domingo, 30 de junio de 2024

LA ARTESANÍA Y DE SUS CLASIFICACIONES

 



La artesanía es la forma preindustrial de trabajo y de producción. Esta puede ser una forma básica y primaria de definir a la misma, para solo comenzar a hablar de ella. La misma no desapareció con la Revolución Industrial, sino que mutó. El artesano se convirtió en técnico u obrero especializado, los demás en proletariado.

En América es un poco complicado hablar de la artesanía y el artesano. Particularmente, en los países que no tuvieron imperio o no fueron dominados por éstos. Primero, porque no existe una tradición artesanal. Segundo, porque en América no hubo Revolución Industrial. De la artesanía que hablamos hoy en día llegó con la colonización y la Revolución Industrial con el empuje del capitalismo.

Sin embargo, algo hay que decir.

La concepción de la artesanía, y hablo de Venezuela porque desconozco como se aborda el tema en otros países, tiene un carácter patrimonial, histórico, folclórico y tradicional en la forma de expresarse o el modo expresivo, como mienta la Clairet.

Acá, en este país, el modo expresivo prima sobre el propio hacer artesanal o la técnica de elaboración. Lo que quiero decir es lo siguiente, si yo fuese un artesano zapatero e hiciese zapatos tipo "Oxford" no sería considerado artesano, porque ese producto que yo hago no pertenece a la tradición patrimonial venezolana. Por el contrario, si hiciese alpargatas sí sería considerado un artesano en todo el sentido de la palabra.

Pues el artesano, en nuestra concepción, debe preservar con su hacer y su expresión el patrimonio cultural e histórico de la nación.

En Venezuela hay muchos ejemplos de lo no-patrimonial: Yolanda Moreno y las Danzas Nacionalistas, éstas no pertenecen al folclore. Guaco, no es un grupo de gaita, es una banda. Quiero decir que no basta que elabores un producto con el modo de producción pre-industrial para ser artesano y hacer artesanía. El producto y el hacer tienen que representar un patrimonio cultural.

Las alpargatas, el liquilique, las acemas de Carache, entre otros muchos otros productos. En estos días vi a una muchacha vendiendo los personajes de la película "Intensamente", los muñecos parecían hechos a mano y asumamos que eran hechos artesanalmente, pero ellos no serían considerados artesanía porque no entran en la tradición patrimonial venezolana. Son un producto foráneo.

Esta es una forma de definir a la artesanía en este país. O mejor dicho a una forma o tipo de artesanía. Aquella que resguarda, de alguna manera, una memoria histórica de nuestra cultura.

En este país todos comemos arepas de harina de maíz precocida, pero cuando la conversa deriva hacia la arepa hecha de maíz pilao la cosa cambia. Porque la arepa de maíz pilao es la tradición propiamente de la arepa venezolana, de una raíz arcaica, patrimonial e histórica.

En este sentido, la artesanía tiene el valor de preservar y conservar una memoria. Como tomar café endulzado con papelón y servido en totuma. El peltre vino después. La misma puede ser utilitaria o no, ya que hay mucha artesanía que es decorativa.

Por tanto, el Estado-Nación establece los parámetros patrimoniales para definir la artesanía que quiere preservar. La artesanía que, en primera instancia, quiere promocionar y preservar.

Si la Nación quiere agasajar musicalmente a un visitante ilustre no le va a ofrecer un concierto de Heavy Metal, lo hace con la tradición musical venezolana, sea ésta: el galerón, el tamunangue, el joropo llanero, central u oriental o cualesquiera de las otras manifestaciones musicales del folclore nacional.

Así mismo es con la artesanía.

Esto no excluye ni debe excluir otras formas expresivas con que se expresa el hacer artesanal, que no es ni tradicional ni folclórica. Pero debe ser artesanía.

