domingo, 5 de mayo de 2024

SÁNCHEZ VEGAS Y LOS EJES URBANOS

 


Este viernes pasado, ya salido de la Ítaca laboral me encontraba esperando el vagón en el andén del Metro de Bellas Artes cuando vi al amigo Sánchez Vegas, quien se veía con cara de cansancio tropical, ese que produce el sol inmisericorde a lo largo de todo el día. Lo más probable es que yo tenía un modelo semejante, porque eran las dos de la tarde, en un día con mucha bruma producida por la sequía y las quemazones. O tal vez porque la fumadera de marihuana era muy grande desde la mañana en esta ciudad.

Nos saludamos y dejamos, por precaución, pasar un vagón porque venía a nivel de sardina al vapor. Comenzamos a conversar porque a una buena conversa jamás se le saca el cuerpo, más bien uno se mete al cuerpo a cuerpo cual Ali con Frazer.

Me dijo que en la retrospectiva que expuso en la Galería de Arte Nacional, el año pasado, se atendieron más 75 mil personas, él solo atendió a más de 16 mil en visitas guiadas y otros encuentros que se llevaron a cabo. Realizó un performance con la bellezura de Joselyn. Me alegra, en verdad, que su muestra haya sido todo un acontecimiento museográfico, porque es un carajo que le ha echao bolas al hacer plástico. Ahora está preparando otra muestra en el Museo de Bellas Artes, está a la espera que culminen las reparaciones del museo.

Me contó varias anécdotas que han configurado el día a día del mundo del arte. La relación traumática entre el Museo de Bellas Artes (MBA) y la Galería de Arte Nacional (GAN), desde que esta última fue puesta en funcionamiento (1 de octubre de 1974). Porque me contó que aquello fue un asalto, un golpe de Estado fue la expresión que utilizó, que realizaron Alejandro Otero, Miguel Otero Silva y Manuel Espinoza contra el Museo de Bellas Artes que en ese entonces dirigía Miguel Arroyo (años de gestión 1959-1976).

Pues al crearse la Galería de Artes Nacional esta institución se apropió del edificio viejo y parte de la colección que tenía el Museo de Bellas Artes de artistas nacionales. Esto ha sido traumático hasta el día de hoy, porque aun cuando la GAN tiene posee su sede propia sigue en disputa la colección del Museo de Bellas Artes.

Viendo el asunto a la distancia, uno puede pensar que con esa acción por parte de la GAN se perdieron varias posibilidades: La primera, que se perdió de construir la sede de la GAN en ese momento, pues estamos hablando del primer gobierno del compadre Carlos Andrés Pérez y esta gente de la GAN tenía influencia hasta los más altos niveles del gobierno; cosa importante en ese momento es que había dinero por el boom petrolero y Pérez se pensaba con proyección histórica; le hubiese encantado inaugurar esa sede para la historia.

Segunda cosa, al apropiarse de la colección del MBA se perdió la oportunidad de hacer el inventario nacional de los artistas venezolanos en ese momento. No se hizo un registro nacional. Tercero, que la GAN visitara los talleres de los artistas a nivel nacional y comprara, había dinero para eso, las mejores obras de éstos.

Parece que se apresuraron, por alguna razón, y se perdieron oportunidades que luego no fue posible recuperar porque las condiciones del país habían cambiado.

Otra vaina que me contó Sánchez Vegas es que la actual sede de la GAN fue originariamente concebida para la Asociación Venezolana de Orquideología, esto hay que averiguarlo entre los chismosos de la Nación. Porque en 1988 se empezó a hablar de la sede de la GAN y apareció la maqueta expuesta en su sede. Además, como el edificio permanecía inacabado la gente de la Imprenta Nacional quiso echarle mano, pero los de la GAN se fueron para allá y ¨montaron un campamento¨, palabras de Sánchez Vegas, para no perder su mierda.

Y así, a troche y moche, va la historia de la Galería de Arte Nacional. Pero esa gente está haciendo un trabajo arrecho para salir a flote nuevamente.

Toda esta vaina la conoce Sánchez Vegas porque él ha sido y es actor de primera mano y de primera fila de muchos haceres culturales no históricos, pero si anecdóticos. Los cuales siempre son mucho más interesantes para los dedicados a los recovecos del día a día.

Entre lo que me contó dejo dos pendientes: los rechazados y los integrantes del boom del dibujo en Venezuela. Estas las voy a dejar para más luego.




Otro asunto muy interesante que me contó fue la diferencia de enfoque que se dio, durante el gobierno de Pérez Jiménez, por parte de los arquitectos caraqueños con respecto a Caracas. Esto me interesó porque yo me había preguntado de ¿cómo carajo se explica la convivencia simultanea de dos concepciones estéticas tan disimiles como son la Universidad Central de Venezuela y Los Proceres? Porque ambos proyectos y obras se dieron al mismo tiempo.

Me contó, el pana Sánchez Vegas, que de la Universidad Central hacia el Centro de Caracas predominó la tendencia modernista inaugurada con el Plan Monumental de Caracas de 1939 elaborado por el equipo de urbanistas franceses, continuada posteriormente por Rotival, Villanueva y los acólitos a esta concepción.

Que para mí es una expresión arquitectónica del positivismo venezolano, cosa que plantee en ¨1939, Claro/Oscuro¨.

La otra tendencia también modernista, que serpentea por el Paseo Los Ilustres desemboca en Los Próceres y abarca el sector de la Avenida Victoria hasta el Helicoide, estuvo comandada por unos arquitectos, entre ellos Wallis, que tenían relación con los italianos del grupo Domus. Esto explica esa concepción italianizante neoclásica del eje Los Ilustres - Los Próceres y del sector de la Avenida Victoria.

Para la historia de la arquitectura local, la tendencia Villanueva fue más fuerte en el sentido de imponer su relevancia y minimizar la otra tendencia. Se habla mucho sobre la Ciudad Universitaria y el eje de la Avenida Bolívar, pero poco del eje patriótico de Los Próceres. Aunque ambos, en última instancia, son ejes patrióticos con perspectivas y concepciones estéticas diferentes.

Aquí hay que meter una acotación, para añadir y especular que la presencia de Sofía Imber, con el apoyo de Guillermo Meneses, cambiaron la visión arquitectónica de Villanueva sobre la Universidad Central de Venezuela (UCV), ya que sin esta presencia posiblemente el lenguaje arquitectónico y artístico de la UCV hubiese sido más modesto y recatado, como lo anunciaban el Hospital Universitario, la Facultad de Medicina y la trayectoria del arquitecto jefe del proyecto. Pero se produjo un salto inesperado y aquí es donde debe tener su participación Meneses como negociador con el gobierno de turno, para que éste aceptara el nuevo lenguaje arquitectónico.

Volviendo al asunto de ambos ejes, debemos entender que éstos son expresión de la misma herencia positivista venezolana expresada con manifestaciones arquitectónicas diferentes. Junto a este positivismo que también encarna el perezjimenismo está la tendencia desarrollista presente en América del Sur en ese momento histórico y con la cual comulga Pérez Jiménez.

La convivencia de por lo menos dos tendencias o visiones arquitectónicas es lo que explica que un mismo gobierno construya y sea garante de dos arquitecturas tan disimiles.

A estas dos tendencias arquitectónicas, hay que agregar la tendencia estadounidense producto de la presencia de la industria petrolera. De la cual, la Sala Trasnocho Cultural, en el 2017, presentó la muestra “Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975: OUR architects”. Esta tendencia fue puntual, expresada en los edificios sedes de la industria petrolera presente en Caracas.

Estas concepciones no son las únicas que se han dado con respecto a Caracas, hay otras a la espera de ser mostradas.


jueves, 2 de mayo de 2024

LA GERENCIA COMPULSIVA Y LAS CAGADAS HUMANAS


 

La gerencia compulsiva es el resultado y el producto de lo no planificado. De la ausencia de una planificación mínima. De lo que va saliendo como puede. Además, contiene en sí al gerente que quiere todo para ayer. Porque éste cree que con esa actitud va a solucionar la falta de previsión y planificación.

Por el contrario, la agrava; pero a él no se le puede decir nada. Porque, además, de no planificar es estúpido. Y todo estúpido actúa compulsivamente en un intento de enmendar la cagada que ya ha puesto.

Este tipo de gerencia siempre está, y permanece, en el vamos hacer. Nunca hace. Y no puede hacer nada porque no planifica. Todo es compulsivo, el inicio y el final, que es corto.

Irse de pronto para la playa con los amigos puede ser una experiencia espontanea del carajo, y de allí el dicho de que lo espontáneo es lo mejor. Pero una operación a corazón abierto o la construcción de un rascacielos tal vez no lo sea.

Imaginemos a unas de esas personas que ama lo espontaneo, lo que se hace emocionalmente, que de pronto un medico le diga que hay que someterla a una operación. Que no se preocupe que el día de la operación van resolviendo como se puedan. O esa misma persona va a comprar un apartamento y el vendedor inmobiliario le diga que en los cálculos estructurales de ese edificio se hicieron de manera espontánea, a veces el ingeniero otras veces la secretaria de la oficina, quien iba llegando le iba metiendo mano al cálculo. Y que la construcción del edificio fue algo semejante con lo que iban consiguiendo lo fueron construyendo.

Tal vez no le guste mucho ninguna de las dos propuestas, aunque sea muy amante de la espontaneidad. Porque él quiere una operación con todo planificado, y el edificio donde va a vivir que no sea una chapuza ni de ingeniería ni de arquitectura.

Tal vez ahí no se queje de los que él llama cabeza cuadrada.

Así pasa con un mínimo de la gerencia. Se espera que tenga por lo menos un poco de sentido común y de previsión, para saber que se tiene que hacer a mediano plazo, en los próximos tres meses por lo menos.

Que la gente la cague no es el problema, sino que el personal se vea envuelto en esa cagada es lo preocupante. Porque la no planificación arrastra al personal, y lo más probable es que sea a ese personal al que se le eche la culpa porque la vaina no funciona.

Porque el guevón es siempre el que la va a pagar, téngalo por seguro.

Luego vienen los de las ideas brillantes, esas que resplandecen hasta cegarlo a uno.

Un carajo me decía que él le había enviado una propuesta a un ministro, una propuesta del carajo, redonda. Donde le planteaba la necesidad de implementar o activar ese eje que hay entre los museos para que los artistas vendieran sus piezas, que se diseñaran unos quioscos bien diseñados, hasta se podía llamar a concurso para esos diseños.

Yo lo miraba y pensaba: Éste es otro guevón que se cree que se la está comiendo.

En eso le dije:

—Eso es plata. Tú le estas enviando al ministro una propuesta donde tú no pones nada y quiere que te den plata.

Este carajo es el eterno pedigüeño que no aporta nada, que no propone una solución sino un problema. Y cree que está botado.

Como el mendigo que pasó cuando yo estaba comprando unos caramelos en la calle, que cuestan 1 bolívar cada uno. El mendigo le pide al vendedor y éste, que está en esa verga desde la 8 de la mañana porque yo lo veo cuando paso a esa hora, saca dos billetes de 10 bolívares y entiende la mano para darle los billetes. El mendigo le dijo que esos billetes no valían nada y no se los recibió.

Una patada por ese culo provocó darle al comemierda.

Así actúa el carajo de la supuesta propuesta. Él no está haciendo ninguna propuesta, lo que está es mendingando con la misma arrogancia del mendigo de mierda.

Una propuesta es la búsqueda de una solución. No enredar el papagayo, para ver que recojo en río revuelto.

La vaina es arrecha cuando uno no entiende lo que está haciendo y cree que está volando. La estrellada va a ser de la puta madre.


sábado, 27 de abril de 2024

ONTOLOGÍA DE LO BELLO


 

La metafísica de lo Bello en Plotino está signada, indudablemente, por la relación entre lo Bello y lo Uno. No obstante, dicha relación es problemática. Ya que la exposición de esta relación se convierte en una odisea, la cual en su conjunto se hace confusa. La dificultad de esta relación no queda resuelta del todo, quedan muchos girones que atar. Si nos atenemos al orden porfiriano de los tratados apreciamos que el periplo en torno a esta cuestión es un peregrinaje impreciso, a través del cual unas veces el filósofo considera lo Bello como lo Uno y otras veces no.

En Enéada I, 6, Plotino señala que se dice correctamente que el bien y lo bello nacen en el alma, por semejarse al ser de dios. Por esta razón, lo bello y las partes de los otros son del ser… A manera de aquel, que en sí mismo es a la vez el bien y lo bello, lo bueno y la belleza[i]. Según el pasaje, en cuestión, el bien y la belleza son análogos o son la misma cosa; aparentemente, son el mismo Uno.

De esta manera, se continúa la tradición clásica de la relación bello-bueno, donde lo divino es simultáneamente belleza y bien. De esta manera, lo bello-bien a de corresponder a la primera hipóstasis, ser parte de ésta. Pues de ella emana la inteligencia divina que posee la belleza como atributo divino; razón por la cual los restantes seres son bellos a partir de esta belleza. Si la belleza pertenece a la primera hipostasis lo abarca todo, nada se encuentre ausente de ella. Es la causa productora superior, cualitativamente, a lo producido.

Más adelante el filósofo agrega que primero se asienta lo bello y luego el bien. No lejos está lo bello de la recta inteligencia. Por lo cual, nuestra alma es bella[ii]. Aparentemente lo bello corresponde a la primera hipóstasis y a nivel de esencia es lo mismo que el bien. Sin embargo, ¿Qué quiere decir primero se asienta lo bello? Acaso quiere decir ¿Qué está antes del bien en el sentido de la procesión y, por tanto, es posterior a éste en el sentido de la emanación?

Si lo bello es equiparable a lo Uno, entonces ésta no es ni género ni categoría. Pues aquel está fuera del género y la categoría, y por ende lo estaría lo bello en sí. Además, lo bello no podría ser género porque su unidad quedaría destruida. Lo bello, parece estar allende de toda determinación, de toda definición y de toda distinción. Por tanto, sería anterior a la esencia. Tendremos que considerar a lo bello como algo supra-categorial; porque, como señala Plotino, la naturaleza de lo anterior —esto es, de lo Uno— engendra todos los seres, pero no se engendra a sí mismo; ni tiene, en efecto, clase o cualidad ni magnitud ni inteligencia ni alma. Tampoco tiene movimiento ni quietud o reposo, ni tiene lugar ni tiempo. Sin embargo, es en sí mismo y de una sola forma, más es libre de toda forma, de todo ser, de todo movimiento y de toda quietud[iii].

Esto quiere decir que no hay forma de definir ni a lo Uno ni a lo bello, tampoco al bien. Porque carecen de género y categoría. Lo Bello en sí carece de cualidad y cantidad, no pertenece a la inteligencia ni al alma, no es ser ni es movimiento ni reposo, ni está en lugar ni en tiempo alguno. Solo se puede decir de él que es simple por sí mismo, ausente de forma y antes de toda forma.

¿Podemos decir que lo bello en sí es supra-bello? En una interpretación externa a la concepción plotiniana, podemos decir que de asumir esta condición convierte a la metafísica de lo bello en una metafísica de lo inenarrable, de lo no-predicable, porque excluye a lo bello de todo discurso de los razonamientos. En primera instancia, esto da como resultado una metafísica negativa, pues el discurso sobre lo bello tendría su fundamento en lo que éste no es. En segundo lugar, de asumirlo nos coloca más en la perspectiva de lo sublime, lo cual a lo interno de la concepción plotiniana no resulta posible.

