes y distintos de los factores responsables de la insatisfacción profesional. Lo opuesto de la satisfacción profesional no es la insatisfacción sino ninguna satisfacción profesional. Lo opuesto de la insatisfacción profesional es ninguna insatisfacción profesional, y no la satisfacción. Cuando los factores motivacionales son óptimos elevan la satisfacción de modo sustancial. Cuando son precarios provocan la pérdida de satisfacción y se denominan factores de satisfacción.
Los factores de motivación incluyen: 1) Delegación de la responsabilidad. 2) Libertad de decidir cómo realizar un trabajo. 3) Ascensos. 4) Utilización plena de las habilidades personales. 5) Formulación de objetivos y evaluación relacionada con estos. 6) Simplificación del cargo (por quien lo desempeña) 7) Ampliación o enriquecimiento del cargo (horizontal o verticalmente)
La importancia de la motivación en una empresa contribuye al buen desempeño de los individuos. Sea ésta remuneración, beneficios sociales, apoyo del supervisor, ascenso, aceptación del grupo… Contribuye a recordarles a las personas que es lo que pueden llegar a ser si se lo proponen. Para lograr que las personas se sientan motivadas, es necesario que se asuma una actitud con la que se puede llegar a alcanzar las metas planteadas. Esta actitud se demuestra constantemente con hechos, con cada decisión que se toma y en la forma que soluciona problemas cotidianos.
Por otra parte, la motivación es uno de los medios a través de los cuales una organización pueda asegurar la permanencia de sus empleados. Ésta impulsa al hombre en su accionar. Si es adecuada permitirá alcanzar los objetivos de la organización. Si bien no existe una fórmula mágica para conquistar la voluntad de las personas es posible realizar algunas predicciones acerca de los motivos que predominan en los empleados. El desarrollo precedente de las algunas de las teorías de motivación existentes hasta la fecha tiene por objetivo brindar una serie de elementos que permitan identificar y medir el nivel de motivación con el objeto de poder identificar las necesidades de los individuos para poder satisfacerlos.

Las fuentes consultadas para la realización de este artículo fueron:
Brow W y Moberg D. Teoría de la organización y la Administración, México, Editorial Limusa, 1990.
Chiavenato Idalberto. Introducción a la Teoría General de la Administración, México, Mc. Graw–Hill Interamericana, 1989.
……………………. Administración de Recursos Humanos, Bogota, Mc. Graw Hill, 1996.
Dessler G. Organización y Administración: enfoque situacional, México, Prentice Hall, 1979.
Gordon, Judith. Comportamiento Organizacional, México, Prentice Hall, 1997.
Robbins, Stephen. Comportamiento Organizacional, México, Prentice Hall, 1999.


PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

jueves, 11 de febrero de 2016

¿DE QUÉ RÍE DEMÓCRITO?: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

            En algún libro leí que los amigos de Demócrito viendo que el filósofo siempre andaba sonriente llamaron a Hipócrates, para que el insigne médico de la antigüedad hiciera un diagnóstico del estado de salud del siempre sonriente abderita. El médico, luego de conversar largamente con el atomista, llegó a la conclusión que era Demócrito el hombre más cuerdo que había tratado en su vida.

            El diagnóstico de Hipócrates nos confirma, por una parte, que la filosofía es un asunto de cuerdos. Por lo que la afirmación de Marinoff de que la consultoría filosófica es una terapia para cuerdos resulta correcta. Por otra parte, la actitud del filósofo sonriente nos confirma otra cosa. A saber, que la filosofía es el acto de amor por excelencia, y por ello es posible sonreír permanente o vivir sonriendo. Ya que solo el enamorado es capaz de sonreír permanentemente. Porque como dice Cicerón, “no sé si, exceptuada la sabiduría, algo mejor que esta se dio al hombre por los dioses inmortales” refiriéndose a la amistad.        

            “Porque en filosofía hay philein, amar, estar enamorado, desear” nos recuerda Lyotard. De aquí que la filosofía siempre sea primero pasión. De este modo, citando nuevamente a Lyotard  “quien desea ya tiene lo que le falta, de otro modo no lo desearía, y no lo tiene, no lo conoce, puesto que de otro modo tampoco lo desearía”. Acaso sonríe Demócrito de esa ausencia que ya posee.   

