jueves, 16 de mayo de 2024

CALIFORNIA–PETARE


 

Dirán las feministas que es patriarcal y machista que Altagracia sea de Orituco. ¡Aja! Pero qué dicen que Los Cortijos es de Lourdes y son varios de esta señora, eso debe ser como una orgía o una redoblona.

Pero no es de esas vainas que voy a comentar, sino que esta mañana me largué para la estación del Metro de La Californication. Porque nosotros somos malandros; la Real Academia dice expresamente que los sustantivos no llevan artículo. Pero nosotros decimos: ¨allá viene la María¨, ¨dónde está el Juan¨. Debe ser que por esa vaina que le pusieron a esa estación La California, y no California pelao.

Me bajé en La Californication y me zumbé vía Petare, porque tenía tiempo con ganas de hacer ese recorrido, desde que el año pasado regresé a Petare barrio de Pakistán, dice la canción. Aunque en verdad, la mera verdad Petare es el pueblo, no todo el gigantesco barrio. Pero ni modo, ya la cosa es así y punto.

Desde La California hasta el Pérez de León hay como un kilómetro de distancia, nada del otro mundo. La Francisquete es una avenida amplia y hay comercio de todo tipo y calibre. Como cualquier otro sector de Caracas, nada excepcional. El Campo Rico se ve interesante, pero uno no puede meterse por ahí sino va a buscar a alguien o la muerte.

Pero la vaina da risa cuando uno lee el aviso que guinda de la antigua autopista Francisco Fajardo, el cual dice ¨BIENVENIDOS A PETARE¨. Puta madre, debe ser una ironia de la vida. A lo mejor lo escribió Sócrates, que era el amo y señor de la ironía. ¿Quién coño va a ser bienvenido a Petare? Ni la bolsa CLAP, ni las bombonas de gas son bienvenidas, mucho menos uno.

La cosa ahí abajo, después que uno pasa el Pérez de León, es intensa. Pero ya uno está acostumbrado porque viene de los lados de Carapita, Mamera, Catia, El Valle y uno se siente como en casa. Claro, que yo me llevo, y lo tengo para eso, el morralito tricolor que es como un talismán, un tótem. Y camino por todo eso, sin entrar al barrio, que tampoco hay mucho que ver, lo que hay son historias y eso es lo interesante, de resto son ranchos ensamblados a lo Moshe Safdie.

Me llegué hasta más allá de puente Baloa y pasa una vaina extraña con este puto puente, porque desde El Silencio, los peluches van gritando: ¨Petare, puente Baloa; Petare, puente Baloa¨ y cuando uno llega a esa mierda nadie lo mienta. En puente Baloa eché una breve mirada para abajo, para El Guaire, y me fijé que había un rancho donde están criando tres cochinos, no papeados como dijo aquel, pero ahí van. En cualquier momento les llega su sábado a esos cochinos.

Me llegué hasta la bomba de gasolina, miré para la Río de Janeiro, la avenida. No estaba en Brasil. Crucé y me a orillé al barrio, para venirme caminando por la otra acera y poder mirar la otra vista de la avenida.

Los llamados sectores populares, debe ser que en los otros sectores no vive el pueblo, son interesantes por el mierdero que ahí se genera. Ahí convive dios y el diablo en pantaleta. Toda verga está junta, lo sagrado y lo profano. Ahí todo fluye, Heráclito estaría encantado de andar en medio de ese verguero.

El Bolívar que está cerca del Metro no le llega ni por los cojones al Sucre que está en el Casco Histórico de Petare, ese Sucre es imponente, tiene lo suyo. El Bolívar, en cambio, está disminuido.

Me regresé de nuevo hasta La California. Si a esos vergos verticales, creo que se llaman gimnasios verticales, no le echan una mano de pintura los van a que tener que cerrar, porque no va haber vacuna antitetánica para salvar a la gente cuando se rocen con la corrosión de los mismos.

Ya en el Metro, como siempre, apareció el carajo con demencia senil. Porque verga, ese Metro del coño se está convirtiendo en un recoge locos. Como los viejos no pagamos pasajes, entra a esa vaina cada carajo con demencia senil a ponerse a hablar guevonadas y a toda jeta. El que estaba hoy empezó a hablar mal de gobierno y ya iba por Corea del Norte, hasta que de pronto llegó a que ahora los hombres usan pantalones para que se les marquen las nalgas y se pintan el pelo de rosado.

Se bajó no sé dónde coño, pero ya venía de regreso un Metrobodega ofreciendo ¨caramelos contra la esquizofrenia¨, esos caramelos los estará fabricando Freud. ¨Caramelos contra la caída del pelo y para hacer crecer el pelo¨, todos esos en la misma bolsa de Chau. La verga que se ven ese Metro.

