A veces
desatendemos la realidad que tenemos delante de nuestros sentidos, y atendemos
el complejo de ideas, imágenes, nociones, percepciones que incorporamos a
nuestro lenguaje y que hemos heredado de él.
Lo que
llamamos el mundo es una tradición social, el cual nos llega ya hecho.
Nuestra
fantasía, nuestro extravío anima lo inanimado, todo lo humaniza; y en esta labor
sobrenaturalizamos la naturaleza, esto es, la
divinizamos humanizándola, la hacemos humana; de allí que la razón mecaniza y
materializa toda cosa, todo lo vuelve un algo.
Como somos una voluntad, y la voluntad
refiriéndose al porvenir, en el que cree, lo hace cosa, como la fe es cosa de
la voluntad, es mi movimiento, mi disposición de ánimo hacia una realidad
práctica, hacia una persona, hacia algo que me hace vivir y no tan sólo
comprender la vida.
Pienso para vivir y pienso porque vivo,
esta forma de mi pensar responde a la forma de mi vida. De allí que mi modo de
ver el mundo, en general, es la justificación a posteriori de mi conducta, de mis actos. Mis argumentos es el constructo por el que explico y justifico
a los demás, y me justifico y explico a mí mismo sobre mi propio modo de obrar.
En la mayoría de los casos no sé, en rigor,
por qué hago lo que hago y no otra cosa; de allí que sienta la necesidad de
darme cuenta de las causas de mi obrar y forjo, entonces, mi mundo de
argumentos. Construyo los móviles de mi conducta que, por lo general, son sólo pretextos.
El mismo argumento que me construyo y me
impulsa a mí para cuidar de mi vida, es el que en la creencia de otro le lleva a
descuidar su vida. En los actos humanos influyen los razonamientos, las ideas,
están mis actos determinados por tales y de ellos dependen. Y en éstos
encuentro el consuelo práctico de la vida o la penosidad de ella.
Mi sentimiento de solidaridad parte de mí
mismo; como soy sociedad necesito adueñarme de la sociedad humana, como soy un
producto social tengo que socializarme. Aquí me pongo en los otros, me doy mutuamente
sus espíritus, me sello mutuamente en los otros. Por ello, cuando la pereza se
hace materia inerte en mí me disminuye, me anonada.
El punto de partida de mi especulación es
la representación mediata o histórica, humanamente elaborada como se me da
principalmente en el lenguaje, por medio del cual conozco el mundo. No es el
yo, ni es la representación o el mundo tal como se me presenta, inmediatamente,
a mis sentidos.
Por ello, llego a esta conciencia de mí mediante
el diálogo, la conversación social. El lenguaje es el que me da mi realidad. La
representación muda o inarticulada sólo es un esqueleto. El amor se descubre a
sí mismo hasta que habla.
Uno se pierde
cuando intenta encontrarse, me pierdo en este mi diálogo, entre estos mis
argumentos. Mis
argumentos no pueden llegar a ser una prisión, a través de éstos me debo
invitar a descubrir mi propio camino; así mientras avanzo me es necesario
desembarazarse de mis sombras, antes que éstas se vuelvan exigencias y
obstáculos.
En este estado
de transformación que acompaña los reajustes mi realidad, mi ser se
transfigura. En
él se cumplen metamorfosis alimentadas de sueños y
temores, de fatigas y aprehensiones. En esta transformación, descubro que mis argumentos
sólo tienen sentido cuando están fecundados por mi experiencia, que es constituida por mis emociones, por mi mismo pensar.
Esta figura
que soy tiene sentido en la medida en que estimulo invitaciones e incitaciones
a producir nuevas formas en mí. Esta mi obra me permite expresar mi preferencia
entre una concepción de la vida y otra. Porque al construirme a mí mismo poseo
el sentido de la diferenciación, práctico las afinidades electivas que he
desarrollado.
He partido del
combate contra aquello que me divide, me debilita y me empequeñece, contra la alienación y sus
perversiones. Porque lo que me he propuesto es construir es mi
identidad, que debe emerger de un bloque o masa informe.
Ese trabajo es monumental, el mismo me hace una figura fáustica.
En esta figura recurro a mi voluntad que
se impone a una realidad impuesta; que me ha generado una sumisión que
concierne a una otra realidad resistente, compacta,
feroz y determinada. Donde late lo informe se ocultan mis potencialidades, que corresponden
a la fuerte individualidad que hago surgir, que saco a la luz.
En este intersticio aplico toda mi determinación,
todo mi poder para obtener mi forma y mi orden. Imprimo mi marca y las señales
de mi voluntad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario