domingo, 31 de diciembre de 2023

LA SUPERSTICIÓN Y EL AÑO NUEVO

 



Tenía días pensando que había que pasar la aspiradora por la pequicueva porque hacía meses que no lo hacía, y ya venía el año nuevo y todas esas vainas.

Además, esta semana en la Ítaca laboral nos dieron un combo hallaquero, entre otras vergas traía un pedazo de cochino y carne de res, ésta última yo creía que era un pedazo pero no, era una carne picada para las hallacas de verga. Total que llegué esa tarde, adobé al chanchito y la carne, hasta aceitunas les puse de unas que nos dieron. Las uvas pasas me las comí de una vez como caramelos. Hallacas no iba a hacer, me valen verga.

Guardé la carne y el cochino en el congelador para hornearlos el 31, era lo máximo que podía hacer por ellos. Así que está mañana prendí el horno y carne para dentro, saqué la aspiradora y empecé a limpiar el piso. No voy a repetir que eso de que los oficios del hogar me hincha las pelotas en grado sumo.

Al estar en esos menesteres me acordé que en Camboya había una superstición entre el campesinado que cuando nacía un niño o niña, quienes iban a visitar al recién nacido decían a toda jeta:

—¡Qué niño más feo! ¡Pobrecito, que feo!

Si el camboyanito era feo o no, no importaba. La idea de la superstición es que si decían que el bebe era bonito los dioses los podían oír y se podían sentir celosos, y llenos de celos se arrechaban y se llevaban al bebe. Para evitar eso, decían que el carajito era feo que jode, lo más probable, y así los dioses lo dejaban quieto.

Porque si hay una verga que tienen todos los dioses es que son celosos. Los celos le comen el culo, quién sabe por qué será. Por eso siempre es que cuando un humano anda como una lombriz buscan joderlo, alguna verga le hacen para que el coño e madre no sea feliz. Si no es el capitalismo es el comunismo, si no es Milei son los chavistas, si no es la lluvia es la sequía, o un Tsunami o una diarrea, pero el humano liso no sale de esta verga.

Al humano hay joderlo por algún lado, a lo mejor es que se lo merece por hijo de puta.

Además, el humano es el único vergajo en esta tierra que quiere ser feliz, en esa verga se la pasa. Los demás seres que habitan el planeta lo único que pretenden, si es que pretenden algo, es vivir. Pero el humano anda pa’rriba y pa’bajo con esa guevonada de ser feliz. Que si el psicólogo para ser feliz, que si el coaching de verga de Triana para ser feliz.

Esa vaina debe ser culpa del proceso civilizatoria, es decir, que la desgracia humana comenzó hace unos 10 mil años atrás. Por ponerse con esa mariquera de lo civilizatorio.

Mejor nos hubiésemos que dado en cueros y ya.

Toda esta verga es por qué cómo coño, siendo los dioses altos celosos, le puede uno desear a la gente un feliz año nuevo. Uno no puede, porque si los dioses se enteran lo primero que van hacer es joderlo, escoñetarle la poca vida que le queda, darle en la mera madre.

¿Qué hacer?

Es un dilema ontológico y metafísico.

Dentro de la idiosincrasia venezolana, la mejor opción podría ser desearle que todos se mamen un guevo en el 2024. Claro, que esto qué podría ser un deseo, más de una y uno lo podrían agarrar como un imperativo y empezar desde el mismo 31 de diciembre en esas funciones. Pero este deseo suena poco cortés, y lo cortés no quita lo valiente.

Tal vez lo mejor es desearles que este próximo 2024, que es mañana, les vaya cómo les salga del mismísimo forro, cómo les valga verga. Y creo que así los dioses no se sentirán celosos y no los podrán joder más allá de lo que ya están.

Sino que los dioses le den lo suyo, que les den por el saco.


martes, 12 de diciembre de 2023

DÓNDE ESTÁS


 

Llamame cuando querás, llamame que en tu soledad siempre por ahí estaré para vos. Perpetuamente distraído espero oír tu voz que en el silencio del alma se me ha ido olvidando. No te preocupés, sí llamá a cualquier hora que para vos estaré por siempre. Dejá que tus lágrimas derramadas crucen el Atlántico y los Sargazos, que yo las recogeré en esta orilla.

Ya no recuerdo casi nada, aun cuando aún me siento en las aceras de esas calles por donde creo caminamos. Recordá que la vida no ignora a nadie porque ella es indiferente. Solo es vida y con ella siempre está la muerte, todo es tan banal y efímero. Solo nosotros no lo sabemos. No hay verdades ni mentiras solo soledades de cada uno.

Las ideas tampoco existen, éstas se confunden con los sueños. Solo los dolores y nuestros desvaríos son permanentes, nacemos y convivimos con ellos. Y por ello los negamos. Amarrate la felicidad al tobillo y caminá más allá para que se arrastre.

Solo buscate a vos, porque no hay más nada. Si te encontrás o no, no importa. Todo es fragilidad, todo es instante. No hay obligación, ni propósito ni destino, eso son inventos de los desquiciados.   

Recordá que la vida es vida y nada más. Porque nada elige que vivir ni donde existir. Solo somos azares sin destinos ni manzanares; nada tenemos que ver en eso, marionetas de dioses indiferentes eso somos. Veletas sin rumbos creyéndonos que hay puertos para nuestras almas. Somos seres sin destinos, sin amor y sin querernos.

No te apures que no hay porqué. El Todo avanza a sus anchas y no nos espera, ni se interesa por nosotros. Es el Dios indiferente. Lo demás son inventos de nuestra soledad y desesperanza, de nuestra orfandad. No te mirés siquiera, pero siempre que querás llamame que yo por ahí estaré para decirte que te quiero.


miércoles, 6 de diciembre de 2023

QUE NO TE TOQUE LA NOCHE


Te ha tocado la noche con su oscuridad y los fantasmas con sus yelmos; ya el aire de las mañanas y la aurora han huido de tus pestañas. La tierra se ha endurecido bajo tus pasos, los olores se han negado a habitar tus recuerdos.  El agua ya no se oye caer en el aguamanil de tu sexo. Y el barrio de tus sueños se ha poblado de soledades.

Tus ojos se posan perdidos en algún atardecer sin sol, tus pies que cruzaron las fronteras del amor ya no consiguen el camino del querer sin querer. La tenebrosidad se enreda en tus caderas. Todo es noche sin luna, ni el torpe país del que te fuiste tiene los recuerdos en sus esquinas.

Todo es tierra yerma, sin virtud ni racimos, ni los mangos crecen oyendo los gritos y las aguas del otro lado; el barro de la lluvia y las resinas fragantes de los lirios sanjuaneros se han extraviado en las madrugadas de nuevos olores.

Décime vos, qué se hicieron tus ojos que ni las garuas ya son las lagrimas tuyas; que tu andar sin huellas cruza falsas fronteras, sin amor. Ni tus caderas tocan el pajonal de las carreteras, eres la tierra oscurecida que no conozco. La sombra larga del día cuando muere.

La oscuridad estaba agazapada bajo la ternura de tus manos, y olvidaste amarte cuando vos te olvidaste de los besos, de tu corazón que quedó recordando cada palabra, errando como herida por las calles sin comprender que ya no te habías encontrado. Amor sin territorio ni besos y con cicatrices.

Te tocó la noche, porque tal vez, solo tal vez, de los que quedamos acá vivos o muertos nos hemos quedado malditos. Sin almas, sin sentidos y sin sueños robándonos los mañanas y los futuros. La penumbra duerme sobre tu alma sin almohada, alma pérdida sin luz y extraviada, que no te toque la noche ni en la madrugada, porque el día aún no ha llegado.

 

martes, 28 de noviembre de 2023

LOS BOMBEROS UNIVERSITARIOS


 

Hoy me senté a almorzar con el pana Gustavo durante el almuerzo en la Ítaca laboral y, a lo mejor, por el asunto del Esequibo nos pusimos a conversar sobre Charles Brewer-Carías, quien entre otros fue uno de quienes le puso sostenes a la María Lionza de Colina, la que se quebró y estaba en la autopista.

Me contó Gustavo que cuando Brewer-Carías fue Ministro de la Juventud, durante el gobierno de Cabeza de Cochino, implementó los campamentos de frontera. Como el pana Gustavo ya estaba en eso de la Defensa Civil y los bomberos fue a la frontera a reconocer los sitios para cuando llegaran los jóvenes excursionistas al campamento. En varios sitios fronterizos estuvo el pana haciendo esa labor.