Ya terminada mi ocupación del día me bajé en Sabana Gay y me vine para la rancha. Me quedó pendiente otro proyecto que se me ocurrió en Petare, pero primero tengo que ir para La Yaguara, eso será la próxima semana.

No tomé fotos porque no iba a eso.


jueves, 9 de mayo de 2024

UN ADIÓS


 

Temblando nos abrazamos y empezamos a llorar por nuestra mutua soledad, sollozamos con tal fuerza que nos quedamos sin aliento. Y, sin embargo, seguimos estando juntos.

Solo nos volteamos a mirarnos para levantar nuestras manos y decirnos adiós. Día tras día, vagamos por calles de ciudades diferentes, tan a la deriva y sin rumbo como esas hojas que flotan en el río, y tan malditamente desamparados como trozos de papel arrastrados por el viento por el medio de la calle.

Así quedamos tú sin mí y yo sin vos.

No sabíamos qué hacer con tanta soledad; solo caminábamos, nos sentábamos cuando estábamos cansados, o bebíamos agua de algún grifo cuando la sed nos obligaba. La vida se nos convirtió en un banquete de sobras para cuando tuviésemos hambre.

Nos dimos cuenta de que el querer dolía. Por eso cuando llegamos al poste de luz de aquella calle oscura nos frotamos los ojos con las manos, porque comprendimos, sin saberlo, que estábamos llorando.

Seguimos caminando juntos sin hablarnos y un viento hizo que se nos cayeran las lágrimas al suelo. Qué importa ya dónde estemos o con quién estemos, ya eso no importa. No había nada que asegurara que debiésemos estar juntos. Eso solo lo creen los creyentes.

El amor es de ateos.

De gente que sabe que no hay nada en el universo, que todas esas cosas son inventos para ahorrarnos la angustia de la soledad. Para no sentirnos tan huérfanos y tan pequeños. Por eso estiramos la mano cuando en la calle comienza a llover, como si la mano no fuese parte de nuestro cuerpo.


domingo, 5 de mayo de 2024

SÁNCHEZ VEGAS Y LOS EJES URBANOS

 


Este viernes pasado, ya salido de la Ítaca laboral me encontraba esperando el vagón en el andén del Metro de Bellas Artes cuando vi al amigo Sánchez Vegas, quien se veía con cara de cansancio tropical, ese que produce el sol inmisericorde a lo largo de todo el día. Lo más probable es que yo tenía un modelo semejante, porque eran las dos de la tarde, en un día con mucha bruma producida por la sequía y las quemazones. O tal vez porque la fumadera de marihuana era muy grande desde la mañana en esta ciudad.

Nos saludamos y dejamos, por precaución, pasar un vagón porque venía a nivel de sardina al vapor. Comenzamos a conversar porque a una buena conversa jamás se le saca el cuerpo, más bien uno se mete al cuerpo a cuerpo cual Ali con Frazer.

Me dijo que en la retrospectiva que expuso en la Galería de Arte Nacional, el año pasado, se atendieron más 75 mil personas, él solo atendió a más de 16 mil en visitas guiadas y otros encuentros que se llevaron a cabo. Realizó un performance con la bellezura de Joselyn. Me alegra, en verdad, que su muestra haya sido todo un acontecimiento museográfico, porque es un carajo que le ha echao bolas al hacer plástico. Ahora está preparando otra muestra en el Museo de Bellas Artes, está a la espera que culminen las reparaciones del museo.

Me contó varias anécdotas que han configurado el día a día del mundo del arte. La relación traumática entre el Museo de Bellas Artes (MBA) y la Galería de Arte Nacional (GAN), desde que esta última fue puesta en funcionamiento (1 de octubre de 1974). Porque me contó que aquello fue un asalto, un golpe de Estado fue la expresión que utilizó, que realizaron Alejandro Otero, Miguel Otero Silva y Manuel Espinoza contra el Museo de Bellas Artes que en ese entonces dirigía Miguel Arroyo (años de gestión 1959-1976).

Pues al crearse la Galería de Artes Nacional esta institución se apropió del edificio viejo y parte de la colección que tenía el Museo de Bellas Artes de artistas nacionales. Esto ha sido traumático hasta el día de hoy, porque aun cuando la GAN tiene posee su sede propia sigue en disputa la colección del Museo de Bellas Artes.

