domingo, 5 de enero de 2020

UN HACER ADECUADO

Cómo encontrar las orientaciones necesarias para construir un hacer adecuado y conforme a un ideal. Si recurrimos a Platón, él nos dirá que pensemos en las Ideas, que son las realidades más perfectas, y entre éstas las ideas del Bien, la Justicia y la Armonía, las cuales nos ayudarán a construir nuestro hacer ideal.

Con la idea de Bien definimos lo que queremos hacer y junto a quiénes lo deseamos realizar; pues un hacer estructurado en la idea del Bien debe producir beneficios para todos y no solo para el interés de una sola persona.

Al inspirarnos en la idea de Justicia determinamos la correcta proporción y orden de lo que deben ser nuestras funciones pensantes y productivas, las de seguridad y cuidado de nosotros mismos.

Con la idea de Armonía establecemos nuestras interacciones interpersonales, las cuales son necesarias para que nuestro hacer funcione de manera adecuada y armónica.

Con respecto a nuestras relaciones interpersonales, Platón nos señala la forma de saber utilizar las palabras, pues según el modo que usemos éstas se conformarán nuestras interrelaciones. Si en nuestras interrelaciones, por ejemplo, nos comportamos como dictadores prohibiremos a los demás el uso de la palabra, o la usarán bajo del miedo y la amenaza. Si nos comportamos de manera irresponsable con las palabras diremos, sin pensar, lo que se nos ocurra sobre los demás y sin prever las consecuencias de nuestras palabras.

Somos responsables de lo que decimos porque formamos parte de una comunidad. Responsabilidad es, para Platón, cumplir con excelencia la tarea que tenemos asignada para contribuir al bien de aquellos con quienes compartimos en nuestro hacer.

Estos cuatro criterios, fundados en el pensamiento de Platón, pueden dar luz al diseño de nuestros haceres: el bien común, el orden de las partes, las relaciones armónicas y la responsabilidad de nuestras palabras. Nuestro interés debe estar en el hacer mismo y en la realización de las personas con quienes compartimos, nuestro hacer es un medio, nos diría Platón, para alcanzar un fin superior. Ese fin nos lo planteamos nosotros.

Por ello es relevante tener en cuenta el modo en que orientamos nuestro hacer hacia un fin, la forma en que ordenamos nuestro vivir y la manera en que nos relacionamos con los demás, porque éstas tienen consecuencias en la formación de nuestro pensar-hacer.

Con un hacer tiránico conformaremos relaciones miedosas y si somos demagogos relaciones irresponsables. Por el contrario, si actuamos bajo la idea del bien construiremos relaciones fundadas en el bien, la justicia y la armonía. Nuestro hacer es el espejo de nuestra alma, nos diría Platón, porque éste está constituido por nuestra razón, nuestra voluntad y nuestros deseos, si tiene una proporción adecuada de cada idea viviremos armónicamente y de manera justa.

A través de nuestro pensar-hacer ético, basado en el bien, la justicia y la armonía, nos orientamos hacia lo verdadero y lo adecuado. A partir de esto, Platón nos preguntaría: ¿Tenemos claro cuál es el bien que entregamos a las demás personas? ¿Está nuestro hacer bien estructurado y ordenado para cumplir con la finalidad que nos hemos propuesto? ¿Se basan nuestras relaciones interpersonales en las ideas indicadas? ¿Contribuye nuestro hacer a la realización ética de otras personas?


Consultoría y Asesoría Filosófica Obed Delfín


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