jueves, 3 de marzo de 2016

EVALUACIÓN DE LA CAPACITACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

La evaluación en las organizaciones es un proceso que debe realizarse en distintos momentos. Por ejemplo, desde el inicio de un programa de capacitación, durante y al finalizar el mismo. Pues, la evaluación es un proceso para valorar la efectividad y la eficiencia de los esfuerzos de la capacitación. La misma es una fase importante del ciclo de capacitación. Ocurre en cada fase del ciclo como un proceso en sí mismo. Por ello, debe ser parte del plan de capacitación y debe ocupar un tiempo determinado.
Los datos que se obtienen en la evaluación son útiles para la toma de decisiones. Por ello, en un adecuado programa de capacitación se ha de contemplar una evaluación del desempeño, control y adecuado seguimiento a las actividades que se realizan. Pues, permite la medición de los fundamentos, aplicación, efectos a corto y largo plazo de las acciones del diseño y la ejecución de los programas de capacitación.
Los pasos necesarios para la ejecución de un programa de capacitación se determina de acuerdo al propósito general del mismo, que además contribuyen al logro de los objetivos generales de la organización. Es preciso, entonces, desarrollar programas que contemplen las metas y estrategias de la organización. La mejor capacitación es la que se desarrolla como un proceso continuo, ésta busca conocimientos y habilidades para estar al día con los cambios que suceden en el ámbito organizacional o empresarial. La capacitación continua busca que los participantes estén preparados para avanzar hacia mejores oportunidades.
El proceso de capacitación está compuesto por cinco pasos, éstos son: 1) Análisis de las necesidades: se identifican las habilidades y necesidades de conocimiento y desempeño. 2) Diseño del programa de capacitación: se elabora el contenido del programa en folletos, libros, actividades… 3) Validación: en este paso se eliminan los defectos del programa, y se hace una nueva presentación para validar el programa. 4) Aplicación: se imparte el programa de capacitación. 5) Evaluación: se determina por medio de técnicas de evaluación el éxito o fracaso del programa.
El análisis de las necesidades es vital para justificar los cursos o la acción de capacitación que se requiere. Por necesidades de capacitación se entienden: 1) Las carencias o deficiencias que posee un trabajador o un grupo de ellos, para ejecutar de forma satisfactoria las tareas y responsabilidades que le corresponden en la empresa. 2) Las limitaciones o situaciones que afectan el desempeño de los mismos. Tales necesidades se solucionan mediante la capacitación.
Para determinar las necesidades de capacitación, es necesario investigar todos los hechos por las cuales los trabajadores no ejecutan con éxito sus labores o incurren en accidentes. El programa de capacitación debe enfocarse al menos en cuatro cuestiones, ésta son: 1) Objetivos de capacitación. 2) Deseo y motivación de la persona. 3) Principios de aprendizaje. 4) Características de los instructivos.
Para implementar un programa de capacitación es necesario considerar: 1) La efectividad respecto al costo 2) El contenido deseado del programa. 3) La idoneidad de las instalaciones con que se cuenta. 4) Las preferencias y la capacidad de las personas. 5) Las preferencias y capacidad del capacitador. 6) Los principios de aprendizaje a emplear. 7) Describir e interpretar los diversos modelos de evaluación.
La evaluación del proceso de capacitación permite estimar los logros de los objetivos propuestos y retroalimentar el proceso mismo. Por esta razón, al concluir la fase de aplicación del programa de capacitación y con el propósito de tener conocimiento preciso de los resultados logrados con relación a lo planeado, es necesario llevar a cabo un trabajo de evaluación para obtener información útil para así analizar los cambios de conducta logrados en los capacitados; su desempeño en el área de trabajo; juzgar alternativas y tomar decisiones acerca de los diferentes elementos que intervinieron en el proceso.
La evaluación permite obtener datos objetivos y completos de esta etapa. Para esto se cuenta con: 1) Evaluación diagnóstica: se efectúa al inicio del proceso y parte de los resultados que arroja el diagnóstico de necesidades, de las propuestas establecidas en el plan y programas, ejecución de las acciones; así como de los conocimientos y habilidades que posee el capacitando y los que requiere. Esta evaluación permite analizar la situación actual de la organización, los fines que busca lograr y sobre todo de los compromisos y responsabilidades que competen a la función de capacitación con referencia al que hacer global de la misma.  2) Evaluación intermedia: se realiza durante el programa de capacitación, con el objeto de localizar deficiencias cuando se tienen posibilidades de corregirlas; se intenta poner de manifiesto los puntos débiles y errores cometidos, de forma que sean corregidos, aclarados o resueltos. 3) Evaluación sumaria: se enfoca a los logros obtenidos, como resultado de las actividades efectuadas a fin de establecer parámetros que coadyuven a retroalimentar y reiniciar el ciclo; es cuando se analiza la efectividad y funcionalidad de las acciones emprendidas a fin de reprogramar nuevas tareas.