Desde que Da Vinci pinto la «Gioconda», el mundo ha estado fascinado por la sonrisa de la mujer del cuadro. Se han preguntado de qué ríe esta mujer. Qué oculta o qué devela este esbozo de sonrisa. Sonrisa del Renacimiento. Tal vez, devela u oculta la sonrisa de ese período histórico, o tal vez, la sonrisa del mismo pintor. Lo cierto es que sigue fascinando a todos aquellos que observan el cuadro, no importa porque medio.  

            La filosofía que ha pretendido, por causa del divino Platón, ser ciencia de mujeres y hombres serios, también tiene su ser sonriente. Hay anécdotas, según las cuales Demócrito reía muy a menudo irónicamente ante la marcha del mundo, por lo cual decía que la risa torna sabio al hombre. Esto lo llevó a ser conocido, durante el Renacimiento, como «el filósofo que ríe» o «el abderita risueño».

            Si desde el Renacimiento, los individuos se han preguntado por la sonrisa de la Gioconda de Da Vinci. Tendremos que preguntarnos ¿De qué ríe Demócrito de Abderá? Qué devela o qué oculta la risa desenfadada de aquel a quien Platón quiso mandar a quemar sus libros. Si como dice Lyotard que la filosofía es pasión, entonces en ésta se debe incubar la risa del filósofo de Abderá.

            Diógenes Laercio relata, que Demócrito pregonaba “que el fin es la tranquilidad de ánimo: no la que es lo mismo que el deleite, como siniestramente entendieron algunos, sino aquella por la cual vive el alma tranquila y constantemente ni es perturbada de algún miedo, superstición ó cualquiera otra pasión de estas”. La tranquilidad, tal vez, de aquel que devela las razones de la vida.

            “Suyo es aquel dicho de: Las palabras son la sombra de las cosas”, nos dice Laercio. Y si el sujeto es palabra, éste solo es sombra de las cosas. Mero devenir. Palabras, solo palabras dice una canción. No es el sujeto existencia. Puesto “que de lo que no existe nada se hace: ni en lo que no es, nada se corrompe”. Entonces, cuál es la preocupación que anida en la vida de toda mujer, de todo hombre. Si nada somos.

            Tal vez, solo somos preocupaciones. Seres desnudamente preocupados. Nos agitamos a lo largo de nuestra vida; y no solo nos agitamos sino que agitamos a otros, y los llevamos por este derrotero de preocupaciones. En esto somos insensatos, por eso no podemos sonreír. Incluso muchas veces nos ha sido prohibido sonreír, porque debemos convertirnos en seres preocupados. Así se nos va la vida, que es una sola.  

            Somos seres menesterosos, nos recuerda Sócrates en El Banquete. Porque tendemos en demasía a la diosa Penía y no a Poros. Por eso la sonrisa nos es una ausencia implacable. La ausencia que signa al menesteroso. Ya decía el viejo Epicuro, en su jardín, no es rico el que más tiene sino el que menos necesita. Y esto nos llenamos de abundantes sonrisas, y nos asemejamos a Poros. Tal vez, algo así sabía el abderita. Y de allí su risa. La filosofía no puede ser cosa seria porque es abundancia de pasión, de amistad, de amor, de saber, de indagar. Y se deleita ella en la conversa; en el otro. De allí la permanente y eterna sonrisa del filósofo de Abderá.    


PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

jueves, 4 de febrero de 2016

TEORÍAS DE LA MOTIVACIÓN HUMANA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Las organizaciones, hoy en día, apuntan hacia la comprensión del comportamiento humano y de las actitudes que la conforman. Éstas se fijan en aquellas personas que tienen perspectivas de alcanzar sus metas. En este sentido, el objetivo primordial en la administración de recursos humanos es comprender las potencialidades de las personas; con el objeto de afianzar sus motivaciones y sus actitudes en función del éxito de la organización.

