martes, 30 de julio de 2024

CHAMUSQUINA ELECTORAL


 

La chamusquina política se hizo constante, como es lo normal en toda sociedad. La cual aparentemente solo se ve alterada por los procesos de elección, pero en este caso la cosa siguió igual. Una crónica más de una situación ya pactada y negociada desde hace rato. Comen del mismo palto, esa es la verdad.

Dos candidatos que políticamente pertenecen al club de los guevos caídos. Ni fu ni fa, ni frío ni caliente. Con una candidata que no era candidata, pero que era candidata. Un monigote y un bigote. Una cantinflada política, de la cual somos bastantes duchos.

Una candidata que le hizo la segunda a los otros. No hace política, porque parece que le ha entrado el gusano del mesianismo; ya que el caudillismo parece ser asunto que atañe tanto a hombres como a mujeres, por igual. Esos caudillos, mujer u hombre, son los únicos llamados para hacer las vainas. En ninguno de los dos micro bandos políticos, esa clase baja, hay un horizonte político ni para el presente ni para el futuro.

Solo son ellos y nadie más.

Los datos son normales. La participación electoral de 59%, es decir, un 41% de abstención. Uno gana con el 51.20%, el otro pierde con el 44.02%; el resto un 4.6%. Más normal imposible. Pudo haber sido inverso, es cierto. Pero no más de eso, tal vez hasta menos. Todo calculado para montar el espectáculo.

Ambos un fracaso. Pacotilla andante.

Los centros electorales a mediodía ya estaban vacíos. Esa fue la realidad. Lo demás son habladera de paja de los comentaristas políticos, los cuales son peores que los comentaristas y narradores de futbol.

Solo los votantes son auténticos. Los políticos falsos de toda falsedad y más allá, son chamusquina rancia.

Por otra parte, los poderes necesitan países de contención, países colchón; los cuales sirven para mantener cierto equilibrio para que las fuerzas internas no se desboquen. Caso, Cuba en la década de los sesenta en América; luego Nicaragua por los setenta y ochenta, en Centro América. En el siglo XXI, se dio una conjunción de países:  Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador, Brasil, Uruguay, Paraguay, pero que por los procesos internos volvieron las aguas a sus cauces sin mayores inconvenientes. Los cuales sirvieron para mantener cierto control en América del Sur, en un momento dado.

Todo estuvo normal.

Solo ha quedado un país en América del Sur que sirve para hacer la función de contención. Por tanto, no es posible perderlo. Porque como dice el dicho: al enemigo hay que crearlo, si no lo tienes. Para que ponerse a hacer uno nuevo, si ya tienes a uno viejo que les sirve a sus intereses. Por eso permanecerá en el poder hasta que sea útil.

Política elemental.

Lo que busca esa clase baja es aplastar las fuerzas posibles a lo interno, ya no importa el otro bando. Quieren asegurar el coto de poder que han arrebatado y para eso sirven sus acólitos. Los gritos de frustración duraron menos de un minuto, para eso se dan los resultados a medianoche. Te acuestas a dormir y al otro día ya hay un buen control disciplinario.

La farsa es grande. Tal vez más grande de lo que uno cree. Porque uno es solo una pieza inútil en ese patio de iniquidades. Pero ahí están, ambos se las dan de adalid de la libertad.

Discursos patrioteros para allá y para acá, cuando ven los vientos a su favor. De resto callados. Cada uno más farsante que el otro. Lo que el votante desea es un respiro de uno y del otro, esto es, que se vayan a la mierda ambos.

Por mí, cada micro bando se puede ir a mamar un guevo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario