La estructura de la realidad,
según Plotino, está organizada por dos movimientos. A saber:
§ Movimiento de emanación
§
Movimiento
de conversión
A través de la emanación,
que parte de Lo Uno, se generan todas las cosas. Ésta va, en sentido
cualitativo, de lo superior a lo inferior. En este sentido, el ser se aleja de
la unidad hasta arribar a la multiplicidad del mundo. Además, ordena el cosmos
jerárquicamente en cosmos superior e inferior.
Tenemos:
§ Cosmos superior
§ Cosmos inferior.
Con respecto al cosmos
superior, éste está constituido por las hipóstasis divinas[1].
Primero, Lo Uno (To Hen), que se contempla a sí mismo, es la
unidad absoluta, permanece inmóvil y está más allá de todas las cosas. Segundo,
la Inteligencia (Nous), segunda hipóstasis, contempla Lo Uno y a sí misma; ya en
ésta por la contemplación no se da la unidad absoluta. Tercero, el Alma
universal (Psyqué), tercera
hipóstasis; ésta, a su vez, se divide en alma superior y alma inferior. La
superior contempla Lo Uno y a la Inteligencia; la inferior a la naturaleza o
cosmos inferior, al cual le da vida[2]
Siendo
perfecto (lo Uno) es igualmente sobreabundante y su misma sobreabundancia le
hace producir algo diferente a Él. Lo que Él produce retorna necesariamente
hacia Él y, saciado de Él y de su contemplación, se convierte entonces en
Inteligencia… Pero la Inteligencia, semejante como es a lo Uno, produce lo
mismo que Él esparciendo su múltiple poder. Lo que produce es una imagen de sí
misma, al desbordarse de sí igual que lo ha hecho el Uno, que es anterior a ella.
Este acto que procede del ser es lo que llamamos el Alma… Pero el Alma, en
cambio, no permanece inmóvil en su acto de producción, sino que se mueve
verdaderamente para engendrar una imagen de ella… y al avanzar con un
movimiento diferente y contrario, engendra esa imagen de sí misma que es la
sensación, no sólo en la naturaleza sino también en las plantas… He aquí, pues,
que la marcha hacia adelante se realiza del primero al último término, pero
permaneciendo siempre cada cosa en el lugar que le corresponde[3]
A saber:
§ Estructura de la realidad
§ Cosmos Superior
§ Hipóstasis divinas
§ Lo Uno
§ La Inteligencia
§ El Alma
§ El alma superior
§ El alma inferior
§
Cosmos
inferior
El cosmos inferior está
constituido por seres animados e inanimados; posee una estructura cualitativamente
jerárquica. Primero, están los dioses, que son almas puras. Segundo, el hombre,
compuesto dual conformado por la triple dimensionalidad del alma[4] y
el cuerpo. En orden descendente están los seres irracionales, los vegetativos y
los inanimados. La Materia ocupa el último lugar, es un sustrato amorfo, es el
no-ser, sinónimo del mal[5].
Como apreciamos a través del
proceso de la emanación se despliega el cosmos todo. Es el alejamiento del ser
hasta el no-ser. El distanciamiento de
la unidad absoluta hasta la ausencia de ser. Va de la unidad a la
multiplicidad.
La estructura de la realidad
está conformada del siguiente modo:
§ Estructura de la realidad
§ Cosmos Superior
§ Hipóstasis divinas
§ Lo Uno
§ La Inteligencia
§ El Alma
§ El alma superior
§ El alma inferior
§ Cosmos inferior
§ Seres animados
§ Los dioses
§ Animados racionales
§ Compuesto alma-cuerpo
§ Triple dimensión del alma
§ Alma intelectiva
§ Alma irascible
§ Alma apetitiva
§ Cuerpo
§ Animados irracionales
§ Compuesto alma-cuerpo
§ Doble dimensión del alma
§ Alma irascible
§ Alma apetitiva
§ Cuerpo
§ Animados vegetativos
§ Compuesto alma-cuerpo
§ Uni dimensionalidad del
alma
§ Alma vegetativa
§ Cuerpo
§ Seres inanimados
§
La
materia (sustrato último)
El movimiento de conversión,
por su parte, es movimiento del alma. A través de éste, el alma retorna a la
unidad, y máximamente a lo Uno, causa-principio de todas las cosas. La
conversión se realiza sólo en la medida que el alma se purifica. Es
introspección del la dimensión intelectiva del alma[6]. Es
renuncia a la multiplicidad. Búsqueda de la libertad y lo bello.
A través de la conversión la
triple dimensionalidad del alma se hace una en el Alma, ésta a su vez Inteligencia, y la Inteligencia se
une a lo Uno. El alma retorna a la unidad originaria.
Emanación y conversión
determinan los grados cualitativos de la realidad. Constituyen la vía
espiritual que fundamenta la filosofía plotiniana.
Este doble movimiento expresa
la doble preocupación de Plotino. La primera consiste en determinar la
estructura de la realidad, que ya hemos expuesto, considerando la particular
sustancia de cada ser a partir de lo Uno.
Todas
las cosas son y no son el Primero. Lo son, en verdad, porque provienen de Él, y
no lo son porque éste subsiste en sí mismo y lo que hace es darles la
existencia. Todas las cosas son como una larga vida que se extiende en línea
recta. En esta línea todos los puntos son diferentes, pero la línea misma no
deja por ello de ser continua. Y la diferencia que mantiene cada punto entre sí
no implica la consunción del anterior en el siguiente[7]
La segunda preocupación, es
la necesidad de superar la condición múltiple del alma por medio de la
actividad racional hacia el retorno a lo Uno[8].
[1] Las hipóstasis son las tres sustancias principales de
toda la realidad plotiniana. Éstas son: lo Uno, la Inteligencia y el Alma.
Véase al respecto, Enéada III 4, 1 y Enéada V 1.
[2] Cfr. Plotino. Enéada V 1, 6, pp. 59-61, edición Aguilar. Con
respecto a las Enéadas V y VI indicaré el número de página del texto, ya que
esta la edición Aguilar no tiene la numeración de las líneas.
[4] Cfr. Plotino indica como alma tripartita,
está conformada por: el alma racional, irascible y apetitiva. Cfr. Plotino. Enéada I 1. Ver, además, Jesús
Igal. “Introducción general”, Enéadas, Madrid, Editorial Gredos, 1985, p.84.
María I. Santa Cruz. “Filosofía y Dialéctica en Plotino”, Cuadernos de
Filosofía, Nº 39, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1993, p. 6.
[5] Cfr. Plotino. Enéada II
4, passim.
[6] Cfr. Plotino. Enéada I
1, 8, 1-10.
[8] Cfr. María I. Santa Cruz. “Plotino y el Neoplatonismo”,
Historia de la Filosofía Antigua, Madrid, Editorial Trotta, 1997, p. 356.
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