miércoles, 23 de octubre de 2019

UNA IDEA SIMPLE: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA


Simple etimológicamente proviene del latín “simplus” que significa lo que está formado por un solo elemento, lo que es solo lo que se dice, aquello que carece de composición, algo que está integrado por un único elemento; lo que es sencillo y no presenta complicaciones o dificultades. Traigo este término a colación porque nuestro hacer productivo debe estar signado por la máxima de hacer algo simple o pensar lo que es simple.

Platón habló que «las ideas» eran simples, para Parménides era «el ser», para Heráclito «el logos», para los pitagóricos «el número»; «el átomo» para Demócrito y Epicuro, para Plotino «el Uno», «la ataraxia» para los estoicos; «el placer» los hedonistas. Todas en su fundamento son ideas simples.

Descartes habló de «ideas claras y distintas», a Guillermo de Ockham se le atribuye la expresión «no hay que multiplicar los entes sin necesidad» que se conoce como «la navaja de Ockam»; Leibniz habló de las mónadas como sustancias simples, sin partes, no tienen extensión… Podríamos seguir con otros ejemplos más para mostrar la importancia de un hacer fundamentado en lo que es simple.

La búsqueda de la esencia en filosofía es la búsqueda del concepto o substancia simple. Y así debe ser. Todo el constructo filosófico de cualquier filósofo se fundamenta en una idea simple, que éste repite hasta el cansancio en toda su obra.

Bill Gates expande el uso de las computadoras al producir la idea simple del sistema operativo Windows, que revolucionó y popularizó el uso de las computadoras, hoy en día hasta los gatos pueden usar una computadora sin  hacer ningún esfuerzo especializado. Lo mismo hizo Mark Zuckerberg al implementar la aplicación Facebook.

Las ideas y los productos simples alcanzan muy rápida acogida en el público y los usuarios. Eso lo podemos apreciar en muchos productos alimenticios: la empanada, el sándwich, el hot dog, los cereales; éstos son ideas simples de alimentos para consumir y por ello son tan exitosas. En la ropa y el calzado sucede lo mismo.

La mayoría de los productos que consumimos son ideas simples. Otras son ideas simbólicas como es el caso de los vehículos, que han desplazado la simplicidad del Volkswagen, del Toyota Fj40, del Citroën, por ejemplo. Aunque la conducción de cualquiera de ellos —de lujo o no— es un proceso simple y esto es lo que prima.

Hay otras cosas que son ideas complicadas, tomemos por ejemplo, la filosofía. Que como bien decía García Bacca debiésemos decir mejor las filosofías, en plural porque son varias las áreas de conocimiento que la conforman. Volviendo a la idea complicada de ésta, cuando uno menciona la palabra filosofía la gente arruga la cara y se retuerce en una expresión de rechazo porque lo que viene a su mente es algo complicado.

Y así desgraciadamente se vende ésta, como una idea complicada por lo cual nunca será un éxito de ventas. Ahora bien, la filosofía no es la única área de conocimiento a la que le sucede esto, podemos decir lo mismo con respecto a la psicología, las matemáticas, la física, la astronomía, la medicina aunque de ésta la gente piensa que es solo recetar medicamentos; y así con todas las carreras universitarias. Aunque unas desde afuera parecen más accesibles que otras, como por ejemplo «hacer planos» para el caso de los arquitectos o «hacer dibujitos» para el de los diseñadores gráficos.

No obstante, insisto si queremos producir un hacer o una idea ésta tiene que ser simple. Estar formada por un solo elemento claro y distinto.

Los best seller son obras literarias de gran triunfo de ventas porque son obras que captan fácilmente la atención del lector al tener un estilo y un vocabulario sencillos, por esto se convierten en grandes éxitos de ventas. Porque todos los best seller son simples. Las grandes obras de la literatura universal nunca serán best seller porque no son simples, son complicadas.

Tengo que aclarar algo que se me ha pasado por alto hasta este momento, cuando digo que si “queremos producir un hacer o una idea ésta tiene que ser simple” me estoy refiriendo particularmente a si queremos hacer marketing con ella para posicionarnos en un segmento del mercado[1].

Si queremos producir un producto para mercadearlo éste tiene que ser simple. El producto en cuestión puede ser de cualquier tipo y de cualquier área del conocimiento, sea psicología, filosofía, medicina… La premisa fundamental que tiene que regir al mismo es ser una idea simple.   

Referencias:
Twitter: @obeddelfin



[1] Recomiendo los libros de Jurgen Klaric “Estamos ciegos” y “Véndele a la mente no a la gente”. Los mismos se pueden descargar en Ebiblioteca.org

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