martes, 10 de enero de 2017

LAS FORTALEZAS O COMPETENCIAS DE NUESTRO PENSAR-HACER: CONSULTORÍA Y ASESORÍA FILOSÓFICA

Nuestras fortalezas se definen a partir de la relación que éstas tienen con nuestro desempeño y rendimiento. También las podemos definir al asociarlas con nuestros comportamientos de eficiencia y eficacia, en la ejecución de las actividades que llevamos a cabo. Para gestionar, de manera eficiente y productiva, nuestras capacidades o competencias debemos conocer cuáles poseemos. En esto consiste, en parte, conocernos a nosotros mismos.

Lo primero que debemos hacer es detectar cuáles son nuestros talentos, esto es, aquellos atributos que nos definen en nuestro pensar-hacer. Por ejemplo, a un músico lo definen sus competencias musicales para tocar un determinado instrumento, a un mecánico automotriz lo definen sus habilidades corporales para manipular diestramente unas herramientas, entre otras competencias.

Al reconocer nuestros talentos, debemos orientar éstos para convertirlos en nuestras fortalezas, lo que requiere de un proceso de aprendizaje. Por ejemplo, una persona con talento corporal para el baile, debe estudiar tal disciplina para convertirla en una fortaleza. Debemos reconocer nuestros talentos para identificarlos claramente; para luego desarrollarlos hasta convertirlos en fortalezas. Todos somos buenos en o para algo, ese es nuestro atributo. El disciplinarlo o educarlo es el proceso para que ese talento se convierta en una fortaleza útil a un fin.

Uno de los obstáculos que con frecuencia impide nuestro desarrollo personal y social, es no reconocer o reconocer a medias nuestros atributos, nuestras competencias. En esto nos hace andar a ciegas. Además, nos impide llegar a desarrollar adecuadamente algún tipo de fortaleza. El proceso de reconocer y valorar nuestros talentos y desarrollar nuestras fortalezas es fundamental. A veces, tendemos erróneamente a enfocarnos en corregir aquellos aspectos que son nuestras «debilidades»; podemos trabajar en éstas, pero es más importante trabajar en nuestras competencias, por es por medio de éstas que alcanzaremos el éxito.

            Con respecto a las debilidades, estas son carencias que todos poseemos. Por ejemplo, muchos de nosotros «no cantamos ni en la ducha» porque tenemos debilidades para la música. Las debilidades no nos impiden que seamos exitosos; cuando en verdad nos enfocamos en nuestras competencias. Las «debilidades» forman parte de nosotros, nos constituyen. No hay que tenerles miedo. Hay que saber, también, cuales son éstas. Ahora bien, centrarse en éstas no es productivo.

Para abordar adecuadamente nuestras debilidades podemos gestionar un plan de estrategia. Por ejemplo: Realizar un plan de mejoramiento para reducir la debilidad. Diseñar un sistema de apoyo para compensar la debilidad. Utilizar uno de los talentos innatos para minimizar la debilidad. Encontrar un complemento que sustituya la debilidad. Desistir de la atención que demande la debilidad. Sin embargo, considero que es más importante poner nuestro mayor énfasis en desarrollar nuestras competencias o fortalezas.

            Desde el punto de vista de la gestión de desempeño, sea éste personal u organizacional, debemos descubrir los talentos predominantes para poder elevarlos a fortalezas. Nuestro pensar-hacer debe basarse en un sistema de fortalezas. Porque, de este modo, nuestro proceso de gestión de desempeño será más eficiente para alcanzar las metas que nos proponemos. Debemos entender que este proceso, es un proceso de mediano y largo plazo de mejoramiento y formación continua.

Cuando somos conscientes y consecuentes con nuestros talentos y fortalezas comprendemos qué genera nuestro comportamiento y nuestras acciones. Comprendemos que y quienes somos. Asimismo, podemos conocer el alcance de nuestras acciones. Podemos orientar, además, de manera eficiente nuestros planes de desarrollo y de gestión.

De lo anterior podemos señalar que los objetivos específicos de nuestro aprendizaje debe fundamentarse en: Reconocer las características de nuestras fortalezas relacionadas éstas con los criterios sobre aptitudes, actitudes y destrezas. Plantearnos un proceso para desarrollar nuestros talentos hasta convertirlos en fortalezas. Estudiar el manejo de nuestros atributos y competencias en la cotidianidad de nuestro pensar-hacer. Analizar las estructuras de las fortalezas en personajes relevantes con vista a nuestros fines, un aprendizaje por modelo es importante.

Síguenos en:
Facebook: consultoría y asesoría filosófica Obed Delfín
Twitter: @obeddelfin
Web: http://obeddelfin.wix.com/coasfi-obed-delfin
Youtube: Obed Delfín
Pinterest: https://www.pinterest.com/obeddelfin
Issuu: http://issuu.com/obeddelfin

Escúchanos en: “Aquí y Allá en las mañanas” Todos los domingos a las 9 am. (hora de Caracas) por http://www.radios.co.ve/alba-caracas/

No hay comentarios:

Publicar un comentario