No obstante, si apelamos al discurso de los razonamientos podemos indicar que lo bello es unidad que se corresponde a sí misma, principio y devenir de toda cosa bella, y es eterno. Lo bello es real e idéntico a sí, no es afectado ni por generación ni por corrupción, se encuentra entero en todo lugar, ya que posee una razón que se da en todas partes y en sí misma. Y esto por la necesidad que tenemos de hablar de manera positiva de un elemento y sus atributos.

Por esta razón, lo bello es descrito por el filósofo como el brillo que resplandece de la idea; el cual no se ofrece de la misma manera en todos y se da con posterioridad al ser. En cambio, no es otra cosa que la esencia, pues lo afirmado de la esencia se aplica a lo bello. Aún cabe considerarlo de otro modo: en referencia a la afección (estética) particular que produce en nosotros cuando somos sus contempladores. Este acto es un movimiento que tiende verdaderamente hacia aquél, pero es, en verdad, un movimiento[iv].

Este movimiento es una aisthesis y el mismo corresponde al espectador, esto es, al sujeto que contempla lo bello. No a la bello en sí. Por otra parte, lo bello es posterior al ser, es decir, a lo primero y más antiguo, en sentido cualitativo. En tanto brillo, no es la luz en sí, sino una emanación de la luz. Lo bello, según el pasaje, está determinado por los géneros al ser, la esencia y el movimiento. No es supracategorial como habíamos indicado antes.

Por otra parte, aquel —se refiere a lo Uno— suministra a todos y engendra en sí mismo el propósito, el cual ofrece sin recibir nada en sí mismo; se muestra y permanece en la contemplación de sí mismo y disfruta semejándose a sí mismo. ¿Qué necesidad tiene de lo bello? Porque en sí mismo, el ser en sí (ὂν αὐτὸ) es más bello y elabora al enamorado de lo bello mismo y al productor enamorado[v].

Ninguna necesidad tiene lo Uno de lo bello porque es superior a éste, ya que lo antecede. Es lo que da a lo bello el ser de su belleza. Lo que nos está diciendo el filósofo es que aquel está más allá de lo bello, es más bello que lo bello; de allí que elabore al enamorado y al productor enamorado de lo bello.

A partir de acá se produce la distinción entre lo bello y lo Uno, aparentemente no son análogos. Aquel es suprabello, mientras que lo Bello es bello en sí.

Que lo bello es un comienzo, sí lo es. Pero un comienzo de otra naturaleza. Si lo relacionamos con la estética —entiéndase sensación o afección— del contemplador, que antes ha sido expuesta, lo bello es un comienzo posible en la vía de la procesión o retorno a lo Uno. Como posibilidad de contemplar a aquel. En este sentido, lo bello es un comienzo que tiende hacia aquel. Pues todo comienza y tiende a aquel. Lo bello no es principio y fin de todo, porque quien todavía no lo ha visto —a aquel— lo desea como el bien; sin embargo, al ver el principio, que es causa de lo bello y de lo bueno (καλῶι ἄγασθαί), queda maravillado y se llena de placer[vi]. Este ver no es sensible, se refiere el filósofo a la contemplación mística.

A nivel ontológico estamos muy lejos de lo antropológico, nos hemos remontado al primer principio. Si lo bello fuese semejante a lo Uno, sería unidad absoluta, idéntico a sí mismo, indivisible poseyendo una razón que se abarcaría a sí mismo. ¿Realmente es así? Por lo que hemos mostrado, parece no serlo.

El filósofo indica que lo que está más allá del bien, es origen y principio de lo bello; en sí mismo es primero que el bien y lo bello. Y está más allá de lo bello[vii]. Lo que está más allá del bien es lo Uno; éste es origen de lo bello, el cual es posterior a él. Lo bello aparece como un velo que se antepone a lo Uno y cubre, de alguna manera, al Bien; como algo que está entre la inteligencia y aquel. Debemos entender que esta es una forma de expresarse, la cual le otorgarle categorías a las hipostasis divinas.

Por otra parte, más allá de lo bello mismo se dice de aquella naturaleza que imprime a lo bello fuera de sí mismo; ya que por sus razones lo bello primero (πρῶτον καλόν) asciende a la inteligencia, por cierto, lo bello inteligente se manifiesta en lugar del conocer[viii]. Lo bello inteligible se equipará con la Inteligencia por ser la belleza que compete a ésta. ¿Por qué este cambio?

A nivel de la metafísica plotiniana debemos entender los diversos grados que conforman las hipostasis, y con ellas la ontología que está implícita en las diversas categorías y en los matices del discurso. De ahí la dificultad de comprender la transición de un nivel ontológico al otro, de entender las variantes de la esencia que define lo bello según el nivel en que se desarrolla el discurso.



[i] Cfr. Plotino. Enéada I 6, 6, 19-24.

[ii] Cfr. Enéada I 6, 6, 26-27.

[iii] Cfr. Enn VI 9, 3.

[iv] Cfr. Enn VI 2, 17, p. 118.

[v] Cfr. Enn I 6, 7, 26-30.

[vi] Cfr. Enn I 6, 7, 15-16.

[vii] Cfr. Enn I 6, 9, 37.

[viii] Cfr. Enn I 6, 9, 40.


viernes, 19 de abril de 2024

19 DE ABRIL


 

El 19 de abril siempre es un día difícil de entender como parte del proceso libertario, y es difícil porque ese día, creo que todas las provincias, declararon permanecer junto al rey cabeza de machete de España. Fernando verga creo que se llamaba.

El Bonaparte le había dado el coñazo parejo a este rey y hasta preso creo que lo tenía. Le había dado más que a tambora en temporada de gaita. Los de España estaban reunidos en Cádiz para ver como se repartían esas tierras de España, porque unos estaban con Bonaparte y otros con el mamerto del Rey.

Aquí en Caracas se reunieron también los delegados de las provincias, y entre estira y encoje se decidió apoyar al Rey y no a los franceses. Una verga rara, porque después, en los primeros años de la Guerra de Independencia, Francia apoyaba a los republicanos y hasta nosotros nos quedamos con el remoquete de latinoamericanos que nos habían encajado los franceses.

La vaina era medio jodida porque unos venezolanos estaban a favor del rey y otros a favor de Bonaparte. El compadre Emparan, que no era ningún guevón, apoyaba al francés. Por eso se hizo el pendejo aquel 19 de abril de 1810.

El primo Alexander von Humboldt cuenta en su libro ¨viajes por las regiones equinoséque¨, que cuando él llegó a estar tierras el Emparan era gobernador de Cumaná, y eso había sido al final del siglo 18. Además, el chismoso de Humboldt cuenta que los hermanos de Emparan también eran milicos, uno en la flota inglesa y el otro en la española. Y que por vainas del destino una noche se enfrentaron, sin saberlo, en ese charco que está entre España e Inglaterra y ambos murieron en el enfrentamiento, ya que ambos barcos se fueron a pique al cañonearse mutuamente los hermanos.

Es decir, que el Emparan sabía como se batía el cobre.

¿Por qué los venezolanos no se unieron a los franceses?

¿Por qué prefirieron a los españoles? E ahí la cuestión.

La vaina es que el 19 de abril de 1810 les puso la cabeza caliente a los venezolanos, y desde ese momento se armó el peo de la Guerra de Independencia.


jueves, 18 de abril de 2024


 

A finales de septiembre comencé a ahorrar para comprar un equipo nuevo, porque el pianito ya tiene sus años y los otros dos, como comenté, se tiraron en diciembre tres peos y una plegaria.

No fue fácil, pero tampoco tan arrecho.

En primer lugar, hablé con la Sofita para saber qué equipo tenía y, además, equipos estaban mortadela y ella los revivió. Pero la Sofitasa estaba muy ocupada en sus asuntos y le dije que como estaba muy ocupada iba a buscar unos panas para conseguir el equipo.

Así fue.

Me dije: Voy a buscar a los muchachos allá en la esquina de Alcabala. Al pana Luis y José Luis.

Ahí es peligroso porque el local de los muchachos queda entre La Cita y La Tertulia. Y si a uno le provocan unas frías puede caer en la tentación.

