Estimado y apreciado Obed.
Al bajar al puerto para iniciar este
viaje ya el tiempo ha transcurrido, esto es, que ya no estás desnudo como has
venido al mundo. Ahora has ido cargando las alforjas de la vida, vida que ha
sido buena y venturosa. El viaje es el mismo y a la vez es otro del que ya
iniciaste hace tiempo atrás; ahora más sabio, si se puede decir esto, o tal vez
más diferente.
Toda vida que es un viaje ha de ser como
amor, que es abundante y menesteroso, en éste y en los otros tu viaje es el
retorno a ti mismo, porque no puedes enviar a otro para que haga el viaje por
ti. Así es, uno no se puede abandonar, o hacerse el olvidado de uno mismo.
Recuerda, la vida, el viaje, es como la
amistad, un barco de papel en un mar tormentoso, pero en cuyo barco quien es el
timonel eres vos; pero no sólo vos solo, sino muchos otros que te han
acompañado en otros y en este viaje. Puertos hay muchos, pero la mar es una. Y
recuerda lo que dice el poeta “Vive el presente, porque en esa estación vivirás
toda tu vida”. Buen viento y buena mar en este camino.
No te quito más tiempo, pues el camino es
largo.
Atentamente
De vos