Las
conversaciones difíciles son aquellos sobre las cuales nos cuesta trabajo
hablar. Sea por la dificultad del tema, la persona, la situación… Éstas siempre
nos hacen sentir vulnerables o consideramos que nuestra estima está
comprometida. Por cuanto el asunto de que tratamos es importante y el resultado
incierto, o si tenemos un interés especial por lo que discutimos o por la
persona con quien discutimos.
Todos
nos enfrentamos a conversaciones a las que tememos porque nos parecen
desagradables; son conversaciones que evitamos o a las que nos enfrentamos como
si fuesen una bebida amarga. ¿Cómo enfrentarnos a este tipo de conversación? En
primer lugar, la clave está en si hemos buscado la solución de las mismas en el
lugar adecuado. Porque muchas veces nos esforzamos todo lo posible por buscar
una solución, pero en el lugar equivocado. Esto es un fallo grave.
El
problema está en nuestra manera de pensar, no necesariamente en nuestras
acciones. Porque podemos esforzarnos mucho sin obtener resultados
satisfactorios debido a nuestra forma de pensar. Por ello, mientras solo nos limitemos
a preguntarnos: ¿Qué acciones debemos hacer de manera distinta en las conversaciones
difíciles? No hallaremos nada nuevo. Pues solo nos enfocamos en las acciones,
es decir, en el cómo.
Lo
importante es entender: ¿Qué es lo que estamos enfrentando? y ¿por qué tiene
sentido asumir otra forma de pensar acerca de las conversaciones difíciles? En
las conversaciones difíciles, por lo general, lo que hacemos es «entregar
mensajes», por ejemplo, tú haces juicios o tú enredas todo. Debemos dejar de
«entregar mensajes».
Al
abandonar la entrega de mensajes tenemos que pasar a la construcción de una «posición
de aprendizaje» para abordar las conversaciones difíciles. Al asumir esta
posición estamos en capacidad de entender y poner en práctica las acciones para
llevar a cabo una «conversación de aprendizaje».
A
la hora de abordar una conversación difícil lo mejor es proponernos metas
realistas, esto es, metas factibles. Debemos por lo menos reducir al mínimo el
temor y la ansiedad, eliminarlos de manera absoluta es una meta muy poco
realista. Por ello, reducir y aprender a manejar el temor y la ansiedad es una
meta más probable de alcanzar.
Plantearnos
alcanzar resultados perfectos es algo que no ocurre. Lograr mejores resultados
dentro de un conjunto de probabilidades es posible. Estas son metas adecuadas y
satisfactorias, lo otro son atopías.
Según
nos señala Douglas Stone, toda conversación difícil implica tres tipos de
conversaciones, al comprender estos tres tipos de conversación podemos alcanzar
una «conversación de aprendizaje». Además, nos permiten descodificar la
estructura de la conversación difícil.
Los
tres tipos de conversación son: Primero, La
conversación del "qué pasó". Toda conversación difícil implica un
desacuerdo sobre lo que pasó o debió pasar; acá buscamos información cierta y
válida para ambas partes ¿Qué mensajes se entregaron? Segundo, La conversación de los sentimientos. En
toda conversación difícil se hacen y se responden preguntas sobre los
sentimientos. Cómo somos afectados emocionalmente por la «entrega de mensajes»,
cómo está afectada la otra persona por tales mensajes. Tercero, La conversación de la identidad. Es una
conversación con nosotros mismos, sobre lo que significa para nosotros la
situación de la conversación difícil. Cómo nos modifica este tipo de
conversación.
Para
manejar eficientemente una conversación es necesario aprender a desenvolverse
eficazmente en cada una de estas conversaciones. Debemos estar atentos al hecho
de que por más eficientes que lleguemos a ser en el manejo de estas
conversaciones, siempre se nos presentaran retos en cada una de las tres que no
podremos cambiar. Por ejemplo, seguiremos involucrándonos en situaciones en las
cuales desenredar «lo que pasó» será mucho más complicado de lo que sospechamos
inicialmente.
En
que cada uno de nosotros tiene información de la cual el otro carece, y hacer que
cada uno de nosotros tengamos conocimiento de tal información no es fácil.
También seguiremos enfrentándonos a situaciones cargadas de emociones que nos
parecerán amenazantes, porque ponen en peligro aspectos importantes de nuestra
identidad.
Referencias:
Facebook:
consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Youtube: Obed Delfín
Twitter:
@obeddelfin
Email: coasfiobeddelfin@gmail.com
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