Me acerqué un día, y desde la entrada se veía que todo estaba oscuro.

—A lo mejor es que no han llegado, regreso otro día.

No estaba apurado porque seguía reuniendo la plata. Ya estaba en enero y todavía no tenía lo suficiente como para pedir el equipo.

En febrero regresé a ver si los muchachos estaban trabajando, fui un poco más tarde. Y nada, la vaina se veía oscuro. Por suerte en el negocio de la entrada había una señora y le pregunté:

—-¿Usted sabe si los muchachos están trabajando? Los del local del fondo.

A lo que ella me contestó:

—Ahí no hay nadie, lo que hay es un deposito de un chino.

A vaina, dije para mis adentros.

Tengo que escribirle al pana Luis por la Facebook, para ver si está armando equipos.

Le escribo y el pana, porque pana es pana, me respondió, de una vez, que él no estaba en Venezuela, que ya tiene seis años fuera del país. Pero que me iba a ubicar a José Luis o a otro pana de su absoluta confianza.

A Luis Andrade lo conocí cuando él tenía un local entre Peligro y Miguelacho. Y yo estaba buscando unas memorias para un equipo, que en ese entonces las memorias se parecían a unas arañas. Pasé por el local, hablamos del asunto, le llevé el equipo y las memorias. Pero algo pasó que el equipo no las quiso reconocer.

Cargué de nuevo con el equipo para la casa 8 del callejón San Luis y lo dejé ahí.

Al otro día mientras iba pasando frente al local de Luis, éste me llamó y me dijo:

—Traeme el equipo, que ya sé que pasó.

Le volví a llevar el equipo y esta vez todo fue sobre ruedas.

Desde hacia rato ya Luis estaba platinado. Ese local lo cerró y se mudó para la esquina de Alcabala donde puso un cyber y su taller de reparación y venta de equipos de computación.

Eso hace su rato. Por allá en los noventa.

Lo cierto es que Luis contactó con otro pana y éste me llamó.

Este es el panela Boby, también conocido como el Serafín. Es guerrero el hombre, echao pa´lante.

Hablamos, le dije lo que necesitaba como equipo según los programas y lo que hago. Me hizo un presupuesto y ahí nos tranzamos. Le di una parte para que fuese armando la maquinaría y el chasis, quedándole debiendo unos reales, que se los pagaría en las próximas tres quincenas.

Porque el pobre siempre está jodido, porque siempre vive con una mano adelante y otra atrás.

Le terminé de pagar lo que le debía y le dije que trajera el equipo.

Le revisamos las tripas al equipo y los programas que estaban instalados. Y nos sentamos a conversar largo rato.

Me puse a trasegar la información del pianito al equipo nuevo, 14 años que el pianito guapeo conmigo, el Nigno me sacó las patas del barro con ese pianito. Pero ya ha envejecido tecnológicamente.

Tengo que sacarle la información a los otros dos Lazaros. Que solo me es posible acceder a ellos por el ¨modo seguro de prueba¨. El Serafín me planteó la idea de convertirlos en equipos para almacenar información con lo que ya tienen.

Esa es la idea. Pero ahora viene la etapa de empezar a reunir para comprar un televisor de 32 pulgas para conectarlo al PC.

Ya compré el cable HDMI, por lo menos.

La vaina no ha estado mal. Hacia falta un equipo nuevo, éstos tienen mínime 20 años llevando más que violín prestao.


miércoles, 10 de abril de 2024

EL ARTESANO Y LA ARTESANÍA


El artesano no es un sujeto que se parece a un hippie, que tiene el cabello largo, que calza sandalias de cuero y vende sobre un tapete en algún bulevar de la ciudad.

No.

Un artesano es quien domina una técnica. Es lo que los antiguos helenos llamaban un τεχνικός, porque tenía una τέχνη.

Hasta ahí, la vaina iba bien. Hasta que llegaron los romanos y dijeron imitando a Don Vito Corleone:

—Eso es lo que nosotros llamamos Ars, y de ahora en adelante le decimos arte.

La cagaron.

Porque de ahí en adelante hasta estos días hay un enredo de Dios padre sobre qué vaina es arte y que es artesanía. Pero eso es harina de otro costal.

Volvamos a lo nuestro.

El artesano y la artesanía indudablemente han mutado en el tiempo, me refiero a cómo lo pensamos y concebimos.

Primero, eso que nosotros llamamos artista, tal como lo conocemos en estos días, es algo muy reciente. Apenas del siglo XIX, y se da en la figura del compadre Beethoven. Es él el artista que impone su criterio sobre la obra de arte y pide cuánto deben pagarle por su hacer. Nadie viene a naricearlo. Esa vaina la impuso el compadre. Tal vez por eso se quedó sordo, a lo mejor de alguna pescozada que le dieron.

Porque todo recordamos que el paisano Mozart, con toda su genialidad, no se distinguía en su status del cocinero real. Estaban al mismo nivel, porque ambos eran artesanos.

El artesano con la Revolución Industrial o se convirtió en burgués y en capitalista industrial, claro si tenía capital acumulado; o se convirtió en proletario, esto es, en obrero; si no tenía ningún capital.

Asumamos que la mayoría de los τεχνικός no tenían capital, por los gastos que conlleva estar vivo. Éstos, con la Revolución Industrial, se convirtieron en obreros especializados. Después siguieron los obreros rasos, sin ningún saber técnico.

En ese periodo y posteriormente vez de llamarse artesanos empezaron a llamarse obreros especializados o mano de obra calificada. Acá en Venezuela, el INCE formaba “mano de obra calificada” para las empresas o industrias. En lenguaje heleno, el INCE formaba artesanos.

Lo mismo debe haber ocurrido en todos los países de este mundito miserable.

Ante este desmadre y la aplanadora que traía la Revolución Industrial, por allá en Inglaterra o por ahí cerca William Morris y John Ruskin intentaron salvar algunas prácticas artesanales ornamentales o decorativas, porque a todas las otras prácticas artesanales se la había tragado la Revolución Industrial sin vaselina.

Y estoy convencido de que es por esta vía que a nosotros nos llega la concepción de artesano y artesanía que tenemos hoy en día. Por lo cual, considero que el sujeto artesano del que habla Simón Rodríguez, en sus escritos, es lo que nosotros llamamos “mano de obra calificada” u “obrero especializado”.

En el ámbito de la construcción es fácil ver estas diferencias entre los obreros.

Pero para que el pastel esté más enreverado junto a la artesanía están las manualidades.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

En estos días a la Ítaca laboral se acercó una persona para preguntarme sobre un asunto de la red de venta y me mostró una foto de uno de sus trabajos. Yo le dije que se dirigiera a la parte que correspondía a los artesanos. A lo cual ella me dijo:

—Allá me dijeron que viniera para acá.

Así están las cosas, diría Chivo Negro.

Quien domina una técnica manual es un artesano, si no la domina o es un aprendiz o un mirón. Solo los poetas, y de milagro, en el mundo heleno se salvaban de ser artesanos. Éstos eran productores, esto es, ποιητής.

Platón, en República, al texto los mismos romanos le cambiaron el nombre, el título del diálogo es “Politeía”. Solo una vez usa el término αρχιτεκτων. Que en sentido estricto significa “primer técnico”. Pero no recuerdo si es Derrida o Bachelard, porque estaba leyendo a ambos autores por la misma fecha, hace 20 años atrás, uno de estos autores indicaba que este término era político, porque era el técnico que estaba cerca del Rey, del Faraón. Estaba en la crema. En otras palabras, el αρχιτεκτων era el asesor real.

Por el contrario, el divino Platón para referirse a quien ordena y diseña la polis usa el término οικοσδομως. Que se traduce también por arquitecto, pero según los anteriores autores no tiene la carga política del anterior. En sentido estricto el término se traduciría como: casacasa.

En estos tiempos, artesano es un término ambiguo y como todo lo ambiguo difícil de ubicar y definir con precisión. Lo mismo le pasa a la artesanía. Solo queda recurrir a cierto sentido común y, por los momentos, dejar quieto al que está quieto.

