miércoles, 22 de enero de 2025

LA CAMPAÑA BENÉFICA


 

Volví a ir a donde la uróloga, no porque quisiera sino porque me tocaba, estaba guapa con los labios pintados, debe ser que está enamorada. Estuvimos hablando del plan inmediato, que es buscar el dinero para la operación. Me dijo que no me hiciera los exámenes en este momento, porque esas vainas se vencen. El por qué se vencen lo explicaría Platón sin ningún problema. Los exámenes se vencen, diría el heleno, porque el cuerpo es corruptible y, por tanto, es mortal. Hoy estas bien y mañana mortadela. Así de sencillo.

El ateniense era una yema pelá.

Dinero yo no tengo, ni siquiera en el pensamiento.

Estoy pensado hacer una campaña de beneficencia cuyo slogan diga algo así como:

"SALVEN AL COÑO E MADRE DE OBED"

Como aquella película de la ballena, que era Willis al que tenían que salvar. No es que la humanidad vaya a perder mucho por un guevón menos. Pero como dice el Ortega y Gasset, la vida es radicalmente de uno y de nadie más. Nadie se muere por uno, ni siquiera aquella muchacha a la que le cantaba Sabina. Mucho menos le va a dolor a los demás lo que le duele a uno, eso también lo decía el Ortega.

Pensé pedirle al compadre Trump que me pagué una platica que le presté hace tiempo, pero imagino que el compadre debe andar con el culo a cuatro manos y es mejor dejarlo quieto.

Pedirles a los amigos no es posible, porque andan tan mamando como uno. Además, mis amigos son como aquellos de Serrat.

Hay que ir a otra fuente. Pero, ¿cuál será ésta? Es una interrogante arrecha, pero no estamos para estar filosofando sino para actuar y no en Broadway, precisamente.

Pedirle a Dios, no tiene sentido. Nos llevamos bien porque mutuamente nos ignoramos. Y a mí, en particular, me gusta el dios de Plotino, que es indiferente a toda verga. A nada le para bolas, y por qué, en última instancia, tenía que pararle bolas a tanto comemierda junto.

Los milagros ni se digan. Ni cuando las múltiples veces que me rasparon matemáticas en bachillerato se cumplieron. Yo tampoco los pedía. Las divinidades no son una caja de ahorro, para estar dándole a la gente las vainas que les piden.

Ya en el Metro el cupo para pedir y mendingar está reservado hasta el 3.500 después de la era cristiana. Ahí la gente si quiere se puede morir en el vagón y nadie le va a parar bolas. Hasta ajo venden en esa vaina y que para las caraotas.

Las opciones no son muchas, siempre han sido dos. El dualismo pitagórico es real.

La campaña va, eso sí. Nada de dejarse morir; porque si te dejas o no, igual te va a llegar.

También hay que contar que yo era individuo de número en aquel club que llevaba la Nacha Guevara con no sé quién, el "Club Pro Burla al Desvalido". Entonces no me puedo quejar, tampoco es que lo esté intentando.

Lo que si intento es conseguir ese dinero. El dinero está en alguna parte, no creo que me esté esperando. Pero yo lo estoy buscando, así como Rubén Blades busca guayaba.

Por ahora, en lo inmediato, me dedico al divino Plotino. Porque después de darle vueltas durante unos cinco o seis años a un problema filosófico ya lo encontró, como Plotino encontró la luz del entendimiento en la escuela de Ammonio Sacca. Y está saliendo de lo lindo. Pero eso no me genera dinero, sino hedoné.

Sigamos con la vaina de la campaña "PRO BURLA AL DESVALIDO OBED".

Ahora, hay muchos medios por donde uno puede pedir dinero. La vaina es que se lo quieran dar a uno. Primero dan el culo, que dinero. A esto ha llegado la humanidad.

Si Eva consiguió que la botaran del Edén, no puede ser imposible conseguir unos reales para una vaina tan insulsa como una operación de próstata. No estoy pidiendo para arreglar el yate que tengo Dubai, ni para la mansión que tengo en las afueras de Milán, ni para el ranchito en Venecia.

Es para una causa humanitaria que solo me compete a mí. Y ahí es donde está la vaina. Si fuese para una guevonada farandulera que moviera una masa de gente sería más fácil. Pero no es así.

Después hablan mal del individualismo, pero la verga es de cada quien. Como dice el dicho, cada quien lleva su procesión por dentro. Algunos hasta por fuera. Pero eso es otra vaina.

Tal vez necesite un manager, un influencer, un youtuber, una tiktok. Preparar una campaña de marketing. Algo así como:

"EVITEMOS LA EXTINCIÓN DE LOS DELFINES"

Y los delfines somos bonitos y les caemos bien a casi todo el mundo, porque nunca falta un coño e madre al cual uno le cae mal, y con razón.



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