Para ello, se han planteado diversas teorías del comportamiento humano, sus causas y tipos en función de los logros laborales. El comportamiento humano, por su parte, es el conjunto de comportamientos exhibidos por las personas, tanto en lo individual como en lo colectivo. Éste está influenciado por la cultura, las actitudes, las emociones, los valores individuales y culturales, la ética, el ejercicio de la autoridad, la persuasión, la coerción y la genética. El comportamiento humano puede ser visto como algo común, inusual, aceptable, o por fuera de los límites aceptables.

El comportamiento está influido por la personalidad. Ésta es el reflejo exterior del ser interior, la suma total de las características del individuo. El desarrollo de la personalidad conlleva implícito el desarrollo del comportamiento. Las fuentes del desarrollo de la personalidad son la herencia y el ambiente social, estos dos factores causales se relacionan como factor multiplicador.

El comportamiento humano es evaluado según normas sociales y regulado por diferentes medios de control social. La finalidad del comportamiento humano reside en relacionarse con los demás, a fin de establecer diversos tipos lazos. Según Chiavenato, existen tres premisas que explican la naturaleza del comportamiento humana, éstas son: 1) El comportamiento es causado por una causa interna o externa que lo origina, producto de la influencia de la herencia y del entorno. 2) El comportamiento es motivado por los impulsos, deseos, necesidades o tendencias. 3) El comportamiento está orientado hacia objetivos; existe una finalidad en todo comportamiento dado que hay una causa que lo genera.

Por otra parte, existen diversos factores que afectan el comportamiento humano, entre éstos: 1) La actitud: en este grado la persona hace una evaluación favorable o desfavorable del comportamiento. 2) La norma social: ésta es la influencia de la presión social que es percibida por el individuo (creencia normativa) para realizar o no ciertos comportamientos. 3) Control del comportamiento percibido: cómo las creencias de las personas hacen fácil o difícil la realización de un determinado comportamiento.

Las actitudes, por su parte, son predisposiciones hacia un objeto o situación, que proporcionan tendencias a responder de manera favorable o desfavorable ante cierta clase de estímulos. Las actitudes tienen referencia social, tanto en sus orígenes como en su desarrollo, son inherentes al individuo y se encuentran íntimamente relacionadas con la conducta y hechura psicológica de éste. Se dan tres clases de actitudes, a saber: 1) Afectivas: las que una persona siente acerca de un objeto o situación; lo evalúa favorable o desfavorable; son respuestas o afirmaciones verbales de afecto. 2) Cognoscitivas: las que una persona cree acerca de un objeto o situación; cómo es ese objeto de modo objetivo; se dan respuestas preceptúales a situaciones individuales o sociales, o afirmaciones verbales de creencias. 3) Conductuales: cómo responde una persona ante un objeto o situación en función de las dos anteriores; se dan afirmaciones verbales concernientes a la conducta.

Según Katz, existen cuatro funciones principales de las actitudes. 1) Función de conocimientos: ésta busca consistencia y estabilidad en la percepción del mundo, da significado y dirección a la experiencia proporcionando marcos de referencia para juzgar eventos, objetos y personas. 2) Función adaptativa (instrumental o utilitaria): obtiene respuestas favorables de otros mediante actitudes socialmente aceptables, de modo que éstas se asocian con importantes recompensas. 3) Función de valores: logra autoexpresión mediante valores por los que se siente aprecio; la recompensa es la confirmación de un sentido de integridad. 4) Función de defensa del Yo: ayuda a protegerse de tener que admitir las deficiencias personales; significa con frecuencia la evitación y negación del autoconocimiento.

A partir del comportamiento humano y las actitudes de las personas se proponen diversas teorías de la motivación; en función de la administración de recursos humanos y de la importancia que éstas tienen en el desarrollo organizacional. La motivación es el impulso-esfuerzo que busca satisfacer un deseo o meta. En otras palabras, motivación implica impulso hacia un resultado. Ésta es el proceso que impulsa a una persona a actuar de una determinada manera o por lo menos origina una propensión hacia un comportamiento específico. Ese impulso a actuar puede provenir del ambiente (estimulo externo) o puede ser generado por procesos internos del individuo. En este último caso, la motivación se asocia con el sistema cognitivo de la persona. La cognición, por su parte, es aquello que la persona conoce de sí mismo y del ambiente que lo rodea. El sistema cognitivo implica valores personales, que están determinados por el ambiente social, la estructura fisiológica, las necesidades y experiencias de cada persona.