 

miércoles, 27 de marzo de 2024

LA VENGANZA A LOS ESPAGUETIS


 

Cuando el coño e madre de Amerigo Vespucci vino por estas tierras fue  cuando se armo el peo. Ya por ese entonces al Colón le habían puestos los hierros, para no pagarle un coño por haber venido para esta vaina.

La gente cuenta que cuando el Prepucio se asomó por los lados de Sinamaica, que en wayú se llama Karouya, el coño e madre dijo:

—Esta verga se parece a Venezia.

—¿Vos estais endrogao?

Le preguntó un guajiro.

—Este mardito debe venir del concierto de Pink Floyd allá en la Venecia y todavía está drogao. Cómo se va a parecer esta verga a Venecia, si vos todavía no habeis visto ni a Santa Rosa de Agua ni a Isla de Toa.

Pero como el Vespuccio venía apoyao de allá de la España, decretó:

—Toda esta reverga, de ahora en adelante, se va a llamar Venezuela.

—Si me lo mamais.

Dijo uno que estaba ahí oyendo.

A este lo jodieron, le dieron una redoblona por salío.

Los Wayú se arrecharon y preguntaron:

—Cómo es que se va a llamar esta verga ahora.

—Venezuela. Y si a alguno de ustedes no le parece los vamos a reventar a coñazo limpio. Contestó en Vespucci.

Así es la verga, ya vas a ver coño e tu madre. Dijeron los guajiros. En la bajaita te vamos a agarrar.

Toda esa vaina fue bien temprano en la mañana.

Los Wayú de una vez se pusieron a tramar la venganza contra los italianos por haberle cambiado el nombre a esta vaina.

Ya a golpe de mediodía al Prepucio le dio ambrosio plaza y preguntó:

—¿Hay algo de comer? Porque tengo el hambre pareja.

—¿Qué querei comer mardito?

Preguntó una guajira.

—Unos espaguetis. ¿Tenei?

Porque ya el coño e madre había entrado en confianza.

—Los que tengo es de la bolsa CLAP, me queda un kilo.

—Echale bola, vamos a comer esos espaguetis.

Y aquí comenzó la venganza de Venezuela contra Italia.

La guajira puso en el fogón la olleta a hervir el agua. Cuando ya la vaina empezó a hervir sacó los espaguetis del CLAP los partió por la mitad y los echó a la olla.

El Vespucci apretó el culo, por aquella irreverencia.

Como los espaguetis son vermicelli esos están rápidito.

—Imagino que le vas a poner una salsa boloñesa y un queso pecorino, minime.

Le dijo Vespuccio a la guajira.

Ésta ni bolas le paró. Sacó los espaguetis de la olleta y los escurrió.

Ya el Vespucci estaba sentado a la mesa mirando a la guajira y esperando su plato de pasta. La guajira agarró una totuma de las grandes, le sirvió el plato de espagueti y le echó:

·         Caraotas, mayonesa,

·         le rayó como medio hilo de queso de año,

·         y le puso unas tajadas.

—Te comei esa verga o si no te jodo.

Le dijo la guajira.

—Mirá, traele un guarapo de papelón con limón pa’ que este mama tripa baje los espaguetis.

Le gritó a un sute que andaba por ahí cerca.

Aunque Vespucci se arrecho, no dijo un coño.

Pero, más nunca volvió por estas tierras.

Después por la misma venganza Venezuela se convirtió en el segundo comedor de espaguetis del mundo, y eso porque allá son unos millones más que aquí. Pero cuando los pasemos en población se van a joder.

También dicen que le pusieron a esta vaina América, por ese carajo.


sábado, 23 de marzo de 2024

EL BOLÍVAR DE TRAPO


 

Mandaron nueva tarea, ya me estoy arrechando, hacer el personaje del compadre Bolívar, porque se está cumpliendo el bicentenario de Bolívar mexicano.

Copiamos un patrón para hacer el muñeco. El patrón es una modalidad en el hacer de las muñecas de trapo, me traje mi patrón y dije el miércoles hago el muñeco.

Ayer en la Ítaca laboral dieron la correspondiente bolsa de víveres y dos pollitos chiken gallina e. Los cuales fueron a parar al horno casi de manera inmediata.

Llegado el día de hoy busqué mis cosas para hacer el muñeco de la ciudad. Y me doy cuenta que no tengo ni tela ni blanca ni clara.

—¿Y si lo hago con tela negra?

Verga van pensar que es el Negro Primero o el Afrodescendiente Primero, así debe decirle ahora por si las dudas. O son capaces de decir que es San Benito vestido de militar.

Mejor busco con tranquilidad una tela que sirva. Me encontré un recortico que la amiga Miriam me regaló en este sábado pasado. Este sirve dije, lo planché porque estaba más arrugado que camisa de amanecio.

La tela es de listas blancas y rojas, muy finas. Pero se ve bien. Agarré mi patrón lo dibuje en la tela, las dos caras, y me dije:

—Esta vez le coso los ojos y la boca antes de rellenarlo.

Y así lo hice, pero pendiente de no irla a cagar. Le hice los ojos separados como los de Cortázar, cosí el saquito y le di vuelta para que la cara quedara por fuera y fue todo un éxito. Ni los vuelos de la NASA.

No le voy a poner mucho relleno porque se puede llegar a parecer al Sargento García, el del Zorro. Y ni de vaina. Además el compadre era flaco, medio esmirriaito.

Chunguito quedó el muñequito. Ahora hay que vestirlo.

—¿El pantalón será negro?

No me acuerdo cómo se viste el Bolívar, pero vi una foto de un Bolivita de trapo. Ah no, el pantalón es blanco para que resalten las botas negras. El compadre era un galán.

Conseguí entre los retazos que me regalaron un pedacito de tela flexible, o como se llame, blanca. Esta es la propia y el pedacito alcanzaba para hacerle los calzones al mero mero. 

 Le hice el molde del pantalón, lo corte y se lo cosí. En la cintura para tapar un roto de la tela blanca le puse un cinturón, yo he visto que el compadre usa un cinturón o una vaina semejante.

Le hice las botas negras y lo calcé.

Me falta la casaca azul con la pechera roja, esa se la haga en otro momento. Y ponerle el pelo y las patillas a lo Elvis Presley. Por hoy ya está bueno.

Ahí va el muérgano. Va quedando bien.  




EL BOLÍVAR DE TRAPO II

Al compadre lo había dejado en calzones y con las botas puestas. Pero llegó el día de que no siguiese descamisado, porque ya era bastante de que hubiese muerto así allá en la Santa Marta.

Me dije:

—Le voy a hacer una vainita de alta costura.

Tal vez no quede como un Giorgio Armani, pero por los menos como Traki. Algo es algo.

Y en esa me puse con las primeras luces del día. Busqué una tela azul oscuro, porque no puede ser de otro color la guerrera. Esas son las vainas de las representaciones, que hay que ceñirse a que quede igualito. Y cuándo así. Igual a él era cuando el compadre estaba en vida. Después cada quien se lo ha representado cómo quiere.

Hice un patrón para que la guerrera no me quedara torcida. Me puse a coserla, pero cuando ya había cosido una manga intenté probar cómo le podía poner la misma al compadre. Ahí mismo me di cuenta de que la cosa no estaba bien y que la vaina no iba por ahí. Tenía inventar otra manera de hacerla.

Y pa’ luego es tarde, me dije.

Ya había jodido el pedacito de tela azul que tenía. Me puse a buscar otro retacito y lo encontré, de una tela más gruesa, ésta me gusta más. Agarré al compadre y directamente tracé el patrón, dos tapas: la delantera y la trasera para coserlas directamente sobre el cuerpo. Así me resultaba más fácil hacerlo.

