miércoles, 26 de octubre de 2016

LA ZONA DE CONFORMIDAD COMO ACTO DE SOBREVIVENCIA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Plantear la zona de conformidad como zona de sobrevivencia puede resultar algo odioso a las doctrinas triunfalistas. Y esto, porque por todas partes escuchas o leemos que hay que salir de la zona de conformidad, y lanzarnos a conquistar el mundo. Si no hacemos eso somos unos seres fracasados, que no pensamos en el futuro, que estamos entregados a la derrota y bla, bla, bla y más bla.

            En las doctrinas triunfalistas esto se da así, porque, muchas veces, están pensando en contextos ideales, fuera de una realidad dada. En sujetos ideales, dicen «todo es posible», «todo está en la mente» con lo cual niegan la exterioridad. Están planteando más sujetos perfectos que seres de carne y hueso. O solo están midiendo el contexto desde su posición y con el cristal que les conviene. Esto también se da porque anida en tal concepción un individualismo descontextualizado, que está convencido que por decir algo ya esto se hizo realidad. Se creen un Cristo, que «las aguas se aparten y las aguas se apartaron». O tales están en una excelente posición y desde esa posición evalúan el mundo. No obstante, la realidad es abrumadora.

            La zona de conformidad en épocas de crisis agudas es un mecanismo de sobrevivencia. Porque los individuos se adaptan a las circunstancias para sobrellevar la situación existente. Tal situación está más allá de cualquier manejo posible. La gente en el manejo del sentido común habla de dejar «pasar el chaparrón», están diciendo que hay que esperar. Porque no está en sus manos hacer nada. La realidad lo desborda.

            Incluso, la naturaleza se adapta a los períodos de crisis. En tiempo de sequía las plantas no florecen, las hojas se hacen más pequeñas. En tiempo de escases de alimentos, los animales en estado de naturaleza no paren. Lo que hacen es esperar que la naturaleza traiga las aguas de dios; lleguen mejores momentos. Se adaptan.

            En este sentido, en muchos casos, la zona de conformidad es un estado de sobrevivencia. Que en muchos casos dura toda la vida. Porque la crisis se transmuta contantemente. Entender esto para quien está afuera, no resulta fácil. Pero criticar si se hace fácil. En época de crisis que están más allá de nuestra capacidad, lo mejor es hacer como el morrocoy, enconcharse; para lograr ser un sobreviviente.

            Con esto quiero indicar, que la zona de conformidad hay que ponerla en el contexto en que ella se manifiesta. Por muchas veces, se habla de la conformidad del sujeto como si éste no estuviese en un contexto; algo propio de las concepciones individualistas. Que ven al sujeto sin el contexto. En zonas de alta violencia, intentar salirse de la zona de conformidad se puede pagar con la vida. Eso hay que considerarlo, porque se ha tejido una tela de araña muy viscosa.
  
            O en momentos de crisis económicas, donde la contracción económica arrastra todo es recomendable permanecer en la zona de conformidad; a la espera que haya un nuevo reverdecer. Para así poder actuar. Lo que sí está en nuestras manos es prepararnos para cuando lleguen los buenos tiempos, las lluvias que reverdezcan la vida. Si no lo hacemos habremos sido indolentes, descuidados con nosotros.

            Este descuido lo volveremos a pagar más adelante, porque la desidia personal siempre nos pasa factura. Debemos mejorar como personas, en nuestro conocimiento, en nuestro pensar-hacer. Y eso no tiene ninguna contradicción con la zona de conformidad. Porque la zona de conformidad tiene que ver con la situación exterior, no con nuestro ser interior; aunque llega a afectarlo. Debido a que no sepamos manejar la situación exterior.

            Debemos comprender lo que está en nuestras manos y lo que está fuera de ellas. Esto es importante para establecer el límite de la zona de conformidad. La zona de conformidad tiene que estar limitada a nuestra relación con lo exterior, para así minimizar su incidencia con nuestro interior. Si la zona de conformidad llega a invadir nuestro ser interior, ya no estaremos hablando de zona de conformidad; sino de entrega del ser. De la pérdida de nuestro ser, y eso es otra cosa. Estamos en otro plano existencial.

            La zona de conformidad como la he tratado está en relación con nuestro entorno y su incidencia. No como la muerte del sujeto, sino como la espera reflexiva y paciente de mejores tiempos. Porque para esos somos sujetos que pensamos y sentimos. Asumir la zona de conformidad como medio de sobrevivencia no niega el optimismo, es asumir la realidad. Son tiempos de estoicismo, de conocer para mantener la entereza de espíritu.


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