El punto de partida del ciclo motivacional está dado por el surgimiento de una necesidad. Ésta rompe el estado de equilibrio en el que se encuentra el individuo al producir un estado de tensión, que lleva a éste a desarrollar un comportamiento capaz de descargar la tensión y liberarlo de la inconformidad y el desequilibrio. Si el comportamiento es eficaz la necesidad quedará satisfecha, y retornará a un nuevo estado de equilibrio. Por el contrario, cuando la necesidad no es satisfecha ésta puede originar frustración o compensación, es decir,  transferencia hacia otro objetivo o meta.

Según Ricardo Solana, la motivación es lo que hace que un individuo actúe y se comporte de una determinada manera. Ésta es una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos que deciden, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en qué dirección se encauza la energía. Para James Stoner, la motivación son los factores que ocasionan, canalizan y sustentan la conducta humana en un sentido particular y comprometido. Harold Koontz y Heinz Weihrich, por su parte, indican que la motivación es un término genérico que se aplica a una amplia serie de impulsos, deseos, necesidades, anhelos, y fuerzas similares. Para Koontz y Weihrich, decir que los administradores motivan a sus subordinados, es indicar, que realizan cosas con las que esperan satisfacer esos impulsos y deseos e inducir a los subordinados a actuar de determinada manera. Para Herzberg, la motivación incluye sentimientos de realización de crecimiento y de reconocimiento profesional, que se manifiestan por medio del ejercicio de las tareas y actividades que ofrecen suficiente desafío y significado para el trabajador.

Según la teoría de Maslow, en la motivación se dan un conjunto de jerarquía de las necesidades. Ya que las necesidades de las personas crecen y varían durante toda su vida. A medida que éstas satisfacen sus necesidades básicas, otras más complejas ocupan el predominio de su comportamiento. Para Maslow, las necesidades humanas tienen el siguiente orden de jerarquía: 1) Necesidades de autorrealización: (realización potencial, utilización plena de los talentos individuales, etc. 2) Necesidades de estima: (reputación, reconocimiento, respeto propio, amor, etc.) 3) Necesidades sociales: (amistad, pertenencia a grupos, etc.) 4) Necesidades de seguridad: (protección contra el peligro o las privaciones) 5) Necesidades fisiológicas: (aire, agua, alimentos, reposo, abrigos etc.)

Según Maslow, una necesidad satisfecha no origina ningún comportamiento; sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento y lo encaminan hacia el logro de objetivos. En la medida que el individuo controla las necesidades fisiológicas y de seguridad, aparecen las necesidades sociales, de estima y de autorrealización. Cuando el individuo logra satisfacer sus necesidades sociales, surgen las necesidades de autorrealización. Esto significa que tales necesidades son complementarias de las sociales, en tanto, que las de autorrealización lo son de las de estima. Por ello, las necesidades de autorrealización, estima y sociales requieren un ciclo motivacional mucho más largo que las fisiológicas y de seguridad.

Herzberg, por su parte, fundamenta su teoría motivacional en el ambiente externo y en el trabajo del individuo (enfoque extraorientado). Define dos factores, a saber: 1) Factores higiénicos o insatisfactorias: éstos se refiere a las condiciones que rodean al empleado mientras trabaja; incluyen las condiciones físicas y ambientales de trabajo, el salario, los beneficios sociales, las políticas de la empresa, el tipo de supervisión recibido, el clima de las relaciones entre la dirección y los empleados, los reglamentos internos, las oportunidades existentes, etc. 2) Factores motivadores o satisfactorios: están referidos al contenido, a las tareas y a los deberes relacionados con el cargo; son los factores motivacionales que producen efecto duradero de satisfacción y de aumento de productividad hacia niveles de excelencia, superiores a los niveles normales.