También me contó que estuvo en la frontera revisando los mojones que delimitan la frontera venezolana con Colombia y con Brasil.

En esa conversa me cuenta, el panela, que los bomberos universitarios se crearon cuando el gobierno de Caldera intervino la Universidad Central de Venezuela, la cual estuvo dos años cerrada. Crear los bomberos universitarios fue la manera que encontraron los muérganos de la UCV para sacar las armas que había en la universidad, y que el gobierno no encontraba.

Lo primero que hicieron los bomberos universitarios fue secuestrar, entiéndase robarse, una ambulancia del hospital universitario y un camión cisterna de la misma universidad. Un auto-robo. Los pintaron de rojo y les pusieron a ambos los  emblemas y logos de los bomberos universitarios.

Como los muérganos sabían dónde estaban las armas escondidas se acercaban al lugar con el camión cisterna, sacaban las armas, las echaban dentro  de la cisterna y paticas pa´ qué te tengo. Salían de la universidad como botellazo de puta con las armas dentro del camión.

En muchas facultades había armas, así como en las residencias estudiantiles. Pero los coño e madre se inventaron esa de los bomberos universitarios, hace 55 años, para desaparecer las armas que se utilizaban en la guerrilla urbana en ese entonces.

El bautizo de fuego y la aceptación de los bomberos universitarios por los demás bomberos, me cuenta el pana Gustavo, fue cuando se incendió una fábrica de velas en El Cementerio, por donde hoy está el CICPC, la vieja PTJ. Los bomberos del municipio Sucre tenían un carro químico, pero no sabían qué hacer con esa mierda; los de Caracas ni la más puta idea de cómo apagar esa parafina.

Mientras los bomberos de Caracas y Sucre estaban delante de la fábrica en candela sin saber que hacer, llegaron los bomberos universitarios por el autopista que pasaba por encima de la fábrica de velas con una bombona de espuma química y apagaron el incendio. Apagaron esa verga y se fueron para la universidad de nuevo.

De bolas, muchos de esos bomberos sabían de química porque se la pasaban haciendo bombas. Después de ese incendio enseñaron a los bomberos de Caracas y del municipio Sucre lo que era la química del fuego y otras vainas más.

Ahí se ganaron el respeto de todos los bomberos de Caracas y de Miranda.

Los bomberos universitarios están ahí en la cachucha de Pérez Jiménez. Aunque vivieron una dura crisis una vez, son ejemplo de buenos profesionales.

Siguen ahí después de 55 años y son emblema de la Universidad Central de Venezuela. 


domingo, 26 de noviembre de 2023

AISTHESIS DE LAS MUÑECAS DE TRAPO


Si observamos las fotos de las esculturas griegas, nos podemos dar cuenta de que los helenos no podrían haber hecho muchas muñecas de trapo, porque andaban muy escasos de ropa, casi en pelotas. Y de aquellas hilachitas que usaban poco les quedaría para reusar en algún invento textil, tal vez sería menos que nada lo que debía ser aprovechable después de tanto trajín guerrero. Los helenos de seguro no servían para hacer muñecas de trapo, esa debe ser la conclusión.

Pero no es de eso de lo que quería hablar acá, y me costó algo conseguir un tema desde que Clairet me dijo que me invitaba al Segundo Coloquio de las Muñecas de Trapo.

De lo que deseo hablar, porque lo adoptamos de esos helenos escasos de trapos, es de la “aisthesis” de las muñecas de trapo. Este es un término muy conocido y usado a diario, porque es parte de nuestro hablar cotidiano. Eso que he  nombrado como “aisthesis” es lo que nosotros hemos traducido como “estética”. Pero, no deseo hablar ni de lo bellas que son las muñecas de trapo ni de la belleza que ellas poseen. No, no es de eso de lo que voy a comentar.

El término que he mentado arriba significa originariamente “sensación” y algo después también “percepción”. Y ambas pertenecen al cuerpo, no a la razón. Junto a las diversas sensaciones que sentimos está la “estesia”, que es nuestra disposición de abrirnos, sensiblemente, a las cosas que están en nuestro derredor, esto es, de abrirnos al mundo que nos rodea. Y en este abrirnos está la posibilidad de lo que llamamos la experiencia estética, es decir, la experiencia sensible.

De lo que deseo hablar, entonces, es de las sensaciones y percepciones que nos generan las muñecas de trapo. Por eso hice referencia a los helenos, porque no hallaba por dónde comenzar ni dónde meter a esos descamisados.




“AISTHESIS”

Primer asunto, originariamente las muñecas son de trapo, no de tela, es decir, son de un reuso; de un volver a usar aquello que una vez fue una tela, elegante o no. La cual cuando se reutiliza ya no es una tela, sino un recuerdo, un algo que temporalmente había sido olvidado y que se rescata del olvido.

Por tanto, la muñeca que nos compete comienza por ser un recuerdo de algo que fue, y que en tanto materia o material es rescatada para elaborar un nuevo ser, un nuevo presente. Y esto tiene sus implicaciones sensibles.

El reuso pertenece a aquel principio de conservación de la materia o de la llamada ley de Lavoisier. Según la cual, “la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma”, en este sentido, la elaboración de la muñeca de trapo transforma unos recuerdos en un presente; los cuales implican nuevas sensaciones corporales y percepciones emocionales. Porque todo recuerdo está ligado a ciertas emociones.

De este modo, la muñequera al iniciar la elaboración de las muñecas de trapos ya está inmersa en la “aisthesis” y no puede escapar de ella.

Alguien puede argumentar que ahora las muñequeras compran la tela nueva, es cierto. Nadie lo niega. Pero estoy hablando de una génesis, que perdura en el decir y en el imaginario del oficio. Pues, la historia presente de la muñeca parte de esos trapos que vuelven a traerse a la vida, a una segunda vida, creo que fue así como me dijo Carmen Poleo.

Además, la tela comprada en el almacén se trasmuta, por el oficio de la magia, en trapo. Esa es la realidad.

Tenemos que la elaboración de la muñeca de trapo desconstruye algo, que está temporalmente en desuso, para darle un nuevo uso. Con ello trae al encuentro del oficio viejos y nuevos relatos. Trae al presente recuerdos, que aún con la mayor indiferencia, afloran ante la presencia de la muñeca de trapo.

Así quienes no le habíamos prestado atención a estas muñecas de pronto ellas hacen su aparición, y entonces sabemos que están allí. De ahí las caras de asombro y de recuerdos encontrados que se producen cuando las personas se reencuentran con las muñecas de trapo. Pues, éstas en su sencillez son parte de nuestro vivir cotidiano, de nuestra cultura.

El nuevo vivir de aquel trapo olvidado encarna las sensaciones originarias de la muñeca de trapo, y es lo que nos compete en nuestro imaginario cultural. Que aun cuando la tela sea nueva, en nosotros está arraigada la idea de que es trapo, de que es olvidos y recuerdos. Que fue una sabana, un vestido, una blusa o un pantalón que se desgastó por el uso y por los años. Y en este imaginario están incitas nuestras sensaciones y percepciones.

Esas sensaciones que generan las muñecas de trapo son el registro de nuestra historia personal y no hay otra forma de vivirla. Las muñecas de trapo no se viven racionalmente, en ellas la razón está dejada de lado. Por eso razón, cuando las muñecas son expuestas transforman la racionalidad del espacio arquitectónico y lo convierten en otra cosa, el lugar expositivo se convierte en un pasar a través del espejo de Alicia para acceder a un país de las maravillas, es atravesar el escaparate y encontrarse nuevamente en Narnia.

La muñeca es textil y por tanto es táctil. Lo textil y lo táctil están imbricados, es raro pensar uno sin el otro. Ambos son sensoriales porque están adheridos al cuerpo, por eso son plenamente estéticos. La muñeca es altamente estética en este sentido, pues ella es solo sensaciones. Que es a lo estamos haciendo referencia. No podemos separar a la muñeca de trapo del cuerpo. Lo primero que alguien hace con una muñeca de trapo es tocarla, apreciarla táctilmente: abrazarla, pasársela por los cachetes o besarla. Lo que hace la persona con esto es “aisthesis”, una experiencia estética.

