miércoles, 2 de octubre de 2019

MIEDO, RABIA E IMPOTENCIA EMOCIONES ADECUADAS: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA


Las dos primeras son emociones básicas, la tercera es una situación emocional. Al sentirnos derrotados por una causa ajena a nosotros desarrollamos estas emociones que nos pueden ayudar a seguir adelante en un proyecto de vida sensato.

La impotencia, por lo general, es producto de una causa que está fuera de nuestro control. Nos hace sentir que hemos perdido el poder sobre nosotros y no podemos controlar lo que nos pasa. Es la negación de nuestra potencia para actuar sobre algo.

Esa negación es lo que nos produce esa situación emocional. Al vernos disminuidos ante lo que nos ocurre y nos sobrepasa. La situación nos desequilibra, nos pone en un punto X sacándonos de nuestro centro. Es nuestra propia negación, la pérdida de nuestro propio poder. El no poder hacer nada, decimos.

Lo que tenemos que intentar hacer es volvernos a centrar. Salir del punto x en que nos ha colocado esa situación no deseada. Volver a tomar las riendas de nuestra vida para poder hacer algo. Aunque este algo sea comprender lo que nos pasa, entender qué es y por qué de esa impotencia.

El miedo es la emoción natural a algo desconocido, a un ataque repentino, a algo que no entendemos. Con éste nos defendemos de modo pasivo. El miedo nos pone alerta ante el mundo. Es una de las emociones que nos permite sobrevivir. Lo contrario sería la insensatez.

Esta emoción hace que nos cuidemos a nosotros y a otros. Al sentir miedo buscamos refugio, nos cuidamos con más esmero. Es una emoción adecuada porque nos permite atendernos, por medio de ella procuramos la cura.

Es fundamental para sobrevivir. Si no sintiéramos miedo haríamos actos arriesgados y peligrosos poniendo nuestra vida en peligro. Actuaríamos de manera irracional. El niño pequeño que no conoce el miedo a los vehículos intenta cruzar la calle sin poner ninguna atención.

El miedo nos ayuda a estar atentos a nuestro cuidado corporal, a no producirnos daño. A seguir las prescripciones médicas, a guardar los reposos indicados y seguir, en general, las recomendaciones del médico. En caso de enfermedad. O de la madre y el padre en nuestras interacciones sociales.

Es valiente quien actúa atendiendo al miedo. Lo otro es imprudencia. La prudencia aunque no es guiada por el miedo nos permite asumir decisiones adecuadas en nuestras relaciones interpersonales y en las circunstancias que se nos presentan. El miedo nos hace prudentes y reflexivos.

Medimos lo que vamos a hacer y a decir por miedo a las consecuencias. Más miedo sentimos cuando nuestra vida está en riesgo. Debemos atender que nos aconseja esta emoción a la hora de actuar. Muchas veces es buena consejera, nos hace cautos y alertas.

La rabia nos hace agitar contra el mundo. Heráclito quien dijo que «la guerra es padre de todas las cosas» debía saber que la guerra se fundamenta en la rabia. Con ésta defendemos lo que más queremos, nos enfrentamos al mundo luchando con los dientes y a arañazos. Es una supervivencia activa.

Un atisbo de rabia debe sentir el neonato en su primer llanto y con ese se gana la entrada a este mundo. Es importante esta emoción porque con ella nos agarramos a la vida y no la soltamos. Defendemos nuestro derecho a vivir.

La rabia es fundamento de todo luchar. Sin ella nada seríamos. La madre defiende al hijo con una rabia enconada, lo mismo hacemos a diario para vivir. Si la vida no nos da cuartel respondemos y actuamos con rabia, pero actuamos. No nos quedamos paralizados.

Es el motor de toda lucha y más por vivir. Si ésta nos abandona nos entregamos. Nos hace guerreros. Con ella hemos alcanzado muchas cosas sin saberlo, salir del marasmo de la adolescencia, alcanzar algunas metas, pasar de un día al otro. 

Debemos desechar esa vocinglera catequesis de que la rabia y el miedo son emociones negativas. Son solo emociones y muy adecuados en muchas circunstancias. Cuando tenemos que salvar nuestra circunstancia para salvar nuestro yo ellas dos son fundamentales y relevantes. Hay que atenderlas con pensamiento crítico para saber cuándo son adecuadas y nos sirven a nuestros fines.      

Referencias:
Twitter: @obeddelfin


No hay comentarios:

Publicar un comentario