Para evaluar la eficiencia de nuestros compromisos de forma
estructurada debemos plantearnos dos interrogantes fundamentales. La primera, busca
aclarar ¿qué es lo que necesitamos para hacer lo que tenemos que hacer? La
segunda, consiste en plantearnos ¿cuáles son los tipos de obstáculos a que nos
enfrentaremos?
La primera interrogante: ¿Qué es lo que necesitamos para
hacer lo que tenemos que hacer? Consideremos tres aspectos para dar respuesta a
la misma: A) ¿Qué es lo esencial? B) ¿Qué es lo importante? y, por último, C)
¿Qué es lo realmente deseable?
A) ¿Qué es lo esencial?
Se trata de las cosas imprescindibles para que un proyecto tenga éxito. Por
ejemplo, si deseamos empezar un negocio debemos disponer de cierta cantidad de
dinero; si queremos convertirnos en un cantante profesional necesitamos tener
una buena voz.
Lo esencial abarca tanto lo racional como lo emocional. El
primero aborda aspectos prácticos y diversas realidades; lo segundo, abarca sentimientos
y habilidades emocionales. Si no tenemos dinero ni buena voz el proyecto en lo
racional es poco viable; para manejar las circunstancias del negocio o de ser
cantante necesitamos habilidades emocionales para salir adelante.
B) ¿Qué es importante?
Nos referimos a las cosas que en verdad influyen en el resultado final de
nuestras acciones y, por tanto, hay debemos tenerlas muy en cuenta. Por
ejemplo, si queremos hacer algunos trabajamos de albañilería en nuestra casa,
es útil y necesario disponer de las herramientas y los materiales con los
cuales trabajar. Por otra, si deseamos mantener una buena relación laboral con
nuestros compañeros de trabajo es conveniente disponer de las herramientas de
la inteligencia interpersonales.
C) ¿Qué es lo
realmente deseable? Éstas son las cosas que nos harán la vida más cómoda y
fácil, algo que todos deseamos. Ejemplo, si queremos disfrutar de una noche de
divertimento, tenemos que disponer de dinero para invertir en ese placer. O si
queremos tener un negocio de éxito debemos invertir en el conocimiento
necesario para el manejo del mismo y en la inteligencia interpersonal que
siempre se amerita.
Cada uno de nosotros tenemos que definir ¿qué es lo que
necesitamos para hacer lo que tenemos que hacer? Porque estos tres aspectos son
distintos según los fines que se propone cada persona. Una persona puede
considerar que algo es deseable y otra que es importante. O lo que es importante
para alguien no lo es para otro. Esto es algo particular.
La segunda interrogante. ¿Cuáles son los tipos de obstáculos
a que nos enfrentaremos? Tales impedimentos los podemos dividir en tres tipos: A)
Muros, B) Portones y C) Andar en círculo. Esta división nos ayuda a comprender
los obstáculos: En primer término, desde el punto de vista racional, esto es, en
términos prácticos; en segundo lugar, desde el punto de vista emocional, es
decir, en término emocionales.
A) Muros: Estos obstáculos
no lo podemos rodear porque son inamovibles, por lo cual tenemos que
enfrentarlos o escalarlos directamente con una estrategia adecuada. En
cualquier proyecto que llevamos adelante siempre se nos presentan asuntos desagradables
o difíciles que tenemos que resolver. En ese caso, nuestro trabajo consiste en plantearnos
¿cuál es la estrategia para afrontarlos y superarlos?
Una mala estrategia es ignorar tales obstáculos, huir de ellos
o luchar contra ellos; tal estrategia reduce nuestras posibilidades de éxito.
No vislumbrar los posibles problemas antes de empezar un proyecto es,
prácticamente, una garantía de fracaso. Algunos ejemplos, si deseo perder peso
tengo que cambiar mis hábitos de alimentación; o si deseo trabajar con otras
personas tengo que aprender a gestionar mi inteligencia emocional e interpersonal.
Con los muros no podemos elegir si o no, tenemos que enfrentarlas y aprender a
solucionarlas.
B) Portones: Son
impedimentos que podemos abrir o desplazar si lo planificamos adecuadamente. Acá
consiste en gestionar la dificultad para eliminarla. Los muros no podemos moverlos,
los portones sí. Es importante reconocer esta diferencia. Por ejemplo, si nos
enfrentamos a un tema que no conocemos podemos consultar a alguien que sí
conozca del mismo o delegamos tal tema en un especialista que lo domine; si no
sabemos de fontanería llamamos a quien sabe hacer este trabajo para que repare
el lavaplatos.
C) Andar en círculo:
Este obstáculo puede agotarnos por no saber detectarlo a tiempo. Ocurre cuando
nos enfrascamos ciegamente en una «aparente solución» que no nos conduce al
éxito sino que nos agota racional y emocionalmente, porque no hemos reconocido la
necesidad de realizar una nueva toma de decisiones. O cuando nos enredamos en
discusiones bizantinas e inútiles, en este caso quedamos atrapados en un círculo
que solo consume nuestras energías.
O aquella celebre frase del bebedor, «ésta es la última» y
siempre termina bebiendo alcohol en exceso, lo cual contiene escollos
reconocibles, como es el consumo de alcohol por no saber gestionar sus
dificultades personales e interpersonales. El obstáculo de «andar en círculo»
lo podemos solucionar si estamos atentos para no caer en él y generando
estrategias favorables para afrontarlo en el momento adecuado.
Referencias:
Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Web: http://obeddelfin.wix.com/coasfi-obed-delfin
Youtube: Obed Delfín
Blog: http://obeddelfin.blogspot.com/
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