martes, 12 de diciembre de 2023

DÓNDE ESTÁS


 

Llamame cuando querás, llamame que en tu soledad siempre por ahí estaré para vos. Perpetuamente distraído espero oír tu voz que en el silencio del alma se me ha ido olvidando. No te preocupés, sí llamá a cualquier hora que para vos estaré por siempre. Dejá que tus lágrimas derramadas crucen el Atlántico y los Sargazos, que yo las recogeré en esta orilla.

Ya no recuerdo casi nada, aun cuando aún me siento en las aceras de esas calles por donde creo caminamos. Recordá que la vida no ignora a nadie porque ella es indiferente. Solo es vida y con ella siempre está la muerte, todo es tan banal y efímero. Solo nosotros no lo sabemos. No hay verdades ni mentiras solo soledades de cada uno.

Las ideas tampoco existen, éstas se confunden con los sueños. Solo los dolores y nuestros desvaríos son permanentes, nacemos y convivimos con ellos. Y por ello los negamos. Amarrate la felicidad al tobillo y caminá más allá para que se arrastre.

Solo buscate a vos, porque no hay más nada. Si te encontrás o no, no importa. Todo es fragilidad, todo es instante. No hay obligación, ni propósito ni destino, eso son inventos de los desquiciados.   

Recordá que la vida es vida y nada más. Porque nada elige que vivir ni donde existir. Solo somos azares sin destinos ni manzanares; nada tenemos que ver en eso, marionetas de dioses indiferentes eso somos. Veletas sin rumbos creyéndonos que hay puertos para nuestras almas. Somos seres sin destinos, sin amor y sin querernos.

No te apures que no hay porqué. El Todo avanza a sus anchas y no nos espera, ni se interesa por nosotros. Es el Dios indiferente. Lo demás son inventos de nuestra soledad y desesperanza, de nuestra orfandad. No te mirés siquiera, pero siempre que querás llamame que yo por ahí estaré para decirte que te quiero.


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