sábado, 29 de abril de 2017

BARRERAS DE LA COMUNICACIÓN: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

La comunicación es un asunto problemático. De allí que surjan tantas barreras o problemas al momento de comunicarnos con otras personas. Tales barreras suelen ser síntomas de conflictos más profundos, por ello la siempre la necesidad de abordarlas, para así poder llegar a tener una comunicación más eficiente.

Entres éstas existen barreras TÉCNICAS y barreras ÉTICAS; las primeras corresponden a los aspectos instrumentales de la comunicación, las segundas a nuestro hacer, a nuestro comportamiento. Algunas barreras de la comunicación son las que trataremos a continuación, sin pretender abarcarlas todas.  

BARRERAS TÉCNICAS DE LA COMUNICACIÓN
IMPROVISACIÓN. Ésta es una de las primeras barreras que encontramos en la comunicación. Por lo que, una buena comunicación es obra de una buena planificación, no asunto que dejamos al azar. Este caso, hablamos de conversaciones de parejas o en el ámbito organizacional, donde es necesario organizar lo que vamos a decir. De este modo, es necesario establecer las razones para un acercamiento adecuado; debemos seleccionar el canal más  adecuado para que la comunicación fluya; y elegir el momento adecuado para llevar a cabo tal conversación. Estas son acciones que favorecen la comprensión comunicativa y reducen los problemas de entendimiento entre las partes.

SUPUESTOS TÁCITOS. A pesar de la importancia que tienen los supuestos, ya que a partir de ellos construimos nuestras relaciones, solemos pasarlos por alto. Los supuestos no comunicados, muchos casos, son la base de un mensaje. Esto se da mucho en las relaciones de pareja, en la cual se generan supuestos por la costumbre de la conversación común. Los supuestos no aclarados, por ambas partes, resultan a la larga en confusión y pérdida de una buena comunicación. No podemos creer que todos estamos pensando o entendiendo lo mismo o cuando hablamos o en una comunicación escrita. No podemos suponer tal cosa.  

DISTORSIÓN SEMÁNTICA. Ésta distorsión puede ser deliberada o accidental. Si es deliberada estamos conduciendo la comunicación hacia el fracaso; si, por el contrario, es accidental debemos estar prevenidos de no cometer tal distorsión. Pues las palabras provocan reacciones distintas según el oyente y el contexto donde se dicen. Por ejemplo, para algunas personas el término «gobierno» puede significar interferencia o gasto deficitario, para otras puede significar ayuda, trato igual y justicia.

MENSAJES DEFICIENTEMENTE EXPRESADOS. Éstos se pueden dar o por exceso o por deficiencia. El mensaje se puede resentir al hacer uso de palabras mal elegidas, omisiones, incoherencia, mala organización, oraciones torpemente estructuradas, asuntos que se dan por obvios, jerga innecesaria y falta de claridad respecto de sus implicaciones. Gramsci señala que un discurso está mal expresado porque la idea está mal concebida, esto es, a un discurso confuso corresponde una idea confusa. Esta falta de claridad es posible evitarla si ponemos más cuidado en la codificación del mensaje.

PÉRDIDA POR TRANSMISIÓN Y DEFICIENTE RETENCIÓN. Cuando un mensaje es transferido en una serie de transmisiones, es decir, que pasa de una persona a otra y de ésta a otra el mensaje se va volviendo cada vez más impreciso. La cadena de transmisión, las personas, van sumando interpretaciones y errores cada vez que dan nuevamente el mensaje. A esto contribuye la deficiente retención de la información, que hace el problema de transmisión se vaya agravando. Por ello, la necesidad de validar el mensaje y de emplear varios canales de comunicación se hacen necesarios. O en tal caso, dar el mensaje directamente sin intermediarios.

PERIODO INSUFICIENTE PARA LA ADAPTACIÓN. En algunas comunicaciones se da la necesidad de una adaptación y capacitación adicional, como pueden ser ajustes profesionales, en la relación de trabajo, de pareja… Ya que los cambios afectan a las personas de distintas maneras; por lo que debemos tomarnos el tiempo necesario para reflexionar sobre el significado de nuestros mensajes, ya que muchas veces no distinguimos entre la particularidad de las personas y queremos tratar a todos de la misma manera. Para alcanzar una mejor eficiencia en nuestra comunicación es importante atender lo que decimos con respecto a quien se lo decimos, porque cada persona es una historia y como tal interpreta al mundo a su manera; al no atender a esto no consideramos las implicaciones de nuestro decir. Hay personas que necesitan adaptarse al discurso del nuevo ámbito. Es muy común en las agencias bancarias, por ejemplo, que al buscar cierta información la persona que nos atiende nos habla como si supiésemos el discurso bancario, es decir, tuviésemos un discurso común y resulta que muchas veces salimos más confundidos.

SOBRECARGA DE INFORMACIÓN. Esta barrera se da por exceso de información. A veces pensamos que entre más abundante sea la información ésta ayudará a resolver los problemas de comunicación. Sin embargo, tal verborrea puede generar más confusión.  El dar mucha información a la vez puede dar como resultado un exceso de información, una saturación. Y cada persona responde a la sobrecarga de información de manera distinta. En primer lugar, lo más seguro es que desestimemos cierta información, que no sabemos si es la más importante. En segundo término, si nos vemos abrumados por demasiada información lo más probable es que cometamos errores al procesar ésta. Finalmente, muchas veces reaccionamos a la sobrecarga de información huyendo de la tarea de comunicación. Incluso, huimos de las personas que hablan mucho porque nos saturan.

BARRERAS ÉTICAS DE LA COMUNICACIÓN
ESCUCHA DEFICIENTE Y EVALUACIÓN PREMATURA. Para escuchar necesitamos prestar total atención y tener disciplina de oyentes. Además, de escuchar atentamente debemos evitar la evaluación prematura de lo que dice la otra persona. Es muy común nuestra tendencia a juzgar, aprobar o desaprobar, lo que la otra persona dice antes de esa persona haya terminado de decir lo que tiene que decir. Por ello, es obligatorio hacer un esfuerzo por comprender el marco de referencia del hablante, del marco de lo que dice. Si estamos molestos con la persona en cuestión somos aún más premeditados a juzgar, no dejamos que termine de hablar y ya estamos haciendo todos juicios que se nos ocurren.

INTELIGENCIA INTERPERSONAL. La comunicación eficaz es algo más que transmitir una información a otra persona la conozcamos o no. Ésta requiere de un contacto frente a frente, en condiciones de apertura y confianza. Para mejorar la comunicación necesitamos tener la disposición a participar de conversación abierta y franca. La comunicación interpersonal necesita de la confianza, de que ambas personas sepan que cada uno tiene la mano tendida hacia el otro. Cuando queremos entablar una conversa con alguien nos ponemos a la disposición de la otra persona y se lo hacemos saber.

DESCONFIANZA, AMENAZA Y TEMOR. La desconfianza, la amenaza y el temor minan toda forma de comunicación, podemos señalar que son los elementos de la incomunicación. En un ambiente en el que estén presentes estos factores todo mensaje es visto con recelo, con escepticismo. La desconfianza, por ejemplo, puede ser producto de las incongruencias en la conducta de la persona (nuestra o de otra persona); o se da por experiencias anteriores donde hemos sido castigados injustamente por haber transmitido una información desfavorable, pero verídica, esto es, cuando hemos dicho una verdad que no gusta.