La artesanía no excluye los instrumentos, porque desde un inició el humano buscó aligerar la carga de trabajo y para eso fue ideando los instrumentos necesarios para los diversos tipos de trabajo. Eso es la ley del mínimo esfuerzo. Recordemos a Arquímedes quien dijo: dame una palanca y moveré al mundo.

La artesanía también trabaja en serie, el trabajo serial no es exclusivo de la industria. Por eso el artesano hace patrones, moldes y otros artilugios más. Todos sabemos, que en las canteras de mármol en Europa se tenían prefigurados bustos, lapidas que el escultor mandaba a pedir para hacer su obra. Al artesano-escultor no le llegaba a su taller un bloque de mármol, éste ya venía devastado y medio modelado.

La artesanía es un hacer colectivo, no individual. Por eso existían los talleres, donde cada sujeto hacia o hace una parte del trabajo. Con la romantización de la artesanía creemos que el artesano tiene que hacer todo el trabajo el solo. Recordemos a Durero, quien tenía a un grupo de trabajadores que hacían el trabajo de sus grabados. Y todos son adjudicados a Durero.

La artesanía y el artesano son quienes hicieron posible la Revolución Industrial. Ésta no llegó del espacio sideral. Se gestó en los burgos europeos, en esas calles donde existían y convivían los talleres artesanales. La artesanía lo que hizo fue mecanizarse gracias al vapor y a las otras energías que fueron apareciendo, pero ella es la génesis de la Revolución Industrial, sin aquella no podría existir ésta.

La Revolución Industrial es hija de la artesanía, es su propio desarrollo histórico. No es su enemiga, es su devenir.

No seamos ingenuos.

Lo que falta en este país es clasificar, categorizar ese trabajo pre-industrial que se sigue haciendo de diversas maneras. Para ir colocándolo en su debido lugar. Y que cada artesano sepa dónde debe ubicarse o dónde lo ubica el Estado-Nación.

Al clasificar y categorizar la artesanía. En primer lugar, estaría, según los intereses del Estado-Nación la artesanía patrimonial.  De ahí en adelante todos aquellos diversos trabajos que se realizan según los modos pre-industriales y que tienen ciertos intereses para el Estado según conserven o no algo de la cultura nacional.

Es Estado—Nación va a evaluar la artesanía a partir de tres aspectos. Primero, la técnica empleada. Segundo, los materiales que se utilizan. Tercero, la tradición.  

Por ejemplo, yo he aprendido a hacer muñecas de trapo. No obstante, no soy ni muñequero ni artesano, no me dedico al oficio ni domino la técnica textil; las hago de manera pre-industrial con instrumentos (aguja, tijeras, alfileres) industriales y uso trapo que deviene como residuo de la tela (que fue elaborada industrialmente). Sin embargo, la manifestación expresiva de esas muñecas que yo hago no tienen nada que ver con ninguna tradición ni folclore.

Por tanto, estas muñecas no entran en la artesanía tradicional y folclórica. No tienen un valor patrimonial. Tienen que ser clasificadas en otro renglón. Así de sencillo.

Posiblemente esas muñecas no le interesan al Estado-Nación. Y tiene razón si se define la artesanía según patrón de preservación y conservación cultural.

De ahí la necesidad de hacer las clasificaciones y las categorizaciones necesarias de la artesanía nacional.


sábado, 15 de junio de 2024

ALGO SUCEDE

 



Los "Antaño del estadio" son el Heavy Metal de Caracas. ¿Por qué los menciono? Por estuve en un toque que hicieron, ahí me enteré de que en dos años la agrupación cumplirá ochenta años de existencia, y que se llaman así porque amenizaban las parrandas en el estadio de beisbol cuando éste quedaba en San Agustín. No de Hipona sino del Sur o del Norte.

No es esa vaina a lo que quiero hincarle el diente. Sino a otra verga. El día de la inauguración de la exposición de las muñecas de trapo en la Biblioteca Simón Rodríguez hubo un toque de tambor, muy bueno por cierto. La muchacha, una negra del carajo, cantó arrechamente y la gente de los tambores estuvieron del carajo también.

