sábado, 25 de mayo de 2024

SOLO VEO TUS MANOS

 


Siempre estoy en mí, aunque esté mirando a lo lejos mientras tus manos cosen desenfrenadamente y corten la tela con cierta compasión. No importa si tu mirada no está. Solo veo tus manos que acarician el velo del presente sin saber que hay un futuro.

Te miro y ya no quiero mirar hacia otro lado.

Me pierdo entre el nudo de un hilo que no sabe que es hilo. Que piensa que es una canción. Oigo tu voz a lo lejos. Y solo puedo oírte y solo quiero oírte. No digas nada que ya no estoy.

En estos cuerpos no hay fantasmas ni recuerdo, solo sudor. Y aunque te lleve enredada por las hilachas sin pegamento, sigo intentando no amarte. Llevame a la noche en que nos conocimos, a esa extraña tristeza que sentimos.

Andá no te quedés así nomás. Como no sabiendo que me querés. Lo que nos queda en los bolsillos es esa pelusa de la fresca noche. Donde no hay vientos, donde no hay nubes, donde no hay nada.

Y ahora que miro el texto, veo que es una declaración de amor. Una declaración que nunca te he hecho, porque no tengo nada que ofrecerte. Pues me he quedado sin alma y sin ésta qué se puede ofrecer. Décime vos.

Te he mirado al derecho y al revés. Me he zambullido en tu alma y yo sin ella. Es un raro sentirse, es como perder el universo. Es saberse que no hay nada. La profunda orfandad. Un algo sin explicación, porque solo es un sentir. No me vengás a decir nada de esas cosas emotivistas. Mejor hacé silencio porque así quiero mirarte y recordarte.


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