Simple etimológicamente proviene del latín “simplus” que significa lo que está
formado por un solo elemento, lo que es solo lo que se dice, aquello que carece
de composición, algo que está integrado por un único elemento; lo que es sencillo
y no presenta complicaciones o dificultades. Traigo este término a colación
porque nuestro hacer productivo debe estar signado por la máxima de hacer algo
simple o pensar lo que es simple.
Platón habló que «las ideas» eran simples, para Parménides
era «el ser», para Heráclito «el logos», para los pitagóricos «el número»; «el
átomo» para Demócrito y Epicuro, para Plotino «el Uno», «la ataraxia» para los
estoicos; «el placer» los hedonistas. Todas en su fundamento son ideas simples.
Descartes habló de «ideas claras y distintas», a Guillermo
de Ockham se le atribuye la expresión «no hay que multiplicar los entes sin
necesidad» que se conoce como «la navaja de Ockam»; Leibniz habló de las mónadas
como sustancias simples, sin partes, no tienen extensión… Podríamos seguir con
otros ejemplos más para mostrar la importancia de un hacer fundamentado en lo
que es simple.
La búsqueda de la esencia en filosofía es la búsqueda del
concepto o substancia simple. Y así debe ser. Todo el constructo filosófico de
cualquier filósofo se fundamenta en una idea simple, que éste repite hasta el
cansancio en toda su obra.
Bill Gates expande el uso de las computadoras al producir la
idea simple del sistema operativo Windows, que revolucionó y popularizó el uso
de las computadoras, hoy en día hasta los gatos pueden usar una computadora sin hacer ningún esfuerzo especializado. Lo mismo
hizo Mark Zuckerberg al implementar la aplicación Facebook.
Las ideas y los productos simples alcanzan muy rápida
acogida en el público y los usuarios. Eso lo podemos apreciar en muchos
productos alimenticios: la empanada, el sándwich, el hot dog, los cereales;
éstos son ideas simples de alimentos para consumir y por ello son tan exitosas.
En la ropa y el calzado sucede lo mismo.
La mayoría de los productos que consumimos son ideas
simples. Otras son ideas simbólicas como es el caso de los vehículos, que han
desplazado la simplicidad del Volkswagen, del Toyota Fj40, del Citroën, por ejemplo.
Aunque la conducción de cualquiera de ellos —de lujo o no— es un proceso simple
y esto es lo que prima.
Hay otras cosas que son ideas complicadas, tomemos por
ejemplo, la filosofía. Que como bien decía García Bacca debiésemos decir mejor
las filosofías, en plural porque son varias las áreas de conocimiento que la
conforman. Volviendo a la idea complicada de ésta, cuando uno menciona la
palabra filosofía la gente arruga la cara y se retuerce en una expresión de
rechazo porque lo que viene a su mente es algo complicado.
Y así desgraciadamente se vende ésta, como una idea
complicada por lo cual nunca será un éxito de ventas. Ahora bien, la filosofía
no es la única área de conocimiento a la que le sucede esto, podemos decir lo
mismo con respecto a la psicología, las matemáticas, la física, la astronomía,
la medicina aunque de ésta la gente piensa que es solo recetar medicamentos; y así
con todas las carreras universitarias. Aunque unas desde afuera parecen más
accesibles que otras, como por ejemplo «hacer planos» para el caso de los
arquitectos o «hacer dibujitos» para el de los diseñadores gráficos.
No obstante, insisto si queremos producir un hacer o una
idea ésta tiene que ser simple. Estar formada por un solo elemento claro y
distinto.
Los best seller son obras literarias de gran triunfo de
ventas porque son obras que captan fácilmente la atención del lector al tener un
estilo y un vocabulario sencillos, por esto se convierten en grandes éxitos de
ventas. Porque todos los best seller son simples. Las grandes obras de la
literatura universal nunca serán best seller porque no son simples, son
complicadas.
Tengo que aclarar algo que se me ha pasado por alto hasta
este momento, cuando digo que si “queremos producir un hacer o una idea ésta
tiene que ser simple” me estoy refiriendo particularmente a si queremos hacer
marketing con ella para posicionarnos en un segmento del mercado[1].
Si queremos producir un producto para mercadearlo éste tiene
que ser simple. El producto en cuestión puede ser de cualquier tipo y de
cualquier área del conocimiento, sea psicología, filosofía, medicina… La
premisa fundamental que tiene que regir al mismo es ser una idea simple.
Referencias:
Blogger: http://obeddelfin.blogspot.com/
Wordpress: https://coasfiobeddelfinblog.wordpress.com/
Twitter: @obeddelfin
[1]
Recomiendo los libros de Jurgen Klaric “Estamos ciegos” y “Véndele a la mente
no a la gente”. Los mismos se pueden descargar en Ebiblioteca.org
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