lunes, 31 de octubre de 2016

DE LA MORAL DEL TRABAJO A LA ADMINISTRACIÓN DE LA EXCELENCIA: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

En la actualidad ha ocurrido, por una parte, el desarrollo de los valores individualistas-hedonistas-consumistas; por el otro, los nuevos paradigmas de la dirección empresarial, que han devenido en una nueva significación del trabajo; es decir, en una cultura posmoralista y postecnocrática de éste.

El trabajo está cada vez menos asociado a la idea de deber colectivo. Es decir, los grandes sermones sobre la obligación del trabajo ya no tienen vigencia. Ya no se exaltan las virtudes de paciencia y perseverancia, ni el imperativo moral de ser útil a la colectividad. El advenimiento de la sociedad de consumo y las normas de felicidad individualista representan un papel esencial en esto. El paradigma del trabajo es sustituido, ahora, por el valor social del bienestar, del ocio y del tiempo libre. Las aspiraciones colectivas se centran en las vacaciones, la reducción del tiempo de trabajo, los beneficios laborales…  

En los últimos años el cuestionamiento del trabajo, como valor esencial, se ha acentuado. De allí, el precepto de Tristan Bernard de que «el hombre no está hecho para el trabajo, la prueba es que éste le fatiga» se haya convertido en una certeza. El imperativo actual es el culto individualista del presente, la legitimidad de la búsqueda de la felicidad, de la libertad, de una moralidad feliz.

La fórmula actual es que «la vida empieza después del trabajo». Lo que ha devenido en una búsqueda social de tiempo fuera de trabajo. Por ello, se han desarrollado horarios flexibles, la acomodación e individualización del tiempo de trabajo, el trabajo a tiempo parcial, la jornada continuada, la legitimidad creciente de los «puentes». Esto se dirige a una vida más libre, más orientada hacia los deseos y el tiempo libre. Sin embargo, el tiempo libre de uno es el trabajo de otro; porque alguien tiene que sustentar el tiempo libre de aquel.

La gestión empresarial ha participado en los cambios de la definición social del trabajo. La intensificación de la competencia, la exigencia de calidad han obligado a las empresas a cuestionar la ideología tecnócrata. La gestión mediante la cultura, trabajos de Elton Mayo, redescubre la relación existente entre productividad y factor humano.

En la actualidad, el éxito de la empresa no se determina por el perfeccionamiento disciplinario y piramidal, sino por las medidas de desburocratización. Que son las únicas capaces de asegurar la participación y la responsabilidad compartida de los empleados. Movilizar a los empleados implicándolos en los ideales de la empresa se ha convertido en la frase clave. El beneficio es para la cultura empresarial, porque desarrollo los potenciales de autonomía individual, los valores compartidos de la comunidad, la valorización de los recursos humanos como primera fuente de productividad de la empresa u organización.

La gestión empresarial se dedica a crear una inspiración común fuerte, un consenso alrededor de proyectos y valores. Esta gestión ha derrocado la gestión jerárquica y tecnocrática, cuyo objetivo era controlar los cuerpos productivos, planificarlos en sus menores detalles. En la actualidad, la gestión «mediante la cultura» trata de lograr, sistemáticamente, la adhesión y motivación de los empleados mediante la interiorización de los objetivos de la empresa. El empleado es la empresa, y ésta es aquellos.

El control del cuerpo es ahora sustituido por el control del alma. El sujeto es ahora ligero y comunicacional, participativo y simbólico; está destinado a reunir toda su energía al servicio de una misma comunidad de pertenencia. La empresa funciona, en la actualidad, cada vez más con la ideología, la creencia, las convicciones compartidas; esto es, la empresa trabaja para lograr la identificación con la organización, para fusionar a los individuos en torno a sus valores comunes. Que son los valores de la empresa.

El proceso de integración por la acción ideológica no es nada original. Lo nuevo de la «cultura de empresa» es que ésta transita el camino de la autonomía individual, de la participación, del feed-back comunicacional y de la implicación psicológica. El beneficio está en los valores compartidos; en el principio de escuchar sistemáticamente a los empleados; desarrollo de formas de autoridad interactiva, de acortamiento de las escalas jerárquicas, de la auto-organización de los equipos. Esta es la puesta del pensamiento empresarial en la actualidad.

La empresa optimiza su eficacia al renunciar al dominio dirigista y absoluto de los hombres. Se plantea, por el contrario, la indeterminación, la libertad de los sujetos para pasar a un nivel superior de competitividad. Toma en consideración la irracionalidad o la emocionalidad de las motivaciones humanas para obtener beneficios de productividad y más cooperación en la obra común.

La empresa, por un lado, da valor de los procesos de adhesión, de participación, de iniciativa personal; con esto rompe con el modelo racionalizador de la gestión científica. Por el otro, la «cultura de empresa» continúa, por medios más comunicacionales, la misma voluntad racional de optimizar la actividad del trabajo. De estas nuevas orientaciones se desprende una nueva visión de la empresa.