Nadie tiene dudas de que las muñecas de trapo es un asunto de las mujeres. Hay uno o dos hombres descarriados por ahí, pero de ahí no pasan. Esto quiere decir que en la inauguración estábamos dos o tres hombres, sin contar los que trabajan en la Biblioteca. Comenzó el toque de tambor, porque estamos en el mes de San Juan, y las mujeres salieron a bailar. Ninguno de los hombres hicimos el intento de bailar, aunque el profesor que tocaba tambor nos invitó.

En ese momento se me ocurrió la idea de que los hombres no salimos a bailar en ese tipo de eventos, porque el baile ahí no es un ritual de apareamiento, sino de espectáculo. Porque todos sabemos que el baile se da en los animales en época de celo, es una forma en que el macho se pavonea ante la hembra para ver sí ésta lo elige para la monta.

Puede ser me dije. Una posible explicación.

Este sábado, después del taller de las muñecas de trapo en la Casona se presentaron los "Antaño del Estadio", y por eso viene la referencia a estos músicos. En el concierto había más mujeres que hombres.  Mujeres maduras como se les dice, a las entrados en edad. Y otra vaina más, solas; quiero decir sin pareja masculina. Lo cual podría ser que el hombre o se quedó en la casa viendo el juego de futbol o estas mujeres están solteras, sea: viudas o divorciadas o como bien les venga en ganas.

Por supuesto, cuando arrancó el parrando todas las mujeres se pusieron a bailar. Los cuatro pendejos que estábamos ahí, permanecimos sentados. Uno o dos hombres si echaron un píe.

¿Por qué se da esta vaina? ¿Qué coño sucede? Alguna verga pasa para que haya este comportamiento.

Las mujeres salen a ver los conciertos y los mamertos de los hombres se quedan en la casa o dónde sea.

Son las mujeres más expresivas que los hombres ¿Por qué? Que se sepa el baile no es exclusivo de un solo sexo, ambos lo practican a granel.

¿Es acaso un comportamiento por la edad? En este caso específico.

O acaso las mujeres en esta edad se han quitado de encima toda esa mierda de los hijos, esa vaina de los oficios del hogar y ahora tienen tiempo y están dispuestas a salir a divertirse un rato. Además, lo hacen solas o en compañía de amigas, porque parece que no tienen ningún machucante de planta.

No sé. Pero es una vaina arrecha.

Imagino que entre los jóvenes me refiero hasta los cuarenta años no se da este tipo de situación. Porque los jóvenes están como sopa caliente, listos para echarle cuchara.

Ahora bien, ¿Será un asunto de edad? No un asunto generacional, sino a estar en una determinada edad. Con una determinada carga del pasado que se ha quitado de encima. Esto no quiere decir que antes no hayan bailado y echado cuatro.

Sino que ahora las mujeres tienen tiempo para salir sin ningún pegoste encima, ni ningún hijo de mierda que les joda la vida.

Pero ¿y los hombres? Están estos ladillados, en caso, que esas mujeres sigan casadas. Duda que sigan casadas y si están casadas le sabe a mierda el marido. Como debe ser.

Seguiré observando, porque me ha llamado la atención. Y antes no le había parado bolas.


martes, 11 de junio de 2024

AB-ORIGEN


 

Nuestro origen son los pueblos originarios: los jirajaras, los wayuu, los pemones, los gayones, los yekuanas, los ayomanes y otros pueblos más son nuestro origen. Estamos, sin darnos cuenta, tergiversando nuestra historia cultural. Incluso en Youtube hay un video que habla del origen de los venezolanos; nombra a europeos y africanos, pero no a los originarios de esta tierra. Como si estos pueblos no fuesen parte de la cultura y del gentilicio venezolano.

