viernes, 19 de febrero de 2016

LOS ELEMENTOS DE SEMIOLOGÍA EN NUESTRA VIDA DIARIA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

En la semiología, de nuestra vida, el significado es la representación psíquica de cada «cosa» que tenemos delante. Es nuestra imagen psíquica puesta a cualquier cosa. ¿Qué es eso que estoy llamando «cosa»? Es lo que vemos o percibimos a diario. Y a esas cosas que vemos le damos significados, pues se nos presentan como signos. De esta forma estamos, constantemente, en una aplicación funcional de la semiótica.

Las situaciones, en nuestras vidas, están llenas de objetos, imágenes, gestos... y todos éstos son significantes nos dicen algo; que nos ofrecen significados a través de ellos. No tenemos que ser semiólogos para tener entendimiento de los significados que nos dan los significantes. Por ejemplo, la modelo de televisión (ella es un significante) que nos dice del glamour de estar vestida de tal manera (este es el significado). O el vecino (significante) que con su actitud nos hace percibir algo agradable o desagradable (ese es el significado). Nuestro mundo cotidiano está lleno de significantes y de significados.

Podemos decir, por ejemplo, que el vestido negro de lentejuelas (significante) tiene el significado de fiesta de cierto prestigio, en el ámbito social en que éste se da. El significado está mediado por significantes culturales, p. e. el vestido de lentejuelas; y por el uso social que se da al vestido. A esto se llama «isología», por que se concibe como una continuidad o proximidad de identidad entre ambos fenómenos, en virtud de lo cual unimos de forma indisociable al significante y sus significados. En este caso, vestido de lentejuela y fiesta de prestigio. De allí que a mucha gente le moleste ver las disociaciones, ya que percibe que se rompe la isología. 

Lo anterior nos indica que nos movemos en medio de diversos cuerpos de significados, que  coexisten en un mismo ámbito o individuo; que determinan en nosotros un conjunto múltiple de lecturas. Por lo general, de esto no nos damos cuenta, es decir del refinado semiólogo que somos. Leemos, leemos dignificantes y significados.

Todos los significados que construimos son un proceso dinámico de diversas interacciones entre los significantes. Este proceso une y desune al significante y al significado a través de signos. Normalmente hacemos esta distinción en función de un valor clasificatorio, es decir, clasificamos los signos. Ya que la unión de significante y significado no se agota en sí misma, siempre se valida en función de lo que le es adyacente; el contexto socio-cultural. Por otra parte, para dar significados nosotros procedemos por descomposición; pues la significación une significantes, significados y signos multilaterales, aproxima múltiple términos. De aquí la multivocidad de los significados.

Por ello, lo que parece ser el elemento común de un paradigma, puede desaparecer o mutar en otro sitio; en otro paradigma según otra pertinencia dado por términos diferenciales. El vestido de lentejuela puede significar otra cosa que no sea fiesta de prestigio, porque el significante (vestido de lentejuela) se puede dar como otro significante; según el contexto donde aparezca el significante. El traje de luces de los toreros, por su parte, es otro significante y da otros significados.

Como apreciamos ambos vestidos son distintas unidades significantes; cada uno es una unidad significante con significados diversos. El paradigma vestido, en este caso, capta el elemento de luces y como soporte conserva su valor positivo. Aunque el sistema de significados conlleva planos de expresiones, de contenidos y la significación coincide o no con la relación de ambos. Esto en el caso de hacer un paralelo con los dos trajes. Sin embargo, si nos quedamos solo con el traje de lentejuelas inciden en él los términos diferenciales de otro contexto. 
           
        Por ello, el significado siempre va mutando y hay que estar alerta con el significante y su entorno o determinantes externas. Porque lo que puede significar en un contexto, no necesariamente significa los mismo en otro. Hay variantes externas a considerar por su importancia. Un gesto, por ejemplo, tiene múltiples significados en el contexto en que éste se desarrolla.



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