sábado, 16 de noviembre de 2019

EMPATÍA Y COMPRENSIÓN

La empatía conlleva a la comprensión. ¿Somos capaces de ser empáticos? ¿De saber escuchar con atención? A veces nos resulta difícil escuchar sinceramente los problemas de otra persona, tanto porque los nuestros nos absorben o porque nos cuesta ponernos en el lugar del otro.

Es necesario desarrollar la fortaleza de la empatía y ser comprensivos con quienes lo merecen, pues sentir el malestar del otro abre las puertas a que el otro sienta el nuestro, incluso sin que hablemos de ello; para con nosotros debemos adoptar una actitud protectora y tranquilizadora, muchas veces también debe serlo para con los seres que están a nuestro cuidado.

Cuando escuchamos recibimos tanto como damos, la escucha es relevante pero que hay que ser comprensivos ya que aquella no basta. Hay que comprender nuestros problemas y el de los demás para ser capaces de colmar el vacío afectivo.

La empatía y la escucha son hábitos que debemos aprender, pues a menudo solo nos miramos a nosotros descuidando nuestro entorno y no tendemos la mano ni ofrecemos nuestra atención a los demás. Si solo sopesamos nuestras palabras y lo que estamos convencidos de querer expresar solo habrá largos silencios, y sería mucho más fácil no decir nada.

Hay que saber escuchar para que nos escuchen y saber dar para poder recibir. Escuchar no es suficiente. Entender requiere prepararnos, informarnos, leer y preguntar, para no ser un simplemente extraño que no comprende nada.

Cada quien tiene una visión distinta del mundo y esto dificulta nuestra mutua comprensión, por ello tenemos que ofrecer explicaciones que encajen en las inquietudes del otro. La comprensión no elimina el desacuerdo pero lo transforma en una experiencia enriquecedora.

La empatía y la escucha nos inclinan a lo social y nos hacen pensar como aplicar este comportamiento en la vida diaria. Poder adoptar el punto de vista del otro, cultivar la serenidad, el placer y la diversión es saber desprendernos de todas las cargas que la vida nos echa encima sin hacernos muchas preguntas.

Es en definitiva una posibilidad que nos puede alcanzar a todos si nos tomamos el tiempo de aplicar este comportamiento para mejorar nuestra estima, nuestra relación con los demás y nuestra capacidad para discernir lo importante de lo intrascendente, esto es, cuidar de nosotros mismos.

Debemos aprender a disfrutar de nuestro vivir, por ser un saber que se construye con nuestra forma de ser inspirándonos en el diario vivir, al gestionar nuestras relaciones y pasando la página para recuperar nuestra confianza...

El disfrute de la vida tenemos que encontrarlo a través de nuestras virtudes, fortalezas, sabiduría, habilidades capacidades y con estrategias para recuperar las riendas de nuestro diario vivir, que a veces parece que se nos escapa.

La empatía y la comprensión crean vínculos y complicidades entre nosotros, nos ayudan a construir una vida de placer donde varios estamos implicados.


CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA
Referencias:
Twitter: @obeddelfin



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