Sin darnos cuenta muchas
veces, y son muchas, sin ser conscientes de esto tenemos miedo al éxito y a la
riqueza. El éxito es el logro de un resultado feliz, la riqueza una consecuencia
de aquel. Ahora bien, muchas veces tenemos solo el deseo de alcanzarlo. Bien
sabemos que esto no es suficiente; pues el mero deseo no es el éxito, es solo
el deseo de éste. Y esto es una tranca, porque cómo pasar del deseo al éxito
propiamente.
Entre el deseo que tenemos
de lograr el éxito y el éxito mismo falta un eslabón. ¿Cuál es este eslabón?
Alguno podría decir que es la acción, el hacer; ya que no es suficiente el
desear, sino que es fundamental el hacer. Y esto es cierto. Sin embargo, para el
hacer es necesario un conjunto de disposiciones con vista a un fin. Sin estas
disposiciones no somos nada. O en otros términos estamos condenados a no hacer
nada o nuestro deseo es vacío.
Tal conjunto de
disposiciones, en este caso, está determinada por nuestro patrón mental del
éxito; y éste acecha en nuestro subconsciente. Si nuestro patrón está
programado para el éxito, nos dirigiremos al éxito. En caso contrario, nada de
lo que aprendamos, o sepamos y de lo que hagamos nos conducirá a éste. Seremos
como la brújula de Sparrow, que apunta hacía cualquier parte, mientras no
determinemos que es lo que más queremos. Nuestro patrón mental es el eslabón
entre el deseo del éxito y el éxito mismo. Y a éste es que tenemos que atender
antes.
Todo patrón este es
modificable, puede ser cambiado. En caso, que el mismo no esté sintonizado con
nuestro deseo del éxito. Por ello, debemos interrogarnos ¿cómo pensamos y
actuamos con respecto al éxito? Porque aunque mucha gente habla del éxito. Sin
embrago, le tiene miedo a éste, como ya dijimos antes. Habla del mismo, pero su
pensar no está sintonizado con tal, y su hacer tampoco. Algo así, como aquel
que quiere ganar la lotería pero nunca compra el boleto; aquel que quiere
graduarse pero no estudia. La razón es que entre el deseo o pseudo-deseo y el
patrón mental del éxito hay un abismo insalvable.
Con respecto a patrón mental
de éxito, nos debemos plantear al menos estas preguntas: ¿Cuál es nuestra
experiencia con respecto al éxito y la riqueza? ¿Cuál es nuestro patrón mental
del éxito? ¿De dónde procede éste? ¿Cómo se ha configurado? ¿Qué le está
pasando a nuestro potencial con respecto al éxito? Estas interrogantes nos
llevan hacer algo de reflexión. Pues nos inducen a examinar nuestras creencias,
ya que tenemos algunos juicios muy arraigados. Que no hemos evaluados
conscientemente.
Si nos va mal y nosotros
queremos que nos vaya bien, es porque hay algo que no estamos haciendo bien, y
esto no lo sabemos. Parece algo evidente y muy transparente de ver; pero es ese
el problema, que tan claridad deslumbra. No sabemos qué estamos haciendo mal, y
tampoco sabemos por qué lo estamos haciendo mal. Muchas veces, porque toda la
vida lo hemos hecho de esa manera, y peor aún porque toda la vida lo hemos
pensado de esa misma manera. El problema es nuestro pensar-hacer. Algo no
funciona en esta unidad. Porque creemos que ambas actividades están separadas.
Aquella reflexión nos
llevará preguntarnos ¿cómo debemos platearnos un pensar-hacer para ser un sujeto
exitoso? Un pensar-hacer que está signado por nuestro patrón mental del éxito,
o éste es nuestro pensar-hacer. Un sujeto exitoso, aquel que alcanza resultados
felices, tiene que cumplir los compromisos que se establece. Por acá inicia la
cuestión. Plantearnos una filosofía del éxito. ¿En qué consiste ésta?
Puede iniciar, por un primer
aprendizaje por modelaje, es decir, estudiar a la gente exitosa, ver cómo
piensan y hacen. Para plantearnos estrategias de emprendimiento, estrategias de
pensamiento. Comprometernos a lograr el éxito, no quedarnos en el deseo del
mismo. Trabajar para ganar, lo otro es trabajar para trabajar. Centrarnos en
las metas que nos planteamos, evitar el divagar sin sentido.
De este modo, podemos generar
un patrón mental de éxito dirigido al éxito. Recordemos que el cerebro
emocional y racional, como lo denomina Goleman, pueden ser nuestro mayor obstáculo
para lograr el éxito. Por lo que, debemos asumir un pensar-hacer que estimule
el logro del éxito. Porque como señala Goleman “el optimismo —al igual que la
esperanza— significa tener una fuerte expectativa de que, en general, las cosas
irán bien a pesar de los contratiempos y de las frustraciones”.
Lo que estamos haciendo,
entonces, es diseñar un programa de filosofía del éxito, donde combinamos
nuestro ser interior con el ser exterior con el fin de alcanzar resultados exitosos.
Que consiste en comprender el ser interior del éxito para ganar el éxito.
Aprendemos a pensar en el éxito para hacernos exitoso. Construimos y
aprehendemos un patrón mental de éxito programado verdaderamente para el
éxito.
Pues, en muchas ocasiones, lo
que llega a constituir nuestro mayor obstáculo en la vida es lo que creemos que
sabemos. Pero resulta que no sabemos por qué lo creemos, de dónde ha salido esa
creencia, y cómo aplicamos o realizamos ésta en nuestra hacer. Es esencial que
reconozcamos por qué nuestro pensar-hacer nos ha llegado a poner en el lugar
que nos encontramos. De este modo, podemos iniciar la construcción de un patrón
mental adecuado al éxito de nuestra vida.
Facebook: consultoría y asesoría filosófica
Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Youtube: Obed Delfín
Pinterest: https://www.pinterest.com/obeddelfin
No hay comentarios:
Publicar un comentario