sábado, 22 de febrero de 2020

CONSTRUCCIÓN DE NUESTRA BIOGRAFÍA



¿Qué temáticas son necesarias para integrar nuestro hacer? ¿Qué contradicciones presenta el mismo? ¿Somos capaces de gestionar nuestros conflictos? ¿Tenemos capacidad para lograr soluciones integradoras? Las respuestas a estas preguntas las abordaremos desde la perspectiva hegeliana.
El planteamiento de Hegel se centra en la superación del espíritu a partir de las diversas tensiones que se dan entre lo viejo y lo nuevo, en medio de estas tensiones nuestro espíritu se despliega y desarrolla hacia un fin superior. Desde la perspectiva hegeliana, lo primero que debemos hacer es entender los procesos de cambios internos y externos que tensionan nuestro hacer. Es importante saber quiénes somos, pero también es importante saber hacia dónde estamos cambiando, cuáles tendencias políticas, sociales, económicas, tecnológicas y ecológicas están modelando nuestro hacer con más o menos fuerza.
Nuestra biografía se explica a partir de esas tensiones, ya que el movimiento de un paradigma inicial se va transformando y expresando a través de conocimientos, instituciones, prácticas, tecnologías, creencias, arte y valores. Y a medida que este paradigma inicial se despliega vamos creando las contradicciones y las tensiones que explican la futura decadencia de aquel paradigma inicial y el nacimiento de otros nuevos.
Nuestro hacer se despliega a través del tiempo en prácticas, productos, servicios, procesos, competencias y cultura. Es necesario entender que este despliegue se da en medio de tensiones, decisiones y conflictos. Por lo cual, debemos reconocer que nuestro hacer genera un nuevo futuro que supera nuestro actual hacer.
Por eso nuestro hacer tiene la fuerza espiritual para cambiar, innovar, modificar e introducir nuevas competencias en nosotros. Desde ese hacer debemos gestionar los cambios que se van presentando y no permanecer solamente en lo ya logrado; debemos gestionar nuestros conflictos y llevar nuestro hacer al límite que nos permita abrir nuevos horizontes.
Todos esos cambios, conflictos y haceres implican una transformación espiritual, que incluye modificaciones en nuestra forma de ser y hacer. La transformación personal es el asunto más importante y desafiante de nuestro hacer; ya que el saber y las habilidades que requerimos son fundamentales para acceder nuevas formas de pensar-hacer. Por eso necesitamos comprender nuestras capacidades para realizarlas en prácticas concretas.
Como hacedores nuestra meta debe ser integrarnos en la superación, no mantenernos permanentemente en la misma condición. Así como cambiamos de PC o Laptops porque hay programas más avanzados, asimismo debemos buscar las mejores condiciones de nuestro hacer para ser más eficaces y eficientes. De este modo, integramos nuevas habilidades y estrategias en nuestro hacer.
Esto lo podemos hacer porque somos seres históricos, en movimiento y cambiantes a partir de múltiples tensiones, que nos ubican en un equilibrio dinámico que nos obliga a buscar nuevas perspectivas. Para Hegel, la armonía siempre es dinámica, el equilibrio inestable y la seguridad transitoria. El deseo de un tiempo tranquilo, sin tensiones y donde alcancemos el fin de nuestras metas es solo el término de éstas, y el comienzo de otras metas que nos proponemos lograr, de otras tensiones y conflictos que debemos emprender. Estar viviendo es estar tensionado, exigido y desafiado.
En este sentido, el compromiso es el motor de desarrollo y la expresión de nuestras necesidades y posibilidades, las cuales debemos realizar para hacer realidad nuestras metas. El arte de hacer está en el reconocimiento de nuestras necesidades y en la integración de unas alternativas de solución, por las cuales podemos crear unas nuevas realidades que nos aporten valor personal. Como hacedores debemos conducir nuestro hacer por la vía de la creatividad, de la invención de soluciones que integren el potencial de nuestro desempeño.

Consultoría y Asesoría Filosófica Obed Delfín





















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