Nosotros en nuestro origen somos cobrizos. Somos el continente de piel cobriza, eso que los gringos llaman piel roja. Pero no es roja es cobriza. No morenos, ni blancos, ni negros, esos llegaron luego.

Ni el negro ni el europeo son nuestro origen. El europeo es un conquistador. El negro es un allegado, forzado sí, a este continente que no tiene nombre propio. Creo que ninguno lo tiene. La cultura africana, una pequeña parte del África atlántica u occidental, la trajeron forzada y se junto a la cultura española. La otra ya estaba y era múltiple, como lo es en todos los continentes. Esa que es la nativa, la del lar; la que parece más olvidada, particularmente, en la región central. Tal vez, porque en esta región del país casi desaparecieron. Se ven pocos rasgos nativos propios de la región central.

No así en el occidente, ni en los llanos, muchos menos al sur ni en oriente del país. Solo la región central se aferra a la cultura africana de la música y el tambor, que no es exclusivo de África. Pues en la Amerindia existan ¨los tambores de barro prehispánicos que son instrumentos de percusión con estructura de barro y parche de piel, los cuales datan de la época prehispánica en Mesoamérica y Aridoamérica¨.

El toque de tambor africano tanto de las fiestas de San Juan como de San Benito son materia, por eso gusta tanto. Porque dan rienda suelta a la estética. Por el contrario, los instrumentos prehispánicos como ¨las flautas de barro, de hueso o de caña; las ocarinas de cerámica y los vasos que emitían silbidos; las trompetas de madera y conchas marinas, caparazones de tortuga, sonajas hechas de jícaras y los raspadores de hueso¨, no pertenecen a la materia. Por eso su apreciación es más difícil.

Lo afrovenezolano o afroamericano lo entiendo a medias. Primero, porque me da la impresión de que no queremos ser americanos, Cuatro siglos después queremos ser africanos, ¿De qué manera? Segundo, porque parece que queremos forzar una cultura que se perdió en el mestizaje, en el olvido del desarraigo y no es recuperable; por más buena voluntad que se quiera tener. Solo quedan vestigios, a los cuales queremos aferrarnos.

Ahora somos americanos y, en nuestro caso, venezolanos. Somos americanos, americanos del sur. Esa es nuestra puta identidad. Aquí no tenemos a África, ni a Europa. Sin embargo, si tenemos a nuestros aborígenes, a esas mujeres y esos hombres del origen, de piel cobriza. Están aquí y ahora. Somos contemporáneos y convivimos. Ellos no son ninguna antigüedad, son un presente. Son el día a día igual que nosotros.

Ellos son la América y mucho antes de que ésta fuese llamada de esa manera ya ellos eran. Ya no hay pureza y nunca la hubo en ninguna parte. Somos mezclados aquí y allá. Pero son mezclas diferentes. Somos los hombres de maíz y papa, con cara a dos océanos. Nos gusta lo nuevo. Somos un mundo viejo, nunca hemos sido un nuevo mundo, porque cuando en el Gran Fértil se daba el proceso civilizatorio acá eso también ocurría.

Ellos son contemporáneos de las estrellas. Y, sin embargo, sus dioses han desaparecido. Aparentemente no se volvieron sincréticos ni se escondieron en la nueva religión. ¿Qué se hicieron sus dioses? ¿Su mitología? ¿Su concepción de la creación del mundo? ¿Dónde están? ¿Dónde los guardan? ¿Por qué no admiramos ni vemos sus procesiones? Solo se cuentan que hubo algunos encuentros o apariciones religiosas, que parecen más inventos de proselitistas que una realidad.

Me refiero a los de nuestro país.

Debemos reconsiderar cuáles son nuestros orígenes, porque son varios en la cultura, en la Colonia, en la Conquista, en la religión, en la República. Porque el origen no es uno. Siempre nos estamos originando con esos reductos que quedan aquí y allá. Eso que llamamos memoria, tradición, historia. Sin embargo, estamos condenados al presente. Y este presente es una multitud que se llama América.