Viendo el asunto a la distancia, uno puede pensar que con esa acción por parte de la GAN se perdieron varias posibilidades: La primera, que se perdió de construir la sede de la GAN en ese momento, pues estamos hablando del primer gobierno del compadre Carlos Andrés Pérez y esta gente de la GAN tenía influencia hasta los más altos niveles del gobierno; cosa importante en ese momento es que había dinero por el boom petrolero y Pérez se pensaba con proyección histórica; le hubiese encantado inaugurar esa sede para la historia.

Segunda cosa, al apropiarse de la colección del MBA se perdió la oportunidad de hacer el inventario nacional de los artistas venezolanos en ese momento. No se hizo un registro nacional. Tercero, que la GAN visitara los talleres de los artistas a nivel nacional y comprara, había dinero para eso, las mejores obras de éstos.

Parece que se apresuraron, por alguna razón, y se perdieron oportunidades que luego no fue posible recuperar porque las condiciones del país habían cambiado.

Otra vaina que me contó Sánchez Vegas es que la actual sede de la GAN fue originariamente concebida para la Asociación Venezolana de Orquideología, esto hay que averiguarlo entre los chismosos de la Nación. Porque en 1988 se empezó a hablar de la sede de la GAN y apareció la maqueta expuesta en su sede. Además, como el edificio permanecía inacabado la gente de la Imprenta Nacional quiso echarle mano, pero los de la GAN se fueron para allá y ¨montaron un campamento¨, palabras de Sánchez Vegas, para no perder su mierda.

Y así, a troche y moche, va la historia de la Galería de Arte Nacional. Pero esa gente está haciendo un trabajo arrecho para salir a flote nuevamente.

Toda esta vaina la conoce Sánchez Vegas porque él ha sido y es actor de primera mano y de primera fila de muchos haceres culturales no históricos, pero si anecdóticos. Los cuales siempre son mucho más interesantes para los dedicados a los recovecos del día a día.

Entre lo que me contó dejo dos pendientes: los rechazados y los integrantes del boom del dibujo en Venezuela. Estas las voy a dejar para más luego.




Otro asunto muy interesante que me contó fue la diferencia de enfoque que se dio, durante el gobierno de Pérez Jiménez, por parte de los arquitectos caraqueños con respecto a Caracas. Esto me interesó porque yo me había preguntado de ¿cómo carajo se explica la convivencia simultanea de dos concepciones estéticas tan disimiles como son la Universidad Central de Venezuela y Los Proceres? Porque ambos proyectos y obras se dieron al mismo tiempo.

Me contó, el pana Sánchez Vegas, que de la Universidad Central hacia el Centro de Caracas predominó la tendencia modernista inaugurada con el Plan Monumental de Caracas de 1939 elaborado por el equipo de urbanistas franceses, continuada posteriormente por Rotival, Villanueva y los acólitos a esta concepción.

Que para mí es una expresión arquitectónica del positivismo venezolano, cosa que plantee en ¨1939, Claro/Oscuro¨.

La otra tendencia también modernista, que serpentea por el Paseo Los Ilustres desemboca en Los Próceres y abarca el sector de la Avenida Victoria hasta el Helicoide, estuvo comandada por unos arquitectos, entre ellos Wallis, que tenían relación con los italianos del grupo Domus. Esto explica esa concepción italianizante neoclásica del eje Los Ilustres - Los Próceres y del sector de la Avenida Victoria.

Para la historia de la arquitectura local, la tendencia Villanueva fue más fuerte en el sentido de imponer su relevancia y minimizar la otra tendencia. Se habla mucho sobre la Ciudad Universitaria y el eje de la Avenida Bolívar, pero poco del eje patriótico de Los Próceres. Aunque ambos, en última instancia, son ejes patrióticos con perspectivas y concepciones estéticas diferentes.

Aquí hay que meter una acotación, para añadir y especular que la presencia de Sofía Imber, con el apoyo de Guillermo Meneses, cambiaron la visión arquitectónica de Villanueva sobre la Universidad Central de Venezuela (UCV), ya que sin esta presencia posiblemente el lenguaje arquitectónico y artístico de la UCV hubiese sido más modesto y recatado, como lo anunciaban el Hospital Universitario, la Facultad de Medicina y la trayectoria del arquitecto jefe del proyecto. Pero se produjo un salto inesperado y aquí es donde debe tener su participación Meneses como negociador con el gobierno de turno, para que éste aceptara el nuevo lenguaje arquitectónico.

Volviendo al asunto de ambos ejes, debemos entender que éstos son expresión de la misma herencia positivista venezolana expresada con manifestaciones arquitectónicas diferentes. Junto a este positivismo que también encarna el perezjimenismo está la tendencia desarrollista presente en América del Sur en ese momento histórico y con la cual comulga Pérez Jiménez.