Con la muñeca de trapo nos ponemos en lo más primario de lo humano, en los meros sentidos. En eso consiste la estética de esta muñeca, en ser una multiplicidad de sensaciones. En la muñeca de trapo hay una fenomenología de la piel, del tacto, de lo sensible.

En esto consiste la fenomenología de la muñeca de trapo.

Esto lo pude observar cuando Maritza Cabello le regaló una muñeca a la hija de Malú, que es una bebe, ésta comenzó a masticarse a la muñeca. La convirtió en una muñeca gourmet, en pura sensación. Y no hay nada más sensorial que el gusto, que lo bucal. Lo mismo pasa con los besos que se le dan a la muñecas, es otra variante de lo que hizo la bebe de Malú.




“ESTESIA”

El segundo asunto que está implícito en las muñecas de trapo es el relato que se establece entre la muñequera y la muñeca. La muñeca no es un mero objeto ella dice algo, dicen las muñequeras. Y aquí está implicada la “estesia”, esa disposición de abrirnos al mundo cuando éste nos deja de ser indiferente.

Y esto lo hacemos ante la muñeca de trapo. Nos abrimos al mundo en razón de las sensaciones.

Ésta, la estesia, es una disposición que no la hacemos conscientemente, no es un yo quiero abrirme al mundo. En primer lugar, la muñequera no fuerza el diálogo con la muñeca, se da manera espontánea. Lo mismo sucede en el encuentro con la muñeca, nadie sale premeditadamente a realizar una “estesia”, ésta se da o no. Por eso es una posibilidad.

En la “estesia” está la causa de que cada muñeca sea diferente. Porque cada una produce una apertura diferente.

La “estesia”, en segundo término, sucede con los observadores, por eso es que los espectadores de pronto dicen: “se parece a mi tío, o a tal persona”, o la persona llega directamente a la muñeca y dice: “quiero ésta”, no importa la edad, es solo un impulso comunicativo entre la muñeca y la persona. Esto sucede porque se ha producido una apertura sensible, se ha producido la apertura estética.

Es una relación que se establece entre la persona y la muñeca. Y, por lo general, es relación se busca explicar a través de un recuerdo, de una semejanza, de una familiaridad que se establece entre la muñeca y la persona.

Esta conexión es el principio posible de toda estética, sin ella no sería posible tal encuentro. No sería posible lo que hoy llamamos arte y artesanía. Es una relación selectiva. Una cosa nos llama la atención, otra no.

En caso contrario, la muñeca permanece muda, indiferente. Esta relación es sensible.

Aunque nos gusten las muñecas de trapo unas nos gustan más que las otras. Con unas establecemos comunicación con otras no, o establecemos una relación apagada. En este sentido, el relato del espectador se hace sentir en la muñeca. Antes lo ha hecho la muñequera.

Esta relación entre la “aisthesis” y la “estesia” es fundamental para y en el hacer muñequero. Es el origen del oficio, de la relación amorosa que se establece entre una y otra. La muñeca de trapo se inicia como un acto de amor, con un hacer amoroso. Esto es con un hacer estético.

 

Autoras de las muñecas de trapo:

1.      Vicky Rojas

2.      Carmen Rodríguez

3.      Miriam Sosa


 

sábado, 11 de noviembre de 2023

EL HACER LIBERADOR COMO TERAPIA


 

El día de la clausura de la exposición “Muñecas en Rosa” en el Jacobo Borges se llevó a cabo el conversatorio “La salud integral y la muñeca de trapo” a cargo del Dr. Ricardo León y la muñequera Miriam Sosa. El mismo giró sobre el arte como actividad terapéutica.

Debemos señalar que la muñequera Miriam Sosa atraviesa actualmente por el trance del tratamiento del cáncer de mama y el Dr. León, quien es su hijo, la acompaña en este difícil tránsito.

El Dr. León señaló que el cáncer de mama es el primer factor de muerte en las mujeres. Por tanto, recomendó la importancia de que las mujeres toquen regularmente sus senos para detectar alguna anomalía en ellos y acudir lo más pronto posible a una consulta médica.

La conversa, muy testimonial por parte de quienes participaron en ella, tuvo el propósito indicar la necesidad de hacer del arte un recurso terapéutico, para ayudar a liberar la tensión que toda enfermedad, en general, provoca. De aquí el carácter sanador del arte.

Esto es muy interesante. No obstante, considero que hay expandir la idea más allá del arte o de la actividad artística. Porque, por lo general, cuando se habla de arte inmediatamente uno piensa en las artes plásticas, en concreto en la pintura; y uno de una vez se imagina a alguien con un pincel delante de un lienzo pintando un jarrón.

La idea debe ser considerar toda actividad manual creativa. Ahora bien, ¿qué es creativo? Por ejemplo, si a mí me dijesen que practicara el arte como actividad terapéutica y éste se refiere a pintar, le diría que no. Yo prefiero desarmar y armar una bomba de agua de ½ HP o colocar unos tomacorrientes, o desarmar una lavadora para ver qué le pasa, si la llego a arreglar es otro asunto. Eso me parece creativo.

Porque la idea es que la actividad manual sea creativa, para mí y para cualquier persona que asuma tal actividad. Y el arte no es lo único creativo en este mundo, esas son pretensiones de los artistas romanticones. Es cualquier hacer que consideremos y sea para nosotros actividad creativa. Porque debemos considerar la teoría de las inteligencias múltiples. A todo el mundo no le gusta el arte, ni le interesa; pero si le interesa hacer algo creativo en cualquier campo que sea de su interés.

Pero no se trata de sustituir una cosa por otra, como le pasó al Dr. House que, neuróticamente, quería sustituir la práctica médica por la gastronomía de alto nivel. Eso no es creativo, porque el factor psíquico trae plomo en el ala.

Lo que se desea es que la actividad creativa sea liberadora, produzca lo que Aristóteles llamó “catarsis”. Entonces, tal actividad en todos los casos no tendría que ser necesariamente manual, sino una actividad liberadora. Que cada quien elija cuál es la que más le conviene o es más adecuada a su persona.

Además, no debiésemos esperar a padecer una enfermedad para recurrir a tal actividad, la misma tendría que ser una actividad preventiva. Tampoco es el deporte, porque si a la persona no le interesa el deporte nunca lo practicará. Es lo que sea adecuado a la persona y que contribuya a desprenderse, en primer lugar, de eso que llamamos “mala energía”.

Alguien podría decir, y con razón, que estamos hablando de alguien que no hace o no ha hecho nada con las manos ¿cómo queda el obrero o el trabajador manual en este caso? La persona debe conseguir cuál actividad es liberadora para él, no puede ser una imposición; sino más bien una indagación una exploración hasta que la descubra o se tope con ella. Porque por lo menos una actividad ha de serle útil.

Nadie se la puede imponer. El individuo tiene que descubrir cuál es la actividad adecuada para él.

La actividad que se elija por ser creativa ha de ser liberadora, y debe conllevar a algo más. Y esto debe ser fundamental. Cuando los sujetos realizan una actividad liberadora tienden a ensimismarse, a olvidarse del mundo y de ellos mismos. A veces nos sucede que transcurre toda una mañana o toda una tarde haciendo algo sin que el tiempo haya contado, porque estábamos ensimismados. Nosotros decimos “concentrados”.

Ahora bien, esta actividad liberadora debe servir para un hacer algo más allá.

En el conversatorio se habló del amor como emoción acompañante, como parte del apoyo que toda persona enferma necesita. Del amor hacia quien está enfermo. Tal vez, por estar en un periodo donde lo emocional tiene mucha relevancia, tal emoción se hace tan importante. De esto escribí hace mucho tiempo atrás.

No obstante, estuvo presente en el conversatorio algo en lo que aparentemente no caemos en cuenta, por el predominio de lo emocional. Y esto se dio tanto en los ponentes como en quienes intervinieron. Me refiero a la reflexión.

El fin último del hacer creativo-liberador ha de ser la reflexión: sobre el mundo en que vivimos y sobre nosotros mismos. Como dijo Ortega: yo y mis circunstancias. No estoy hablando de una racionalidad, sino de un pensar sobre nosotros, que incluye nuestro entorno.

Y lo dijo, porque todos reflexionaron sobre sus vidas, sus emociones, sus circunstancias, sus haceres. Y lo hicieron porque, en el caso particular de la muñequería, este hacer las había conducido a la reflexión. Porque no es hacer la muñeca por hacerla, sino que la actividad creativa-liberadora permite desarrollar una visión reflexiva del mundo en cual cada uno se encuentra. Del mundo en que estamos insertos y en el que nos movemos a diario.