RUMORES o CHISMES. La principal distorsión de toda comunicación son los rumores, los cuales se forman con mucha facilidad. Ya que, somos proclives a éstos. Los rumores se producen cuando la comunicación es incontrolada, ambigua, indirecta y cerrada. Entonces, las personas buscan completar inventando la información que falta. Se da también cuando el mensaje circula sin conocerse el origen de éste y sin seguir ningún canal válido. El rumor corre rápidamente de persona a persona y nadie se responsabiliza de su veracidad, se toma como una verdad. El rumor es negativo porque genera un ambiente de tensión, de expectativa y de desasosiego entre las personas. Sin contar la mala fe de muchas personas que disfrutan creando rumores para perjudicar a personas en particular.

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martes, 25 de abril de 2017

LA CRISÁLIDA SE HA ABIERTO: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA


Toda metamorfosis es lenta. Apresurarla no tiene sentido. Es como querer que el sol salga más temprano. Solo queda esperar, he allí para qué sirve la paciencia. El amanecer se huele, se puede otear en la brisa; pero siempre hay que esperar que amanezca. Ya lo dice el dicho, por más temprano que uno se levante, no amanece antes. Todo a su debido tiempo, así tiene que ser. No de otra manera. La flor necesita del kairós para llegar a ser flor.

Cada palabra que la brisa parece llevarse termina por caer a tierra. Allí encontrará su lugar y su tiempo, a la espera de la vida. Vendrán sequías o borrascas, allí permanecerá alimentando poco a poco al espíritu que la necesita. Se gesta en sí mismo tal espíritu; él no lo sabe y no puede saberlo, porque está en la noche de nacimiento. En esa oscuridad que todo lo vela, que todo lo oculta. En la que no se sabe quién es.

Esa es la oscuridad primigenia. La pura noche diría el divino Hegel. El permanecer y estar con los sentidos separados del mundo y del yo. Sin embargo, es allí donde inicia la transformación, en el desconocimiento del yo; o tal vez en la pura presencia del yo, que solo cree verse a sí mismo sin saberse. En esa oscuridad que encandila, que ciega todo mirar, todo oír, todo sentir. En la cual no hay sentido, por cuanto el espíritu navega sin rumbo. Sin saber qué es lo que desea.

Es allí la pura confusión. El mar tempestuoso y primigenio donde el espíritu se ahoga a sí mismo, donde parece que va a morir sin haber nacido. Abandonado de sí mismo y contra sí mismo. El espíritu es allí esa noche, esa vacía nada. Que en su simplicidad lo encierra todo, las representaciones sin provenir. Imágenes que no tienen ni presente ni futuro. Lo que existe es la pura oscuridad, el puro uno mismo. Intrincada noche habitada de fantasmas, donde surge aquí una sombra ensangrentada, allá una figura que se esfuma. Esa oscuridad del alma es cuando el espíritu se mira a sí mismo sin saberse. Una oscuridad que se hace terrible, invivible; porque cuelga delante de la vida la noche del mundo.

Esta oscuridad necesita del tiempo para recogerse sobre sí misma. Para que el espíritu sea movimiento sobre sí. En este movimiento se inicia el recogimiento interior, la forma simple de uno mismo. La referencia de sí. El deshacer imágenes y enlazarlas de la forma más incoherente. En esto, el yo se deja llevar por el dominio de lo externo. Es el orden pasivo de lo que está por nacer. Sin embargo, ya está en germen. Diría el viejo Silvio, la era ha parido un corazón. 

El yo se encuentra en la arbitrariedad, en la libertad vacía. No obstante, ya tiene algo de forma. El saberse intuido, la primera determinación. Ahora el espíritu es su propio suponer, algo que ya le es conocido. La inmediata conciencia de sí. Solo es una conciencia inmediata, solo eso. Donde solo trae consigo la mera imagen que está en él. Su referencia mezquina. El ser-para-sí está ausente. El espíritu se ha visto, se ha oído sin entrar en él. Él mismo se es ajeno. Es el yo con su mismo yo. La pura vaciedad. Sin embargo, se ve a sí mismo como un objeto, como al externo.

 En una aurora, el espíritu comienza, sin saberlo, a superar el momento de lo externo; ya no es lo caído. Se pone en el dominio de sí mismo. Pierde el significado de ser algo inmediato. El espíritu se ha superado por primera vez. Y se siente como lo que no es, se siente extrañado. Como un otro, distinto de su ser. Sin saber que es el contenido simple de su propio ser. La calidez de lo que se comienza a engendrar. A primera vista no se reconoce.

Él se presenta a sí mismo como un otro distinto. Porque tiene otro significado, otro contenido. Se va convirtiendo en sujeto de sí. No es lo que era, por eso se extraña. Está en otro momento, se ha convertido en crisálida. Ahora, es ser-para-sí. Se tiene que mirar sin la oscuridad de la noche vacía, porque la aurora se anuncia. Sin embargo, aún no lo entiende. El espíritu que se hace sujeto de sí mismo se va perteneciendo, se va conteniendo. No se reconoce aún, porque se mira a sí mismo como un extraño.

En su crisálida, ya es interioridad que se intuye como reflexión y hacer de sí. Está forzado, no hay vuelta atrás, a la existencia. Ahora esta interioridad tiene que invertirse, tiene que hacerse exterioridad. Retornar al mundo, en ello está su fuerza. Siente algo que es. Este sentir es el verdadero ser del espíritu, allí está su realización. Pues, aún ex-siste en dos momentos, uno que abandona y otro que emerge.

Y una mañana cualquiera, al calentar el sol, el espíritu se abre en su plenitud. Se reconoce, se sabe por primera vez. Se mira a sí mismo en la claridad de la aurora, en su propio amanecer. En el inicio propio de la vida. Es en sí y para sí. Se designa como el mismo y lo otro. Es, a la vez, interioridad y exterioridad. Se hace lenguaje propio, pues se nombra. ¿Qué es esto que soy ahora? Se pregunta. Es el yo que ha nacido. Ahora lo sabe.

Así al fin, la crisálida se ha abierto. Solo había que esperar este momento, desde un sueño remoto y desgarrador, para acceder a este presente, que es futuro, y poder contemplar la flor, la mariposa que finalmente ha emergido a la creación, al mundo, a los sentidos, a la sonrisa, a la vida.

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martes, 18 de abril de 2017

LA COMUNICACIÓN EN LA ORGANIZACIÓN: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Toda organización está dotada de una formación social compleja. Se trata de un sistema de roles en el que existen diversos tipos de redes de comunicación. Desde un enfoque de interacciones, es posible analizar la relación entre los conceptos de organización y comunicación y, además, afirmar que existe un profundo nexo entre éstos. Pues, es impensable una organización sin comunicación.

En las organizaciones el valor de la comunicación es un recurso estratégico de  desarrollo. Puesto que, las estructuras cerradas y aisladas impiden la toma de decisiones. Por otra parte, la comunicación permite la confrontación, el diálogo franco, la valoración de las acciones individuales y colectivas, y el establecimiento de relaciones armónicas.