Ya con la parte delantera y la trasera a la medida, me puse a coser la pechera con muchas florituras, pensé adornarla con unas astromelias como aquellas que bordada la máquina de coser inventada por Blacaman “que no sólo cosía mejor que una novicia, sino que además bordaba pájaros y astromelias según la posición y la intensidad del dolor”. Pero solo fue el intento.

La guerrera y la pechera le dieron distinción y categoría al compadre. Con unas solapas groseras y ataconas, como decía el Musiú.

Ya vestio estaba. Ahora solo faltaba el pelo, pensé en verde o naranja como se lo pintaba la Nowys cuando estudiaba filosofía. Pero no, la gente se va a arrechar porque es capaz que dicen que se parece a Mondongo.

Esa es la vaina cuando se agarra la manía de la representación que se quiere que quede igualito. Es la imitación de una idea, decía el viejo Platón. Se puede hacer como se quiera. Pero la culpa es del virtuoso, como el gran carajo domina bien la técnica entonces llega a tales grados de similitud. Pero dejemos eso hasta acá, que la discusión se puede alargar y me puedo arrecho.

Cuando es Janis Joplin o Led Zappellin el pelo no es ningún problema, se le pone una melena y listo. Se resuelve fácil.

Pero no es fácil cuando el peinado es más o menos ordenado.

—Quién dijo miedo.

Me voy a lanzar por este barranco, me dije. No debe ser tan jodido, busqué algunos ejemplos y me dije:

—Ya está listo, el león no es tan fiero como lo pinta la selva.

Claro el león no es de ninguna selva, es de los llanos, de la sábana. Quién sabe quién se inventó esa mentira del rey de la selva. El de la selva es el manchado, el jaguar y todos los parecidos a éste. Este es el rey de América.

Le hice su pelo y las patillas como prometí. Porque lo prometido es deuda. Pachuco se ve el coño e madre. Porque el compadre era patiquín, jembrero pues.

Lo estaba fotografiando cuando me dije:

—Algo le falta al hombre.

¡Coño la tricolor!

Esa verga es lo que le falta. Me voy a inventar una.

Y ahí está.

No le puse las estrellas porque ahora la República tiene muchos estados y no solo las diez provincias de aquel entonces.

En verdad que el compadre quedo guenomozo, coqueto el muérgano.




domingo, 17 de marzo de 2024

EL AFÁN EDUCATIVO


 

Si hay una vaina que distingue al venezolano —posiblemente a otros países de América también, no lo sé— es la insistencia de que el muchacho estudie. Siempre me ha llamado la atención esa constante insistencia, la vengo oyendo desde que era muchacho y siempre me ha llamado la atención.

Se dice: “Estudia para que seas alguien”, “estudia para que no seas un pendejo”. Es una insistencia, incluso en gente que no ha podido estudiar, que apenas alcanzaron ciertos grados de la primaria sin culminar ésta. Se lo recomiendan a otros: a los hijos, a los sobrinos, a los primos. Insisten en que es necesario estudiar.

Esta insistencia popular se manifiesta de manera histórica en los preceptos fundacionales de la República. Porque es desde tales preceptos que se ha desbordado hasta el hacer popular. Leyendo a Augusto Mijares caigo en cuenta que ese interés está implícito en nuestro republicanismo, el ensayista señala: “el afán por desarrollar la educación como base de la República forma una tradición tan constante que ningún problema se queda sin explorar, y se establece definitivamente que la redención económica y política del pueblo ha de ser el objeto primordial de aquel propósito”[i].

El asunto educativo está en los cimientos y en la consolidación de la República. Algún maricón vendrá a decir que la educación que se da no vale una mierda, pero marico triste si sabes leer y medio escribir gracias a ese interés fundacional.

De allí que, en los diversos gobiernos, siempre la educación aparezca como un aspecto sensible a abordar. Como una preocupación. Una preocupación, por demás, popular. Porque así fue planteada en la “doctrina emancipadora”, dice Mijares.

Por eso podemos entender el esfuerzo de construir los grandes centros educativos que se inician en el gobierno de López Contreras y culminan con la Universidad Central de Venezuela. Posteriormente los centros educativos se seguirán construyendo en todo el país aunque, desgraciadamente, ya no con el mismo nivel arquitectónico.

De allí todo ese interés tan particular en el hacer venezolano. En este país, el más pelao tiene, por lo menos, dos títulos universitarios o de Técnico Superior. Hay manía por estudiar como una posibilidad económica-social, y esto se da también en la adquisición de oficios. Pero es que está en los preceptos fundacionales de la República.

Y ha sido preocupación tanto de gobiernos civiles como militares. Pues en ambos pervive, de distinta manera, el republicanismo.

Es bueno recodar esto porque es parte un hacer continuo que impregnó las propuestas fundacionales de la República, las cuales han perfilado un modo de ver el mundo. Pues nuestra visión de la educación es de una “educación popular” y de “orientación democrática”, como lo apunta Mijares. Y esto ha traído muchos enfrentamientos.

No sé cómo ha sido ni cómo es en otros países de la América. Pero en Venezuela es desde su fundación una preocupación de Estado. Con aciertos y con errores se ha considerado el valor de la educación en la construcción de la República, que como tal siempre está en formación y cambio.



[i] Augusto Mijares. Lo afirmativo Venezolano. Caracas, Monte Ávila Editores, p. 193.


jueves, 14 de marzo de 2024

DE LO QUE NADA EXISTE Y NO


Todos sabemos que ni los griegos ni Grecia existen. Eso de los griegos y de Grecia es un invento de los romanos. Aquellos se llaman a sí mismos helenos y no griegos. Pero al dominador le vale verga cómo te llamas tú, él te pone el nombre que quiere. Para eso es el dominador, para eso es Imperio.

Lo mismo pasa con los chinos y China, eso no existe. Ellos se han llaman con otro nombre. Parece que fueron los portugueses los que se vinieron a ponerle ese nombre de China. Después Mao dijo que era comunista y de ahí la canción.

El nombre es una imposición de uno sobre otro.

La misma historia se repite con África. África originalmente era una región, o un pueblo o algo así por los lados de Libia. No era todo el continente lo que se llamaba África, eso vino después. Un continente norte-sur es muy jodido por los cambios que presenta.

Todavía hay pendejos que creen que África es una unidad. Ni la de tu madre la es.

Y así con muchos pueblos y regiones. Alguien le ha puesto otro nombre del que tenían o el que se le pegó en gana al que manda.

A este continente le pusieron un nombre de mujer que era un hombre. La verga ya por ahí se empezó a complicar. También este es un continente sur-norte, arriba–abajo y estos tipos de continentes son jodidos por los cambios climáticos y toda una serie de asuntos.

El conquistador, por ser esa su condición, va nombrando las vainas como le salen del forro.

En estos días vi un vídeo donde un carajo decía, muy atinadamente, que cuando los de allá llegaron a acá, México no existía, pero tampoco España existía, porque esa verga era unos reinos que se la pasaban peleando entre ellos. Que la existencia de España vino después. Y la cosa es cierta.

Uno que no existe conquista a otro que tampoco existe. Así es la historia.

Hay que echarle bolas a esa vaina.

Incluso esa vaina que se llama Alemania existe después que nosotros éramos,  hace rato, República. Es jodida la vaina.

Ahora dicen que América se llama con un nombre de una gente que habitan en la actual Panamá, que era Colombia y antes otra. El continente no tenía un nombre común. Cada quién se llama como le daba la gana y llamaba a su conuco como quería.

Solo los dos grandes imperios amerindios habían impuesto sus nombres a ellos y a los que tenían bajo su dominio. Porque para eso eran imperios, no para dejarse mandar por otros. Después perdieron esa condición.

La verdad es que este mundo es un revoltijo, una zaranda de inequidades.

Si los Caribes, por ejemplo, hubiesen llegado a Europa se hubiesen entrado a trompada limpia con los de allá. Pero no se les ocurrió ir para esos lados o no pudieron llegar por falta de GPS y de satélites adecuados.

