martes, 21 de abril de 2015

LOS OTROS Y NOSOTROS NUESTRAS IDENTIDADES CULTURALES: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Nuestras relaciones interculturales van desde intentar asimilar las diferencias culturales hasta el intento de tener una perspectiva de equidad y participación. Ya que las relaciones interculturales implican interacción, intercambio, ruptura del aislamiento, reciprocidad, solidaridad. Así como el reconocimiento y la aceptación de los valores y los modos de vida de los otros. Asunto que nunca es fácil, y que muchas veces se queda más en la palabra que en la praxis.

La aproximación a establecer relaciones interculturales representa una transformación de nosotros; pues identidad y cultura son formas dinámicas en continuo cambio. La alteridad en una sociedad compleja y multicultural siempre es un riesgo, aunque se diga lo contrario. De allí que se proponga que las relaciones interculturales sean oportunidades de enriquecimiento, de crecimiento personal y colectivo. Y de esta manera debemos verlas. No obstante, no todas las personas lo consideran así, por eso la resistencia a la alteridad.  

En las relaciones interculturales debe prevalecer la diversidad cultural, al apoyarse ésta en el respeto a los valores del pluralismo cultural como recurso de intercambio social. De este modo, podemos alcanzar la aceptación y valoración de la diversidad cultural, y superar, a la vez, la postura «asimilacionista» que hace perder al otro su cultura. Por cuanto se asimila a la otra cultura, y ésta no se enriquece de aquella.

La pluralidad intercultural a de desarrollar aspectos cognitivos y comunicativos que faciliten las relaciones entre las personas, desde posiciones de igualdad. La pluralidad cultural no algo «snob». Ésta debe considerarse un proceso y una práctica de aprendizaje mutuo.  Por lo que no se puede considerar un «instrumento» coyuntural, sino un modo de vida y reciprocidad entre ambas culturas.

Una vez que hemos reconocido la importancia de los procesos comunicativos y de igualdad en el desarrollo de las identidades culturales, nuestras relaciones culturales han de concebirse como un proceso basado en el esfuerzo; no como una actividad social puntual. Ya que nuestras relaciones interculturales suponen la valoración de cada cultura, y el respeto a los haceres de cada individuo. La convivencia y el intercambio cultural nos dispondrán, a cada uno de nosotros, a velar por las diversas formas de vidas.

Las relaciones interculturales significan alternativas de aprendizaje ante modelos mono-culturales. Debemos aceptar la complejidad de cada persona y de su cultura. Debemos reconocer que todos somos pluriculturales. Que somos constituidos por identidades, unas más fuertes que otras; pero identidades al fin. 

Al no tener en cuenta los diversos contenidos de nuestras culturas, estamos  frente al problema de la no pertenencia o del extrañamiento de nosotros mismos y de nuestros entornos. Esto nos produce una afectación cultural, un problema de coacción, de aculturación forzada. A esto debemos estar atentos, porque hay muchos elementos que tratan de hacernos ver que somos solo una identidad.

De allí, que al asumir la intercultural como un proceso de aprendizaje hacemos de éste una verdadera exigencia de vida. Las relaciones interculturales procuran compromisos activos, entre los que conviven en un mismo espacio social. Desde este punto de vista, las relaciones interculturales comprenden, entre otras cosas, la escucha empática, el respeto, la comunicación abierta, la conversación entre iguales, con la meta de conocer y comprender los estereotipos para liberarnos de prejuicios; y así orientarnos para crear condiciones de beneficios para cada interlocutor desde la perspectiva cultural.

De esta manera, nuestra vida social debe concebirse como un espacio de reconstrucción, representación y comunicación. A partir de aquí, nuestras relaciones se convierten en un espacio de relaciones fundadas en la diversidad cultural. Nuestros intercambios sociales se convierten en un sistema complejo de comunicación intercultural; en mediadores interculturales que ayudan a potenciar los recursos personales y culturales de las personas, para intentar conciliar posturas culturales que pueden generar conflictos.

Las relaciones pluriculturales nos ayudan a lograr un mayor conocimiento de nosotros y de los demás. En consecuencia, a favorecer el diálogo desde posiciones de igualdad y respeto. Asimismo, a rechazar la discriminación y fomentar nuestras relaciones con los otros. La interculturalidad nos permite elegir modelos culturales evitando conflictos innecesarios debido a las diferencias culturales.

Por otra parte, amplía nuestra curiosidad por los otros, el respeto y el interés por las diversidades culturales. Además, nos abre la posibilidad de poner en entredicho nuestros propios modelos y criterios culturales. Esto, de alguna manera, garantiza la conciencia, la reflexión y la visión de que la identidad es un concepto dinámico. Lo que potencia el desarrollo de actitudes que plantean acuerdos éticos con todas las diferencias incluidas, y afirma la preferencia por un mundo diverso.


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Escucha: “PASIÓN Y RAZÓN” por WWW.ARTE958FM.COM y WWW.RADDIOS.COM/2218-ARTE  (todos los martes desde las 2:00 pm, hora de Caracas)

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