Desde
que se inventó la desdichada y triunfal frase “tienes que salir de tu zona de
confort” esta sociedad se ha convertido en la sociedad de la incomodidad. Cada
vez que alguien está tranquilo se le condena a que tiene que salir de su
confort. ¿Cómo estarán haciendo los hedonistas que son tan dados al confort?
Alguno
dirá que estamos en la sociedad post-hedonista. Lo cual no es cierto, mucha
gente anda disfrutando de los placeres sibaríticos, otros solo mirando a éstos.
Pero en fin alguien ha dado la orden de vivir en la incomodidad y todos hacemos
loas y decimos amén a este mandato.
Cada
vez que repetimos la infame frase nos creemos que somos originales. Hay una
viñeta en las redes sociales que reza: “Tuve que hacerte sentir incómodo, de lo
contrario nunca te habrías movido. El universo”. La insensatez llega hasta
creer que el universo está preocupado por nosotros y por eso nos obliga a
movernos. A estar incómodos.
¿Qué
pasó con la comodidad que antes se buscaba? Debe ser que gracias a la
tecnología y a las maquinas que resuelven gran parte del hacer físico estamos
tan cómodos que ahora necesitamos buscar la incomodidad. Estamos cansados de la
ociosidad corporal y mental.
No
podemos permitirnos llegar a ninguna zona de comodidad y si llegamos a ella
tenemos que salir de ésta inmediatamente y ponernos a hacer algo que nos haga
sentirse incómodos. Estamos pasados de estúpidos al hacerle caso a gente que
nos dice eso mientras ellos están muy bien apoltronados, gracias a nuestra
incomodidad.
Estamos
inducidos a hacer lo que nos dicen, nos gusta ser mandados. Si nos dicen que
tenemos que estar incómodos nos ponemos incómodos y buscamos todos los
argumentos posibles para justificar esa gran idea que nos han metido en la
cabeza.
Solo
una sociedad ociosa puede aceptar el mandamiento de salir de la zona de
confort. Algunos gurús replicarán que es un asunto psicológico no material.
¿Cuál es la diferencia? Es igual nos están ordenando ponernos incómodos. Acaso
estos panfletarios tienen la razón. En última instancia es solo el marketing de
una vil frase que se ha hecho triunfal.
Muchos
repiten la desacertada frase de la boca para fuera mientras disfrutan de lo
poco que han alcanzado, que ya es bastante. Para vivir con todas las circunstancias
que en éste se dan no hace falta salir de ninguna zona de confort, solo hay que
vivir de manera reflexiva tal como lo recomendaba Sócrates.
Incluso
vivir atentos a esos falsos gurús, a sus ideas panfletarias y simplistas; que
hacen más mal que bien. Esas frases que se convierten en universales y
repetimos como loros, son muchas veces la preocupación de un individuo y nada
más. Que tiene la fortuna de ser una frase dicha por alguien que tiene talento
para las frases memorables. De allí que se hacen pegajosas, hoy dice viral.
Se
busca conciliar salir del confort con la economía del bienestar, con la felicidad
momentánea y de satisfacción vital. Todo un revoltijo de cosas indigeribles que
termina nuevamente en frustraciones. La mentada zona de confort es un lujo no
reconocido de unos pocos.
Lo que tenemos que hacer es gestionar nuestras
expectativas valorando hasta qué punto nuestro vivir tiene sentido y en qué
medida lo buscamos. Atender nuestra experiencia vivida, dejar de ser mandados y
asumir el gobierno de nosotros mismos.
Debemos
hacer uso de la reflexión y del razonamiento para analizar y argumentar las
ideas de otros. Evitar que los mercachifles nos vengan con cuentos de camino,
con supercherías emocionales y baratijas del pensamiento triunfalista.
Es
necesario desmontar cada argumento falaz porque éstos nos empujan hacia
comportamientos adquiridos e irreflexivos, que nos llevan a consumir una serie
de ideas superfluas que no tienen nada que ver con nuestro hacer. Evaluar los
diferentes productos que nos venden como panaceas para la felicidad, cuando aún
no sabemos que es ésta.
La
idea de todo esto es que construyamos nuestro pensamiento de acuerdo a nuestro
hacer, que lo podamos adaptar a nuestras necesidades y circunstancias. Nuestra
tarea es ver más allá de los engañosos fantasmas y sombras de la percepción
cotidiana para comprender las formas verdaderas de nuestra existencia. La
falacia de la zona de confort tiene que ser discutida para saber si nos compete
o no.
CONSULTORÍA
Y ASESORÍA FILOSÓFICA
Referencias:
Blogger: http://obeddelfin.blogspot.com/
Wordpress:
https://coasfiobeddelfinblog.wordpress.com/
Twitter: @obeddelfin
No hay comentarios:
Publicar un comentario