Todo esto es lo que los antiguos llamaron “el cuidado de sí mismo”, y que parece haberse olvidado como la pregunta por el ser, que tanto preocupó a Heidegger.


jueves, 9 de noviembre de 2023

SOLEDAD


Te voy a decir la verdad y es que no conocía la soledad, hasta que te fuiste. Apenas cruzaste esa puerta se me metió entre ceja y ceja agarrar una buseta haya en Rodovías y largarme pa’l carajo viejo.

Y así lo hice.

Como siempre me senté en el puesto del pasillo. Y el autobús arrancó como a las 10 de la noche. Apenas clareaba el día vimos los primeros algarrobos y me provocó arrecostarte a uno de ellos, o a un araguaney manque fuese. Se oyeron a lo lejos los arrendajos.

Y ahí fue cuando conocí Soledad.

Había chigüiros, lapas y acures. Sintiéndote en mi corazón me quedé en La Encaramada, no sé por qué me acordé de vos y ahí me bajé. Más adelante estaba El Hueco, pero ya era mucho decir.

Estaba fresco, pero ya llevaba los calzones sudaos.

Soledad, me dije.

Todo me acordaba de vos, la burriquita y el mare mare. Sentado en la plaza suspirando por vos, alguien me dijo:

—Andá pa’ Mamo nuevo y Mamo arriba.

Esperé la noche a que pasará el autobús de regreso y me vine de revuelta.

Al pasar vi el cartel de Las Mochilas. Pero ya traía sueño.

 

EL MORRALITO TRICOLOR


 

Verga, tenía años detrás de un morralito tricolor y por fin me puse en uno. Hasta el compadre Donald Trump tiene uno y yo no.

Cuando Neil Armstrong, allá en 1969, bajó del modulo lunar y puse el ñame sobre la superficie lunar llevaba a cuesta un morralito tricolor, fíjense bien. Se ve clarito, lo que pasa es que la foto es medio en blanco y negro y no se ve bien el morralito.

Incluso se dice que cuando el Moisés dividió las aguas de no sé qué verga llevaba el morralito tricolor. Es decir que el morralito del coño tiene pedigre. Se han conseguido vestigios del mismo en las excavaciones de la tumba del Tutankamón, se rumorea que el morralito estaba entre las pertenencias más apreciadas del Tuta. Y estamos hablando 1342 años antes de Chucho.

En la cultura Olmeca y Azteca también se han conseguido ciertas representaciones del morralito. Se dice que la Serpiente Emplumada tenía uno.

Y el único guevón en este planeta que no tenía una verga de esa era yo. Ya lo tengo.

El bendito es identificador, eso tiene un nombre en la lógica y en la filosofía del lenguaje pero ahora no me acuerdo. Porque si uno ve a un carajo, digamos por lo menos a una cuadra de distancia, que viene con un morralito tricolor, lo primero que uno piensa es que:

—Allá viene un comemierda o, en su defecto, allá viene un guevón.

Eso es inmediato, podríamos decir que es una reacción fisiológica.

Ahora bien, estuve revisando el morralito porque lo conseguí y ya estaba medio sucio, tal y cual cómo yo lo quería. Está en su punto. Como mandao a hacer. Y tengo que decir que el coño e madre está bien hecho y bien diseñado. Y no es para jalarle bolas a estos mamertos de mierda.




El morralito, además, de hincharle las pelotas a la gente ha sufrido la desgracia de todos los morrales escolares que han regalado los gobiernos de este estero. Porque los adecos, creo que en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, regalaron un morral, cuya función era ser un morral escolar, lo mismo que el tricolor. Aquel era azul con las letras blancas “ME” estampadas, que quería decir Ministerio de Educación.

El destino de ese morral fue que los obreros de la construcción lo utilizaban para llevar la vianda o la botella de ron. Toda construcción pública o privada estaba llena de esos morrales. Porque al niño le compraban un morral del Hombre Araña o de quién coño fuese, y a la niña el de la Barbie.

Y esos morrales eran para la clase baja, pobre, pela bolas, el proletariado.

Pero, así era la verga, decía Juanga.

La misma vaina pasa con el morralito tricolor, cualquier coño e madre incluido yo, cargamos con un morralito de esos. Menos el escolar. En el Metro, en las busetas quienes llevan esos morralitos son los obreros, no los párvulos.

Tienen que estar muy pelando bolas para que lo usen. Es una verga  arrecha, diría Marx refiriéndose a las contradicciones del capitalismo.

Entonces cuál es la guevonada de la clase necesitada, si compran un morral de 15 o 20 dólares y no usan el morral escolar que regala el gobierno.

Apartando esa vaina del discriterio político.

El morralito ya lo tengo, así que cuando vaya para Carapita y zonas aledañas puedo ir tranquilo.

¡Azucar!


jueves, 2 de noviembre de 2023

EL FLIPBOOK


 

Siempre había diseñado unos libros que me costaba una bola y parte de la otra diseñarlos, buscaba cualquier manera: en Word, en PowerPoint. Y era medio jodido hacerlo, porque la verga esa se des-configura todo si uno pone la cagada más grande.

Conseguí el programa Scribus, que es gratiñan, y ahí voy. Medio diseñé un libro y lo dejé a medias en el proceso porque me falta una información, y no tenia mucho apuro.

Empecé el segundo y a éste sí le di matarile con yerba. De una sola sentada lo hice, claro tenía el contenido y las imágenes ya listas desde hacía rato. Tampoco la verga es como pelar mandarinas.

Si cualquier diseñador gráfico ve el texto, va a decir que es una rolitranco de cagada el diseño y con razón. Porque tiene errores de diseño, y yo no sé un coño e madre de tipografía, ni nada de un coño. Yo voy diseñando esa vaina a ojo de buen cubero, a tontas y locas.

Total, ningún vergajo me lo ha encargado que lo haga, lo hago porque me sale del mismísimo forro. Pero debe quedar lo mejor posible, eso sí. Ahora con este programa resulta un pelo más fácil maquetear la verga esa.

Mirá, me lo acarameleais.

Ni guevón que fuese, agarré como modelo un libro de la editorial Taschen —Bauhaus— que son los chivos que más mean en esa vaina, y me copié cómo hicieron su vaina. Estuve estudiando el libro y vaina, no hay que ponerse con muchas mariqueras, hay que ver a los papás de los helados.

Después de diseñado el texto, me puse a ver cómo se hace un flipbook. Esa verga de que las páginas pasan como si fuese un libro, a esa vaina me refiero. Y lo hice con una página online, no se ve mal el coño e madre, mete la cova. Alábate pato que el sábado te mato.

Toda esa verga la aprendí de los estudiantes de la universidad donde di las cagadas de clase que daba. Oyéndolos decir sus vainas de diseño y a veces preguntándoles guevonadas. Era gente amable, siempre daban sus ideas y ya sabían su oficio.

Aunque a veces provocaba matar a esos coño e madres, por despelotados.

Así va la verga hasta este momento, cuando me toqué diseñar el de las muñequeras le voy a meter la yuca. Que ya lo tengo montao en el sartén.


martes, 31 de octubre de 2023

“ECOLGANTES”: COLOR, GEOMETRÍA Y SENSIBILIDAD. CONVERSA CON BEATRIZ ADRIANA HURTADO SANABRIA

 


Ya son veinte (20) años en el mundo de la joyería y la orfebrería. En estos años[i]:

Tenemos en nuestro haber estudios de joyería y orfebrería. Incluso antes de entrar a la Escuela Cristóbal Rojas ya estudiaba con un joyero en el Centro de Caracas, el cual elaboraba los cáliz de las iglesias. Este joyero hacía grabado, repujado, un joyero de muy amplia trayectoria, pero al cual solo lo conocen en el mundo de la joyería. Lo cual no es nada extraño, ya que ésta es una particularidad de los joyeros, el conocerse solo entre ellos, pero no fuera del mundo de la joyería. Somos muy ensimismados, es la verdad.

Esta experiencia fue un aprendizaje pragmático, una praxis sobre las técnicas de la joyería.

Después de ese aprendizaje entré a la Escuela Cristóbal Rojas, donde estudié Artes del Fuego con el maestro Fenier Pérez y con la maestra Maricela Morantes, de los quienes aprendí el oficio de artista. Pues, como sabemos tanto la orfebrería como la joyería pertenecen a las Artes del Fuego, asimismo, el vitral y la cerámica.