Uno de los modelos utilizados para la evaluación es el modelo de Kirkpatrick, el mismo consta de cuatro etapas consecutivas e independientes: 1) Reacción: percepción de los participantes de su efectividad, se realiza por medio de cuestionarios. Se revisa también la adecuación de contenidos, el dominio del instructor, el manejo del tiempo de parte del instructor, claridad de exposición, aspectos útiles y menos útiles. 2) Aprendizaje: nivel de adquisición de conocimientos. Es una evaluación del antes y del después de la aplicación de la capacitación, se realiza por medio de pruebas de contenidos. 3) Conductas: es el más importante y difícil de evaluar. Se lleva a cabo por medio del reporte de otros: reclamos, productos defectuosos, costos, etc. que lo miden indirectamente. 4) Resultados: impacto en la organización o retorno de la inversión, se usan informes de gestión, niveles de producción, calidad, costos, niveles de ausentismo, rotación, licencias médicas, etc.
Una forma de determinar que tan apropiados han sido los métodos y estilos de la capacitación, y para tener una idea precisa de dónde puede ser necesaria una mayor capacitación es la de interrogar al personal. Esto puede hacerse formalmente al final de las sesiones de capacitación, o mediante el llenado de cuestionarios que incluyan asuntos como los siguientes: 1) Lo conveniente y confortable que han resultado el sitio y las facilidades de la capacitación: la duración de las sesiones, los recesos y las oportunidades de formular preguntas. 2) Lo relevante que ha sido el material presentado y cualquier área en la que el personal considere que requiere mayor información o práctica. 3) Lo conveniente que han resultado los estilos y métodos de capacitación empleados. ¿Qué resultó efectivo? ¿Qué no al transmitir la información? 4) Autoevaluación integral de conocimiento en las responsabilidades encomendadas. 5) Sugerencias para mejorar sesiones futuras de capacitación.
Para incrementar el método de recolección informativa de carácter formal, los capacitadores pueden tener comunicación continua con el personal; por ejemplo, durante los recesos, al inicio y final de cada sesión, así pueden determinar dónde existen lagunas de conocimiento y cuáles estilos de presentación funcionan mejor.
Para la evaluación se debe diseñarse un modelo que permita recoger información de los cuatro niveles que se señalan a continuación: 1) Reacciones o satisfacciones: da respuesta a la pregunta ¿Te gustó la actividad? Se busca determinar en qué medida los participantes valoran la capacitación. Los participantes satisfechos tienen más probabilidades de enfocarse en los principios de capacitación y utilizar la información en su trabajo. 2) Aprendizaje: da respuesta a la pregunta ¿Los participantes desarrollaron los objetivos propuestos? El propósito es determinar el que grado los participantes han logrado los objetivos de aprendizaje. Permite probar el conocimiento y las habilidades antes de un programa de capacitación, y proporciona un parámetro básico sobre los participantes; el cual puede medirse después de la capacitación para determinar si ha mejorado. 3) Comportamiento: da respuesta a la pregunta ¿están los participantes utilizando las competencias desarrolladas? La finalidad es determinar si los participantes han transferido a sus actividades las habilidades y el conocimiento adquirido. Identifica, además, las variables que pueden afectar el resultado, si el comportamiento de los participantes no cambia. La transferencia de la capacitación es una implantación efectiva de los principios aprendidos. Para maximizar se pueden adoptar varios enfoques: A) Presentar elementos idénticos. B) Enfocarse en los principios generales. C) Establecer un clima para la transferencia. 4) Resultados: da respuesta a la pregunta ¿cuál es el impacto operacional? El propósito es determinar el impacto operacional que ha producido la acción de capacitación; si éste se puede expresarse en dinero entonces se puede identificar el retorno de la inversión. Se piensa en términos de utilidad de los programas de capacitación, a fin de identificar las áreas que requieren mejoras. Dicho proceso propone a los gerentes: A) Planear. B) Hacer. C) Comprobar. D) Actuar.
El seguimiento del proceso evaluador implica conocer los resultados y su repercusión en el ambiente de la organización. El seguimiento es un proceso integral, dinámico y participativo enfocado a la obtención de información, para la toma de decisiones en cuanto a la planeación de las acciones y su retroalimentación; la ubicación, desempeño y desarrollo profesional del capacitando, lo que permite determinar si la formación fue la requerida o no y por qué.
Los aspectos a considerar en el seguimiento son aquellos que tienen que ver con los recursos humanos, materiales y financieros utilizados durante la realización de las acciones. Esta información es relevante para una nueva planeación y operación de capacitación, se obtiene al utilizar diferentes instrumentos tales como el cuestionario; mediante el cual el personal capacitado proporciona datos acerca de los aspectos que intervinieron en su formación, y la forma en cómo estos están siendo aplicados en la práctica laboral cotidiana.
