martes, 21 de junio de 2016

NUESTRO PATRÓN MENTAL DE ÉXITO: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Importante es saber cuál es nuestro patrón mental de éxito. Porque cada uno de nosotros tenemos un esquema mental de éxito y con éste realizamos nuestros haceres en el mundo. Éste determina cual será o es nuestra trayectoria para el éxito o no. No obstante, nos preguntamos ¿Qué es el patrón mental de éxito?

Este patrón es un plano o un diseño específico (personal) de nuestra relación con el mundo, con los demás, con nuestro pensar-hacer, con el éxito. Es nuestro modo de ser, de actuar, de nuestra relación con resultados exitosos. El modo de cómo producimos el mismo es Deseo + Razón + Acción = Resultados (D + R + A = R) Es, como apreciamos, la sumatoria de diversos elementos con el fin puesto a unos resultados. Resultados que han de ser felices, para que los mismos sean exitosos.
 
El deseo desea algo, es el primer movimiento como diría Aristóteles es lo que mueve. A éste deseo se suma la razón, que en este caso es una razón deseante, la cual organiza y encauza al deseo con vista a un fin. La razón en conjunción con el deseo está dirigida a un acto, a una acción. El deseo mueve a la razón y ésta dirige a aquella a una acción productiva. Y toda acción produce, entonces, un resultado. Si cada elemento se ha producido en armonía con el otro, podemos esperar que el resultado sea exitoso. Por el contrario, el resultado podría no ser exitoso.  

Podemos expresarlo en otros términos, es decir, inteligencia del deseo (Inteligencia Emocional) + Inteligencia de la razón (Inteligencia Racional) + Inteligencia en las acciones (Praxis Racional) = Resultados (Exitosos). Porque estamos tras la búsqueda de resultados beneficiosos. Cuando este esquema falla no encontramos los resultados que deseamos. Ahora bien, esta formulación no contempla a un sujeto aislado, sino que está en función de relaciones con el mundo, para ello es la razón. Además, no es un esquema lineal, aunque así pareciera. Tiene bucles.    

También lo podemos expresar de esta manera: Pensamiento → Sentimiento → Acciones = Resultados (P → S → A = R). Se produce en nosotros un Pensamiento de algo, una idea que nos lleva a un Sentimiento que desea, una emoción que nos impulsa a realizar una Acción para lograr un Resultado que satisfaga aquel primer Pensamiento. Acá parece circular. Sin embargo, lo mismo ocurre en el anterior esquema, el resultado debe satisfacer al deseo o pensamiento inicial. 

Como apreciamos nuestro patrón mental de éxito está conformado por la combinación de: pensamientos, razón, deseos, sentimientos, acciones con vista a un resultado. Somos dueños de nuestros deseos, pensamientos y acciones. Pero debemos trabajar para ser dueños de nuestros resultados también. Porque a veces los resultados no son los que esperábamos o no somos propietarios de éstos. Aunque somos responsables del éxito o del fracaso.

Tal como hemos expuesto el esquema de nuestro patrón mental éste resulta muy aséptico. Entonces nos interrogamos ¿Cómo se formó nuestro patrón mental de éxito? Acá es bueno aclarar una cuestión, muchas veces y es lo más común, nuestro patrón mental es más un patrón de fracaso o de conformidad que de éxito. Por ello, es importante que nos planteemos estas dos preguntas: ¿Cuál es nuestro patrón mental de éxito? Y ¿Cómo se formó éste? Porque en gran medida trabajamos más con un «patrón mental de conformidad o de fracaso»

¿Cómo se ha formado nuestro patrón mental? —Voy a excluir de éxito, por el momento— Nuestro patrón mental se ha formado, en primera instancia, a partir del «conjunto información que hemos recibido», de nuestra familia, amigos, escuela, trabajo, entorno social… En segundo lugar, se ha conformado de la manera en cómo hemos «procesado esa información» que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, de nuestras interacciones sociales y de nuestras reflexiones. En tercer lugar, se ha conformado a partir de esa «visión del mundo» que hemos elaborado para nosotros. En cuatro término, se ha conformado a partir de «cómo hemos manejado nuestras circunstancias». Estos cuatros elementos son los que han conformado nuestro patrón mental, sea éste de éxito, fracaso o conformidad.