En el hacer de joyera-orfebre tenemos, primero, el trabajo de la orfebrería escultórica a través del cual me identifico plenamente como artista. Segundo, el trabajo de joyería, en el cual hago diversos trabajos para distintas marcas y diseñadoras, de éste no me llevo ningún crédito, pero del mismo vivo; porque los joyeros, como dije antes, somos artistas anónimos para el público en general, aunque que sí conocidos y reconocidos dentro de ese mundo.



Tercero, el proyecto “Ecolgantes”, que es mi marca y la propuesta artística que vengo desarrollando desde el año 2015, éste consiste en el re-uso de láminas de aluminio, hasta el momento solo con este material. Aunque está en los planes de la propuesta de “Ecolgantes” experimentar con el re-uso de otros materiales que se prestan al trabajo de la orfebrería urbana.

Como vemos tengo tres vertientes con las cuales es posible presentar un proyecto o propuesta expositiva. Las mismas se pueden mostrar de manera separada o secuencial; o exponer las tres vertientes en un proyecto conjunto o común, como es el caso de “Ecolgantes”. El cual es capaz de reunir las dos disciplinas —orfebrería y joyería— con la propuesta del re-uso de las láminas de aluminio.

En el caso del proyecto “Ecolgantes” es posible trabajar la orfebrería escultórica, la joyería urbana y cualquier otra propuesta artística dentro de las Artes del Fuego.

Por otra parte, es necesario plantear el tema de la exposición, el discurso que hace coherente una museografía o museología, no sé. Porque el trabajo técnico, esto es, la elaboración de las piezas siempre se lleva su tiempo y tengo que calcularlo yo.

En el sentido plástico o artístico, el proyecto “Ecolgantes” tiene en su raíz dos fundamentos esenciales: Primero, lo geométrico; segundo, el color. Pues ya antes de plantear “Ecolgantes” he venido desarrollando un trabajo de color y de geometría en la orfebrería y la joyería. El cual, de cierta manera, tiene afinidad con los postulados y el trabajo del maestro Cruz Diez. Esto lo he planteado tanto en la elaboración de  piezas utilitarias como en las piezas expositivas o contemplativas.



Ahora te comento que la propuesta, el proyecto artístico “Ecolgantes” tiene la virtud de ser un proyecto casi accidental, una serendipia, podríamos decir. Pues esta propuesta la he llevado adelante más por curiosidad que por un rigor metodológico. Pero esto es importante, porque es parte de mi búsqueda artística, y en toda indagación aparecen cosas de manera colateral o fortuita que con el tiempo asumen forma y vida propia. Y esto ha sucedido con “Ecolgantes”. Pues hasta el uso del color en esta propuesta ha sido, de alguna manera, accidental.

En esta medida, de lo accidental, puedo decir que en el proyecto “Ecolgantes” hay una espiritualidad, en el sentido que lo expresaba Kandinski. La cual se ha manifestado en esa manera no racional de haber llegado a esta propuesta, y por la manera que la misma se ha venido desarrollando más allá de una racionalidad.

Fíjate, la joyería y la orfebrería son un trabajo más riguroso, más artístico. Por ejemplo, la orfebrería escultórica habla más de mí, de mi esencia, de mi trabajo artístico, es como algo más interno de mi persona. Este trabajo —el de orfebrería escultórica— es más triste, más oscuro. Porque allí expreso mucho de mí tristeza, de mi sufrimiento y de mi oscuridad, por eso es una expresión intima para conmigo misma. Que es mi normalidad, mi hablar conmigo misma.

“Ecolgantes”, por el contrario, es como mi alter ego, de alguna manera es esa expresión que tengo con y hacia el mundo exterior. “Ecolgantes” es una propuesta más feliz, porque los colores y la geometría están involucrados de otra manera, es como un abrirme al mundo. Es otra manera de expresarme, en verdad.

Por supuesto, que como trabajo artístico es un todo, a través del cual manifiesto una sensibilidad, que es lo común y lo que comparto en todas las vertientes de que he señalado.

Con “Ecolgantes” experimento permanentemente con el re-uso del aluminio principalmente y con otros materiales, en menor medida. Porque este proyecto empezó con el re-uso experimental de las latas de aluminio. Experimenté al principio con el reuso de las latas de refrescos, pero el problema con estas láminas de aluminio es que son de un calibre muy fino, de muy poco espesor. Por eso he optado por otras láminas de un calibre de mayor espesor, el cual es más adecuado para hacer mi trabajo.



Este re-uso del aluminio coloca a mi propuesta de joyería-orfebrería en el campo de lo ecológico. Por lo que puedo decir, que el mismo está en sintonía con la preocupación por la preservación y cuidado de las condiciones de la pervivencia del proceso civilizatorio.

Es una propuesta ecológica en el campo de la orfebrería escultórica y la joyería urbana. Pues no utilizo materiales nobles, por ejemplo, oro o plata, sino materiales que ya han tenido una historia y ahora adquieren un nuevo relato artístico, sea utilitario o expositivo. En sentido, considero que “Ecolgantes” es un propuesta amplía, que no se queda solo en lo utilitario, es un proyecto artístico y como tal tiene la característica de que también puede ser para la contemplación, para la experiencia estética.

“Ecolgantes” está fundamentado en el color, la geometría, en el reuso del aluminio, bajo la técnica de las Artes del Fuego en tanto es una visión artística, es decir, una concepción estética. Por eso esta propuesta está más allá de un mero trabajo artesanal, que sí lo incluye. El mismo es un proyecto artístico de mayor dimensión y proyección.

Esta propuesta es una experimentación, una búsqueda estética. En la cual propongo hacer que el material de re-uso se devele en un discurso plástico, sea una manifestación sensible y produzca una apertura al mundo de las experiencias artísticas. Al hacer uso de los aspectos que antes mencioné.

En este aspecto, como en todo proyecto, van apareciendo ideas, van apareciendo cosas por hacer, ya que no es proyecto concluido sino que se va haciendo, está en elaboración y se va nutriendo día a día. Ya que tengo mucho que decir, mucho que expresar en el campo de las Artes del Fuego. Y “Ecolgantes” es esa voz hacia el exterior, que sin querer ha hecho que llame la atención sobre mi trabajo de orfebre, que era lo último que yo pensaba que podía suceder.



La primera sorprendida con los resultados del proyecto “Ecolgantes” soy yo. La gente ha tenido mucha receptividad con el trabajo elaborado hasta el momento, que en su mayoría son piezas de joyería y orfebrería urbana, piezas utilitarias. Hay nuevas ideas que apuntan a la elaboración de piezas expositivas de la orfebrería escultórica, éstas son partes de la búsqueda que permanentemente estoy haciendo.

Caracas, Venezuela, octubre 2023

Obed Delfín

Investigador





[i] Conversa sostenida con la artista joyera-orfebre Beatriz Adriana Hurtado Sanabria el día 09 de octubre del 2023 en Caracas, Venezuela.


sábado, 28 de octubre de 2023

VICENTE Y QUINTA CRESPO


 

Iba embalao para la estación del Metro de Sabana Gay cuando de pronto alguien se acerca muy sutilmente y me dice:

—Abuelo.

Me detengo y miro a la persona, y era el viejo Vicente. Parece un rastafari viejo. A Vicente lo conocí por allá en el año de 1984, acababa Vicente de cumplir el servicio militar, tendría él unos 20 años. Era peleón el carajo, un hombre fuego. No le comía cuento a nadie para caerse a coñazo limpio con quien fuese. Pero buena gente el muérgano.

Siempre nos llevamos bien, nos tratamos con respeto y aprecio mutuo, hasta el día de hoy.

Me dijo que anda jodido de la ciática. Yo pensé que era alguna china que lo había jodido o le había arreado un palazo por una canilla, porque anda renqueando. Me contó que varios panas, entre ellos Memo, habían muerto. Le di lo que tenía en efectivo para que bajara para Carayaca, para El Litoral.

Nos abrazamos y nos despedimos.

Uno nunca sabe si se volverá a ver.

Bajé al metro y me fui a Capitolio, rumbo a Quinta Crespo. Debe ser un karma, o algo semejante. Voy a tener que ir a un psicoanalista a ver que quevonada me dice, nada interesante seguro.

