sábado, 1 de febrero de 2025

HARRY POTTER Y LA ESTÉTICA DE LO FEO


 

Debido a que el computador estuvo unos días dañado me puse a buscar que leer en el mundo físico y me topé con los libros de Harry Potter. La historia de esta serie o zaga se basa en la dicotomía excluyente del bien y el mal. Que es la dicotomía del poder.

Pues tal dualidad establece que eres o amigo o enemigo. Tal partición es A o B, no admite la posibilidad de término medio. Por eso en Potter vemos: Luz-oscuridad; bien-mal; buenos-malos, magos-no magos. De esta manera, se estructura el relato en toda la historia.

No obstante, sabemos por experiencia de vida que tal dicotomía no existe en el mundo de acciones prácticas, porque somos a la vez buenos y malos; oscuridad y luminosidad. Ya que somos una mezcla de cosas. Por tanto, esta división es una construcción del intelecto para poder abordar y dominar el entorno en que se encuentra inmerso el sujeto de poder.

El relato está aderezado por el uso de un buen humor por parte de la autora, el cual le da frescura a la narración. Ya que los protagonistas son unos preadolescentes y hace buen manejo de los desparpajos propios de esa edad.

¿Por qué la estética de lo feo en Harry Potter?

En el siglo XX y en el siglo XXI hemos estado tan inmersos en la estética de lo feo, que lo que a ella pertenece nos parece bello. Veamos la familia de Potter, el tío y el primo parecen cochinos y la tía tiene cara de caballo. Según la descripción son grotescos.

 Lo mismo pasa con el mundo paralelo de los magos. Existe un semigigante, de manera estrafalaria se visten los magos; los animales son babosos y monstruosos; las pociones huelen a cualquier cosa, pero casi nunca huelen a algo agradable; los elfos grotescos y feos. Incluso el cabello de Potter, los dientes de su amiga, el cabello rojo del amigo, son presentados como rasgos deformados. El mundo de los magos pertenece a lo feo.

Los personajes son seres desproporcionados y así se insertan en los cánones de la estética de lo feo. No obstante, como es un relato fantástico pareciera que el mismo coquetea con lo bello, pero no es así.

El Arte Moderno excluye lo bello y se alinea con lo sublime, en el sentido que Lyotard lo aborda. Y por esa razón lo feo se ha hecho parte cotidiana del arte. Se admira a la Gioconda de Da Vinci por todas partes, pero no los retratos de la gente común que el mismo artista dibujó.

La autora nos engaña con una aparente belleza que no está en ninguna parte. Las versiones cinematográficas también contribuyeron a eso. Los personajes de los cuadros y los múltiples fantasmas que habitan el castillo son: gordos, decapitados, una fantasma que tiene su vía de tránsito a través de las pocetas, muertos purulentos y unos seres repulsivos en sus conductas. Por tanto, feos.

¿Dónde se diluye lo feo en Harry Potter?

En las aparentes acciones nobles del preadolescente. No obstante, éstas son reafirmaciones de la dicotomía del poder. Hay una interpretación de Cortázar sobre el Minotauro, en la cual el escritor considera que el Minotauro es libre, porque es el poeta y el artista; mientras que Teseo es el representante del poder represivo y por eso lo mata.

En alguna parte he indicado que la estética de la belleza es la estética del poder. Por el contrario, la estética de lo feo que es lo opuesto a aquella es, entonces, la estética de la libertad. Es el Minotauro, tal como lo ha interpretado Cortázar.

Desde esta perspectiva podemos indicar que Potter representa al poder, a lo establecido. Mientras que Voldemort, su antagónico, es lo que quiere liberarse de las ataduras de lo establecido. Por lo que viene a ocupar el lado oscuro, el mal. Y desde la perspectiva filosófica-religiosa es de algo que hay que huir, no atender.

Voldemort representa el mal y lo oscuro porque no admite los paradigmas del poder. Por lo que es cubierto de muertes y torturas. Y allí es donde hace malabares la autora, cuando trata de mostrar algo a través del mismo discurso del poder. Muestra lo feo en contraposición a las acciones bellas, y así parece ser.

Nos hace trampa la autora y nosotros caemos en ella.

Queremos ver lo bello porque rechazamos lo feo. En este sentido, somos excluyentes y por eso repetimos los paradigmas del poder. Vemos a Potter como el sujeto bello rodeado del mal, aunque el permitirá la continuidad de los parámetros del poder.

La convivencia de lo feo como algo fantástico se cuela en el discurso de manera muy natural. De allí su franca aceptación. Sin embargo, en la vida real esto no es así. Aunque lo grotesco y repulsivo generan rechazo nos hemos acostumbrado a ellos a través del mismo arte, en particular del cine. Porque lo feo es una representación, un algo que no nos puede afectar mientras sea arte y está alejado de nosotros. Pero cuando se convierte en vida, la visión es otra.

El mundo de los magos se nos presenta como el mundo de lo posible, y dentro de él es que se desarrolla la historia del bien y el mal. La cual replica lo mismo que pasa con estas categorías en el mundo de lo no-magos. Va a funcionar de espejo con las mismas implicaciones ético-religiosas, de allí que lo feo queda como un sucedáneo, como un algo que ocurre sin mayor importancia que se puede obviar o hacer de él un chiste.

Lo feo, tal vez por vía del cine y la televisión se ha trasmutado en algo abiertamente aceptado. Siempre y cuando lo feo se asemeje a lo bello. Sea feo, pero tierno. Es donde se le encasilla para poder dominarlo. Pero lo feo se resiste y lo bello siempre triunfa por es la voz del poder.


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