El poder real va a la par con la capacidad para aceptar iniciativas individuales y colectivas, no integralmente programadas. La fuerza para conseguirlo está en el reconocimiento de zonas necesarias de autonomía. El poder empresarial integra el «desorden creativo» de los individuos. Con esto se desprende de los dispositivos omnipotentes de dominación.

El esfuerzo de la gestión participativa busca superar un sistema burocrático que sólo funciona en la medida que los individuos son solo ejecutantes. La empresa, actualmente, reconoce explícitamente la necesidad de la iniciativa de los sujetos. La meta ahora es producir la iniciativa y la creatividad de los individuos. La ideología concuerda con las exigencias del proceso de trabajo. No obstante, la gestión por la cultura produce sus propias contradicciones.

¿Cuál es el desfase y la incoherencia existente en los nuevos discursos  y las prácticas empresariales actuales? Los nuevos discursos se dirigen al respeto, la autonomía de los individuos, la transparencia y los valores compartidos. Sin embargo, las prácticas empresariales contienen frecuentemente el secreto, el no reconocimiento de los conflictos legítimos, se otorga privilegios exclusivos y salarios maravillosos, y sacrifica el largo plazo en beneficio del corto.

Otra contradicciones presentes en la gestión empresarial, es que ésta valoriza la autonomía individual y celebra a la vez la fusión comunitaria; estimula la competencia entre los sujetos y simultáneamente estimula el espíritu de equipo y el ideal de consenso; exalta la adhesión voluntaria de los individuos pero la prescribe como obligatoria; pregona el pleno desarrollo del individuo y simultáneamente pide la captación de todas las energías al servicio de la empresa.

Miseria de la ideología soft de la empresa dice Lipovetsky. En la cual se da el tránsito efectivo del trabajador-objeto al asalariado-sujeto. Esto exige, dice el autor citado, algo más que credos y proclamas simbólicas; exige políticas reales de negociación y de transparencia, participación en el poder y redistribución de los beneficios, formación del personal y gestión interactiva de las condiciones de trabajo.

La implicación de los individuos no puede decretarse desde arriba, a golpe de movilizadoras órdenes terminantes y de valores comunes. La gestión mediante la ideología, tiene posibilidades de dinamizar la empresa si ésta va acompañada de reestructuraciones adecuadas, un nuevo pacto social que permita la implicación de los empleados en los procesos concretos de decisión. Muy alabado, pero poco ejecutado.

La cultura de empresa magnifica la movilización de los individuos, la lealtad, la adhesión a la comunidad, el trabajo parece haber reconquistado una dimensión moral, es de nuevo objeto de discursos explícitamente centrados en los deberes. La adhesión, a los valores éticos de honestidad y de buena voluntad, está arraigada a una larga tradición, que se multiplica en los códigos de empresa impregnados de espíritu moralizador.

Son evidentes las referencias morales en los discursos empresariales. Por ello, es necesario tener en vista el desplazamiento de la ideología dominante del trabajo. Ya que, éste  no encuentra su legitimidad en el ideal colectivo del Estado; sino en la fuerza de la misma empresa. Por esta razón, actualmente percibimos tanta adhesión a las empresas o empresarios. Pues, éstos son vistos como los lideres morales de las naciones. El Estado es sustituido por la empresa.  

La retórica idealista de la empresa está dirigida a la competitividad, la concurrencia, el desafío de la calidad total. En este sentido, el trabajo es una acción de puro logro al servicio de la productividad total de la empresa. Fuera de la empresa nada, la empresa es todo. De este modo, se ha trastocado la moral de la solidaridad del trabajo por la ética posmoralista de la excelencia. Donde se está detrás del trofeo permanente, de la eficiencia indefinida, del siempre más y siempre mejor. Lo cual está dirigido por el estado de la exigencia estrictamente operativa de ganar; de ser los mejores a toda costa no importa quién se atraviese.

Vencer se ha convertido en el objetivo supremo, hay que ganar por ganar, movilizarse para triunfar. Bajo la máscara de los valores se impone la lógica posmoralista de la fuerza por la fuerza, de la voluntad de voluntad, decía Heidegger. La cual está orientada al cálculo de la eficacia de los medios, de la maximización de los medios, aunque éstos sean ideales éticos.

Es la era de los campeones y héroes de la innovación, del culto posmoralista de los Vencedores; de la pasión individualista por la excelencia, del placer de vencer y salir adelante por uno mismo. La ética de la excelencia continúa el proceso de desmoralización del trabajo como medio de desarrollo social. El trabajo solo está al servicio de la empresa y de las pasiones individualistas sin objetivo ni trascendencia.


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