Muchos de los problemas organizacionales son producto de la ausencia de una comunicación efectiva. Por esta razón, la comunicación en las organizaciones es imperante y necesaria; ya que de ésta depende el éxito de la misma. Por otra parte, las barreras comunicacionales responden a la presencia de paradigmas, que en definitiva detienen el desarrollo efectivo de la interacción. Los cambios de tales paradigmas conllevan un serio y decidido análisis, el cual debe superar las buenas intenciones para establecer un conjunto de buenas relaciones humanas. Lo que implica compromisos claros y concretamente determinados, en última instancia comunicados.

El proceso de comunicación organizacional es el flujo de datos que sirven al desarrollo o no de la intercomunicación. Se identifican tres sistemas de comunicación: OPERACIONALES, REGLAMENTARIOS y de MANTENIMIENTO/DESARROLLO, que permiten promover una comunicación efectiva.

Existen tres factores claves en la comunicación organizacional: 1) Se da en un sistema complejo y abierto influenciado e influyente en el ambiente. 2) Conlleva mensajes. 3) Implica personas. Con respecto al mensaje, éste se da en cualquier sistema en el cual exista información; el modo en que el receptor recibe el mensaje es variable, ya que se ve influenciado por el contexto.

El mensaje transmitido forma una conexión que se denomina red de comunicación. Ésta se divide en comunicaciones ASCENDENTES, DESCENDENTES y HORIZONTALES. Tal división depende del nivel de jerarquía en que se inicia el mensaje y cual lo recibe. La comunicación descendente, tiene la función de coordinar, informar, motivar y controlar. La ascendente tiene la función de comprobar la recepción del mensaje, evaluar, informar y sugerir. La horizontal, por su parte, tiene el fin del intercambio, coordinación y apoyo entre el personal de la misma posición jerárquica.

Los procesos de comunicación están compuestos por diversos elementos, entre éstos: EMISOR: Persona que emite el mensaje. RECEPTOR: Persona que recibe el mensaje. MENSAJE: Contenido de la información que se envía. CÓDIGO: Signos y reglas empleadas para enviar el mensaje. CONTEXTO: Situación en la que se produce la comunicación. CANAL DE TRANSMISIÓN: Vía por la que se transmite el mensaje. MENSAJE CODIFICADO: Texto que se quiere hacer llegar al receptor. RETROALIMENTACIÓN: Confirmación de que el mensaje fue recibido correctamente. RUIDOS, DISTORSIONES E INTERFERENCIAS: Interrupciones en el proceso de comunicación. INTERNOS: Factores psicológicos, estados de ánimo, etc. EXTERNOS: Dificultades en el canal de transmisión, problemas técnicos, de idioma, de cultura.

El emisor decide el mensaje a emitir, el canal y la codificación que a usar. Por otra parte, él se ocupa de que la retroalimentación llegue lo más clara posible. Ya que esta es la vía para conocer si el mensaje fue recibido con claridad. Si no hay retroalimentación puede que el receptor no realice la tarea indicada en el mensaje, por haberse producido una mala comunicación o una interpretación errónea del mensaje.

La mayor parte de los elementos que conforman el proceso de comunicación tienen la capacidad de crear distorsiones. Esto incide en la meta de la comunicación. Las distorsiones dependen fundamentalmente del estado psicológico del emisor y del receptor, del canal usado y del tipo de codificación.

Podemos definir la comunicación como el proceso mediante el cual se transmiten y se reciben datos, ideas, opiniones y actitudes con el fin de lograr una comprensión plena y eficiente. Ésta es el medio por el cual establecemos un contacto que nos permite transmitir una información. Es una actividad inherente a las personas, implica la interacción y la puesta en común de mensajes significativos, a través de diversos canales y medios para influir en el comportamiento de los demás. La comunicación es un proceso humano de interacción de discursos más allá del mero traspaso de información; es por ello un hecho sociocultural.

La comunicación es eficaz cuando el receptor interpreta el mensaje en el sentido que pretende el emisor. La comunicación es dinámica, continua y sistemática; es la oportunidad de encuentro con otro. Plantea una amplia gama de posibilidades al ser el canal de interacción social. Por medio de ésta las personas logran el entendimiento, la coordinación y la cooperación que posibilitan el crecimiento y desarrollo de las organizaciones.

La comunicación organizacional, en particular, es el potencial de comunicar la información formal e informal que se genera, para la adecuada relación y desempeño laboral de los integrantes de una organización. Ésta es uno de los factores fundamentales en el funcionamiento eficiente de las organizaciones; por lo que juega un papel primordial en la cohesión del personal de la empresa. Ya que permite el intercambio de información eficiente entre los distintos niveles de la organización, al establecerse patrones de comportamiento comunicacional. Lo cual determina que cada miembro realiza un rol comunicativo específico.

La comunicación organizacional es un sistema de interrelaciones y entendimientos laborales, por medio del cual se determinan los objetivos a alcanzar, dirigidos éstos al beneficio individual, colectivo y organizacional. Se entiende también como el conjunto de técnicas y actividades encaminadas a facilitar y agilizar el flujo de mensajes que se dan entre los miembros de una organización.

La comunicación produce en una multiplicidad de sentidos, dado que cada receptor se transforma, a su vez, en emisor de nuevos y variados mensajes. En este proceso de intercambio se establecen compromisos, se asignan y delegan funciones. Por lo cual, la comunicación organizacional se determina con relación a la creación, mantenimiento y renovación de: CULTURA (valores): Principios, conceptos y creencias, explícitos o implícitos, compartidos por quienes forman parte de la organización. ESTRUCTURA: Cómo está operativamente organizada la empresa; además determina las relaciones laborales entre las distintas áreas que conforman la estructura organizativa. ESTRATEGIA: Pasos que deben darse para alcanzar los objetivos de la empresa. RECURSOS (habilidades): Áreas, capacidades, conocimientos, fortalezas. PROCEDIMIENTOS: Rutinas, formas en que se ejecutan las actividades, niveles de acción e interrelaciones. PERSONAL (potencial humano): Factor que se define en función de perfiles, habilidades, actitudes, aptitudes, conocimientos, acorde al número necesario que requiere un área o actividad determinada. ESTILO DE DIRECCIÓN: Actitudes que adoptan los integrantes de los niveles directivos de la Empresa.

La comunicación está determinada por lo que cada miembro debe conocer según el nivel que ocupa. En esto consiste la FUNCIÓN de la comunicación en la organización La cual cumple una serie de funciones dentro de una organización, tales como: proporcionar información acerca de los procesos internos; posibilitar funciones de mando y de toma de decisiones; solucionar problemas y diagnósticos de la realidad.

En toda organización, la comunicación abarca tres funciones, a fin de mantener la estabilidad y el equilibrio de la empresa. Tales funciones son: PRODUCCIÓN, INNOVACIÓN y MANTENIMIENTO. En la función de PRODUCCIÓN: La comunicación abarca todas las actividades que se relacionan directamente con los modos de capacitación personal; orientación pertinente a la realización del trabajo; apertura de espacios para la formulación y concertación de objetivos; la solución de conflictos y la sugerencia de ideas para mejorar la calidad del servicio y del producto.

En la función INNOVADORA: Se dan dos tipos de innovaciones. Primero, la DE LA organización; la innovación DE LA organización cambia la empresa sin afectar al personal. Segundo, EN LA organización; La innovación EN LA organización se requieren cambios en el comportamiento de los individuos; ya que exige una actitud favorable a y una prospectiva en cada uno de los miembros de la organización. La función innovadora de la comunicación incluye actividades de comunicación tales como los sistemas de sugerencias a nivel general; el trabajo de investigación y desarrollo; la investigación y el análisis de mercados; las sesiones de manifestación de inquietudes y los comités de desarrollo de ideas.