Según sea nuestro patrón mental tenemos «un modo» de pensar y tratar el éxito. ¿Hemos aprendido a cómo pensar acerca del éxito? ¿A cómo tratar con relación a él? Porque muchas veces, e insisto es muy común, que tratamos al éxito con rechazo, esto es, lo rechazamos. Incluso, le tenemos miedo. Eso se debe a nuestro patrón mental. Por ejemplo, en nuestra familia nos enseñaron a trabajar, a ser responsables; pero no a ser exitosos. Son dos cosas diferentes.  

Ahora bien, pensar y tratar con el éxito es un «proceso de aprendizaje». Y como en todo proceso de aprendizaje éste trato y este pensar se aprenden. Este aprendizaje se ha de convertir en norma, en ley. En comportamiento adecuado a un fin; en respuesta automática ante la vida. Aprendizaje que terminará por dirigir nuestras vidas hacia el éxito.

A partir de lo anterior tenemos que el proceso de aprendizaje nos coloca en un esquema del tipo: Aprendizaje → Pensamiento → Sentimientos → Acciones = Resultados (A → P → S → A = R) o Aprendizaje + Deseo + Razón + Acción = Resultados (A + D + R + A = R). Recordemos que nuestro patrón mental, como hemos visto, es un proceso social. Por tanto, el aprendizaje es un factor relacional en la modificación de ese patrón que hemos conformado.

El aprendizaje nos da la libertad de revisar, interceder y modificar nuestro patrón mental. Si éste es un esquema de fracaso o de conformidad lo podemos re-configurar para que sea un verdadero patrón mental de éxito. La condición está en re-estructurar el aprendizaje y el condicionamiento que rige nuestro pensar-hacer, para así lograr un esquema mental adecuado a unos resultados exitosos.

Ahora bien, para que uno se plantee realizar un cambio es porque debe pasar algo, darse alguna situación. ¿De dónde proviene un deseo o pensamiento de cambio? Proviene de una insatisfacción. De no estar satisfecho de algo y ser consciente de ello. A partir de eso asumimos llevar a cabo un conjunto de acciones para cambiar esa situación.

Tales circunstancias, que ahora nos abruman, se han ido conformando a través del tiempo. Viene, entonces, la siguiente pregunta ¿Cómo hemos llegado a estar condicionados? ¿Cómo hemos podido estar atrapados en esa situación? Por varias causas, entre éstas tenemos, en primer lugar, el «Condicionamiento Verbal», es decir, lo que hemos estado oyendo permanentemente, por ejemplo, el éxito es malo; entonces, se hace necesario preguntarnos ¿Qué hemos estado oyendo durante toda nuestra vida? En segundo término, el «Condicionamiento de Modelos de Referencia», lo que hemos visto e imitado, antes dije que por ejemplo nuestra familia nos ha enseñado a trabajar y ser responsables; eso hemos visto, trabajamos y somos responsables pero hasta allí; Debemos que preguntarnos ¿Qué hemos visto, qué estamos imitando? Tercero, el «Condicionamiento de Incidentes Concretos», esto es, las experiencias de nuestra vida, los asuntos en que nos hemos vistos envueltos, cómo hemos resuelto o interactuado en esas situaciones; en este caso, tenemos que preguntarnos ¿Qué hemos experimentado? o ¿Cuáles han sido nuestras experiencias hasta ahora?

Al comprender estos diversos condicionamientos de nuestro pensar-hacer podemos reestructurar, reorientar, desde el aprendizaje nuestro patrón mental de éxito. Como apreciamos estamos ante una situación reflexiva-praxis para poder superar nuestro modo de vida, darle un giro hacia unos resultados que deseamos llevar a cabo, y así alcanzar una vida exitosa.


Puedes seguirnos en:
Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín

No hay comentarios:

Publicar un comentario