La extraña
llamada «zona de confort» es considerada un estado de comportamiento, en el que
la persona se desenvuelve en condiciones de «ansiedad neutral», al hacer uso de
conjunto de comportamiento que le permiten conseguir un nivel de rendimiento el
que no hay ningún sentido de riesgo; según Alasdair White «From Comfort Zone to
Performance Management». Por otra parte, se señala que la «zona de confort» es
un estado de comportamiento cómodo, dentro de la cual una persona opera en una
condición «neutra de ansiedad», al usar un conjunto limitado de comportamientos
para realizar un nivel constante de desempeño sin sentido de riesgo.
Algo extraño,
que exista un estado de confort en el cual la persona está en un estado de
ansiedad, parece esto una contradicción. Aun cuando se hable de «ansiedad neutral», algo por demás que contribuye a
aumentar el desconcierto. Una persona ansiosa pero neutra es una contradicción.
¿Qué significará para White «comfort»?
En otro ámbito,
se habla «zona de confort» a un «conjunto de límites» que la persona ha
terminado por «confundir» con el marco de su íntima existencia. En este
sentido, la persona aparentemente está engañada consigo misma; ya que está
confundiendo estados de su existir. Por otra parte, se indica que las personas
en esta zona «han renunciado a tomar iniciativas que les permitan gobernar sus
vidas». Podemos señalar que las personas no tienen su propio gobierno, son
esclavas de alguien o de algo.
Otro aspecto a
considerar es que la «zona de confort» es un tipo de «condicionamiento mental»
que una persona causa para «crear y operar las fronteras mentales que no son
reales»; tales límites crean un sentido de seguridad infundada. La persona
tiende entonces a permanecer en esta zona. Desde este punto de vista, el sujeto
está enajenado con respecto a la realidad que lo circunda. Por esta razón, se
refugia en una pseudo zona de seguridad con el fin de encontrarse cómodo con respecto
a sus aspiraciones y no sentir presiones de ese entorno que le resulta agresivo.
La «zona de
confort» se da en cualquier nivel socioeconómico, lo que genera formas
particulares de «zonas de confort», pueden ser éstas individuales o colectivas.
La diferencia radica en las aspiraciones y valores de las personas de cada nivel
socioeconómico. No obstante, más que una zona de confort, eso parece de una
«zona de conformismo» o «zona de resignación» para usar términos más adecuados.
¿Por qué se insiste en usar un término inadecuado?
Una tendencia
señala que «permanecer en nuestra zona de confort es señal de conformismo,
ignorancia, miedo, falta de confianza, falta de nuevas aspiraciones y falta de
ambiciones». Todo esto acusa que lo que hay es un «estado de resignación y
conformismo»; el cual puede estar oculto por capaz o pliegues sociales que lo
mitigan. Además, se considera que «permanecer en zona de confort no es de
ninguna manera positivo». Por lo que siempre se insiste que hay que salir de la
«zona de confort», sin preocuparse del problema de los términos. Como si fuese
ofensivo a White.
Puede
parecer fatuo dedicar un momento al término «confort», pero es necesario. El
diccionario indica que es un galicismo procedente de la palabra francesa
«confort», que a su vez es un anglicismo procedente de la palabra inglesa
«comfort». Es aquello que produce bienestar y comodidades, sensación agradable
para realizar alguna actividad. Es una percepción de bienestar físico, mental y
social.
Desde esta
perspectiva, el desarrollo individual y social está vinculado con el nivel de
confort que brinda el entorno donde se habita. El lugar debe ofrecer
condiciones apropiadas para que los individuos y la comunidad se desarrollen;
refiere esto a lo construido, el ambiente natural y las relaciones que en éstos
se expresan y desarrollan. Es una necesidad para la salud física, psíquica y
social. Y esto se logra con mucho trabajo y dedicación. Por ello, hablar de
zona de confort de la manera que se ha expresado antes parece un contrasentido.
En este
hábitat confortable se establecen vínculos sociales, y con el lugar se
establece una «topofilia» de importante significación; este sentimiento
representa un afecto en la constitución social y personal de los individuos, ya
que establece una fuerte vinculación con la emoción social e individual. Pues
el morar conforma un todo inseparable con el habitar y el pensar, lo que ofrece
un verdadero estado de confort.
Estamos en una
situación de confort cuando alcanzamos un estado de bienestar físico, mental y
social. Que dependen de diversos factores personales y sociales; además de
aspectos físicos que nos permiten tener comodidad con las personas de nuestro
entorno. Los límites de las condiciones de bienestar varían según la edad, el
sexo, el estado físico, los aspectos culturales y modos de vida, las prácticas
cotidianas, las actividades que se desarrollan…
Se
puede reclamar que de esto no trata la «zona de confort» a la que alude White,
y estoy de acuerdo. Pero hay una distorsión en el término y es lo que he
querido hacer notar. ¿Por qué si he alcanzado una zona de confort quiero salir
de ella? Cualquiera diría es absurdo, lo que deseo salir es de una zona de
perturbación, o de este encontrarme en un estado de resignación y conformismo.
Ahora bien,
este mercado del éxito plantea lo siguiente: «Una vez que llegamos a nuestra
zona de comodidad, podemos tomar un leve descanso, pero hay que considerar que
estamos en un escalón, y que existen otros escalones que subir». Ya no estamos
en una zona de confort, sino que ésta está subsumida en «zona de presión» que
empuja permanentemente al sujeto a nunca detenerse. El sujeto no tiene respiro.
Está en la ansiedad del constante fluir, y esto último lo venden de manera muy
linda. Para ello, recurren a Heráclito, quien dijo que «la guerra es la madre
(padre) de todas las cosas».
Agrega este
mercado de la permanente «zona de presión exitosa»: «existe gente que a base de
trabajo y esfuerzo ha logrado llegar a una zona de confort. Eso es excelente,
ya que significa que han cumplido sus aspiraciones. Lo malo es que cuando
lleguen a esa zona, se queden ahí». Nunca te puedes detener, estás condenado a
la «zona de Sísifo»; hago referencia al mito. Por último, «lo importante es
recordar que nada en este universo es estático, y si uno no mejora, entonces va
en sentido contrario». Ningún esfuerzo valdrá, porque en el momento que te
detengas serás un perdedor. Según la «zona de confort» estás condenado.
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Excelente, siempre pensé en esto.
ResponderEliminarTotalmente en desacuerdo. Existe marcada diferencia entre confort y conformismo, sólo basta con comprender el significado de cada palabra.
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