miércoles, 6 de diciembre de 2023

QUE NO TE TOQUE LA NOCHE


Te ha tocado la noche con su oscuridad y los fantasmas con sus yelmos; ya el aire de las mañanas y la aurora han huido de tus pestañas. La tierra se ha endurecido bajo tus pasos, los olores se han negado a habitar tus recuerdos.  El agua ya no se oye caer en el aguamanil de tu sexo. Y el barrio de tus sueños se ha poblado de soledades.

Tus ojos se posan perdidos en algún atardecer sin sol, tus pies que cruzaron las fronteras del amor ya no consiguen el camino del querer sin querer. La tenebrosidad se enreda en tus caderas. Todo es noche sin luna, ni el torpe país del que te fuiste tiene los recuerdos en sus esquinas.

Todo es tierra yerma, sin virtud ni racimos, ni los mangos crecen oyendo los gritos y las aguas del otro lado; el barro de la lluvia y las resinas fragantes de los lirios sanjuaneros se han extraviado en las madrugadas de nuevos olores.

Décime vos, qué se hicieron tus ojos que ni las garuas ya son las lagrimas tuyas; que tu andar sin huellas cruza falsas fronteras, sin amor. Ni tus caderas tocan el pajonal de las carreteras, eres la tierra oscurecida que no conozco. La sombra larga del día cuando muere.

La oscuridad estaba agazapada bajo la ternura de tus manos, y olvidaste amarte cuando vos te olvidaste de los besos, de tu corazón que quedó recordando cada palabra, errando como herida por las calles sin comprender que ya no te habías encontrado. Amor sin territorio ni besos y con cicatrices.

Te tocó la noche, porque tal vez, solo tal vez, de los que quedamos acá vivos o muertos nos hemos quedado malditos. Sin almas, sin sentidos y sin sueños robándonos los mañanas y los futuros. La penumbra duerme sobre tu alma sin almohada, alma pérdida sin luz y extraviada, que no te toque la noche ni en la madrugada, porque el día aún no ha llegado.

 

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