sábado, 19 de enero de 2019

ESTABLECE TU ZONA DE CONFORT Y OLVÍDATE DE LO DEMÁS: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA


Por allí hay unos cuantos predicadores que se la pasan incitando a que la gente abandone su zona de confort. Podemos estar seguros que tales incitadores están muy cómodos disfrutando de su zona de confort, mientras hacen tales predicas. Además muchos confunden confort con conformidad[1]. La zona de confort es una construcción, no una desgracia.

Por ejemplo, mal vivimos en tensión, al límite; el insomnio se suma a nuestros nervios y a nuestra ansiedad, lo cual repercute en nuestro desgaste personal. Vivir mal no es una obligación. Es necesario que vivamos bien, muy bien, para llegar a ser prósperos y éxitos. Debemos vivir en tranquilidad con nosotros y con el entorno que nos rodea. Debemos estar en actitud apacible, lo más posible relajados y sin vanas inquietudes. Esto es quererse a uno mismo.

No debemos confundir estar alertas con estar estresados, estamos alertas cuando algún suceso perturba nuestra relajada calma cotidiana. Pero, al identificar el motivo de tal inquietud, debemos volver a nuestra tranquilidad y descansar plácidamente.

Unos de los problemas con nuestras preocupaciones es que los humanos padecemos «estrés a posteriori de una situación». No nos olvidamos de la situación pasada, sino que seguimos machacando insistentemente lo ya vivido; no logramos  desentendernos de la situación desagradable. Por tanto, no debemos dedicarle ni un segundo más de nuestro pensamiento, hacer que el suceso nunca se sucedió.

Con respecto a nuestro confort, tenemos que pensar primero en nosotros, algo así como hacen los gatos. Esto no es ningún egoísmo malo, sino la preocupación por nosotros mismos en primer lugar. Debemos, en este sentido, acariciarnos a nosotros mismos, amarnos.

En el cuidado de nosotros mismos, el objetivo vital consiste en cultivar nuestra prosperidad; sea ésta, física, moral, financiera, intelectual. Para conseguirlo tenemos que ser egoístas, pensar en nosotros mismos. Esto no significa ser narcisista o egocéntrico, sino darle prioridad a nuestra prosperidad personal, que ésta esté por encima de las demás cosas. De esta manera, podemos ofrecerle y dar algo a los demás.

¿Cómo podemos dar algo a los demás si no sabemos darnos algo a nosotros mismos? Si no sabemos cuidarnos, si no cultivamos nuestra prosperidad y éxitos. Antes de nada, debemos cuidarnos; pues de ello depende la clave de nuestra prosperidad.

Cuanta más prosperidad tenemos más a gusto nos sentimos en nuestro pensar-hacer-sentir, es decir, con nuestra vida. Mejor sabremos dar y compartir con los otros. No podemos esperar a los demás para construir nuestra prosperidad y éxito. Ya que, en primer lugar, dependemos de nosotros.

Lo anterior no niega nuestros vínculos sociales. Pero nadie construirá, por nosotros, la prosperidad y éxito que deseamos alcanzar. Pues, nadie sabe lo que es realmente importante para nosotros. De allí la importancia que tenemos que darle a nuestro yo.

Debemos dedicarnos todos los días a esas pequeñas cosas que nos hacen sentir a gusto con nosotros mismos, y aprovechar cada ocasión para disfrutar de un buen rato y hacernos regalos a nosotros mismos,  porque nos los merecemos. O como decía Facundo Cabral, «estar de novios con nosotros mismos». Esto debemos estar seguros a cada instante.

Pensemos en nuestra prosperidad y en nuestros éxitos; cuidemos de nosotros mismos porque nadie lo hará por nosotros. Nadie nos atenderá como nosotros mismos lo podemos hacer.

Por tanto, debemos tomarnos de la mano y establecer nuestro territorio y condiciones; determinar nuestra zona de confort y olvidarnos de lo demás, para sentirnos a gusto con nuestra vida y con las posibilidades de nuestra realización personal.



Referencias:
Twitter: @obeddelfin

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo cuando dices "establecer nuestro territorio y condiciones; determinar nuestra zona de confort..., para sentirnos a gusto con nuestra vida y con las posibilidades de nuestra realización personal." Pero cuando la zona de confort está determinada por la "burbuja social" en la cual estamos inmersos se establece una relación dañina con nosotros mismos y, por ende, con el entorno. Se corre el riesgo que esa zona de confort se convierta en gríngolas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es la zona de confort que nosotros determinamos.la cual puede ser opuesta a la social o estar en concordancia con ella. Depende de nuestra eleccion, en primer lugar.

      Eliminar