No podemos dejar de lado lo que ya sabemos, esto es parte de
nuestro patrimonio personal. Sin embargo, al ubicarnos en el no saber, esto es,
en la duda socrática, entramos en un espacio en el que no estamos restringidos
por el conocimiento actual que poseemos. La duda socrática es una forma de
enfrentarnos a situaciones en las que no conocemos el camino que debemos
seguir, o no sabemos cómo abordar los problemas para los cuales no tenemos
respuesta.
El no saber socrático es un proceso activo, pues en él
elegimos abrirnos a nuevas experiencias y a nuevos aprendizajes. Es una manera
de vivir y de trabajar con la complejidad, con la ambigüedad y la paradoja. En
esta concepción tenemos la apertura necesaria para tolerar la incertidumbre y
los sentimientos de malestar, que sentimos cuando estamos en el límite de lo
que conocemos.
La duda filosófica nos mantiene alerta, nos permite tener
abierta nuestra mente para explorar las experiencias y perspectivas diferentes.
Nos convertimos en exploradores para viajar por lo desconocido y a aprender de
esos lugares. Como exploradores filosóficos podemos sobrevivir en lo
desconocido solos o con la posible ayuda de los demás.
Al conservar lo que sabemos y reconocer lo que no sabemos
nos convierte en un marco de conocimiento posible, para la gestión de nuevas
circunstancias. Esto nos permite una actitud, una forma más eficaz de ser más
eficientes al momento de analizar e identificar nuevas oportunidades de
solución. En este sentido, desarrollamos un auto-liderazgo centrado en
problemáticas. Lo cual nos damos cierto poder de resolución, un punto de partida concreto. Al trabajar con
la duda nos relacionamos de manera más cómoda con lo desconocido.
A partir de este punto de vista se ha desarrollado el concepto
de next sensing, que consiste en trabajar
con el no saber. Desde esta perspectiva, se habla de de la «capacidad negativa»,
que consiste en dejar espacio en nuestro conocimiento para que puedan entrar y arraigar
nuevos saberes. Se trata de desembarazarnos de los conocimientos, los clichés y
las asunciones inadecuadas a nuestras metas.
La «capacidad negativa» refleja la posibilidad para dejar
espacio al apartar lo que impide el florecimiento de la duda filosófica. Tal
capacidad es una habilidad, una aptitud que podemos desarrollar; para ello es
necesario dedicar energía y práctica adecuada; pues no surge por sí sola. Ya
estamos más propensos a la mentalidad fija.
Podemos pensar, y puede ser cierto, que sabemos mucho sobre una
materia o temática, pero las ideas preconcebidas nos impiden ver nuevas
posibilidades. Estas ideas preconcebidas impiden la aparición de la duda. La
práctica filosófica consiste en cultivar la capacidad de encontrarnos con la
vida sin aferrarnos a ideas e interpretaciones preconcebidas, esto es, prejuicios.
La duda se trata de que nuestra experiencia y conocimientos
no nos impidan ver las cosas desde una nueva perspectiva, desde una nueva
interpretación. Por ello, podemos elegir la duda socrática para dejar espacio
para nuevas enseñanzas y aprendizajes
La perplejidad es un espacio en el que no hay certezas. No
obstante, es un lugar de posibilidades en el que podemos elegir diferentes
opciones. Porque ahora al vemos en el límite, inseguros y confusos, en vez de
correr a restablecer una relación de dependencia de autoridad. Nos planteamos
superar este reto y acabar intencionadamente con la ilusión de conocimiento y
control que nos rodea normalmente al querer ostentar el control.
Cuando no decimos indagar fundados en la duda filosófica
creamos el espacio para que se dé una posibilidad diferente. El acontecimiento,
lo Heidegger denomina la «ereignis»,
el poder mirar la realidad tal y como está ocurriendo ahora, en lugar de
aferrarnos a unos prejuicios obsoletos.
La duda nos da el permiso para buscar otras formas, para ser
de nuevo exploradores, indagadores. Nos da la capacidad de cuestionarnos
siempre; de admitir que los cristales a través de los cuales vemos el mundo están
cargados de interpretaciones e imperfecciones. La duda filosófica es, en la
actualidad, una habilidad esencial para el liderazgo en épocas de
incertidumbre. Pues, nos abre a las posibilidades de nuevas interconexiones.
Referencias:
Twitter: @obeddelfin
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