La función de MANTENIMIENTO: Está relacionada con los espacios de socialización, los cuales permiten un contacto con el ambiente físico y humano a través del intercambio oportuno, amplio y puntual. Esto genera mejores relaciones interpersonales e identificación con la organización. La comunicación de mantenimiento busca compensar y motivar al personal para que se comprometa con los objetivos y las metas de la organización. Reconoce al individuo competente y valioso, resalta el trabajo en equipo y la creación individual.

La comunicación promueve la participación, la integración y la convivencia en el marco de la cultura organizacional. Donde cobra sentido el ejercicio de funciones y el reconocimiento de las capacidades individuales y grupales. De allí que el factor esencial de la cultura de una organización es la comunicación en todas sus direcciones y en todos los niveles. Ésta engloba prácticas internas y externas de los flujos comunicativos; se hace énfasis en la necesidad de alcanzar un equilibrio entre los canales formales e informales de comunicación que se utilizan. Lo cual ayuda a elevar la eficiencia en la transmisión efectivamente de los mensajes.

En cualquier organización, la comunicación tiene cuatro funciones principales, a saber: CONTROLAR: La comunicación controla la conducta de los miembros de varias maneras. Las organizaciones tienen jerarquías de autoridad y lineamientos formales que deben seguir los empleados. Por ejemplo, la comunicación desempeña una función de control cuando se pide a los empleados que primero comuniquen las quejas laborales a su jefe inmediato, que se limiten a la descripción de sus puestos o que cumplan con las políticas de la empresa.

MOTIVAR: La comunicación alienta la motivación porque aclara a los empleados que deben hacer, como lo están haciendo y que pueden hacer para mejorar un rendimiento deficiente. La definición de metas concretas, la retroalimentación sobre el avance logrado hacia las metas y el reforzamiento de la conducta deseada estimulan la motivación. EXPRESAR EMOCIONES: Todo grupo de trabajo es fuente primaria de interacción social. La comunicación es el mecanismo fundamental que permite a los miembros del grupo manifestar sus frustraciones y sentimientos de satisfacción. Por consiguiente, la comunicación se convierte en una puerta de expresión emocional y de realización de las necesidades sociales. INFORMAR: Se refiere al papel que desempeña la comunicación cuando facilita decisiones. Pues mediante la transmisión se proporciona la información necesaria para la toma de decisiones.

Los principales canales de comunicación en una organización son: los supervisores, los compañeros de trabajo y la actividad personal basada en hacer preguntas y observar. Los miembros de la organización suelen acudir a los supervisores, como fuentes de información, para obtener información técnica y conocer cuáles son las metas instrumentales.

Los canales de la comunicación organizacional son: DESCENDENTE: Transmite políticas, procedimientos, reglas y manuales. ASCENDENTE: Contiene quejas, sugerencias, reportes de desempeño, investigación de actitudes. HORIZONTAL: En ésta se manejan memoranda interdepartamental, conferencias de línea y asesoría, interacción de empleados con sus supervisores, relación sindicato-empresa.

Se dan dos tipos de comunicación, éstas son: la vertical y la horizontal. La COMUNICACIÓN VERTICAL: Puede ser DESCENDENTE o ASCENDENTE. En la comunicación descendente la información permite la regulación y control de la conducta de los subordinados, tales como: las instrucciones sobre la tarea, comprensión de la tarea y su relación con otras tareas; información sobre procedimientos y prácticas; información al empleado sobre su rendimiento y ejecución; información ideológica para inculcar un sentido de misión. Los medios más utilizados en la comunicación descendente son: cartas, reuniones, teléfono, manuales, memorandos, circulares, mails, y guías.

Los mensajes que se intercambian en una organización pueden ser a través de: COMUNICACIÓN ESCRITA: Es clara, precisa, completa y correcta, se califica como información de primera mano y se deja constancia. Por medio de ella las personas tienen la oportunidad de poder regresar a segmentos del mensaje, lo que permite una mejor comprensión en la información. Esta puede darse a través de: CARTAS: Es el medio más usado dentro de una organización para las personas ausentes, en la cual se comunica alguna cosa de interés personal o grupal. MEMORANDO: Tiene el objetivo de recordar mensajes con referencia a instrucciones internas que los empleados deben realizar dentro de la organización. CARTELERAS: En ésta se maneja la información sobre actividades de motivación o mensajes de interés general para los empleados y directivos. Para que éstas funcionen se debe tener en cuenta su ubicación, sitios estratégicos por donde se da el mayor flujo de personal. REVISTA: En ésta se propicia la participación activa en todas las actividades, con el fin de fomentar el conocimiento de los acontecimientos afines a la realidad de la organización. PERIÓDICO: Envuelve un área de conocimientos especializados; en muchos casos es utilizado para ganar tiempo en el ámbito de la información. BOLETÍN: Es un medio donde se maneja información especializada para el público interno y externo de la organización. COMUNICACIÓN MASIVA: Genera mensajes y noticias de manera específica, coherente y directa para el público interno y externo de la organización. Esta se da por medio de: REUNIONES: En ellas se retroalimenta y se transfiere información de interés general, las más importantes tomas de decisión que tienen por objeto el beneficio de la organización. CIRCUITO CERRADO DE TELEVISIÓN Y RADIO: Tiene el fin de lograr una buena influencia y ofrecer grandes posibilidades de retroalimentación. Allí los directivos, administrativos y empleados pueden tener una visión más precisa sobre actitudes y sentimientos generados en la interacción y percibir con mayor facilidad cual va a ser el comportamiento del otro.

Las barreras o problemas de comunicación suelen ser síntomas de conflictos más profundos. Algunas de las barreras de la comunicación son: FALTA DE PLANEACIÓN: La buena comunicación no es obra del azar. No obstante, establecer las razones de una instrucción, seleccionar el canal más rápido y elegir el momento adecuado son acciones que pueden favorecer enormemente la comprensión y reducir la resistencia al cambio. SUPUESTOS CONFUSOS: A pesar de su gran importancia, suelen pasarse por alto los supuestos no comunicados en los que se basa un mensaje. Los supuestos no aclarados por ambas partes pueden resultar en confusión y pérdida de la buena voluntad. DISTORSIÓN SEMÁNTICA: La cual puede ser deliberada o accidental. Las palabras pueden provocar reacciones distintas. Por ejemplo, para algunas personas el término "gobierno" puede significar interferencia o gasto deficitario, para otras puede significar ayuda, trato igual y justicia.

MENSAJES DEFICIENTEMENTE EXPRESADOS: Aun siendo claras las ideas del emisor, el mensaje puede resentir de palabras mal elegidas, omisiones, incoherencia, mala organización, oraciones torpemente estructuradas, asuntos que se dan por obvios, jerga innecesaria y falta de claridad respecto de sus implicaciones. Esta falta de claridad se puede evitar si se pone más cuidado en la codificación del mensaje. PÉRDIDA POR TRANSMISIÓN Y DEFICIENTE RETENCIÓN: Un mensaje que debe ser transferido en una serie de transmisiones de una persona a la siguiente se vuelve cada vez más impreciso. La deficiente retención de información es también otro problema serio. Así, la necesidad de repetir el mensaje y de emplear varios canales resulta obvia. ESCUCHA DEFICIENTE Y EVALUACIÓN PREMATURA: Escuchar exige total atención y autodisciplina. Requiere asimismo que el escucha evite la evaluación prematura de lo que dice la otra persona. Es común la tendencia a juzgar, a aprobar o reprobar lo que se dice, en vez de hacer un esfuerzo por comprender el marco de referencia del hablante.