Después vivimos enrrollados que así no se llama esta vaina, que así no es. Que originaria era de otra forma. Toda esa vaina es válida. Pero el poder impone. Porque el poder se ejerce, dice el compadre Foucault.

Y se ejerce imponiendo nombre. Por eso, si no se han dado cuenta, el mandato bíblico es de que el menso de Adán les imponga nombre a todos los animales. Después Eva llamó a éste mamaguevo, pero no entremos en esas honduras.

Las ciudades son un acertijo de nombres, se le cambian los nombres a las calles, a las avenidas, las plazas, a los parques, a todo se le cambia de nombre según quien esté en el poder. Hasta los padres y las madres le imponen el nombre al muchacho, éste se acostumbra a ese nombre y después hasta le parece bonito.

El nombrar y renombrar es una manía de los humanos. Si vemos la historia muy pocos nombres de los pueblos y ciudades perduran. A uno le hablan de Guatire o Cartanal y uno no sabe que eso antes tenía otro nombre.

Por eso creo que no hay que preocuparse mucho por eso, porque ya llegará el día que lo bauticen con otro nombre. Nada perdura, en este mundo todo es mudable decía el viejo Platón. Y hasta tenía razón el muérgano.

 

jueves, 7 de marzo de 2024

JENÓFANES DE COLOFÓN Y LAS MUÑECAS DE TRAPO


 

Mientras intento hacer la tarea de la muñeca de trapo he estado pensando en esa vaina de lo antropológico que las muñecas tienen, y me acordé que hubo un filósofo griego que criticó esa manía nuestra por el antropomorfismo.

—Hay que buscar al viejo Diógenes Laercio, me dije.

Porque Laercio siempre cuenta algo en “Sobre las vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres”. Laercio, para quien no lo sabe, es el precursor del Tik Tok, del Only fans, de las revistas y programas televisivos de farándulas.

Pero no lo conseguí en éste y tuve que recurrir a Rodolfo Mondolfo, “Pensamiento Antiguo”. Y ahí estaba el compadre, preclaro como siempre.

Y esto pasa porque a medida que voy haciendo una muñeca de trapo, he hecho tres o mejor dicho dos y media, me doy cuenta que poco me importa el antropomorfismo de la muñeca, esto es, su parecido con lo humano. Poco me vale. A la larga, me interesa más la indumentaria y hacia esos lados tenderá a ir el trabajo a medida que dominé la tekné del trapo. El cuerpo solo será un soporte.

Además, me gusta coserlas poco, me gusta con pocas puntadas. Que queden todas desmadejadas, para que se parezcan a Joe Cocker cuando cantaba “Con una pequeña ayuda de mis amigos” o a Janis Joplin cuando tenía unas cuatro botellas entre pecho y espalda.

Me gusta ese aspecto.

Ni ponerles pantaletas, eso quita tiempo. Tanto en ponerlas como en quitarlas, Dígalo ahí.

¿Qué tiene que ver Jenófanes de Colofón con las muñecas de trapo? O ¿El culo con las pestañas? Estarán pensando.

Tal vez nada. Meras ganas de hablar guevonadas.

El asunto es que Jenófanes hace una crítica del antropomorfismo en la religión. La cual se puede extender a toda actividad humana. Pues, dice el filósofo “los mortales creen que los dioses tienen un nacimiento y vestiduras, voces y cuerpo similar al de ellos”; los Etíopes, por ejemplo, “representan a sus dioses chatos y negros, y los Tracios dicen que tienen los ojos azules y los cabellos rojos”.

Y aquí viene lo bueno, “si los bueyes, los caballos y los leones tuviesen manos y con ellas pudiesen dibujar y realizar obras como los hombres, los caballos dibujarían figuras de dioses semejantes a los caballos, y los bueyes a los bueyes, y formarían sus cuerpos a imitación del propio”.

La disertación de Jenófanes es genial. No tiene desperdicio. Es un crack.

Eso misma pasa con nosotros cuando empezamos a hacer representaciones humanas, cada vez las queremos hacer más parecidas a los humanos. Imitaciones, diría el viejo Platón.

Pero no hay necesidad de eso. Si uno quiere sí, pero no es necesario.

En mi caso, me gusta otra expresión plástica. Como esas modelos que las hacen muy abigarradas, donde la modelo es un soporte dentro de toda la escenografía. Me gusta eso, como las fotos que comparto en Arte y Ciencia Tercer Millenium. Hacia allá quiero ir, no sé si llegue. Y si no llego no habrá ningún problema. Me vale verga.

Dice el man de Colofón “Homero y Hesíodo han atribuido a los dioses, todas las cosas que son objeto de vergüenza y de censura entre los hombres: hurtos, adulterios y engaños recíprocos. Ellos han relatado, sobre los dioses, una cantidad de acciones contrarias a las leyes: hurtos, adulterios y engaños recíprocos”. Por eso las muñecas tienen relatos, por los atributos que les otorgamos.

Desde muñecadetrapo reportando.

No he resulto la vaina del tul. Unos tres coñazos me ganaré.


domingo, 18 de febrero de 2024

EL APRENDIZ DE MUÑECAS DE TRAPO


 

Empecé este año a indagar sobre las técnicas de la elaboración de las muñecas de trapo, porque el año pasado estuve tras las muñequeras para ir aprendiendo en qué consistía ese mundo.

Ese trabajo casi lo tengo listo. Pero como se jodieron los PC tuve que dejar el trabajo temporalmente en la cuneta. Lo he ofrecido a dos instituciones y ni bolas me han parado, de eso escribiré en otra oportunidad.

Ahora voy a otra verga. La Sharira me reclamó que el trabajo era sobre las muñequeras y no sobre las muñecas de trapo, como ella sabe de esa vaina es fácil hacer la observación. Pero yo no sabía una mierda sobre las muñecas de trapo. Por eso tuve que comenzar por lo más evidente, como recomendaba el viejo Aristóteles, por las muñequeras.

Quienes son esas mujeres que hacen las muñecas. El trabajo va coqueto. Pero una vaina es ver las muñecas y otra es saber cuáles son las técnicas de cómo se elaboran y de dónde vienen esas técnicas.

Primero, tenemos que tener en cuenta que si son de trapo vienen de una cultura textil. Por el contrario, nuestros muchachos indovenezolanos antes que fuesen venezolanos previendo que se venían los tiempos del tik tok y de las only fans andaban en cueros, en pelota. A lo sumo un taparrabo.

Los indovenezolanos son de una cultura vegetal. Por tanto, no podían hacer muñecas de trapo, las hacían de fibra vegetal. La peruana y mexicana si son textiles y seguro ellos si hicieron muñecas o muñecos de trapo. Nosotros no.

Pero esto es otra vaina. Vamos al tema

La verga es esta, tengo que descubrir lo que ya está descubierto: Cómo se hacen técnicamente las muñecas de trapo. Y vuala, la Clairet se aparece que va a dictar un taller de elaboración de muñecas de trapo, allá en La Casona. Del carajo, y para allá me fui.

No es que yo quiera convertirme en muñequero, no esa no es la vaina. La vaina es como dice el compadre Hegel, si quereis aprender a nadar te tenei que lanzar de cabeza al agua. Y eso fue lo que hice.

Me puse a revisar las muñecas que sacaba la Clairet del bolso del Gato Félix. La vaina tiene muchas divisiones y subdivisiones en tipos de muñecas. Creo que las técnicas básicas de elaboración son pocas. Lo sospecho. Pero también de eso hablaré en otro momento.

Me puse a hacer mi muñeca pensando varias cosas que había estado conversando con Elva Villegas y que tengo que seguir conversando. Empezamos con la técnica de rollito, con la tela o el trapo se hace un rollito, en este caso para la cabeza y el torso, porque uno de primera no se puede lanzar en honduras. Porque se lo lleva el caimán.

