sábado, 2 de junio de 2018

EL NO SABER SOCRÁTICO: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA


No podemos dejar de lado lo que ya sabemos, esto es parte de nuestro patrimonio personal. Sin embargo, al ubicarnos en el no saber, esto es, en la duda socrática, entramos en un espacio en el que no estamos restringidos por el conocimiento actual que poseemos. La duda socrática es una forma de enfrentarnos a situaciones en las que no conocemos el camino que debemos seguir, o no sabemos cómo abordar los problemas para los cuales no tenemos respuesta.

El no saber socrático es un proceso activo, pues en él elegimos abrirnos a nuevas experiencias y a nuevos aprendizajes. Es una manera de vivir y de trabajar con la complejidad, con la ambigüedad y la paradoja. En esta concepción tenemos la apertura necesaria para tolerar la incertidumbre y los sentimientos de malestar, que sentimos cuando estamos en el límite de lo que conocemos.

La duda filosófica nos mantiene alerta, nos permite tener abierta nuestra mente para explorar las experiencias y perspectivas diferentes. Nos convertimos en exploradores para viajar por lo desconocido y a aprender de esos lugares. Como exploradores filosóficos podemos sobrevivir en lo desconocido solos o con la posible ayuda de los demás.

Al conservar lo que sabemos y reconocer lo que no sabemos nos convierte en un marco de conocimiento posible, para la gestión de nuevas circunstancias. Esto nos permite una actitud, una forma más eficaz de ser más eficientes al momento de analizar e identificar nuevas oportunidades de solución. En este sentido, desarrollamos un auto-liderazgo centrado en problemáticas. Lo cual nos damos cierto poder de resolución,  un punto de partida concreto. Al trabajar con la duda nos relacionamos de manera más cómoda con lo desconocido.

A partir de este punto de vista se ha desarrollado el concepto de next sensing, que consiste en trabajar con el no saber. Desde esta perspectiva, se habla de de la «capacidad negativa», que consiste en dejar espacio en nuestro conocimiento para que puedan entrar y arraigar nuevos saberes. Se trata de desembarazarnos de los conocimientos, los clichés y las asunciones inadecuadas a nuestras metas.

La «capacidad negativa» refleja la posibilidad para dejar espacio al apartar lo que impide el florecimiento de la duda filosófica. Tal capacidad es una habilidad, una aptitud que podemos desarrollar; para ello es necesario dedicar energía y práctica adecuada; pues no surge por sí sola. Ya estamos más propensos a la mentalidad fija.

Podemos pensar, y puede ser cierto, que sabemos mucho sobre una materia o temática, pero las ideas preconcebidas nos impiden ver nuevas posibilidades. Estas ideas preconcebidas impiden la aparición de la duda. La práctica filosófica consiste en cultivar la capacidad de encontrarnos con la vida sin aferrarnos a ideas e interpretaciones preconcebidas, esto es, prejuicios.

La duda se trata de que nuestra experiencia y conocimientos no nos impidan ver las cosas desde una nueva perspectiva, desde una nueva interpretación. Por ello, podemos elegir la duda socrática para dejar espacio para nuevas enseñanzas y aprendizajes


La perplejidad es un espacio en el que no hay certezas. No obstante, es un lugar de posibilidades en el que podemos elegir diferentes opciones. Porque ahora al vemos en el límite, inseguros y confusos, en vez de correr a restablecer una relación de dependencia de autoridad. Nos planteamos superar este reto y acabar intencionadamente con la ilusión de conocimiento y control que nos rodea normalmente al querer ostentar el control.

Cuando no decimos indagar fundados en la duda filosófica creamos el espacio para que se dé una posibilidad diferente. El acontecimiento, lo Heidegger denomina la «ereignis», el poder mirar la realidad tal y como está ocurriendo ahora, en lugar de aferrarnos a unos prejuicios obsoletos.

La duda nos da el permiso para buscar otras formas, para ser de nuevo exploradores, indagadores. Nos da la capacidad de cuestionarnos siempre; de admitir que los cristales a través de los cuales vemos el mundo están cargados de interpretaciones e imperfecciones. La duda filosófica es, en la actualidad, una habilidad esencial para el liderazgo en épocas de incertidumbre. Pues, nos abre a las posibilidades de nuevas interconexiones.

Referencias:
Twitter: @obeddelfin

No hay comentarios:

Publicar un comentario