COMUNICACIÓN INTERPERSONAL: La comunicación eficaz es más que sencillamente transmitir a los empleados. Requiere de contactos frente a frente en condiciones de apertura y confianza. Para mejorar la comunicación no son necesarios costosos y sofisticados medios de comunicación, sino la disposición de los superiores a participar en la comunicación frente a frente. DESCONFIANZA, AMENAZA Y TEMOR: La desconfianza, la amenaza y el temor minan la comunicación. En un ambiente en el que estén presentes estos factores, todo mensaje será visto con escepticismo. Por ejemplo, la desconfianza puede ser producto de las incongruencias en la conducta del superior, o de anteriores experiencias en las que el subordinado fue castigado por haberle transmitido honestamente a su jefe información desfavorable pero verídica. PERIODO INSUFICIENTE PARA LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO: Algunas comunicaciones apuntan a la necesidad de capacitación adicional, ajustes profesionales, etc. Los cambios afectan a las personas de distintas maneras, de modo que puede tomar cierto tiempo reflexionar en el pleno significado de un mensaje. En consecuencia, y para una eficiencia máxima, es importante no forzar el cambio antes de que los individuos puedan adaptarse a sus implicaciones. SOBRECARGA DE INFORMACIÓN: Puede pensarse que un más abundante e irrestricto flujo de información ayudará a resolver sus problemas de comunicación. Pero un flujo irrestricto puede dar como resultado un exceso de información. Cada individuo responde a la sobrecarga de información de distinta manera. En primer lugar, puede desestimar cierta información. En segundo término, si un individuo se ve abrumado por demasiada información, puede cometer errores al procesarla. Finalmente, las personas reaccionan a la sobrecarga de información sencillamente rehuyendo la tarea de comunicación.

Con respecto a estas barreras, en la comunicación ascendente se pueden considerar cuatro principios para predecir estas distorsiones: EL PODER DEL SUPERIOR: Las personas situadas en el nivel inferior de la jerarquía no transmiten información ascendente que les puede perjudicar. INFLUENCIA DEL SUPERIOR: Los subordinados pasan información más favorable a los superiores que tienen más influencia. CONFIANZA O DESCONFIANZA DEL SUBORDINADO EN SU SUPERIOR: Se transmite más información distorsionada cuando no se confía en el superior. En situaciones donde hay confianza, la transmisión de la información es más exacta. ASPIRACIONES DE ASCENSO DEL SUBORDINADO: No se transmite información que se supone pueda perjudicar el desarrollo de la carrera profesional del subordinado.

Cuando en la organización se cree que la comunicación no es una herramienta de gestión estratégica, se considera que ésta es un costo y no valor. Se confunde la comunicación con las herramientas de comunicación. Se considera que la comunicación es propiedad y responsabilidad de un departamento en particular y no de toda la empresa.

La comunicación se divide en formal e informal. COMUNICACIÓN FORMAL: Es la comunicación que la organización ha regulado, al definir las reglas de ésta. En ésta se define el modo en que cada integrante ha de comportarse y el tipo de relación que se ha de mantener. La comunicación formal cumple dos funciones. Primera, permite la toma de decisiones. Segunda, motiva al personal. Para garantizar la toma de decisiones y lograr niveles adecuados de motivación en los miembros, la organización conforma estructuras que facilitan la comunicación. Para que ésta sea adecuada y el flujo de comunicación eficiente. Este flujo de información debe cumplir los siguientes objetivos: 1) Transmitir la información útil para la toma de decisiones. 2) Transmitir la información con exactitud. 3) Transmitir la información con rapidez. 4) Transmitir la información sin errores.

El flujo de comunicación adecuado es aquel que ofrece una estructura de comunicación que no la obstruya; fuentes de comunicación capaces de recoger y transmitir la comunicación que se necesita en cada momento, que el canal de transmisión sea el adecuado.

En la comunicación formal las principales estructuras de flujo son: ESTRUCTURAS CENTRALIZADAS: El flujo está centralizado cuando todo el poder de decisión se concentra en un único punto. La centralización es el mejor medio para coordinar la toma de decisiones cuando la información no produce una sobrecarga, lo cual limitaría la eficacia de la coordinación. ESTRUCTURAS DESCENTRALIZADAS: Está descentralizada cuando la información se reparte entre varios individuos. Descentralizar el flujo de comunicación permite una mayor reacción ante el ambiente y es un estímulo de motivación.

La COMUNICACIÓN INFORMAL se conforma en torno a las relaciones interpersonales de los integrantes, surge cuando alguno de éstos siente la necesidad de comunicarse con otro sin que exista ningún canal formal para ello, o los existentes son inadecuados. Son las interacciones no reguladas por la comunicación formal. Este tipo de comunicación aparece donde la comunicación formal es insuficiente para las necesidades emocionales y de información de los integrantes de la organización. Estas redes ayudan a mantener relaciones sociales ajenas a las relaciones estipuladas en las normas.

La comunicación informal se produce de manera espontánea y no obedece a patrones de comportamiento establecidos por la organización, es reconocida como una forma básica de conocimiento del otro, de incorporar información de carácter situacional (quién es, qué hace). El principal medio de comunicación empleado en la comunicación informal es el cara a cara, la relación interpersonal directa. Sin embargo, algunas organizaciones son conscientes de la importancia de este tipo de comunicación para conectar con el empleado, y emplean un medio de comunicación que les permite llegar a todos ellos utilizando con un carácter informal; por ejemplo: los boletines o revistas de la empresa. Los boletines, por ejemplo, pueden contener historias sobre empleados citados por su buen servicio o por un rendimiento laboral sobresaliente, anuncios sobre las funciones sociales de la empresa, preguntas y respuestas acerca de temas laborales, información sobre actividades informales de los empleados... Se utilizan con contenido moral para ayuda a que los empleados sientan que forman parte del todo.

La principal distorsión de la comunicación informal es la causada por LOS RUMORES que se forman con cierta facilidad. Pues al ser una comunicación no controlada busca complementar la falta de comunicación de la comunicación formal. Es la comunicación en donde el mensaje circula entre los integrantes de la empresa sin conocer con precisión el origen de éste, y sin seguir canales establecidos formalmente por la empresa. El cual corre de persona a persona, y aunque nadie se responsabiliza de su veracidad se toma como una verdad. El rumor puede ser negativo para la empresa si es que crea un ambiente de tensión, expectativa y desasosiego entre el personal. Por ejemplo, cuando se hacen cambios en el personal y surge el rumor de que podría haber despidos masivos, esto hace que todos se sientan preocupados por su futuro.

La forma de evitar los efectos negativos de la comunicación informal es aumentando la calidad de la comunicación formal. Al hacer que ésta última llegue cuando sea necesaria y en el momento oportuno. Otra forma de hacer frente a la comunicación informal es evitar que la comunicación formal sea tan autoritaria, al punto de no dejar cabida para la participación y las propuestas del personal. Sin embargo, en ocasiones la comunicación informal puede resultar beneficiosa para la empresa. Cuando por medio de ésta se logra complementar la comunicación formal, lo cual permite que el mensaje enviado fluya más rápido por la empresa; de este modo, se logra una forma de comunicación más eficaz.