Pero a medida que pasaba el tiempo la muñequita se iba pareciendo a Linda Blair, y pensé:

—¿Dónde habrá una iglesia por aquí cerca? Por si me toca llevar a exorcizar a esta muñeca…

Cabeza, tronco, extremidades superiores e inferiores y cabello. Además le puse unos ojos con unas peloticas no recuerdo de qué, y quedó medio bizca. La boca medio se la cosí y quedó como arrecha o si hubiese pasado una arrechera mientras buscaba la bolsa del CLAP.

La muñequita está en pelota, como dios la trajo al mundo. Falta trabajo porque hay que vestirla, pero más adelante. Porque el taller dura hasta la segunda venida de Cristo.

Elva, a quien ya menté, me estuvo explicando de las muñecas Abayomi, que son anudadas. Mucho más sencillas o básicas. Deseo he estado investigando sobre el peo de la esclavitud. Porque creo que hay ciertos cuentos.

La vaina es que ya comencé a ver y a medio entender cómo se hacen las muñecas de trapo, es una tekné diría el divino Platón. La indagación es interesante, la vaina va a ser cómo expresar el proceso de elaboración tengo inventar una vaina buena.

Aquí vamos. No vaya a ser que me pase como el aprendiz de brujo.


domingo, 11 de febrero de 2024

DE CARAPITA A ANTÍMANO


 

Hoy fui a Antímano, no iba pa’ esa verga desde 1984. Después diré porque fui esa vez. Llegué a la Estación del Metro de Carapita y ahí me bajé, porque el año pasado había caminado desde Carapita hasta La Yaguara, por una verga que se me ha metido en la cabeza. Y tenía pendiente ir desde Carapita hasta Antímano para ver cómo es la verga por esos lados. El propósito estaba pendiente y hoy lo hice.

Como ya dije me bajé en la Carapita y cruce para la acera norte, porque lo que me interesaba ver, en perspectiva, era la acera sur. Además, en la acera norte es donde está el perreo, el comercio, la verga de triana. Hay que estar pilas porque la Intercomunal de Antímano es ancha y lo pueden machacar a uno.

Empecé a echarle pata al asunto, pero está el distribuidor y ahí los caminos se bifurcan, como diría Borges. La verga medio se complica, porque hay que agarrar para un lado u otro. Vi que unos muchachos cruzaron la Avenida, saltaron un muro, cayeron al otro lado y siguieron caminando.

—Por ahí es la verga, me dije.

Y me fui detrás de esos muchachos. No me llevé nada, ni el morralito tricolor siquiera. Porque, según la metodología, estaba en una metodología exploratoria, estaba conociendo la zona.

No sé cómo como coño se llama la calle por donde caminé, ni me fijé. Porque iba más pendiente de los negocios y de qué hacia la gente. Tampoco se cuánta es la distancia que hay desde Carapita hasta Antímano, pero eso es pan comio; porque todas las tardes camino hasta Parque del Este y me regreso caminando. Por tanto, ya estaba entrenado para la caminata.




A la distancia se ve la Estación Antímano, que ahora sé que no está en Antímano, sino antes de llegar al pueblo. Vergas de la vida. Llegué al parque, donde se hace una Y, que es la entrada o salida del pueblo. Iba como una lombriz, y me dije voy a pasar por la iglesia de Antímano.

Y la iglesia es la razón por la cual yo fui a Antímano hace unos cuarenta años atrás. Por allá en 1984-1985. Porque estudiaba, creo Historia, o una materia semejante con el profesor Leszek Zawisza, y el trabajo del semestre fue hacer un levantamiento de esa iglesia. Cómo coño e la madre llegué a Antímano no recuerdo ni sé. El Metro para Caricuao, todavía no estaba en servicio. Creo que esa verga empezó a funcionar como en los noventa.

Lo verga fue que fui varias veces a tomarle fotos a la iglesia, hacer la planta de arquitectura, que es una planta en cruz; las fachadas y los cortes. En eso consistía el trabajo del semestre, que era parte de alguna investigación del profesor  Zawisza. Hasta un cirio me robé de esa iglesia, un cirio amarillo, como de más de medio metro. Qué se hizo no sé, debe haberse perdido en una de esas mudanzas.

Tampoco recuerdo cuanta nota saqué en esa materia.

La iglesia de Antímano es neoclásica, bella iglesia. Hoy estaba cerrada. En aquel tiempo yo entraba a esa iglesia como perro por su casa, no había ni cura. Yo nunca vi a ninguno, me metía a la sacristía, de ahí fue donde me robé el cirio. Subía para una verga que hay frente al pulpito, entraba a unos cuartos donde había unos santos y unos vestidos de vírgenes y otras vainas más. Y nunca nadie me dijo un coño. No recuerdo si estaba cercada, hoy si lo está.

Al frente de la iglesia hay un Cristo. Creo que en aquel tiempo no estaba, no lo recuerdo. Pensé que era un Cristo redentor, pero no tiene los brazos extendidos. Tiene los brazos extendido a los costados del cuerpo, no le vi ningún corazón en las manos. No sé a cuál iconografía pertenece, la próxima vez lo averiguo.




Después de ver la iglesia seguí caminando y como a dos cuadras está la plaza. Verga rara, la plaza Bolívar no está frente a la iglesia, como es costumbre. Tampoco el Bolívar de la plaza se parece un coño e la madre a Bolívar. El pedestal está de la puta madre, es de acero inoxidable. Pero el busto de El Libertador, no se parece un coño. Yo pensé que era otro carajo.

Porque aunque a mí no me gustan las plazas Bolívar, siempre miro la escultura y le tomo fotos. Pero ese carajo no se parece en nada a Bolívar.

—Pa’ allá queda la Guzmania, voy a verla. Me dije.

Y seguí caminando una cuadra más. Antímano es un pueblo de dos calles, una para ir y la otra pa’ venir. Así de simple. Pero fue un pueblo muy importante, porque por ahí era la entrada occidental hacia Caracas. Su importancia la perdió cuando abrieron la entrada por la bajada de Tazón. Una vaina reciente. Hasta la década de los cincuenta era un pueblo importante y con mucho movimiento de dinero.

Además, Antímano es el pueblo der Diablo de la Salsa, Oscar d’ León. De los lados del cementerio de Antímano es Oscar d’ León

Cuando llego a la cuadra donde está La Guzmania me doy cuenta, por primera vez, que ahí al frente de la casa de campo de Guzmán Blanco está la Estación del Metro Mamerto Chaparro. Nunca en la puta vida se me había ocurrido que la Estación Mamera está ubicada al frente de la Guzmania. Me había bajado muchas veces en esa estación, que es una estación muy bella, de una gran arquitectura; porque uno se baja a tomar el Metro si va para Zoológico o Las Adjuntas. Pero nunca había salido de la estación. Coño e la madre.

Ahora en la cuadra de la Guzmania hay un campito de beisbol, antes no lo había. Me fui bordeando la cuadra por frente al Cerro El Calvario, que hoy me enteré que se llama así. Y le di la vuelta buscando la entrada para meterme a ver la casa del Manganzón, del hijo del Padre de la Mentira como lo mentó el Taita Páez. La casa de campo de Guzmán Blanco.



A la entrada había una muchacha y unos policías, y pregunté si se podía pasar a visitar la casa. Como uno tiene cierto parecido con Brad Pitt y además es guapo, la muchacha me dijo cómo que me había visto en alguna parte, yo lo dije que trabajaba en la Ítaca laboral. Y de una vez buscó la llave de la casa, porque ella es una de las personas que hace la visita guiada a la casa museo.

Muy amable esta muchacha. La Guzmania está muy bella, fue restaurada entre el 2018 y 2021 cuando culminaron los trabajos de restauración y recreación de los ambientes. Además, hoy había un sol tropical con una brisa fresca, que hacia la visita algo muy agradable.

Vale ir a la Guzmania, es un centro cultural. Algunas semanas hay noche de boleros; otras en el anfiteatro al aire libre tocan salsa, tiene el campito de beisbol. Está del carajo. Muy bella la cuadra de la Guzmania, y a pata de mingo de la Estación Mamera. La Estación está al frente, cara con cara.