Es que ir a Quinta Crespo es como ir al Golgota. Tienen razón quienes desprecian esa vaina, es que se ve cada mierda. Pero resulta interesante, al contrario de esas urbanizaciones insípidas y desvaídas. Acá fluye la inmundicia, el género humano en su esplendor.

Tenía que comprar yemas y queso, porque no tenía nada. Y café de Biscucuy para llevar para la Ítaca laboral. Las yemas están otra vez caras, ya a están a 100 simones, el medio cartón.

Iba por la avenida Baralt mirando a ver dónde vendían las yemas más baratas, porque varían de precio tres pasos más allá o tres pasos más acá. Vi una muchacha guapa que vendía y le pregunté:

—¿A cómo está el medio cartón?

—A 87,50, mi viejo. Me dijo ella.

Yo le repliqué:

—Mi moza, mi Dulcinea del Toboso, cuando venga de José Revuelta te compro ese medio cartón.

Y seguí pa’lante.

Compré los 100 gramos de café, medio kilo de queso y me metí al Mercado del Compadre que mataron en La Mata Carmelera. A comprar comino, que la vez pasada se me olvidó. Comprando el comino, me acordé del Bicarbonato de Sodio y compré una ñingita.

Una muchacha, de ahí del mercado, me había comentado, unos meses atrás, que el gobierno tenía controlado la venta del bicarbonato porque los mariguanos lo estaban usando para rendir la droga. Lo que se están es metiendo por esa nariz es bicarbonato de sodio parejo, se van a inflar como una torta casera.

Compre mi verga y me regresé por donde había ido. Y, por supuesto, of course se dice en inglés para los entendidos, pase por donde la Dulcinea del Toboso y compré el medio cartón de yemas, por no tener mucha confianza no nos quisimos ni abrazar ni despedirnos con algún besos furtivo. Ni siquiera un requiebro de amor.

Me vine de regreso para la Pequicueva. El Metro venía traqueteando, si llega a Petare es de verga pensé yo. Me bajé en Sabana Gay y sin novedad en el frente.


viernes, 27 de octubre de 2023

HOY CAÍ EN CUENTA


 

Hoy caí en cuenta de una verga, porque me senté a conversar con una pana allá en la Ítaca laboral.

Conversando con este pana le decía que en mi puta vida yo había trabajado en la administración pública, que esta era la primera vez. Porque desde 1993, hace treinta años, yo he trabajado por mi cuenta.

Lo que uno llamaba antes, si la vaina iba más o menos, matar tigres. Y si alguien preguntaba, de asomao, qué estaba haciendo uno; uno le decía que andaba con la escopeta al hombro, por si salía un tigre para matarlo.

No como estos maricos tristes de ahora que se la pasan con esa guevonada del emprendimiento, de los emprendimientos. Parranda de vergas, esa verga se llama matar tigre, así lo bautizaron los helenos hace unos 2.500 años antes de Chucho. No sé cómo se dice matar tigre en griego, tengo que averiguar.

Si uno estaba matando tigres y la vaina comenzaba a ir bien y de bien a mejor, uno decía que estaba en el ejercicio libre de la profesión. Porque estaba entrando una fuerza de manera pareja. He ahí la diferencia entre una verga y la otra. Uno le daba status al matar tigres, verga de la ontología.

En este hablar guevonadas en la Ítaca laboral, medí cuenta de que yo no puedo trabajar al 70%, al 60% de mi capacidad laboral. No, nada de esa pendejera. Yo trabajo al 100%, porque después de 30 años no lo puedo hacer de otra manera.

Porque cuando uno está en el ejercicio libre de la profesión, o como diría el coño e madre de Kiyosaki, que uno es un auto-empleado; uno tiene que trabajar al 100%, porque no tiene a quien echarle la culpa si una verga en el trabajo sale mal. Solo está uno haciendo esa vaina y al cliente le vale verga si uno hace algo mal. El cliente lo que quiere, y para eso lo contratan a uno, es para que uno le resuelva el asunto por lo que le están pagando. No para oírle ningún yanten.

Al cliente, lo demás le vale madre. Les resbala por los cojones. El quiere que el dinero que él pagó de buenos resultados.

Uno está forzado a hacer el trabajo bien, porque el trabajo es la tarjeta de presentación. Y por eso es que de mi pueden decir lo que les venga en gana, de coño e madre pa’ bajo;  pero si dicen alguna mierda de mi trabajo me arrecho y les puedo reventar la jeta. Porque mi trabajo lo hago bien, para que nadie hable guevonadas.

Desde el trabajo de arquitectura, el del mal profesor que fui, y las investigaciones filosóficas que hago. Esa verga las hago bien. Para que no venga ningún comemierda a hablar guevonadas.

Son 30 años del ejercicio libre de la profesión en la arquitectura. La impronta queda, y no me la puedo quitar de encima porque ya estoy habituado hacer mi trabajo lo mejor posible.

Por eso no me contamina el síndrome del empleado público, que se echa las bolas al hombro para hacer el trabajo a los coñazos.

Dudo que pueda cambiar en mi forma de trabajar, porque, además, siempre hay algunos rugidos por la calle y de esos uno está pendiente. Y la carabina, por mera costumbre, siempre está montada en el hombro.


miércoles, 25 de octubre de 2023

BEATRIZ ADRIANA HURTADO SARABIA: Reseña artística


Beatriz Adriana Hurtado Sarabia nació en Caracas, el 7 de marzo del año de 1980.

Beatriz Adriana es una artista joyera-orfebre.

En el año de 1998, egresó como Bachiller en Ciencias del Colegio El Alba, Caracas. Ese mismo año ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Santa María, en Caracas; en la cual cursó hasta el 2002 seis semestres de la carrera de economía. Se retiró porque cayó en cuenta de que ese mundo no era su vocación.

Su hacer estaba destinado al mundo de las artes plástica.

La intuición y la tendencia artística la llevaron de la mano al mundo del arte. En el 2003, inicia su actividad como expositora-vendedora en la cual muestra sus trabajos artesanales.

En el 2004, asume el cargo de orfebre en el Taller de la diseñadora Cecilym Valera, Caracas. Allí se consolida en la elaboración de piezas con materiales nobles.

En el 2005, inició sus estudios en la Escuela Cristóbal Rojas, Caracas. En el año del 2008, egresó de la misma como Técnico Medio en las Artes del Fuego.




En el año 2006, cursó el seminario “Erotismo en el Arte” dictado en el Museo de Bellas Artes de Caracas. En este mismo año, participa como asistente en el Taller del Profesor Pedro Terán, Caracas. En este taller realiza diversas tareas.

En el 2008, es pasante en el “Taller Orfelojeros”, Caracas. En este taller desarrolla y consolida la elaboración de piezas en plata aplicando técnicas de joyería avanzada.

En el 2009, realizó el taller de “Resina por inclusión” dictado por el profesor Ursi Galeti, en el “Ursi Galeti Taller”, Caracas.

En el 2010, es profesora de joyería en la Escuela Técnica Robinsoniana de Artes Visuales Cristóbal Rojas, Caracas.



En el año 2015, comienza a desarrollar el proyecto artístico “Ecolgantes”. Como parte de este proyecto elabora piezas de orfebrería escultórica, joyería urbana y accesorios utilitarios elaborados con el reuso de láminas de aluminio.

Exposiciones

En el 2006, participa en el Concurso de marca libros Faber Castel, Galería Arturo Michelena, Caracas.

En el 2006, participa en el II Salón Nacional de Orfebrería, en el Museo de la Estampa y el Diseño Cruz Diez, Caracas.

Mayo del 2018, participa en la Exposición colectiva en homenaje al profesor Fenier Pérez, Galería Espiral de la Escuela Técnica de Artes Visuales Cristóbal Rojas, Caracas.



Premios y reconocimientos

En el 2023, la cultora gana el Primer Lugar del Certamen Municipal de Artesanía “Identidad caraqueña”, del Consejo Municipal de Caracas.


“Proyecto Ecolgante”

En el año 2015. Inicia el proyecto artístico “Ecolgante”, propuesta de orfebrería escultórica y joyería urbana con el reuso de láminas de aluminio.