Existen varias técnicas para mejorar la eficacia de la comunicación, entre otras tenemos: MUESTREO DE ACTIVIDAD: Es una técnica de campo en la que se registra y analiza el proceso de comunicación en distintos momentos, para hacer generalizaciones a partir de estas muestras. Es un método que requiere mucha cooperación de los miembros de la empresa. Además, es un método intrusivo, es decir, para obtener los datos es necesario interrumpir el trabajo, lo que obliga a utilizar estrategias lo más discretas posible de recogida de muestras. SOCIOGRAMA: Es la representación gráfica de quién se comunica con quién dentro del grupo. Durante un determinado período de tiempo un analista registra los patrones de comunicación interpersonal dentro del grupo. ANÁLISIS ECCO: Canales de Comunicación Episódicos en la Organización (ECCO). Es un método que se basa en un cuestionario. Su objetivo fundamental es descubrir cuándo una persona recibe por primera vez la información. Los empleados responden un mismo cuestionario al mismo tiempo, y los resultados muestran el patrón de difusión de la información para la organización. Este tipo de análisis permite representar la secuencia de comunicaciones sobre un evento determinado. Muestra la difusión de una porción de información desde su origen hasta llegar a todas las personas de la organización. Este método invierte poco tiempo para recoger los datos, obtiene resultados rápidos y son más fiables que los obtenidos mediante auto-informes.

Otros aspectos a considerar para mejorar la eficacia en la comunicación organizacional son: 1) Escuchar todo lo que la otra persona comunique. 2) No emitir juicios sobre el mensaje a partir de prejuicios o estado emocional. 3) Escuchar todos los puntos de vista de quien intervengan en una conversación. 4) Planificar la forma como se va a comunicar algo. 5) No expresar una opinión si no se está seguro de lo que se está diciendo. 6) Verificar el efecto que la comunicación puede producir en el receptor. 7) Tratar de ser lo más objetivo posible cuando se exprese una opinión. 8) No exagerar los sentimientos para tratar de convencer a otra persona. 9) Considerar siempre los sentimientos ajenos. 10) No descalificar una opinión sin antes oír todos los argumentos.

Para que la comunicación fluya adecuadamente, se debe ser estructurar un MENSAJE COMPRENSIBLE, para ello hay que: 1) Emitir el mensaje utilizando un lenguaje simple. 2) Evitar el uso de palabras que den lugar a ambigüedades. 3) Construir sintácticamente las oraciones siguiendo una estructura simple: Sujeto-verbo-predicado. 4) Hacer uso de los canales más adecuados, según de la naturaleza del mensaje. 5) Exponer cada idea en forma positiva. 6) Utilizar el mayor número posible de canales. 7) Reiterar las partes fundamentales del mensaje. 8) Proponer ejemplos que clarifiquen el mensaje. 9) Establecer una relación de empatía con el receptor. 10) Elegir el momento oportuno para transmitir el mensaje. 11) Eliminar en lo posible, la existencia de intermediarios entre el emisor y el receptor.

Conformar el  MENSAJE DIRECTO para: 1) Reducir el mínimo de tiempo que va desde la emisión hasta la recepción. 2) Expresar lo que se espera del interlocutor. Configurar el MENSAJE PRECISO para: 1) Distinguir perfectamente bien entre la idea principal y las ideas secundarias. 2) Explicar los objetivos que se persiguen. Estructurar el MENSAJE CONCISO con el fin de: 1) Evitar la excesiva longitud del mensaje. 2) La comunicación organizacional, reflejo de las relaciones humanas en la Organización.

Algunas consideraciones finales:
La gerencia debe contemplar como prioritaria la comunicación organizacional. Pues al fallar el proceso de comunicación el sistema fracasa, ya que la distorsión entre emisor-receptor se vuelve insalvable. Pues, los acuerdos y consensos han de tener en cuenta los aspectos de comunicación; ya que a través de ésta se llega a un proceso confiable de producción. Entre los que destacan la confiabilidad y satisfacción de los integrantes. Un sistema de comunicación eficiente debe establecer planes de formación para comprender que la práctica de una buena comunicación desarrolla intenciones de realizaciones. Pues, el concepto de efectividad debe contemplar el alcance y la calidad de la comunicación organizacional.

Las fuentes documentales para la elaboración de este artículo son:
Bartoli, Annie, Comunicación y Organización, Barcelona, Ediciones Paidos, 1992.
Bateson, Gregory et. Al., La nueva comunicación, Barcelona, Editorial Kairós, 1984.
Borrell, Francesc, Comunicar bien para dirigir mejor, Barcelona, Ediciones Gestión 2000 SA, 1996.
Cees B.M, Van Riel, Comunicación Corporativa, Madrid, Editora Prentice Hall, 1997.
Fernández, Collado Carlos, La Comunicación en las Organizaciones, México, Editorial Trillas, 1997.
Martínez de Velázco Alberto, Comunicación Organizacional Práctica, México, Editorial Trillas. 1995.
Muriel María Luisa y Rota Gilda, Comunicación Institucional, Enfoque Social de Relaciones Humanas, Quito, Editorial Andina, 1983.
Niño Teresa del Pilar, La Comunicación Organizacional, Simposio Latinoamericano, Cali, 1993
Nosnik Abraham, Comunicación y Gestión Organizacional, Bucaramanga, Universidad Autónoma de Bucaramanga, 1996.
Restrepo J., Mariluz. Nuevos modos de comunicación entre los individuos de la organización. Santiago de Cali, 1996.

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sábado, 15 de abril de 2017

NUESTRA EXISTENCIA EN LA DESMESURA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Nuestra existencia histórica es siempre la respuesta a un llamado que se concreta en lo que nuestro pasado nos transmite. La palabra que respondemos es la palabra del pasado. Este diálogo es posible porque funda nuestra historia, de lo que somos nosotros. Tal es el darnos, a la vez, un llamado y una respuesta.

Tal diálogo es nuestro lenguaje reflexionado. No por estar fuera sino por ser parte constitutiva de nosotros, que nos hace accesibles a la presencia temporal-espacial. En la cual tememos a la monotonía y la limitación. Porque planteamos que nuestra medida es la desmesura. Estructurada en una crónica de la grandeza; pero, al mismo tiempo, de la estupidez y la crueldad.

Somos realidades abiertas; ya que necesitamos interactuar constantemente con nuestro entorno. En este sentido, somos entorno. Y en estos ámbitos pasamos del impulso del deseo al de proyecto. Por lo que experimentamos la necesidad de buscar explicaciones a lo que nos sucede. No nos quedamos con un mundo servido, lo queremos conocer; saber qué es.

En esta pulsión del deseo al proyecto de vida, nuestro proceso intelectual-emocional se conforma como un mecanismo de equilibrio, desequilibrio y reequilibrio. Porque en los asuntos de nuestro hacer diario rompemos con una situación estable, que exige cambios para resolverlo y recuperar el sosiego. La vida la vamos conformando a través de estos momentos. El cambio de trabajo o una nueva asignación laboral nos lleva a funcionar en este mecanismo.