Los resultados que se obtienen del seguimiento son: 1) Análisis del desempeño profesional del personal capacitado. 2) Comparación del desempeño del personal capacitado con el no capacitado. 3) Orientación de la planificación de las acciones para su mejor operación. 4) Valoración de las capacidades de las entidades responsables del programa (recursos humanos y materiales). 5) Identificación de las necesidades no satisfechas, condiciones actuales y deseadas. 6) Determinar los objetivos y metas a cubrir en la empresa.
El seguimiento implica llevar registros (control estadístico del proceso) que permitan conocer los indicadores económicos de la inversión realizada en capacitación, y otros aspectos, como por ejemplo: 1) Número de horas totales de capacitación. 2) Número de horas por persona. 3) Número de horas por departamento o proceso. 4) Número de horas por tema tratado. 4) Costos totales de la capacitación. 5) Resultados de las evaluaciones realizadas
Los informes permiten conocer el avance del plan de capacitación y sus resultados parciales; de tal manera, que se pueden hacer los ajustes requeridos y evidenciar el impacto en los participantes. En el control y seguimiento del programa de capacitación es necesario considerar que no todos los asistentes requieren el mismo nivel de profundidad en los contenidos. De esta manera, es preciso clasificar a quien se dirige cada uno de los temas propuestos, ya que algunos necesitan un nivel introductorio, otros un nivel intermedio y otros una sesión de profundización. Esto es la taxonomía del proceso de capacitación, es decir, la ordenación jerarquizada de los participantes y de los temas a impartir o impartidos.
En muchas ocasiones, los seminarios y talleres fracasan por no tener en cuenta este aspecto, lo cual hace que para algunos asistentes el curso sea considerado como deficiente, ya que no llena las expectativas esperadas en cuanto a su contenido. Para otros, por el contrario, resulta excelente ya que nunca o pocas veces han tenido la oportunidad de trabajar sobre el mismo.
La disponibilidad de tiempo es un aspecto importante, por cuanto que una de las grandes dificultades de las empresas tiene que ver con el tiempo que se puede asignar a las personas seleccionadas para participar en la capacitación; el ritmo laboral y los compromisos previamente adquirido hacen que haya que recurrir a tiempos específicos, lo que implica sacrificio de tiempo para el asistente. Una manera de lograr que todos los participantes puedan asistir es: 1) Dar a conocer con anticipación las agendas de tiempos de los diferentes seminarios y talleres. 2) Acordar con los jefes inmediatos para suplir a las personas que asistirán a los eventos. 3) Establecer tiempos compartidos por la empresa y la persona, como por ejemplo, viernes y sábado si se trata de eventos de larga duración. 4) Establecer con el capacitador jornadas cortas, por ejemplo de 4 horas.
Por último, el presupuesto de capacitación está definido por las asignaciones que realice la administración de la empresa, por el tamaño de la empresa, por la importancia que le asigne la gerencia a estos temas o bien por el nivel de autonomía que al respecto tenga el administrador de la capacitación. Es importante conocer claramente los recursos económicos con los que se cuentan, con el fin de unificar el dinero que se utilizará en la capacitación.
Al realizarse la evaluación del programa de capacitación se puede incurrir en varios errores, tales como: 1) No realizar evaluación del desempeño. 2) Evaluar sin haber trazado objetivos al inicio de un periodo. Esto hace más subjetiva la evaluación y causa molestias y resentimientos. 3) Acordar objetivos y no observar, dirigir, asesorar.
Como hemos expuesto, la capacitación es factor determinante en el cumplimiento de los objetivos de toda organización; para desarrollar actitudes y destrezas en el crecimiento personal, lo que permite mayor eficiencia y calidad. La capacitación es una inversión para toda organización o empresa; pues los resultados que se obtienen de ella no sólo benefician al empleado, sino que contribuye al logro de los objetivos empresariales. La utilización efectiva de los recursos humanos dentro de la organización depende de la correcta aplicación de las fases de evaluación que se han descrito anteriormente, tales como: detectar necesidades de capacitación, identificar los recursos para la capacitación, diseño del plan de capacitación, ejecución del programa de capacitación, y la evaluación, control y seguimiento. Esto último permite establecer y reconocer requerimientos futuros, para asegurar a la empresa el suministro de empleados calificados y el desarrollo de los recursos humanos disponibles.
Fuentes consultadas para la elaboración de este artículo:
Aquino, Jorge y Arecco. Marcelo J. Recursos Humanos, Buenos Aires, Ediciones MACCHI, 1996.
Chiavenato, Idalberto. Introducción a la Teoría General de la Administración, México, Mc Graw-Hill, 1998.
Mondy, R. Wayne y Noe, Robert M. Administración de Recursos Humanos, México, Editorial Prentice-Hall Hispanoamericana, S.A., 1997.
Rodríguez S., Manuel. Recursos Humanos: su misión trascendente y ética, México, Editorial Grijalbo, 2000.
Werther, William B. y Keith, Davis. Administración de Personal y Recursos Humanos, México, Mc Graw-Hill, 1995

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