Ninguna filosofía en tanto filosofía es una filosofía del
fracaso. Tomo, pues, el término como esa visión de la vida que está signada o
dominada por el fracaso. Y ¿por qué está signada por el fracaso o por la
ausencia del éxito? Recordemos que el éxito es un resultado feliz. Ahora bien,
entre el deseo de lograr el éxito y el éxito mismo falta, por lo menos, un eslabón.
Y aquí es donde se asienta o toma raíces la falta del éxito o el fracaso. En
este eslabón que debemos descubrir. Otro aspecto a considerar es somos nosotros
quienes determinamos el alcance de nuestro éxito.
Si nuestro patrón mental,
ese subconsciente que dirige muchas de nuestras acciones y decisiones, no está conformado
para alcanzar resultados felices o exitosos, nada de lo que aprendamos, de lo
que sepamos y de lo que hagamos hará cambiar nuestros reiterados fracasos. La
conformación de nuestro patrón mental es un asunto interior y exterior. Depende
de nosotros y de nuestro entorno, esto es, de nuestras circunstancias internas
y externas.
Estamos condicionados por
circunstancias externas para pensar y actuar con respecto al éxito. A partir de
tales circunstancias debemos preguntarnos ¿cuál es nuestra experiencia con
respecto al éxito? ¿De dónde procede nuestra concepción del éxito? ¿Cómo nos
han ido las cosas en la vida? ¿Por qué nos han ido de tal manera? ¿Qué pasa con
nuestro potencial? Como apreciamos tenemos que hacer una reflexión de nosotros
mismos para conocer qué pensamos con respecto al éxito y cómo abordamos éste.
Tenemos que
examinar nuestros juicios, nuestras creencias, nuestros pre-juicios con
respecto al éxito. Cuando hacemos esto es porque tenemos algunas preocupaciones
con respecto al hacer de nuestra vida. Incluso, debemos examinar es
preocupaciones negativas y arraigadas con respecto al éxito. Porque sin darnos
cuenta tenemos rechazo al éxito, ya que lo percibimos como algo que no es
moralmente bueno. Y esto ya no es adecuado a una visión exitosa de la vida.
Si nos va mal y nosotros queremos
que nos vaya bien, es porque hay algo que no sabemos; en consecuencia, estamos
haciendo algo inadecuado a nuestro éxito o estamos actuando en contra del éxito.
Tenemos que reflexionar, para llegar a saber cómo pensamos, que juicios
tenemos, que acciones realizamos a favor o en contra del éxito en nuestra vida.
Algunos
autores recomiendan, a partir de la interrogante ¿cómo piensa un sujeto
exitoso? Llevar a cabo ciertas acciones; por ejemplo, comenzar por copiar cómo
piensa la gente exitosa; por lo que hay que estudiar a la gente exitosa, para
saber cómo piensan. Esto es un modelo de imitación, un aprendizaje a partir de
un modelo, y está bien. No obstante, cada quien tiene que definir o determinar
cuál es su idea o aspiración de éxito. Porque podría estar imitando modelos
inadecuados a sus fines.
Para alcanzar una filosofía de éxito
tenemos que elaborar estrategias de pensamientos, esto es está dentro del campo
de la filosofía de la mente. También tenemos que elaborar estrategias de
acciones, estrategias industriosas o de emprendimiento. Para ello tenemos que
comprometernos a lograr el éxito mismo, ni el deseo, ni el abismo, sino el
éxito. Tenemos que trabajar para ganar el éxito. Centrarnos en metas de éxito
factibles.
Acá viene la
pregunta, ¿cómo podemos hacer eso? Porque son postulados y suenan muy bien. Pero,
en la mayoría de los casos, carecemos de herramientas, de brújula que nos
permita trazarnos un rumbo hacia los resultados felices. Podemos señalar que en
el proceso de análisis de nuestras circunstancias debemos analizar ¿cuál es
nuestro patrón mental de éxito? Porque en este nuestro patrón se anidan
nuestros juicios y acciones con respecto al éxito.
A partir del
patrón mental de éxito que tengamos, y si estamos insatisfecho con éste;
entonces podemos comenzar a generar un enfoque o patrón mental dirigido al
éxito. Reconfiguramos nuestro patrón mental de una manera consciente. Lo
reconfiguramos de acuerdo a nuestro universo de intereses. Porque nuestro
patrón mental puede ser el mayor obstáculo para lograr el éxito que deseamos.
Esto quiere decir que tenemos que asumir un pensar-hacer que estimule e incite
al logro de nuestro éxito.
Tenemos que aprender a
gobernar nuestro ser interior para alcanzar el éxito. Lo que conlleva a aprender
a pensar el éxito, para así hacernos exitosos. Porque muchas veces y es muy
común que no sabemos pensar el éxito, incluso de una forma inconsciente lo
rechazamos, lo consideramos ajeno a nosotros, no nos sentimos con el valor para
alcanzar éste. De allí, la necesidad de
aprehender a reconfigurar un patrón mental de éxito, que esté realmente en
función de lograr el éxito. Por esta razón, es esencial reconocer ¿de qué modo
nuestro pensar-hacer nos ha puesto en el lugar en que nos encontramos? Porque
éste está signado por nuestro, repito, patrón mental de éxito.
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Excelente!
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