Volví a ir a donde la uróloga, no porque
quisiera sino porque me tocaba, estaba guapa con los labios pintados, debe ser
que está enamorada. Estuvimos hablando del plan inmediato, que es buscar el
dinero para la operación. Me dijo que no me hiciera los exámenes en este
momento, porque esas vainas se vencen. El por qué se vencen lo explicaría
Platón sin ningún problema. Los exámenes se vencen, diría el heleno, porque el
cuerpo es corruptible y, por tanto, es mortal. Hoy estas bien y mañana
mortadela. Así de sencillo.
El ateniense era una yema pelá.
Dinero yo no tengo, ni siquiera en el
pensamiento.
Estoy pensado hacer una campaña de
beneficencia cuyo slogan diga algo así como:
"SALVEN AL COÑO E MADRE DE
OBED"
Como aquella película de la ballena, que
era Willis al que tenían que salvar. No es que la humanidad vaya a perder mucho
por un guevón menos. Pero como dice el Ortega y Gasset, la vida es radicalmente
de uno y de nadie más. Nadie se muere por uno, ni siquiera aquella muchacha a
la que le cantaba Sabina. Mucho menos le va a dolor a los demás lo que le duele
a uno, eso también lo decía el Ortega.
Pensé pedirle al compadre Trump que me
pagué una platica que le presté hace tiempo, pero imagino que el compadre debe
andar con el culo a cuatro manos y es mejor dejarlo quieto.
Pedirles a los amigos no es posible,
porque andan tan mamando como uno. Además, mis amigos son como aquellos de
Serrat.
Hay que ir a otra fuente. Pero, ¿cuál
será ésta? Es una interrogante arrecha, pero no estamos para estar filosofando
sino para actuar y no en Broadway, precisamente.
Pedirle a Dios, no tiene sentido. Nos
llevamos bien porque mutuamente nos ignoramos. Y a mí, en particular, me gusta
el dios de Plotino, que es indiferente a toda verga. A nada le para bolas, y
por qué, en última instancia, tenía que pararle bolas a tanto comemierda junto.
Los milagros ni se digan. Ni cuando las
múltiples veces que me rasparon matemáticas en bachillerato se cumplieron. Yo
tampoco los pedía. Las divinidades no son una caja de ahorro, para estar dándole
a la gente las vainas que les piden.
Ya en el Metro el cupo para pedir y
mendingar está reservado hasta el 3.500 después de la era cristiana. Ahí la
gente si quiere se puede morir en el vagón y nadie le va a parar bolas. Hasta
ajo venden en esa vaina y que para las caraotas.
Las opciones no son muchas, siempre han
sido dos. El dualismo pitagórico es real.
La campaña va, eso sí. Nada de dejarse
morir; porque si te dejas o no, igual te va a llegar.
También hay que contar que yo era
individuo de número en aquel club que llevaba la Nacha Guevara con no sé quién,
el "Club Pro Burla al Desvalido". Entonces no me puedo quejar,
tampoco es que lo esté intentando.
Lo que si intento es conseguir ese
dinero. El dinero está en alguna parte, no creo que me esté esperando. Pero yo
lo estoy buscando, así como Rubén Blades busca guayaba.
Por ahora, en lo inmediato, me dedico al
divino Plotino. Porque después de darle vueltas durante unos cinco o seis años
a un problema filosófico ya lo encontró, como Plotino encontró la luz del
entendimiento en la escuela de Ammonio Sacca. Y está saliendo de lo lindo. Pero
eso no me genera dinero, sino hedoné.
Sigamos con la vaina de la campaña "PRO
BURLA AL DESVALIDO OBED".
Ahora, hay muchos medios por donde uno
puede pedir dinero. La vaina es que se lo quieran dar a uno. Primero dan el
culo, que dinero. A esto ha llegado la humanidad.
Si Eva consiguió que la botaran del Edén,
no puede ser imposible conseguir unos reales para una vaina tan insulsa como
una operación de próstata. No estoy pidiendo para arreglar el yate que tengo
Dubai, ni para la mansión que tengo en las afueras de Milán, ni para el
ranchito en Venecia.
Es para una causa humanitaria que solo me
compete a mí. Y ahí es donde está la vaina. Si fuese para una guevonada
farandulera que moviera una masa de gente sería más fácil. Pero no es así.
Después hablan mal del individualismo,
pero la verga es de cada quien. Como dice el dicho, cada quien lleva su
procesión por dentro. Algunos hasta por fuera. Pero eso es otra vaina.
Tal vez necesite un manager, un
influencer, un youtuber, una tiktok. Preparar una campaña de marketing. Algo
así como:
"EVITEMOS LA EXTINCIÓN DE LOS
DELFINES"
Y los delfines somos bonitos y les caemos
bien a casi todo el mundo, porque nunca falta un coño e madre al cual uno le
cae mal, y con razón.
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