La convivencia de por lo menos dos tendencias o visiones arquitectónicas es lo que explica que un mismo gobierno construya y sea garante de dos arquitecturas tan disimiles.

A estas dos tendencias arquitectónicas, hay que agregar la tendencia estadounidense producto de la presencia de la industria petrolera. De la cual, la Sala Trasnocho Cultural, en el 2017, presentó la muestra “Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975: OUR architects”. Esta tendencia fue puntual, expresada en los edificios sedes de la industria petrolera presente en Caracas.

Estas concepciones no son las únicas que se han dado con respecto a Caracas, hay otras a la espera de ser mostradas.


jueves, 2 de mayo de 2024

LA GERENCIA COMPULSIVA Y LAS CAGADAS HUMANAS


 

La gerencia compulsiva es el resultado y el producto de lo no planificado. De la ausencia de una planificación mínima. De lo que va saliendo como puede. Además, contiene en sí al gerente que quiere todo para ayer. Porque éste cree que con esa actitud va a solucionar la falta de previsión y planificación.

Por el contrario, la agrava; pero a él no se le puede decir nada. Porque, además, de no planificar es estúpido. Y todo estúpido actúa compulsivamente en un intento de enmendar la cagada que ya ha puesto.

Este tipo de gerencia siempre está, y permanece, en el vamos hacer. Nunca hace. Y no puede hacer nada porque no planifica. Todo es compulsivo, el inicio y el final, que es corto.

Irse de pronto para la playa con los amigos puede ser una experiencia espontanea del carajo, y de allí el dicho de que lo espontáneo es lo mejor. Pero una operación a corazón abierto o la construcción de un rascacielos tal vez no lo sea.

Imaginemos a unas de esas personas que ama lo espontaneo, lo que se hace emocionalmente, que de pronto un medico le diga que hay que someterla a una operación. Que no se preocupe que el día de la operación van resolviendo como se puedan. O esa misma persona va a comprar un apartamento y el vendedor inmobiliario le diga que en los cálculos estructurales de ese edificio se hicieron de manera espontánea, a veces el ingeniero otras veces la secretaria de la oficina, quien iba llegando le iba metiendo mano al cálculo. Y que la construcción del edificio fue algo semejante con lo que iban consiguiendo lo fueron construyendo.

Tal vez no le guste mucho ninguna de las dos propuestas, aunque sea muy amante de la espontaneidad. Porque él quiere una operación con todo planificado, y el edificio donde va a vivir que no sea una chapuza ni de ingeniería ni de arquitectura.

Tal vez ahí no se queje de los que él llama cabeza cuadrada.

Así pasa con un mínimo de la gerencia. Se espera que tenga por lo menos un poco de sentido común y de previsión, para saber que se tiene que hacer a mediano plazo, en los próximos tres meses por lo menos.

Que la gente la cague no es el problema, sino que el personal se vea envuelto en esa cagada es lo preocupante. Porque la no planificación arrastra al personal, y lo más probable es que sea a ese personal al que se le eche la culpa porque la vaina no funciona.

Porque el guevón es siempre el que la va a pagar, téngalo por seguro.

Luego vienen los de las ideas brillantes, esas que resplandecen hasta cegarlo a uno.

Un carajo me decía que él le había enviado una propuesta a un ministro, una propuesta del carajo, redonda. Donde le planteaba la necesidad de implementar o activar ese eje que hay entre los museos para que los artistas vendieran sus piezas, que se diseñaran unos quioscos bien diseñados, hasta se podía llamar a concurso para esos diseños.

Yo lo miraba y pensaba: Éste es otro guevón que se cree que se la está comiendo.

En eso le dije:

—Eso es plata. Tú le estas enviando al ministro una propuesta donde tú no pones nada y quiere que te den plata.

Este carajo es el eterno pedigüeño que no aporta nada, que no propone una solución sino un problema. Y cree que está botado.

Como el mendigo que pasó cuando yo estaba comprando unos caramelos en la calle, que cuestan 1 bolívar cada uno. El mendigo le pide al vendedor y éste, que está en esa verga desde la 8 de la mañana porque yo lo veo cuando paso a esa hora, saca dos billetes de 10 bolívares y entiende la mano para darle los billetes. El mendigo le dijo que esos billetes no valían nada y no se los recibió.

Una patada por ese culo provocó darle al comemierda.

Así actúa el carajo de la supuesta propuesta. Él no está haciendo ninguna propuesta, lo que está es mendingando con la misma arrogancia del mendigo de mierda.

Una propuesta es la búsqueda de una solución. No enredar el papagayo, para ver que recojo en río revuelto.

La vaina es arrecha cuando uno no entiende lo que está haciendo y cree que está volando. La estrellada va a ser de la puta madre.