En los días
decembrinos aquejado de una ladilla espiritual estaba sentado plácidamente
mirando por la ventana a ver si pasaban algunas nalgas de 18 kilates de esas
que siempre pasan. Cuando en la emisora de radio por más veces que estrellas
hay en el universo pusieron la gaita "Orinoco".
Esa misma que ya
antes de que llegara el maricón de Colón por estas tierras en la emisora Yukpa
Fm ponían en la Goajira. Dale con "Orinoco, río hermoso en ti palpitan las
nalgas de no sé quién", algo así dice la canción. Cuando de pronto cantan
una estrofa de la canción y le paro bolas a la letra y dijo:
—¿Qué verga es
esta?
Paro la oreja
para oír bien la vaina.
La vaina es la
siguiente: el carajo que escribió esa gaita tiene que haberse fumao unas mandocas
de plátano verde con concha y todo.
La estrofa que me
llamó la atención, dice:
"Y cuando ya se acerca a su delta glorioso
se hace más lento más oscuro y más grandioso
el verso en puñaladas sobre el mar escribe
bañando las azules aguas del caribe"
Si me lo
acarameleai. No me jodas chico. Si esa verga desemboca en el Océano Atlántico,
coño e madre.
Yo he oído esa
puta gaita desde antes que expulsaran al marico de Adán del Paraíso y nunca me
había dado cuenta de esa verga. Por eso es que vamos a perder el Esequibo, y
media Goajira se la han quedado los colombianos. Sin hablar de los llanos de
abajo y del Amazonas.
Ese gran carajo
pensará que el Orinoco desemboca en Cabo Codera.
¿De dónde coño
habrá sacado ese carajo que el Orinoco desemboca en el Mar Caribe? Ni que fuese
el Manzanares, déjame pasar que mi madre enferma me mandó a llamar.
Si la vaina sigue
así, cualquier día de estos vamos a creer que la Gran Sábana queda en Arizona.
Ese coño no sabe ni dónde quedan Los Filuos.
Verga, comprenle
un libro de geografía de Venezuela a ese carajo. Porque ese carajo no fue a las
clases de geografía en la primaria, en aquellas clases donde mandaban a calcar
el mapa de Venezuela en una hoja, luego uno lo trasladaba a un cartón y
recortaba el mapa y los estados; con estas piezas se hacía un rompe cabeza,
ahora lo llaman puzzle, estamos pasados de maricos. Uno pintaba de colores
diferentes a los estados y rearmaba el rompe cabeza.
Yo hice uno, me
quedó del carajo. Pero por alguna puta razón, que nunca he entendido, uno tenía
que llevar armado el rompecabezas a la escuela. Armé mi mierda y me fui para
clases a las 7 de la mañana. Cuando llegué a la clase y me pongo a acomodar el
mapa me doy cuenta que me faltaba el estado Guárico, en todo el centro del
mapa. En ese momento, en mi inocente infancia, no sabía Altagracia que ya mi
destino estaba entreverao con el tuyo.
Rebusqué por
todas partes y no apareció el bendito estado Guárico, yo pensaba:
—Si estaba aquí,
dónde se habrá metido.
Pero, Altagracia,
eran las Moiras que ya tenían marcado mi hado hacia vos; a vivir errante buscándote
por Ortiz, Calabozo, Guayabal, El Socorro, las Mercedes sin poder hallarte. Así
como le pasó al patriarca en su otoño.
Como la maestra
vio que me faltaba ese estado en el mapa me bajó la nota. Cuánto me puso, no
recuerdo. Estuve toda la mañana pensando en el puto estado Guárico.
¿Qué coño e madre
se había hecho?
Me vine para la
casa al terminar las clases a mediodía, y ahí en todo el portón de la casa de
los Delfín estaba el estado Guárico, tirao en el patio de la entrada, se me
había caído y no me di cuenta. Lo recogí y lo guardé con las otras piezas. Me
alegré de encontrarlo, pero ya mi alma por vos Altagracia estaba perdida, eso
lo supe años más tarde cuando ya no había remedio.
Así estamos con
esa gaita.
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