El
estudio de la gramática nos dice que «el
porqué» es un sustantivo que señala:
causa o motivo de algo. Y plantea el siguiente ejemplo: No explica nunca el
porqué de sus decisiones. La persona no explica la causa o motivo de sus
decisiones
Por
otra parte, «por qué» se usa solo en
oraciones interrogativas, sean éstas directas e indirectas. Donde «por» es una preposición
y «qué» es un pronombre interrogativo. Por ejemplo: ¿Por qué no has venido a la
fiesta? Es una oración interrogativa directa. Una oración interrogativa
indirecta tenemos: no sé por qué se ha portado tan mal.
También
tenemos, nos dice la gramática, «por que»
el cual está compuesto por la preposición «por» y el pronombre relativo «que»,
éste se puede sustituir por "el cual, la cual". Ejemplo: Fueron
varios los delitos por que fue juzgado.
¿A
dónde quiero llegar con esta introducción de gramática? Hay cierta tendencia en
la psicología terapéutica que rechaza el porqué. Y tiene una expresión más o
menos así «porqué, porqué, porquería» para expresar su rechazo. Tal tendencia
considera que el «porqué» más que explicar la causa o motivo de nuestro
comportamiento lo que sirve es para escudarnos, escondernos o justificar
nuestro comportamiento.
Debe
tener razón tal tendencia. Porque es muy cierto que muchas veces usamos las
causas para refugiarnos o justificarnos en ellas, y no para explicar y entender
nuestro comportamiento. Y la diferencia es importante acá. Por ejemplo, un hijo
visita a sus padres muy ancianos (no hay ningún conflicto evidente) muy
esporádicamente; el hijo aleja diferentes razones todas válidas. Estas razones
nos explican porque las visitas son
tan escasas. No obstante, no justifican
la poca atención que el hijo brinda sus ancianos padres.
Una
cosa es explicar y otra es justificar. En la Consultoría
Filosófica es importante la indagación del ¿por qué? Sea ésta directa o
indirecta. Porque busca tal interrogante conocer y entender las causas que nos
llevan a realizar actos exitosos o no en un mundo de acciones prácticas. Si son
exitosos los reforzamos, si son fracasado debemos entender por qué se fracasa
en los mismos. La idea es alcanzar un resultado feliz.
Porque
sin el conocimiento de las causas estamos un poco extraviados. Por ejemplo,
inculpo a alguien porque llegó tarde a la reunión, pero no desconozco que en la
madruga una hermana enfermo gravemente y hubo que llevarla de emergencia al
hospital. En este caso, la causa explica y puede justificar el retraso. La
persona también podía haber llamado (si tenía espacio mental) para cancelar la
reunión. Hay muchas variables o variaciones para una acción posible.
Explicar la causa o
causas de un conjunto de acciones es constructivo y de aprendizaje cuando la
explicación nos permite analizar lo que está sucediendo, con vista a una toma
de decisiones adecuadas que nos permita salir del problema en que estamos
inmersos. En este sentido, la búsqueda de las causas tiene por objeto
desenredar esa madeja que no nos permite salir del problema. Hay casos en que
la persona no puede entender el problema porque desconoce las causas del mismo,
no sabe qué es lo que produce el problema en sí. Por ejemplo, ¿por qué el
proyecto de adquirir un vehículo no se concreta? Cuáles son las causas de que
este proyecto siga fracasando.
Justificar nuestra
condición a partir de unas cosas que conocemos o suponemos no es constructivo
ni nos pone en el camino de un proceso de aprendizaje. Con la justificación no
nos explicamos ni buscamos explicar o entender nada, lo que hacemos es
consolarnos de una situación dada. La diferencia es relevante. Por ejemplo, el
porqué de haber nacido en el barrio tal, es la razón por la que no puedo
superarme en la vida.
La
forma en que usemos «el porqué» es
fundamental en la manera como guiaremos nuestro pensar-hacer en la vida
práctica. Por ejemplo, nací en una familia donde todos eran analfabeta, eso ha
hecho que mi esfuerzo de aprendizaje sea mayor.
La
interrogante me permite conocer el porqué suceden tales hechos. Ahora bien, si el porqué lo uso para justificar mis
acciones erróneas o inadecuadas, esto es otra cosas. Por ejemplo, porque mi
padre me castigaba, por eso yo castigo a mis hijos. Esto es tomar el atajo de
la justificación, de las acciones irresponsables para conmigo y los otros.
Referencias:
Twitter:
@obeddelfin
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