Para Vroom, (Modelo Contingencial de Motivación), los tres factores que determinan la motivación del individuo para producir y desear aumentar la productividad, son: 1) Los objetivos personales del individuo: éstos incluyen dinero, seguridad en el cargo, aceptación social, reconocimiento y trabajo interesante. 2) La relación percibida entre satisfacción de los objetivos y alta productividad: si un trabajador tiene como objetivo tener un salario mayor y trabaja en función de la remuneración por producción, podrá tener una fuerte motivación para producir más. 3) La percepción de su capacidad de influir su productividad: si un empleado cree que un gran volumen de esfuerzo tiene poco efecto sobre el resultado, tenderá a no esforzarse mucho.

La teoría de la expectativa de Vroom, propone que la motivación es producto de la valencia o el valor que el individuo pone en los posibles resultados de sus acciones y la expectativa de que sus metas se cumplan. La importancia de esta teoría es la insistencia que hace en la individualidad y la variabilidad de las fuerzas motivadoras. Vroom, sostiene que los individuos abrigan esperanzas y expectativas respecto a los sucesos futuros; tales están basadas en creencias y actitudes. Los individuos altamente motivados son aquellos que perciben ciertas metas e incentivos como valiosos, a la vez, perciben que la probabilidad de alcanzarlos es alta.

Los aspectos más destacados de la teoría de la expectativa de Vroom son: 1) Todo esfuerzo humano se realiza con la expectativa de un cierto éxito. 2) El sujeto confía en que si consigue el rendimiento esperado se den ciertas consecuencias para él; este tipo de expectativa se denomina instrumentalidad. 3) Cada consecuencia o resultado tiene para el sujeto un valor determinado, el cual denominado valencia. 4) La motivación de una persona es mayor cuanto mayor es el producto de las expectativas: instrumentalidad + la valencia. 5) La relación entre esfuerzo y rendimiento depende de dos factores: Las habilidades del sujeto y su percepción del puesto). 6) Cada persona tiene una cierta idea del nivel de rendimiento que es capaz de alcanzar en la tarea. 7) Las personas esperan que quien realice el mejor trabajo logre las mejores recompensas. 8) La fuerza de la motivación en una situación determinada equivale al producto entre el valor que la persona le asigna a la recompensa y la expectativa de su posible logro: Fuerza de la motivación = valor de la recompensa + probabilidad de logro.

Algunas de las consecuencias pueden ser: 1) La definición de estándares, metas y objetivos deben responder a estimaciones reales. 2) Se trata de definir exigencias alcanzables pero con esfuerzo. 3) Las recompensas por logro deben estar alineadas con las verdaderas expectativas. 4) Es preciso que las personas estén convencidas que las recompensas que reciben son justas. Por el contrario, quien realiza un desempeño muy bajo no ganara las mismas recompensas.

La teoría de la expectativa de Vroom tiene aplicación en la dirección por objetivos como fórmula de motivación. La dirección por objetivos es una fórmula de administración descentralizada; que consistente en subdividir en un determinado período los objetivos generales en objetivos parciales que se asignan a cada departamento; los cuales cuentan con autonomía necesaria y adquieren la responsabilidad de alcanzarlos. Para que los objetivos constituyan un factor de motivación es necesario que los responsables de los departamentos otorguen el suficiente valor a su consecución, por lo que se deben establecer los incentivos apropiados, asociados a los logros de aquellos.

Como hemos apreciado la motivación es el impulso que hace posible que el individuo actúe hacia un fin que pretende alcanzar. Tal fin desarrolla un sistema de valores y conocimientos personales, que es importante como mediación entre incentivo y respuesta. La cognición humana que se manifiesta en diversas actitudes, conlleva a determinar diversos tipos de comportamientos humanos. Lo que permite planificar modelos de socialización laboral. Ya que, la relación entre actitud y comportamiento humano permite el desarrollo de programas dirigidos al mejoramiento personal. La motivación como instrumento organizacional y el conocimiento de las actitudes de las personas facilita el alcance de metas y objetivos dentro de las empresas y organizaciones. Aquellas empresas y organizaciones capaces de asociar la motivación a un conocimiento del comportamiento humano serán proclives a alcanzar altos niveles de integración y desarrollo productivo.