Para percibir lo nuevo o para ponernos alerta realizamos un proceso de comparación —esto y aquello—, esto exige tener un modelo del mundo en que nos desenvolvemos. El cual sirve de referencia para comparar. El mundo familiar con el escolar; el escolar con el laboral; el soltero con el casado. Tales referencias nos sirven para orientarnos. 

Aristóteles señala que hay dos excesos en los deseos. Uno es abandonarse a ellos —akolasia—, el otro es no sentirlos —anaisthésia—. Acá vienen las interrogantes ¿Cuándo un sentimiento es normal? ¿Cuándo patológico? Un criterio a seguir puede ser el que apela a los efectos que esa preocupación produce. Quiero decir con esto, si tal preocupación nos ayuda a vivir o nos imposibilita la vida. De ser el último, no podemos considerar tal sentimiento o deseo normal.

El deseo, como sabemos, es una modalidad de la experiencia afectiva caracterizado por la implicación total de nuestro yo; por cuanto afecta a nuestro yo entero. El amor lo vivimos en su totalidad y en él implicamos todo nuestro ser. Por otra parte, implicamos la valoración positiva o negativa de la situación, de la praxis que realizamos.  

El dinamismo de nuestra conciencia es deseante. Deseamos esto, deseamos aquello. En este aspecto, nuestra conciencia es conciencia de y hacia algo. Deseamos algo y nos movemos hacia ese algo. Deseamos un trabajo y nos movemos para conseguir ese puesto de trabajo. Permanentemente deseamos cosas, personas, situaciones… 

Porque nuestro deseo está acompañado de la experiencia de la activación. Deseamos algo y nos movemos para conseguirlo. Deseamos un café y nos movemos para tomarnos ese café. Por el contrario, la falta de impulso nos desanima. El deseo nos vivifica y activa. Del primero viene la apatía, la indolencia, la desgana… Del segundo, aparece el envión a conseguir lo deseado, a poner nuestra mira en eso que es el objeto de nuestro deseo.

Ahora bien, los deseos poseen en sí dos tipos necesidad. Uno, la necesidad de conseguir algo; acá nos movemos hacia lo que deseamos; acercarnos a la muchacha que nos atrae, por ejemplo. Dos, la necesidad de evitar algo; acá nos alejamos de ese algo. El deseo es alejarse. Deseamos alejarnos de la persona que nos agrede. Son dos necesidades antagónicas del deseo.
  
En ambos casos, el deseo y su necesidad tienen su origen en la experiencia de una falta. Es decir, lo comparamos con algo que precisamos; que se hemos imaginado o que hemos perdido. Incluye como apreciamos un apremio, una tensión, que se traduce, en ambos acasos, en una inquietud. Sea por acercarnos o alejarnos. Es lo que en el PNL se denomina un metaprograma: movernos hacia lo deseado o alejarnos de.

Todo objeto de nuestro deseo se presenta siempre como un principio de satisfacción. Deseo y placer. Otro aspecto a considerar es la anticipación, la cual es una característica del deseo. Cuando deseamos algo  ya conocemos más o menos nuestra meta. En este sentido, tenemos la ambigüedad de adelantar el objeto deseado; previamente lo sentimos, lo anticipamos en un goce sosegado o en una tensión de la necesidad. No obstante, la satisfacción del deseo es su propia aniquilación. De allí nuestra desmesura.

Nuestros deseos y placeres están relacionados con una experiencia agradable, con grados mayores o menores de intensidad y con resonancias que satisfacen una necesidad o incitan a repetir una acción de nuestra parte. El placer es el proceso de consumar un deseo. Por lo que, Aristóteles señala que el placer es una actividad; la acción de conseguir una meta; lo que forma parte de nuestro repertorio de necesidades en busca de una satisfacción. 

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jueves, 13 de abril de 2017

NUESTRO SENTIDO DE LA TEMPORALIDAD: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

En la vida terminamos por descubrir que nuestro sentido como sujeto está encadenado a la temporalidad. Atados a un presente que no puede prescindir de su pasado y anhela el futuro. Por ello, nos vemos compelidos a asumir la tarea de indagar nuestra propia historia. De hacer nuestra historiografía para poder tener plena posesión de las posibilidades que nos pertenecen.

El problema de nuestro sentido de la temporalidad es la posibilidad o no de llegar a comprendernos historiográficamente; esto es, como sujetos históricos. Comprendernos como un relato conformado, a la vez, por otros muchos microrrelatos. Para elaborar este problema que nos atañe debemos ver si tenemos alguna experiencia de la nada; de la angustia de la vida.

La experiencia de la angustia se nos da en un nivel emotivo, no de compresión racional. Ya que ésta nos abre a la disposición fundamental, que es la apertura específica de nosotros como sujetos en este mundo. Nuestra angustia, a diferencia del miedo que es miedo a algo, se nos revela como miedo a la nada. Como persona que hemos padecido la experiencia de la angustia, no tememos a esta o a aquella cosa; sino que más bien sentimos que nos hundimos en la insignificancia de este mundo. Sin embargo, no podemos indicar algo preciso que nos dé miedo.

Ante ese miedo a la nada debemos admitir que nos sentimos amenazados ante la existencia misma. En cuanto al modo de existir que llevamos en medio de la trivialidad cotidiana. En este sentido, nos concebimos como un mero sujeto entre otros sujetos, y nos sentimos protegidos y tranquilizados por los sujetos que nos rodean. Este miedo nos hace ver que tener miedo de algo significa concebirnos como sujetos dependientes de algo.

Tal angustia nos coloca frente a nuestra propia trascendencia, frente a nuestra existencia, frente a nuestra propia responsabilidad. Porque nos abrimos y nos instituimos ante el entorno en que nos desenvolvemos. Al buscar nuestra historia nos esforzamos por conformarnos y, a la vez, alejarnos de nuestro entorno; esto es, tomamos el mundo como norma a seguir o a romper.

Nuestro modo de relacionarnos con el mundo presupone una apertura; ésta es un estar abierto a la gente, a las situaciones, a las circunstancias que se nos presentan diariamente. Cuando estamos de conformidad con el mundo, esto significa que tomamos a éste como norma de nuestro juzgar y de nuestro decir, nos adherimos a él. No obstante, el hecho de que haya una norma a la que nos podemos ajustar o no, significa que se abre la posibilidad a nuestra libertad de elegir.

Pues abrirnos al mundo tratando de adecuarnos o no a la norma es un acto libre. En este sentido, la esencia de la vida es la libertad. Pero esta libertad como posibilidad que el hombre tiene de elegir entre los entes presupone también ella que los entes sean ya accesibles. De manera que no se puede pensar el hecho de que el ente se haga accesible, la apertura originaria de la que depende la posibilidad de cualquier elección, como un acto libre del hombre en este sentido.


Aunque abrirnos al mundo no es algo que podamos elegir; porque cuando tenemos conciencia de nuestra existencia hace largo rato que estamos en el mundo. La libertad de nuestra apertura al mundo no es una facultad de la cual disponemos, más bien es ella la que dispone de nosotros.

Por esa razón, cuando nos damos cuenta de nuestro existir ya estamos dominados por las opiniones corrientes y las profesamos sin problematizarlas. Nos liberamos de ellas cuando asumimos nuestra libertad de decidir sí o no; lo cual implica nuestra responsabilidad. Cuando nos asumimos como un proyecto propio y no la copia de otro proyecto.