Referencias en la Web sobre la artista:

Ebefa Venezuela

http://www.ebefavenezuela.com/hurtado_beatriz.html


Instagram

https://www.instagram.com/aniorf/?hl=es

https://www.instagram.com/p/Bxmh64HH4d4/

Concejo Municipal premia a los artesanos por su desempeño

https://ciudadccs.info/publicacion/5607-concejo-municipal-premia-a-los-artesanos-por-su-desempeno

 

Obed Delfín

Investigador




 

martes, 24 de octubre de 2023

EL MIEDO ATÁVICO A LO ATOPOS


 

En “Nickxar” de Facebook suben videos donde el personaje o está disimuladamente disfrazado de árbol o disfrazado, para las fiestas de Hallowen, de bruja, Chuqui, Drácula o cualquieras de estos personajes de terror.

El fin del disfraz es asustar a los incautos, a los distraídos que van caminando por la calle o están tomándose un café o una cerveza, no importa si es hombre o mujer, las reacciones de ambos son semejantes.

La reacción inicial es defensiva, encoger el cuerpo para exponer la menor parte posible y simultáneamente gritar. Esto último, debe ser un vestigio de que ser el humano es un animal de manada, pues el grito es la vocalización por excelencia para llamar la atención de la manada sobre algún peligro posible. Además, que debe servir para drenar el impacto del susto y el miedo, como lo son el pegar brincos o correr huyendo del peligro.

Estos sustos urbanos, que son inocuos, terminan en carcajadas por parte de quienes han recibido tal sorpresa; incluso los que más se han asustado y gritado son los que más se ríen al darse cuenta que no hay ningún peligro real, sino que es un juego de diversión. Otros, por lo general, muchachas corren huyendo mientras se van riendo.

La risa, en este caso, debe compensar el miedo y vuelve a poner las cosas en su lugar. Porque es la expresión de que es un juego lo que ha sucedido en el motivo del susto, y por tanto no hay nada que temer. De allí la risa, en algunos casos la misma se acompaña con algún gesto de vergüenza por haber gritado. Cuando es un grupo unos se burlan de los más asustados porque todo, en verdad, es un juego, una diversión humana.

El disfraz del árbol, no importa el tipo, a diferencia de los disfraces de Hallowen no es feo, no es macabro. El mismo es una mata o algo parecido a una mata verde o de otoño. El disfrazado de mata permanece quieto, mimetizado en la calle, hasta que la persona va pasando cerca y él se mueve o intenta acercarse a la persona. En este momento, la persona se asusta porque ha sucedido algo extraño que el cerebro, en primera instancia, no reconoce y por tanto se produce el susto. En los disfraces de Hallowen lo macabro es evidente y el personaje se pasea impunemente por la calles, o permanece medio escondido hasta que las personas están cerca y ahí hace su sorpresiva aparición.

Lo atopos es arracional, por eso la sorpresa y el susto de los transeúntes. De allí que lo feo sea arracional, irreverente, turbulento, insubordinado, difícil de encajonar y de aceptar. Lo feo es atopos. Y creo que está más allá de lo cultural, sino que pertenece a la fisiología humana del rechazo, del asco. Lo asqueroso no tiene una explicación racional, sentimos asco por algunas cosas de manera corporal, atávica.

De allí que estos sustos urbanos se produzcan porque no están en la estructura racional del hacer urbano, no son esperados en este ámbito. Aparecen porque algo anómalo se ha producido y sorprende. Incluso, algunas personas se quedan viendo al árbol porque sospechan que hay algo que no cuadra en él, y cuando éste se mueve el susto se da por igual. Algo semejante ocurre cuando el disfrazado de Hallowen se pasea por las calles, algunas personas lo están mirando y cuando él hace el amague de acercarse se asustan y gritan.

Aunque están a la expectativa los sorprende el gesto, porque es algo extraño lo que están viendo. Y es atopos porque es feo, extravagante y no cuadra con el esquema mental predominante de lo armónico. De ahí ese desconcierto, ese no encontrar un lugar posible donde ubicar tal anomalía. 

Lo feo siempre sorprende, porque nos saca de la normalidad, de lo dado. Lo feo necesita de otra forma de pensar y sentir, ya que no se adecua a una tradición. Ni siquiera a una tradición de lo feo, porque de ser así no nos sorprendería.

Esta condición de lo feo es lo que hace que el mismo sea relejado, apartado de las convenciones sociales. Lo feo es un paria, se le excluye de la luz, de la razón, es lo otro, lo que hay que ocultar y evitar, es lo inmoral, lo que no pertenece a lo divino y le está negado el cielo de la esperanza. Lo que no hay que nombrar. En la tradición filosófica está emparentado con la materia, en tanto sustrato último de un proceso creativo.

Es lo último a lo podría aspirar el humano, está excluido de toda aspiración. Es lo no-humano.  Aunque extrañamente es lo más cercano a nosotros, a la cotidiana, al hacer diario, a lo que somos en nuestra condición permanente de ser humanos. Es parte de nuestra condición humana.

Pero lo feo es lo que no se ha de mostrar, debe permanecer oculto. No está en nuestro ideal, ni en nuestros paradigmas. Es lo que negamos, lo que no queremos tener cerca. Tal vez, porque representa nuestros miedos, lo que no entendemos, lo que no hemos podido domesticar. Lo que todavía reina de manera salvaje y a sus anchas, independiente de nosotros.


viernes, 20 de octubre de 2023

MUÑECAS DE TRAPO EN ROSA


 

“Muñecas de trapo en Rosa” es una propuesta artística del Movimiento Muñequero Amoroso que todos los 19 de octubre inaugura una exposición artesanal de muñecas de trapo. Como bien sabemos, el 19 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional de lucha contra el Cáncer de mama, y ésta ha asumido el color rosa como identidad universal.

La edición 2023 se lleva a cabo en el Museo Jacobo Borges, ubicado en la parroquia de Catia, muy cerca de la Estación del Metro Gato Negro en el área del Parque del Oeste.

De esta manera, las muñequeras rinden un homenaje a todas las mujeres que padecen y han padecido el cáncer de mama. Es una exposición que busca la toma de conciencia, por parte de todos, sobre este tipo de cáncer. Porque aunque quien lo padece físicamente es la mujer, el ser procreador, arrastra en sus consecuencia a toda la familia y a todos los amigos.


Es en este sentido, “Muñecas de trapo en Rosa” es un acto estético, porque busca despertar las sensaciones y las percepciones ante este padecimiento. También, esta praxis estética, busca concientizar a todo el sexo femenino, en primera instancia, para que esté alerta y tome las previsiones necesarias, porque esto es fundamental.

En la edición 2023 participan unas 104 muñecas, esto ha rebasado las expectativas que estaban por el orden de las 30 o 40 muñecas de trapo. Las muñequeras de trapo son artesanas, cultoras, solidarias entre sí y con la comunidad.

La naturaleza de la muñeca de trapo, como parte de la cultura tradicional y urbana, transforma las sensaciones de unas circunstancias tristezas y complejas como es el padecimiento del cáncer de mama, en particular. Porque éste cercena o disminuye, por una parte, la feminidad y, por la otra, el sostenimiento natural de la procreación; porque ataca la fisiología femenina que define nuestra especie. Pues somos mamíferos.

Las muñecas de trapo, por lo general, pertenecen a la belleza. No obstante, en esta exposición ellas, las muñecas, conjugan el drama y las circunstancias dolorosas de este cáncer con la belleza. Estamos, entonces, irremediablemente ante lo sublime. Ante ese sentimiento de arrobamiento, que un temor nos arrebata y enmudece.


Nuestro juicio ante lo sublime, en el caso de las muñecas en rosa, nos permite una emoción propia de la necesidad que muestra el signo de una obligación moral. Se trata de un temor-terror en lo presentado y de la exaltación en lo impresentable. Puesto que la causa estética presente nos place con una sensación de displacer. La analítica de lo sublime, en este sentido, pertenece a la razón práctica y emocional.

Ante cada muñeca, la disposición del espíritu y el sentimiento de lo sublime es una disposición particular que atrae y al mismo es terrible por lo que manifiesta; pues la emoción ejerce su influencia sobre la imaginación, con el objeto de hacerla entender esta conformidad artística con el dominio la circunstancia práctica.

No importa si el juicio sobre lo sublime no supone cierta cultura, porque éste no se origina ni en la cultura ni en la convención social, sino que se fundamenta en la naturaleza emocional humana y en aquello que, a la par del entendimiento, es atribuido a cada quien y de cada persona en su posibilidad de abrirse al mundo, a saber, en la disposición de cada uno de nosotros para el sentimiento relativo a las circunstancias del sentimiento moral.