Las fuentes documentales para la elaboración de este artículo son:

Cooper, Robert K.; Anyman, Saway, La inteligencia emocional aplicada al liderazgo y a las organizaciones, Barcelona, editorial Norma, 1998.
Chiavenato, Idalberto. Administración de Recursos Humanos, Colombia, Quinta Edición, Editorial McGraw-Hill, 2001.
Chiavenato, Idalberto. Comportamiento Organizacional, Bogotá, Thomson Editores, 2004.
Davis, Keith y Newstrom, John. Comportamiento humano en el trabajo, México, McGraw-Hill, 2003.
Hellriegel, D. Comportamiento Organizacional, México, Thomson Editores, 2004.
Koontz, Harold; Weihrich, Heinz. Administración, una perspectiva global, México, 11ª. Edición, Editorial McGraw-Hill. 1999.
Laredo. "Motivación y Satisfacción", http://www.teclaredo.edu.mx/unidad2/unidad2.htm
Neves, F. Psicología para gerentes, México, Editorial Mc Graw Hill, 1999.
Solana, Ricardo F. Administración de Organizaciones, Buenos Aires, Ediciones Interoceánicas S.A., 1993.
Vega, Manuel de. Introducción a la psicología cognitiva, Madrid, Alianza Editorial, 1984.
Villegas, José M. Administración de Personal, Caracas, Editorial Oasis, 1997.


PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

martes, 2 de febrero de 2016

LA COMPRENSIÓN EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Todo aprendizaje es un diálogo entre el individuo y el entorno, sea este último el que sea. El aprendizaje no es una experiencia abstracta, aislada; éste es una disposición y una actitud para vivir, que ocurre en el espacio físico y nos relaciona con otros sujetos y objetos. El aprendizaje es, en este sentido, un esfuerzo contextual, una búsqueda de significados en el entorno que habitamos.

El aprendizaje es una forma holística de vida, un conjunto de procesos sobrepuestos que van conformando nuestra la compleja y efímera naturaleza, es decir, van configurando el conjunto de significados y experiencias. Esta conformación está signada por nuestras necesidades y expectativas, que estructuran nuestras motivaciones y universo de intereses.  

El contexto personal, nuestro aprendizaje se refiere a todo aquello que traemos a nuestra experiencia, nuestros intereses y motivaciones. Nuestras preferencias le dan forma a nuestro aprendizaje. Este contexto de aprendizaje personal se conforma, en primer término, porque el aprendizaje fluye de acuerdo a nuestras motivaciones y elementos emotivos. Segundo, es facilitado por nuestro interés personal. Tercero, cualquier conocimiento nuevo se construye sobre una experiencia y un conocimiento que ya poseemos. Cuarto, nuestro aprendizaje solo se expresa dentro de un contexto apropiado.

En lo que se refiere al contexto social, el aprendizaje es una experiencia tanto individual como grupal, es decir, es un proceso colectivo. Lo que aprendemos en este contexto está ligado al entorno histórico y cultural en el cual ocurre. El aprendizaje y la creación de significados se consolidan en la esfera de lo individuo y lo social. Por ser un proceso compartido el aprendizaje y la búsqueda de significados ocupa un lugar específico en las comunidades, definidas éstas por los límites del conocimiento y las experiencias compartidas.

El contexto físico no indica que el aprendizaje ocurre en lugares determinados y configura espacios sociales de intercambio y experiencias; en el cual se incluyen experiencias dentro de todos los sentidos, esto es, sonidos, olores, imágenes y percepciones táctiles que influyen en el tipo de experiencia vivida.

El proceso de aprendizaje debe establecer relaciones entre nuestra vida y las áreas de conocimiento; entre nuestro pensar y nuestro hacer; entre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Esto se da en la medida que podamos implementar un enfoque para la comprensión. ¿En qué consiste esto?

