miércoles, 21 de febrero de 2018

EL PORQUÉ Y POR QUÉ EXPLICACIÓN O JUSTIFICACIÓN DE NUESTRO PENSAR-HACER: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA


El estudio de la gramática nos dice que «el porqué» es un sustantivo que señala: causa o motivo de algo. Y plantea el siguiente ejemplo: No explica nunca el porqué de sus decisiones. La persona no explica la causa o motivo de sus decisiones

Por otra parte, «por qué» se usa solo en oraciones interrogativas, sean éstas directas e indirectas. Donde «por» es una preposición y «qué» es un pronombre interrogativo. Por ejemplo: ¿Por qué no has venido a la fiesta? Es una oración interrogativa directa. Una oración interrogativa indirecta tenemos: no sé por qué se ha portado tan mal.

También tenemos, nos dice la gramática, «por que» el cual está compuesto por la preposición «por» y el pronombre relativo «que», éste se puede sustituir por "el cual, la cual". Ejemplo: Fueron varios los delitos por que fue juzgado.

¿A dónde quiero llegar con esta introducción de gramática? Hay cierta tendencia en la psicología terapéutica que rechaza el porqué. Y tiene una expresión más o menos así «porqué, porqué, porquería» para expresar su rechazo. Tal tendencia considera que el «porqué» más que explicar la causa o motivo de nuestro comportamiento lo que sirve es para escudarnos, escondernos o justificar nuestro comportamiento.

Debe tener razón tal tendencia. Porque es muy cierto que muchas veces usamos las causas para refugiarnos o justificarnos en ellas, y no para explicar y entender nuestro comportamiento. Y la diferencia es importante acá. Por ejemplo, un hijo visita a sus padres muy ancianos (no hay ningún conflicto evidente) muy esporádicamente; el hijo aleja diferentes razones todas válidas. Estas razones nos explican porque las visitas son tan escasas. No obstante, no justifican la poca atención que el hijo brinda sus ancianos padres.

Una cosa es explicar y otra es justificar. En la Consultoría Filosófica es importante la indagación del ¿por qué? Sea ésta directa o indirecta. Porque busca tal interrogante conocer y entender las causas que nos llevan a realizar actos exitosos o no en un mundo de acciones prácticas. Si son exitosos los reforzamos, si son fracasado debemos entender por qué se fracasa en los mismos. La idea es alcanzar un resultado feliz.

Porque sin el conocimiento de las causas estamos un poco extraviados. Por ejemplo, inculpo a alguien porque llegó tarde a la reunión, pero no desconozco que en la madruga una hermana enfermo gravemente y hubo que llevarla de emergencia al hospital. En este caso, la causa explica y puede justificar el retraso. La persona también podía haber llamado (si tenía espacio mental) para cancelar la reunión. Hay muchas variables o variaciones para una acción posible.

Explicar la causa o causas de un conjunto de acciones es constructivo y de aprendizaje cuando la explicación nos permite analizar lo que está sucediendo, con vista a una toma de decisiones adecuadas que nos permita salir del problema en que estamos inmersos. En este sentido, la búsqueda de las causas tiene por objeto desenredar esa madeja que no nos permite salir del problema. Hay casos en que la persona no puede entender el problema porque desconoce las causas del mismo, no sabe qué es lo que produce el problema en sí. Por ejemplo, ¿por qué el proyecto de adquirir un vehículo no se concreta? Cuáles son las causas de que este proyecto siga fracasando.

Justificar nuestra condición a partir de unas cosas que conocemos o suponemos no es constructivo ni nos pone en el camino de un proceso de aprendizaje. Con la justificación no nos explicamos ni buscamos explicar o entender nada, lo que hacemos es consolarnos de una situación dada. La diferencia es relevante. Por ejemplo, el porqué de haber nacido en el barrio tal, es la razón por la que no puedo superarme en la vida.

La forma en que usemos «el porqué» es fundamental en la manera como guiaremos nuestro pensar-hacer en la vida práctica. Por ejemplo, nací en una familia donde todos eran analfabeta, eso ha hecho que mi esfuerzo de aprendizaje sea mayor.

La interrogante me permite conocer el porqué suceden tales hechos. Ahora bien, si el porqué lo uso para justificar mis acciones erróneas o inadecuadas, esto es otra cosas. Por ejemplo, porque mi padre me castigaba, por eso yo castigo a mis hijos. Esto es tomar el atajo de la justificación, de las acciones irresponsables para conmigo y los otros.

Referencias:
Twitter: @obeddelfin

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