En este medio de este movimiento de apertura al mundo se articulan las relaciones entre lo práctico y lo emotivo. Esta articulación ocurre en la experiencia estética, la cual posee una legalidad propia, de manera que se opera una reunificación del todo personal, que transforma el nexo de cualidades morales y la verdadera virtud de lo sublime.


El sentimiento sublime de la moderación del dolor tiene en su naturaleza algo de penoso. Este sentimiento es un displacer, no es una sensación que se produce cuando el peligro reina como una soledad absoluta. Cualquier cosa que excite nuestra idea de dolor y peligro, de cualquier situación terrible es fuente del sentimiento de lo sublime; pues produce una fuerte emoción más allá de lo que la racionalidad es capaz de sentir.

Por eso las reacciones que genera lo sublime son contradictorias, pues están por encima de nuestra libre elección. Tales emociones se dan en un estado puro del sentimiento, desprendidas de lo consciente impulsadas por un movimiento libre. Son empujadas por las sensaciones al encuentro de efectos intensos.

La idea de la muerte es, en general, una idea que afecta más que el dolor, porque ninguno deseamos la muerte. Esto hace que el dolor sea más doloroso, pues consideramos a éste como un emisario que reina en el mundo de los espantos. Cuando el peligro está demasiado cerca somos incapaces de dar alegría. Pero a cierta distancia y con ciertas modificaciones se transforma en una experiencia estética, como es el caso de las “Muñecas de trapo en Rosa”, que en ese drama son un canto a la vida, a la virtud de vivir.


La sublimidad, que se conmemora, en esta exposición se inscribe en el marco de las pasiones más intensas. Esta radicalidad agita el espíritu e impide toda indiferencia, ya que está involucrada una pasión que conduce al displacer.

En medio de las circunstancias dolorosas, por ser contradictorias, el placer estético aparece como efecto reconciliador con la vida. Acá es justo que el espectador esté en el punto más elevado de sus expectativas, para conjugar la debilidad de las artes de imitación y la proclamación del triunfo de la verdadera compasión, que aquellas expresan.


La sublimidad artística, en este caso particular de las muñecas en rosa, se origina en el dominio de las pasiones, en esa ficción del dolor y del peligro tal como están representadas. No obstante, es gracias a esa representación que se percibe y reconoce lo sublime de las pasiones humanas en la vida real. En el lenguaje de esta tragedia está el poder de conmover a través de la manifestación figurativa de las muñecas de trapo.

Lo sublime en el caso de las “Muñecas de trapo en Rosa” no es ni oscuro ni áspero ni opaco, aunque no tiene adornos innecesarios él está soterrado en medio de la belleza de las muñecas. De esta manera, lo sublime está expresado sin que se pierda la aprehensión por el dolor y el peligro desconocido.


“Muñecas de trapo en Rosa” es una expresión de lo sublime, por lo que ella muestra y representa. Asimismo, es un poema en trapo a la vida, a la esperanza, a la lucha, a la mujer. En eso consiste la grandeza de esta exposición, en ser un rezo que canta y canto que reza.






jueves, 19 de octubre de 2023

EL AGUA DE COCO

 


El miércoles temprano me envía un mensaje Javier, por el whatsverga, de que está jodido, de que tiene dengue. Como yo no sé nada de medicina pensé que esa verga era el merequetengue o una vaina parecida a esas que cantaba “de película” el Rolando Laserie. Y además, me decía que quería agua de coco.

Por esta verga no hay ni una playa cerca. Las playas que yo sé que existen, quedan por Barlovento, Chuspa, El Supí, playa Culito, playa Pantaleta, y otras por allá en Río Caribe.

¿De dónde coño saco agua de coco? Me pregunté.

Pero luego recordé que en el supermercado venden esa verga en unas botellas. No es que el coco venga dentro de una botella, sino que le sacan el agua al coco y la echan dentro de la botella. Un trabajo jodido, después que la naturaleza se ha pasado millones de millones de años para que el coco evolucionara hasta la forma en que hoy lo conocemos. Con el agua adentro.

Porque todos sabemos, incluso los esquimales, que ya el puto coco trae el agua adentro, para qué coño se la sacan para meterla en otra verga. El humano es el ser más inútil de la naturaleza, es el único que sobra en este planeta. La verga es que así lo hacen. Trasplantan el agua de coco a una botella. A lo mejor venden la vaina esa donde viene el agua, porque de esa vaina hacen muchas cosas. Hacen el Plagatox y hasta mecates, porque en estos días vi haciendo esa vaina en el Indostan, esos si le echan bolas a toda verga.

Los hindúes y los paquistaníes le para bolas a nada, y le caen a lo que sea como cochino a la mierda y hacen los que se les ocurre. Bueno, llegué al supermercado y fui al estante donde tienen el agua de coco, y no había. Coño e la madre.

Había una verga rara, amarilla, que por la memoria colectiva supuse que era parchita. Pero que otro lo averigüe. Esta que yo buscaba es un agua que trasiegan del coco a la botella en ese supermercado. Me fui para el otro estante donde venden ya un agua con etiqueta y todo. A la verga, había una sola botella. ¿Servirá esta verga?

Decía “sin gas”, ni que fuese el proyecto Gran Mariscal de Ayacucho. Y “sin azúcar”. A lo mejor sirve. No hay más nada. La marca decía “Canaria”, yo no sé si  en esa isla del coño habrá cocos. Pero ir tan lejos para traer cocos no tiene sentido, cuando en la recta de Tucacas hay que jode.

¿Cuánto cuesta esta vaina? Un dólar y verga. Si no sirve no es mucho lo que se pierde. Agarré la botella y me fui a la caja a pagar esa vaina. La muchacha me preguntó por el número de la cédula y se lo di, que más iba a hacer. Porque si uno no da el número ese del coño no puede pagar. Así está la verga.

Ni en el centro de reseña de Parque Carabobo piden el número de cédula, ahí zampan a los choros de cabeza después que los tienen llevando sol parejo en la avenida México. Y está bien, para que no sean tan coños e madre, porque se la pasan robando a los mismos parroquia. Jodiendo a la misma gente del barrio. No es que vayan a joder a otro lao, sino que son unos coños e madre.

Y no vengan con la guevonaita, con la explicación sociológica.

Pagué el agua y me la llevé. Ni bolsa pedí. Total me la llevé a mano pelá. Fui hasta donde Javier y nadie respondió, ni al teléfono ni al timbre. Debe estar durmiendo, me dije. Y me fui pa’ la verga, para la casa.

Seguro que  cuando se despierte me llama. Llegué y puse a Tego Calderón, mientras le daba leña a una reseña que estoy escribiendo sobre una joyera-orfebre. En eso sonó el teléfono.

—Ok, en inglés respondí. Ya voy para allá, cuando llegue te llamo.

Apagué el pianito y me largué a llevar el mandao.

Llegué y llamé. Javier bajó y me dijo:

—Vamos al Arabito.

—Vamo a dale, dije yo.

Cómo el sol estaba que partía los cojones, Javier llegó acalorao. Yo del calor no digo un coño, ya de esa vaina comenté algo.

—Aquí está el agua de coco, dije.

Y saqué la vaina de la bolsa donde la había metido.

—Esta vaina no sirve para nada, dijo Javier.

—No había más, era la única.

El muchacho muy diligentemente trajo dos vasos y Javier sirvió el agua de coco.

Y me eché un trago con ganas.

¡Nogoda!

—Esta mierda sí es mala, coño e la madre esto es jarabe, dije mientras encomendaba mi alma a Dios.

Verga, con esa vaina pueden exterminar a la raza humana. No sé, si ese será el propósito de esa puta de agua de coco del coño de su madre.

Lástima que no le tomé foto a la puta botella de la mierda esa.

Esa vaina sabe a medicamento, a vaina rara, a vedija. Al fabricante de esa regorgalla hay que enviarlo a Auschwitz, nogoda. Cómo es posible hacer una vaina tan mala y llamar a esa vaina agua de coco.

Tomar agua del Guaire debe ser más saludable, que tomar esa reverga. Si los soviéticos hubiesen conocido esa agua de coco “Canaima”, seguro que se la echan encima al reactor de Chernóbil cuando se escoñetó. Apagan esa vaina y lo desinfectan.

Aunque creo que el vaso de agua de coco que se tomó Javier le cayó bien, porque hasta los valores en la sangre, en la orina y en toda vaina se le estabilizaron. Y no es pa’ menos.