Consiste en la búsqueda de encontrar modos de ayudar a entender mejor los contenidos en los procesos de aprendizaje. Hacerlos parte de la vida de cada individuo. ¿Qué hace que el proceso de comprensión nos resulte dificultoso? No todo proceso de aprendizaje se guía por un enfoque de comprensión; en muchos casos sigue dándose un proceso de memorización, de almacenamiento de muchos datos; que no tienen que ver con un proceso vivencial de los individuos. De allí que el cine resulte más atractivo, porque nos involucra como acto de vida.

¿Para qué nos sirven la historia o las matemáticas si no las comprendemos? Si no nos damos cuenta que cuando compramos algo hacemos un proceso matemático; o cuando alguien nos cuenta algún acontecimiento estamos ante un proceso de la historia. Si nuestra comprensión no está entrelazada con el sentido común y con un proceso cognitivo entonces carece de significados. De allí la ausencia de sentido para nosotros. El conocimiento y el aprendizaje nos resultan indiferentes.

Al comprender un asunto podemos realizar a partir de éste un conjunto de actividades que requieren un proceso cognitivo en cuanto al tema de conocimiento; podemos explicarlo, encontrar relaciones, evidencia y otros ejemplos, generalizarlo, aplicarlo, presentar analogías y representarlo de una manera diferente. Esto lo hacemos cuando podemos encontrar paralelos y ejemplos en nuestra experiencia diaria.

La comprensión implica la realización de un conjunto de tareas que contienen en sí la aprehensión de un proceso aprendizaje. A esto se le «desempeños de comprensión», cuando se opera el conocimiento adquirido de diversas maneras, y en diversos campos. Los desempeños de comprensión los llevamos a cabo en nuestras actividades cotidianas. Entender que cuando hacemos cualquier movimiento, por ejemplo, hacemos una ruptura de la inercia. 

En los desempeños de comprensión se da un aprender haciendo. Aprendemos a nadar haciendo esto dentro del agua, no leyendo un manual de cómo nadar. Aunque el manual puede ayudar a mejorar la técnica de nado. Es esto es un aprender reflexivo, no la repetición de algo leído u oído. Se reflexiona sobre los diversos aspectos desde los que se puede abordar una situación. Si aprendemos a nadar en una piscina, también lo podremos hacer en el mar.


PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

lunes, 1 de febrero de 2016

«INSIDE OUT» O LAS IMPOSIBILIDADES DE LA ALEGRÍA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

La película Inside Out (IntensaMente) muestra un conjunto de emociones interactuando entre sí en la mente de una preadolescente (Riley Anderson). Las emociones protagonistas en cuestión son: Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Desagrado. Las cuales conforman la personalidad emotiva de la niña, y le permiten interactuar con sus padres y amigos. No obstante, entre las emociones, es Alegría quien pretende tener la primacía y hacerse cargo de la vida Riley Anderson. Algo propio de nuestra sociedad contemporánea. La búsqueda infinita de la alegría. El liderazgo de la felicidad.     

En el ámbito controlado y conocido de Riley, su hogar en Minnesota, las cinco emociones mantienen un control aparente en la vida de ésta. Pues todas las cosas de su vida tienen un desarrollo que ella conoce y sabe manejar. Sin embargo, en el momento en que lo conocido se trastoca, hace su entrada la incertidumbre; y con ella los conflictos emocionales. Porque a la niña no le es posible realizar su pensar-hacer con los mismos parámetros que hasta el momento dominaba. Y el factor desencadenante es la mudanza a San Francisco.

La mudanza acá tiene varios sentidos. Porque además de ser una mudanza en el aspecto de trasladarse de una ciudad a otra ciudad; es, a la vez, la mudanza de todas las fuentes de sentido que han regido la vida de la niña. Allí comienza el conflicto de las emociones, que no saben qué hacer ante la nueva situación existencial. Riley comienza poco a poco a colapsar, al no saber manejar los canales de sentidos que las nuevas circunstancias le establecen.         