Al asumirnos como el proyecto de nuestra existencia atendemos a nuestra historiografía. En este sentido, asumimos lo que Heidegger denomina el «paso atrás», que consiste en un retroceder para tomar distancia y colocarnos en un punto de vista que nos permita apreciar nuestra propia historia como un proceso de devenir. En cuanto nos vemos como historia nos ponemos en movimiento; esto es, por un lado, nos sustraemos a toda presunta evidencia y, por otro, nos vemos en relación con un de dónde provenimos que constantemente asumimos sin más.

Vernos como historia no significa que nos adueñamos de la totalidad de nuestra vida ni de la verdad de ella. Significa más bien vernos como la historia de nuestro pensar-hacer, que es un proceder que tiene un origen, el cual nos permanece oscuro y que nunca lo resolvemos plenamente. Tal oscuridad es la angustia de la existencia, lo que no podemos asir y que, sin embargo, nos constituye.

Comprendernos como historia no significa que descubrimos por fin la dirección y el sentido general de nuestro desarrollo. Significa concebirnos, ante todo, como un ser en movimiento, como un proceder de y hacia. Significa entender nuestro sistema de razonamiento y de emoción como algo situado dentro de un ámbito que nos trasciende y que, a su vez, podemos concebirlo como nuestro fundamento. En este aspecto, somos un acontecer, un ocurrir, un hacer ocurrir. De este modo, al acontecer instituimos nuestra apertura al entrar en relación con nosotros mismos y con los demás. Nos hacemos presentes en nuestra temporalidad.

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martes, 11 de abril de 2017

EXISTENCIA AUTÉNTICA E INAUTÉNTICA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Heidegger, en la definición del sujeto como proyecto, tematiza acerca de la distinción entre la existencia auténtica y la existencia inauténtica. En la cotidianidad de nuestra vida, nuestra comprensión preliminar del mundo la realizamos de un modo irreflexivo y acrítico, llena de prejuicios, propensiones y repudios. Esto lo hacemos en el modo común de ver y juzgar las cosas.

Si nos preguntamos qué significa que tengamos una cierta comprensión del mundo. La primera respuesta, es que no encontramos en el mundo a la luz de ciertas ideas y opiniones, que hemos adoptado del entorno social en el cual nos encontramos viviendo.

Podemos apreciar que no aprendemos a usar el mundo como una totalidad de instrumentos, al tratar de emplear todos los instrumentos individuales que poseemos. Vemos como los demás usan los instrumentos y oímos hablar de ellos. Esta idea del mundo como «totalidad de instrumentos» nos permite vincularnos al hecho de que nosotros estamos en el mundo junto con los demás; esto es «estar-con». No estamos solos. 

Nosotros somos, por lo común, lo que nos ocupa y nos preocupa. Esta identificación contiene en sí el carácter del extravío en la ubicuidad. Porque en la manipulación de las cosas, es que nosotros estamos siempre juntos con los otros. Por ello, tenemos la tendencia a comprender el mundo a partir de la opinión común, es decir, a pensar lo que se piensa; a proyectarnos sobre la base del anónimo, de denominamos la «mentalidad pública» u opinión colectiva. Por esto, aun cuando somos una personalidad por lo común permanecemos dentro de los esquemas de lo colectivo. Muchas veces, nos apartamos de la gran masa porque los demás se apartan de ella.

Asimismo, por lo general, encontramos escandaloso lo que «se» encuentra escandaloso. En el mundo constituido por el «se», que es esa opinión colectiva, domina la charla sin fundamento, la curiosidad y el equívoco. Esto se da, porque nosotros creemos comprenderlo todo, sin tener ninguna apropiación preliminar de las cosas del mundo. De este modo, las opiniones comunes la compartimos, no porque las hayamos verificado, sino porque son comunes. En este comportamiento observamos la mera ampliación y repetición de lo que se dice.

El hecho de pertenecer nosotros al mundo de la opinión común o colectiva es un límite negativo. Sin embargo, es algo que no podemos evitar con una decisión deliberada. Nosotros no podemos sustraernos a este estado interpretativo cotidiano, en el cual nos hemos desarrollado. En él, por él y contra él realiza todas nuestras comprensiones e interpretaciones del mundo, estamos inmersos en él. Por estar arrogados, como dice Heidegger, en el mundo de la opinión común la existencia es siempre inauténtica.

Estamos siempre dentro de ciertos límites y entregados a un estado interpretativo de la mentalidad de la opinión común.  En contraposición a este estado de opinión colectiva, nos preguntamos ¿qué es la autenticidad? Heidegger dice que nosotros podemos ser auténticos o inauténticos, por cuanto somos nuestra propia posibilidad. Es decir, que podemos elegirnos, conquistarnos, o bien perdernos y no conquistarnos de ningún modo.

Por otra parte, la inautenticidad está caracterizada por nuestra incapacidad de alcanzar una apertura para una verdadera comprensión e interpretación de las cosas; ya que nos mantenemos en las opiniones comunes. La autenticidad, por su parte, es concebida por Heidegger a partir de lo que es propio. En este sentido, lo auténtico es cuando nos apropiamos de nosotros mismos, es decir, que nos proyectamos sobre nuestras propias posibilidades. Por el contrario, el individuo inauténtico es incapaz de abrirse verdaderamente a las cosas; pues no posee la propiedad de ser sí mismo.

Nuestra autenticidad tiene a apropiarse de las cosas al relacionarnos directamente con ellas. Esto, aunque un poco vago, está atestiguado por nuestra experiencia común. Cuando decimos hablar con conocimiento de causa, lo podemos hacer cuando hemos experimentado de un modo directo aquello de que lo que hablamos. La felicidad de la maternidad cuando ya la mujer ha sido madre, por ejemplo. Este experimentar se entiende como una relación compleja, como cuando decimos «hacer una experiencia» o «tener una experiencia».

Nuestro encuentro directo con las cosas está vinculado con la apropiación directa de la cosa misma. Encontrarnos con el mar, es una experiencia directa que se da cuando lo contemplamos o nos metemos en sus aguas. Como esta experiencia es, a la vez, presencia e instrumento, nos apropiamos de la cosa cuando la incluimos dentro de nuestro propio proyecto de existencia.

Desde este punto de vista, la inautenticidad de la opinión colectiva no es un verdadero proyecto de existencia. Pues de las cosas que habla no las encuentra en el ámbito de un proyecto propio, decidido y elegido verdaderamente por alguien. Es decir, en la inautenticidad no hay ni una elección ni una decisión de proyectar. El proyecto de lo inauténtico no es decisión de alguien, es solo una especie de trasfondo del individuo en el cual se destaca, un mero telón.

Al encontrarnos verdaderamente con las cosas esto implica un cambio en nosotros, pues  asumimos una responsabilidad. Por encarna una elección, una decisión de un proyecto que nos es propio. En cambio, en el mundo de la opinión colectiva las cosas se dan solo de manera empobrecida, de un modo que nos son indiferentes, ajenas, son solo una derivación de un algo empobrecida.

Cuando somos sujetos auténticos somos un poder ser, una permanente posibilidad. Somos constitutivamente una posibilidad abierta. Decidimos por lo que nos es propio. Nuestra decisión implica, que las posibilidades entre las cuales estamos dispersos ahora la elegimos como propias. Elegirlas como propias, quiere decir que las elegimos como posibilidades verdaderas y en relación con nuestro de proyecto de existencia. La decisión que responde a la voz de nuestro pensar-hacer nos hace auténticos.

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