jueves, 6 de noviembre de 2014

PENSAR EN LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Siempre nos haremos la siguiente pregunta: ¿Por qué algunas personas poseen mayor facilidad para resolver un problema y salir con éxito de una situación conflictiva? En primer lugar, a tener el conocimiento de las técnicas, estrategias adecuadas y la práctica constante de las mismas pueden hacer que desarrollen más eficazmente estas habilidades. No puede ser una acción intuitiva todo el tiempo, aunque es imposible negar que hay personas que poseen tal virtud.

Los aspectos que guían la acción para resolver un problema son: Primero, conocer cómo funcionan nuestros pensamientos; esto es, los aspectos que limitan su uso eficaz y las potencialidades que debemos manejar para la solución de problemas. Segundo, aprender estrategias eficaces de dominio de nuestros procesos mentales, para implantar modos adecuados para el desarrollo de problemas. Tercero, utilizar eficazmente las herramientas de trabajo individual y grupal, con el fin de optimizar nuestras decisiones profesionales.

Nuestra forma de pensar tiene varias formas. Para la solución de problemas el pensamiento intencional es muy adecuado, pues por medio de éste actuamos sobre la experiencia con un propósito determinado. Determinamos unas metas y logros específicos. Se dan cuatro maneras diferentes, por lo menos, de llevar a cabo el pensamiento intencional, a saber: el pensamiento lógico; pensamiento creativo; pensamiento sistémico; pensamiento optimista.

Cada una de estos modos de pensamiento se debe aplicar problemas o situaciones en particular o determinadas. Ya que, en por el contrario, pueden producir errores en situaciones en los cuales no son adecuados. En este sentido, hay una intrínseca relación entre la situación en desarrollo y el tipo de pensamiento que debemos asumir para afrontar la misma.  Por tanto, hay que evaluar la situación para saber con cuál tipo de pensamiento hay que asumir para tratar ésta. Por ello, en muchos casos, es conveniente trabajar en equipo para compartir las diferentes cualidades de pensamientos de las personas involucradas.  

En primer término, vamos a plantear como es el pensamiento lógico y para qué nos sirve. El pensamiento lógico nos sirve para analizar, argumentar, razonar, justificar o probar diversos razonamientos, es un pensamiento analítico. Las características de éste son las siguientes: es preciso y exacto; en él se utilizan los términos en su estricto sentido, por ejemplo, no es lo mismo decir todos, que la mayoría o algunos; hay y es necesaria la precisión terminológica.

Éste Se basa en datos probables o en hechos concretos; se busca la veracidad y el rigor, parte, entonces, de la información válida y verificable. Como ya hemos señalado es analítico. Por ello divide los razonamientos en partes y examina los elementos de la información para encontrar relaciones. Posteriormente realiza síntesis, pero pone el énfasis en el aspecto analítico. El razonamiento lógico sigue reglas, está dirigido por las reglas de la lógica silogística. Si no cumple esas reglas, el razonamiento será falso.

Es racional, en él no hay lugar para las fantasías. Se ciñe a hechos o datos comprobables. Por ser lógico es secuencial, va paso a paso. Los razonamientos se enlazan como eslabones de una cadena, unos detrás de otros y mantienen un orden riguroso. No admite saltos, las conclusiones tienen que estar apoyadas en las premisas o planteamientos anteriores.

El pensamiento lógico aplica en el razonamiento deductivo, por lo cual obtiene conclusiones particulares a partir de una premisa general. Asimismo, en el razonamiento inductivo para obtener conclusiones generales a partir de premisas particulares. Como apreciamos el pensamiento lógico es tanto deductivo como inductivo.

El pensamiento creativo, por su parte, es muy eficaz para producir ideas. Éste es un productor de ideas. A través de él tenemos la capacidad de generar alternativas, planteamientos nuevos o diferentes. Es el rasgo dominante de este tipo de pensamiento. Produce ideas novedosas mediante la re-estructuración de los esquemas conceptuales. Se hace uso de la intuición y del conjunto de las interrelaciones que aparentemente no tienen conexión. Por ello, genera otros esquemas conceptuales diferentes. Está conformado por la creatividad, y las alternativas posibles o descabelladas, las cuales incorpora al análisis de la situación.  No solo trata: A y B, sino A, B, C y X…

Los rasgos más destacados del pensamiento creativo son su flexibilidad. Ya que no se empeña en una única solución. Si una alternativa de solución no funciona, inmediatamente busca o plantea otras alternativas de solución. Es un razonamiento espontáneo, fluido; nace como un proceso de armonía dinámica, no estática. La variedad de ideas surgen de un terreno abonado por el trabajo y la reflexión.

Busca la originalidad en el trabajo de cada situación considerándola diferente; lo que valora es la peculiaridad de cada circunstancia frente a las soluciones en serie. Su método de trabajo es que suspende el juicio. Primero piensa, imagina, fantasea, busca alternativas. Luego valora si cada idea es adecuada. Tendemos a perdemos muchas ideas interesante por desecharlas prematuramente y por juzgarlas precipitadamente.

El pensamiento creativo asume riesgos, no le asusta el cambio. El razonamiento Creativo no propone el cambio por el cambio, pero está abierto a él si éste resulta necesario. Es libre, no funciona con normas preestablecidas. Utiliza determinadas estrategias y técnicas pero no como reglas obligatorias, se utilizan éstas en la medida en que son ayudan. Como apreciamos es un pensamiento heterodoxo; pues se plantea ¿qué ocurriría si las cosas fueran de otra manera?

Sin embargo, las ideas que se produce con el pensamiento Creativo deben ser aplicables y por lo tanto compatibles con la ortodoxia, con las reglas de la organización en la que nos movemos. No es pura arbitrariedad. Este pensamiento es tolerante; puesto que reivindica la libertad y no el sometimiento a reglas, lo que quiere decir que no es dogmático. Acepta cualquier idea y cualquier otro tipo de pensamiento. Acepta la ambigüedad, es capaz de soportar situaciones en las que las cosas no están claras o los roles no están muy definidos.

            Nos ha faltado tratar el pensamiento sistémico y el optimista. Éstos los abordaremos en el próximo escrito.


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