            En medio de estas nuevas situaciones se despliega la emoción de la Tristeza, y asume un rol que previamente no poseía en la vida de la niña. La tristeza por las frustraciones de las nuevas circunstancias; los amigos dejados en el pasado; el abandono y el desconocimiento de nuevas personas en su vida. La emoción de la tristeza es errática, no tiene un norte determinado. No obstante, es una emoción tangible. Y allí está presente en toda su intensidad, del mismo modo que alegría, ira, miedo y desagrado.

Ésta es una emoción que conforma nuestra personalidad. Por lo cual, debemos tenerla en consideración. Y no como se pretende muchas veces de aislarla o separarla de nuestra vida, como si de una peste se tratara. De allí, que Alegría trata de apartar a Tristeza del pensar-hacer de Riley. Al tratar de resolver cada situación desde el punto de vista de la alegría. Alegría no entiende a Tristeza, tal vez porque son antípodas. Cara y cruz de la misma moneda.      

            Al no saber manejar la tristeza, Alegría comete desafueros que causan un estado caótico, el cual hay que intentar reparar, desde la óptica de Alegría. En este sentido, Alegría es intransigente, dogmática. Desea imponer su punto de vista. Crítica que ha realizado Seligman[1] a la psicología positiva, en su intento de manejar todas las circunstancias desde la perspectiva de las emociones positivas.  

            Si atendemos a lo expuesto por Antonio Damasio con respecto a la necesidad e importancia de las emociones negativas[2], nos encontramos con la imposibilidad de Alegría de dar respuestas coherentes y satisfactorias a las situaciones que se presentan en la vida de Riley. Ya que Alegría no sabe cómo lidiar con las situaciones adversas de nuestra vida. He allí una de las imposibilidades de Alegría.   
  
            Algo interesante que se da en la película Inside Out, es la odisea de Tristeza y Alegría. Navegan por mares inhóspitos sorteando diversas circunstancias cual el Odiseo de Homero. La aventura del retorno desde el olvido a la vida, hace que se replanteen diversos aspectos en la vida emocional de Riley.          

            En la medida que la personalidad emocional de Riley se desmorona a causa del manejo desafortunado de las circunstancias, por emociones inadecuadas a éstas. A la vez, la personalidad se reconstruye. Un superar conservando, diría Hegel. Unas cosas caen en el olvido, otras hacen su aparición.     
 
            En el caso de Temor, Desagrado e Ira, tales emociones fuera de sus ámbitos tratan de restaurar el estado emocional de Riley a partir del paradigma de Alegría. Una doble disociación emocional. Emociones que no cumplen sus funciones y buscan asumir otras que no le corresponden. Caos sobre caos. 

            En medio de la odisea que llevan a cabo Tristeza y Alegría, esta última comienza a llorar confesando que sólo deseaba que Riley fuera feliz. La imposición de la alegría, de la felicidad. Sin embargo, Alegría que ha tenido un momento de tristeza, caso paradójico. Logra comprender que Tristeza tiene un rol importante en la vida de la niña. En este caso, nos encontramos con el proceso crítico-reflexivo y no meramente con la emoción de alegría.       

            En este momento, Tristeza toma el control del estado emocional de Riley y hace desistir a ésta de la idea de volver a Minnesota. De este modo, se restaura el control emocional y la niña retorna a su casa. Donde ésta expresa a sus padres su situación existencial de tristeza. La necesidad, como señala Damasio, de las emociones negativas es la que hace posible la reconstrucción de la personalidad de Riley. A partir de este momento ya no hay la posibilidad de emociones aisladas, sino combinaciones diversas de éstas.     

            Inside Out nos muestra la imposibilidad de pensar que nuestro hacer es posible solo a través de emociones positivas. Existen emociones adecuadas o inadecuadas según las circunstancias a la cuales nos enfrentamos. Ese es el carácter de las emociones. No la imposición de una supuesta alegría a priori.


PD. Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín



[1] Ver el artículo: http://www.huffingtonpost.es/david-martin-escudero/lado-oscuro-psicologia_b_8915480.html
[2] Al respecto ver el artículo: http://obeddelfin.blogspot.com/2014/09/de-la-necesidad-de-las-emociones.html